Pareja: Usuk 'mental', no hay realmente una pareja formada.
Advertencia: Ninguna. O quizás si; la aparición de Francis.
Disclaimer: Hetalia no me pertenece, sino a Himaruya.
La Catedral de Westminster estaba decorada hermosamente. Bancos hechos de la más fina de las maderas inglesas, anchas cintas de lino recorrían todo el lugar, mientras que candelabros llenos de velas blancas iluminaban hasta el último rincón.
El Juez se encontraba hablando a la vista de cientos de elegantes personas. Hombres de traje y cortaba, mujeres con largos vestidos.
Frente al Juez, dos personas se miraban a los ojos. Un norteamericano de traje negro, y un inglés de esmoquin blanco. Ojos zafiro llenos de ternura, ojos esmeralda llenos de emoción.
– Acepto. –Dijo solemne el norteamericano.
– Acepto. –Respondió igualmente el inglés.
– En ese caso, los declaro Marido y Mujer. Puede ahora, besar a la novia. –Dijo satisfecho el Juez francés, que no pudo evitar agregar cierta especificación. – …con lengua.
Las miradas de incomodidad entre el internacional público vino de inmediato ante el innecesario comentario, junto al sonrojo molesto por parte del inglés.
– No le hagas caso, Inglaterra. –Le sugirió el norteamericano, a medida que acercaba su rostro. –De todos modos, nosotros íbamos a… ¡Inglaterra!
¡Inglaterra!
– ¿Qué…? –Preguntó confuso el aludido, mientras todo dentro de la Catedral comenzaba a tornarse borroso.
¡Inglaterra!
– América… –Cerró sus ojos, esperando que todo volviese a la normalidad.
¡Inglaterra!
– Qué… –Al abrirlos, pudo ver el mismo rostro frente a él, pero ya no estaba en la Catedral.
– GODDAMMIT, ENGLAND! –El norteamericano lo tomó de los hombros y lo sacudió con la poca delicadeza que le caracterizaba. – WAKE UP ALREDY, DUDE!
Todo había sido un sueño. Sólo un sueño. Un sueño en el que un matrimonio salido de un cuento de hadas probablemente acabaría en un "Y vivieron felices para siempre".
Un sueño con América.
Un sueño en que se casaba con América.
"Oh Dios… ¿Por qué…?" Y antes que el inglés pudiese reorganizar su mente y reincorporarse del sillón en el que estaba, una ola de agua fría lo sacó por completo de sus pensamientos.
– BLOODY HELL, AMERICA! ¡Qué crees que haces!
– No te despertabas, ¡Y dijiste que verías películas de terror conmigo!
– ¡No era necesario arrojarme agua, maldición!
– No era agua, era Coca-cola.
– … YOU GIT!
Y así fue como aquella tarde acabó de forma habitual. Un inglés empapado y furioso, persiguiendo a un norteamericano que reía a carcajadas. Ojos zafiro llenos de travesura, ojos esmeralda llenos de ira.
– ¡Tonto! –Gritó risueño el norteamericano.
– ¡IDIOTA! –Gritó igualmente el inglés.
~Y vivieron felices para siempre. El fin.
– ¿Por qué soñé eso…? Lo peor de todo es que yo era la novia… ¿"Beso con lengua"…? –Se decía a si mismo en voz baja.
– Angleterre~ ¿Querrías ir a tomarte unas copas conmigo? La junta mundial ya acabó, y no tengo nada más que hacer hoy.
– ¡Cállate, bastardo! ¡Siempre arruinas todo! ¡Aprende a comportarte de una maldita vez! ¡Idiota, idiota! –Y así, sin más explicación y con las mejillas ardiendo, dejó la habitación. Y un boquiabierto Francia tras de si.
– ¿Qué…? Pero se lo pregunté apropiadamente… – Suspiró resignado, mientras caminaba distraído hacia la salida – No te comprendo, Angleterre~ ¿Quizás se enojó porque lo invité al no tener nada más que hacer? Ese pequeño travieso~ Siempre quiere ser el primero y único. Iré a buscarlo para darle un poco de atención… al estilo francés, ohohon~
~Y todos vivieron no-tan-felices para siempre. El fin, ahora de verdad.
