Nuestra aventura comienza con un cálido reencuentro entre dos entrenadores que se han estado viendo en todas las regiones que han aventurado, pero desde Unova no se han vuelto a ver. ¿Qué noticias tienen ambos que compartir? ¿Por qué siempre se encuentran en cada nueva aventura que realizan? ¿Qué nuevas sorpresas les depara esta nueva región? ¿Por qué se rehusó a acompañarlos desde ese extraño suceso y decidió quedarse con el misterioso chico? Y lo más importante ¿Podré descubrir que quiero estudiar? T.T Esto y muchas más sorpresas en mi nuevo Fic. Espero os guste.
Disclaimer traído desde mensajería Pelipper: Pokemon y todo lo que incluye no me pertenecen. Pertenecen a Satoshi Tajiri.
Capitulo uno: Un reencuentro como ninguno (wow una rima a la primera wUw)
-Vaya Ash. Qué bueno volver a verte. - dice una voz muy conocida por el azabache
El mencionado se da vuelta y pudo comprobar con sus ojos de quien se trataba. Una joven entrenadora de ojos azules y cabellos castaños oscuros, quien le había contado su muy inesperado secreto cuando se vieron en Unova, lo miraba alegre al igual que sorprendida. Llevaba la misma ropa de siempre: su camisa blanca de mangas cortas, su chaleco negro, su pantalón azul corto y su gorra blanca con una pokeball rosa.
-¡Touko!- grito el azabache, acercándose a la chica.- ¿Qué haces aquí?- le pregunta mientras le estrecha la mano en forma de saludo.
"¿Dónde estará él?" se pregunta mentalmente el muchacho mientras miraba disimuladamente de un lado a otro, recordando al que los había separado, a pesar de tener buenas intenciones.
_Flashback_
-Bueno chicos. Aquí es donde me despido- dice Touko con alegría y tristeza.
-¿Te vas?- pregunta decepcionado el gran cocinero de cabellos verdes quien secretamente, aunque no muy disimuladamente, se había enamorado de la entrenadora.
-¿No te gustaría seguir con nosotros?- pregunta la joven cuyo sueño era ser maestra dragón junto con su más fiel compañero, quienes la miraron esperanzados de que no se alejara.
-Me encantaría, pero por desgracia tengo algunas cosas más importantes que hacer Iris.- y todos los presentes lo sabían.
No hace mucho tiempo, la pobre oji-azul recibió la más sorprendente y triste historia que el profesor Oak le pudo contar. Mientras ella viajaba junto con ellos, la madre de la pobre chica caía presa de una desconocida enfermedad que muy lamentablemente había acabado con su vida. Y justo días después de reencontrarse con alguien muy conocido por ella, precisamente desde que eran pequeños. Los pokemons que la madre de la oji-azul cuidaba tuvieron que quedarse solos desde la inesperada muerte hasta que ella regresara a casa. Por suerte eran lo suficientemente inteligentes como para no hacer nada extraño.
Nadie sabía cómo hacer para que no estuviera triste, a pesar de que era lo menos que demostraba. Ella siempre fue con una sonrisa en su rostro, dispuesta a todo. Incluso después de la noticia no borro esa impresionante sonrisa y esas ganas de ganar.
-Lo sabemos.- dijo el azabache, triste por su amiga, pero a sabiendas de que se la iba a volver a encontrar.- Espero tengas suerte y que esta no sea la última vez que nos encontremos.
-Tranquilo Ash. Ya habrá otros encuentros- dijo feliz y con determinación la oji-azul
Y así sin más se fue junto al misterioso muchacho que hacía poco conocieron y con sus dos hermanas/amigas para ayudarlos a comprender mejor el mundo y para después ir a su casa a cuidar a sus amados pokemons.
_Fin de Flashback_
-Pues, seguro lo mismo que tú, ¿no Ash? Ganar la liga de Kalos.- dijo con un tono de alegría y confiando en que eso iba a pasar.
La oji-azul estaba determinada a ganar sin importar que le depare el camino en esta nueva y misteriosa región. Miro como Ash estaba medio con ella y medio mirando a sus alrededores, expectante. Entendió la reacción del azabache pues él sabía lo importante que era el otro para ella. Pero ¿cómo podía saber que el chico se había quedado con ella para volver juntos a su casa y que desde ese entonces siempre han estado juntos? Seguro no lo sabía. Lo presentía. Él conocía la importancia que tenia para ella, por esa razón estaba seguro de que la seguiría. Sin embargo se equivocaba en una cosa. Por más que el chico haya rogado ir con ella al viaje, ella se rehusó poniendo como excusa la falta de cuidados que recibirían sus pokemons si no había nadie en la casa y después de horas de charla y ruegos él acepto quedarse con la única condición de que lo llamara cada día para saber cómo estaba. Por esa razón estaba ahora en el centro pokemon de ciudad Relieve. Acababa de terminar una pequeña charla con el muchacho, comprobando que todos estaban bien en casa y que ella también estaba bien en el viaje.
-Ash… ¿no vas a presentarnos?- pregunta una chica de cabellos color castaño claro con ojos color celeste que se asomaba curiosa y algo molesta por detrás del azabache. Junto a ella había un joven chico de cabellos rubios quien llevaba una extraña mochila en la espalda, y una pequeña niña también de cabellos rubios con una mochilita que contenía un dedenne en su interior.
-Oh… cierto… discúlpame.- dice el azabache apenado por su distracción.- Touko ellos son Serena, Bonnie y Clemont. Chicos ella es Touko, una gran amiga y una gran entrenadora.
-¿Es fuerte?- pregunta Bonnie, curiosa, apareciéndose de repente al frente de Ash.
-Muy fuerte. Ha ganado las ligas de Kanto, Hoenn y Unova- dice el azabache alegre a la vez que algo celoso por no haber sido él el que las ganara.
-¡Entonces eres perfecta para mi hermano!- exclama Bonnie con mucha felicidad, haciendo que se le brillen los ojos, mientras se arrodilla y agarra la mano de Touko.- ¿Te casarías con mi hermano? ¡Por favor!
Todos la miraban a la pequeña con una gota estilo anime ante la repentina declaración, a pesar de estar algo acostumbrados a esos saltos. Su hermano la agarro con su brazo aipom exclamando lo muy avergonzado que estaba y exigiéndole que nunca vuelva a hacer eso. Cruzaron una de las puertas del centro pokemon mientras los demás quedaban quietos aún con la gotita estilo anime en la cara.
-Me da pena decirlo pero no estoy interesada.- dice Touko después de un rato en el que la sorpresa se disipaba. Serena y Ash la miraron con intriga a lo que la oji-azul pensó que se trataba de que querían alguna explicación a lo que acaba de declarar.- Yo…- dice tartamudeando un poco.- ya tengo a alguien especial.
Serena miro más intrigada aún que antes, por no decir celosa. "¿De quién se tratara? ¿Sera Ash ese alguien especial?" pensaba la castaña con recelo al pensar que ellos ya se conocían y que posiblemente hayan viajado juntos, algo que a la castaña no se le va a pasar desapercibido.
-Y… ¿cómo se conocieron?- pregunta, tratando de sacar algún misterio en su relación con Ash.
-Veras…- empieza Ash a contar, a pesar de que la pregunta iba dirigida a Touko.- Touko y yo vivíamos en Kanto, pero nunca nos vimos hasta que un día, cuando iba a ganar mi última medalla en Ciudad Verde, ella estaba en el auto junto a las animadoras de Gary, otro amigo…
-Pero a diferencia de ellas- lo interrumpió Touko.- yo estaba con Gary para llegar antes al gimnasio y retar por mi cuenta al líder.-"Y vaya líder que nos toco" piensa para sus adentros.
La batalla que tuvo Touko con Giovanni, el líder del gimnasio de ciudad verde, fue una verdadera batalla. Ella no había visto nada parecido en todo su viaje, y aún no ve nada que se le compare. Sin embargo sabía perfectamente que lo que había hecho Giovanni con Mewtwo no era normal. Por poco no le logró ganar, pero por suerte para ella no estaba tan indefensa como pensaba. Pudo utilizar a todos sus pokemons contra solo uno –Mewtwo- de Giovanni lo que, por más que él no acepto, termino en una penosa derrota para el líder haciendo que Touko recibiera su última medalla para la liga.
-Y después nos volvimos a encontrar en Johto en ciudad Trigal y en ciudad Iris- continua el azabache-, y luego en Hoenn en la liga y en los concursos pokemon al igual que en Sinnoh…
-Y cuando nos encontramos en Unova… pensé que sería buena idea acompañarlos en su aventura.- interrumpe por última vez Touko, finalizando la muy corta historia sobre sus encuentros.
"Y luego te fuiste con él" pensaba decir el azabache para tocar el tema del chico y así hacer algunas preguntas que le quedaron atoradas en la garganta a medida que pensaba cada una de ellas. Pero no pudo hacer que ese pensamiento salga de su boca al pensar que tal vez no era conveniente hablar de eso, y que tal vez ella a su tiempo le diría que paso.
-O sea que deben conocerse bastante bien.- exclama Clemont quien, sin que los otros se enteraran, había vuelto con su hermana para escuchar la historia de la amistad entre Ash y Touko.
-Se podría decir que si.- exclama la oji-azul con una sonrisa de las que tanto la caracterizaban.
Serena, en cambio, empezó a ver preocupada la relación que llevaban. ¿Tantas veces se han encontrado? ¿Qué significa? ¿Acaso a Ash le gustaba? No podía evitar sentir celos al ver que casi ni reparaba en su existencia sino que la miraba a Touko expectante por algo. Y casi se cae del enojo al escuchar la pregunta del azabache
-Hey Touko ¿Por qué no vienes con nosotros de viaje? Igual que en Unova- pregunta el azabache quien estaba alegre de volver a ver a su amiga.
-Sí. Sería una gran idea.- lo apoya el rubio quien se quedo fascinado de la alegría que transmitía la chica.
-Mmmm…- dijo la oji-azul con un semblante serio y pensando sus objetivos. Eso puso algo nerviosos a nuestros aventureros pensando que tal vez, y solo tal vez ella no estaba en lo más mínimo interesada en viajar con ellos. Touko sonrió divertida al ver la cara de sus nuevos compañeros y exclamo con alegría.- Sería una buenísima idea. Además estaba pensando en retarte a una batalla Ash, ya sabes, por los viejos tiempos.
Todos exhalaron aliviados de la respuesta, excepto Serena quien no podía sino mirar las expresiones de sus compañeros ante la oji-azul, y Ash acepto la propuesta justo cuando la enfermera Joy lo llamo para informarle que sus pokemons se habían recuperado por completo. Pikachu saltó al hombro de su entrenador y, al ver quien estaba al frente de él, saltó en dirección al hombro de la oji-azul con felicidad. Ella lo abrazo como si fuera suyo y lo alzo al aire.
-¡Pikachu!- dice Touko con alegría.- ¡Mírate! Se nota que estas más fuerte que la última vez que nos vimos.
-Pika piiiii- exclama el ratón amarillo también con alegría.
Touko lo deja de nuevo en el hombro de su verdadero entrenador mientras que le da una baya aranja para que Pikachu la disfrutara, cosa que, sin duda alguna, hizo.
-¿Estás listo para una batalla amiguito?- le pregunta Ash a Pikachu una vez afuera del centro pokemon, en la pista de entrenamientos, mientras este saltaba de su hombro y se ponía frente a él, haciendo que saltaran chispas de sus mejillas en señal de afirmación.
Las dos chicas estaban sentadas en el banco cepillando a sus pokemons, una a Dedenne y la otra a Fenekin, mientras esperaban que la batalla comenzara. Clemont estaba como árbitro. La batalla seria tres contra tres ya que Ash no tenía más pokemons que esos.
-Así que Pikachu…- dijo Touko desde el otro lado del campo de batalla- Bien. En ese caso ¡Vaporeon sal ahora!
La oji-azul saca una pokeball de la que salen unas llamas azules, unas chispas, humo blanco, pétalos de rosas y corazones por la que aparece Vaporeon entre ellas. Era típico de la entrenadora el exhibir a su más preciado pokemon como si fuera un concurso y llenarlo de elegancia, estilo y ferocidad.
-Hola Vaporeon. Tanto tiempo ¿verdad?- dice el azabache una vez terminada la presentación.
-¡Wow!- exclama la pequeña rubia sentada en la banca mientras le brillaban los ojos.- ¡Eso fue espectacular! ¡Esa Vaporeon es hermosa!
Y si que lo era. Ash sabía cuánto había entrenado Touko a su Vaporeon para tener la belleza necesaria para enamorar al oponente sin la mínima necesidad de hacer algún movimiento. Ese mismo truco le costó varias batallas contra ella, pero nunca se rindió. Él sabía que Pikachu conocía ese truco por lo que confiaba en que no le afectara. Y si lo hacía, esperaba que a sus otros pokemons no les pasara lo mismo.
-Que dé comienzo la batalla.- exclama Clemont
-Pikachu bola voltio- afirma el azabache.
Vaporeon lo esquivo con mucha velocidad. Ni siquiera le rozo.
-Vaporeon hidropulso
-Pikachu esquívalo con ataque rápido y luego usa rayo contra vaporeon.
Pikachu logro esquivarlo pero el rayo fallo.
-Pikachu usa cola de hierro
-Vaporeon usa rayo aurora
Ambos ataques colisionaron y pikachu salió volando por los aires, cosa que la oji-azul tomo como ventaja ordenándole a vaporeon que utilizara hidropulso mientras aún estaba en el aire. Pikachu lo recibió de lleno pero no le hizo casi nada de daño.
-Vaporeon está en desventaja.- dice Serena a Bonnie con alegría, como si eso le favoreciera a Ash la batalla.
-Sí, pero vaporeon es muy veloz- contradice Bonnie.- ¡Y muy hermosa!
-Además- interrumpe Clemont mientras la batalla entre Ash y Touko continuaba- se nota que Touko entreno muy bien a vaporeon. No solo por su velocidad, sino también por cómo se entienden en combate. Sin decirle nada, vaporeon esquiva los ataques con naturalidad y eso es algo que demuestra la unión entre ellas.
-Pikachu usa rayo- exclama el azabache.
Pikachu obedeció y ejecutó el movimiento. Vaporeon recibió el ataque mientras una espesa polvareda se extendía alrededor de ella sin dejar ver el resultado del ataque. Cuando la polvareda desaparecía el público que estaba en la banca se quedo asombrado. Vaporeon ni se inmuto del movimiento. Lo había recibido de lleno y no le hizo nada.
-¡Increible!- exclama Bonnie siendo la primera en hablar.- No le hizo nada
-Mmmm…- dice pensativo Clemont- se nota que la fuerza que posee vaporeon es mayor de lo que suponía.
Ash se quedo viendo un rato al vaporeon que no se inmuto del movimiento de pikachu como pensando que estaba viendo mal, pero después sonrió al recordar contra quién estaba luchando.
-¿Te sorprendiste Ash?- pregunta Touko con arrogancia y alegría.- Parece como si hubieras olvidado nuestros antiguos encuentros
-Tranquila que no los he olvidado.- excusa el azabache con el mismo tono.- Se lo fuerte que es tu vaporeon.
-Y espero que no lo olvides.- dice la oji-azul guiñándole un ojo al azabache quien se puso algo rojo de la vergüenza mientras que la castaña que estaba sentada en la banca se empezaba a sentir triste, preocupada y también se estaba poniendo algo roja de los celos.- Vaporeon ¿Qué te parece si acabamos con esto?- pregunta la oji-azul sonriéndole a su pokemon quien la mira de reojo, sonriendo, esperando la orden.- ¡Usa surf!
Vaporeon genera unas grandes olas a su alrededor que impactan directo contra pikachu impidiéndole escapar y haciendo que se debilite de una. Todos quedaron con la boca abierta. Incluso teniendo desventaja de tipo, Touko había podido ganar con un solo movimiento.
-Pikachu no puede continuar. Gana el vaporeon de Touko- grita Clemont, señalando en dirección a la oji-azul que se estaba acomodando un mechón de pelo y hablada con su pokemon, felicitándolo.
Ash va en busca de su amigo y se lo lleva en brazos mientras este, poco a poco, va recuperando algo de fuerzas. Vaporeon se acerco al entrenador y le dio una baya aranja para pikachu, así podía soportar lo suficiente para continuar con la batalla antes de presentarse con la enfermera Joy. Los expectantes, que no conocían mucho la amistad entre los pokemons de Ash y de Touko se preguntaban la razón por la que vaporeon les dio una baya aranja a su rival. Se dieron cuenta de que es una forma de agradecer y a la vez de mostrar que, aunque estén peleando, se preocupan el uno por el otro. Una vez que vaporeon volvió a su posición y pikachu recupero algo de fuerzas para pararse por sí solo, Ash sacó a su segundo pokemon, froakie.
-Froaki ¡sal!- dice el azabache.- Usa hidropulso.
Apenas frokie salió de la pokeball, lanzó un potente hidropulso que impacto contra vaporeon, sin causarle ningún daño. Todos volvieron a mirar asombrados hasta que Ash afirma:
-Ha… cierto… la habilidad especial de vaporeon es absorción de agua.- rascándose la cabeza con la mano. Todos caen al piso estilo anime por el repentino recordatorio del azabache.
-Bueno Ash.- dice Touko mientras los demás se levantaban.- ¿Qué te parece si hacemos esto más interesante?
-Te escucho- dice el azabache.
-A partir de ahora, si el pokemon es retirado esta descalificado.- dice la oji-azul sin un pelo de duda y sin ningún cambio en la voz firme que ponía.
-De acuerdo
-Y ¿qué te parece si ponemos premios?- dice la oji-azul y continua, sin dejarle tiempo al azabache a expresar si estaba de acuerdo o no.- Si tu ganas… yo te doy un beso
El azabache se puso rojo de la vergüenza ante el repentino premio que ofreció la oji-azul. De tan rojo que se puso podría ser considerado un pikachu humano. La castaña, sin embargo, se ponía cada vez más roja de la ira que le provocaba la presencia de la oji-azul. Y mucho más furiosa al escuchar:
-De acuerdo. ¿Y que recibes tú si ganas?- por parte del azabache
-Pues… si yo gano… tú me capturas un noibat.- responde la oji-azul
-¿Un noibat?- pregunta un confundido azabache quien miraba a la oji-azul y a los demás en busca de una respuesta.
-Es la pre evolución de noivern.- le explica Clemont.- se encuentran en la cueva Desenlace. Sin embargo está muy lejos de aquí, casi al otro lado de la región.
-Lo sé.- exclama calmada Touko.-Pero la enfermera Joy me dijo que había algunos cuantos noibat escondidos en las afueras de la ciudad emboscando a los entrenadores para quitarles algunas bayas.
-De acuerdo. Si me vences voy a las afueras de la ciudad a capturarte un noibat.- acepta el azabache con determinación, haciendo que este simple trato sea una promesa.
-Pero ¿cómo vas a hacer para encontrarlos Ash?- pregunta Serena con una sonrisa algo malvada, y con un diminuto tono de furia por la charla que se estaban dando.
-De eso me encargo yo… si es que me vences.- dice lo último en dirección a Touko.
-De acuerdo. Entonces ¡Sigamos!- dice alegre la oji-azul.- Vaporeon, querida, vuelve por favor.- le dice a su vaporeon sin sacar la pokeball.
Vaporeon obedece alegremente y se posa al lado de su entrenadora con ojos expectantes en la batalla que se presenta a continuación.
-Ehhh…- dice Clemont con una gota estilo anime, ya que la misma oji-azul que había retirado a su pokemon, minutos atrás había dicho que si los pokemon eran retirados se les descalificaba del combate.- Vaporeon se retira por lo tanto froakie gana.
Froakie y Ash también miraron la decisión de la oji-azul con una gota tipo anime en el rostro, pero aceptaron la retirada y se alegraron de haber ganado y de no tener que enfrentarse a la habilidad especial de vaporeon.
-Bueno Ash. Me gustaría presentarte a mi pokemon de Kalos.- dice la oji-azul sacando una pokeball y lanzándola al aire.- Fennekin sal y muéstranos tu magia
Fennekin sale haciendo una voltereta en el aire tirando, a su vez, el ataque ascuas, las cuales le hacian una aureola de fuego en el cuerpo, para caer alegre y coquetamente al campo de batalla.
-Vaya un fennekin- exclama el azabache al ver las volteretas.
-Me gustaría que nuestra primera batalla sea contigo.- dice Touko a lo que a su vez fennekin se pone en posición de batalla.
-Me parece bien. ¿Estás de acuerdo froakie?- froakie exclama y el azabache le ordena que ataque con hidropulso.
El fennekin lo esquiva por poco y ataca con ascuas. A pesar de que el movimiento golpeo al enemigo no le genero daño alguno. Froakie seguía lanzando hidropulsos y burbujas a lo que fennekin respondía con ascuas, hasta que…
-Fennekin usa atracción- ordena Touko.
Fennekin se sienta coquetamente sobre sus patas traseras y le guiña un ojo a froakie. Una hilera de corazones avanzaban hacia el sapo azul con determinación. Froakie salta para esquivarlos, lo cual le resulto, pero no se dio cuenta de que fennekin había lanzado un poder oculto hacia él, con el que cae hacia el suelo.
-¡Froakie!- grita el azabache apenas su pokemon toca el suelo. Una vez que el humo se disipo se pudo ver como froakie aún seguía en pie.- Eso es. Contraataca con burbujas.
Ni lerdo ni perezoso froakie ataca con potentes burbujas hacia fennekin, que les fueron imposibles de esquivar gracias al cansancio. Fennekin cae rendido por el ataque.
-Fennekin no puede continuar. Ash gana esta ronda.- exclama Clemont señalando a Ash.
-Gracias fennekin. Has estado genial.- dice Touko devolviendo a su pokemon a la pokeball.- Bien Ash. Me vas ganando dos de tres. Veamos si tienes tanta suerte con el que sigue.- con una alegría siniestra saca la pokeball que desprendía una especie de aura roja, como si de fuego se tratase.- Tú ya lo viste pero sé que te vas a sorprender. ¡Reshiram sal ahora!
Reshiram aparece volando en el cielo azul. Se para frente a su oponente y ruge con fuerza, haciendo que se les pusieran los pelos de punta a todos los presentes. El azabache no sabía cómo reaccionar. El había prometido volverlo a encontrar para preguntarle algunas dudas que tenia, pero nunca pensó que Touko lo pudiera capturar. Tuvo que haber ido a buscarlo cuando se separaron. Ash miro a froakie quien tenía una expresión de susto en la cara pero que no se atrevía a demostrar. El azabache le dedico unas palabras de confianza a su pokemon para que luchara con todas sus fuerzas, pese a que sabia del enorme poder de su oponente.
Touko observaba alegre a Reshiram, quien se presentaba con gracia, confianza y fuerza ante el combate. Siempre que lo miraba le recordaban lo que había pasado en Unova después de haberse separado de las compañeras del chico. Como ambos pokemon legendarios se les presentaron y como Reshiram le pedía que le capturara para conocer mejor al mundo y darle su fuerza para que se pudiera enfrentar ante este. Claro que no se lo iba a hacer fácil. Tenía que luchar para estar seguro de que era la indicada para poseerlo.
_Flashback_
-¿Estás seguro que quieres hacer esto?- le pregunta una medio temerosa oji-azul al muchacho que caminaba frente a ella.
-Touko se que te encantara la vista.
-Pero… estamos hablando del lugar donde te encerraron… donde toda tu vida te mintieron- dice casi con lagrimas al recordar lo que le había contado sobre lo que le paso después de que ella se había mudado a Kanto, dejando al pobre joven solo en el bosque con un ramo de flores, esperando por ella para poder despedirse.
-Lo sé. Pero el equipo Plasma ya no necesita este lugar. Lo abandonaron desde que Reshiram lo incendio. Además… necesito recuperar algunas cosas.- dice con determinación y alegría el joven.
Siguieron caminando por el deteriorado lugar hasta llegar a una recamara que parecía ser una habitación de un niño pequeño. Era su habitación. Ambos lo sabían. Touko no pudo resistir adelantarse e investigar un poco más el lugar. Había unos juguetes tirados en el suelo, un camino de trenes a medio hacer, una pelota de baloncesto algo gastada, el aro de baloncesto y una pista de patineta. Lo que le llamo la atención a la oji-azul fue lo que decía en la pelota. "Armonía" estaba escrito. Supuso que ese podría ser el apellido del joven, sin embargo no pudo evitar preguntar.
-N… ¿Armonía es tu apellido?- pregunta aún teniendo la pelota en sus manos.
El joven de cabellos verdes la miro con tristeza y melancolía. Ese no era su apellido. No exactamente. Era el apellido que le había dado su supuesto padre, Ghechis. Él no lo quería. No después de saber todas las maldades que él había hecho y todo lo que le había mentido. Él no deseaba ese apellido… pero aún así… lo tenía.
-Si.- dice con enojo.- Ese es mi apellido.
-Me agrada.- dice la oji-azul con una de esas sonrisas que tanto la caracterizan y que tanto le gustan al peli-verde.
N sonrió. Era la primera vez que le parecía que el apellido le traía algo bueno a él. Tal vez… no era tan malo tenerlo. Si a ella le gustaba él lo conservaría.
Siguieron inspeccionando el lugar. N recolectaba algunas cosas de su infancia que le podrían servir, mientras que Touko simplemente observaba con atención cada detalle. Buscando lo que siempre buscaba. Rasguños. Pruebas de que en ese lugar estaba encarcelado una bestia horrenda que tenia aprisionada a un pobre huérfano que no tenía nada que ver con él. Buscaba marcas que le dieran una pista sobre el paradero de Ghechis para buscarlo y mandarlo a la cárcel. Donde pertenece. Quería que fuera encarcelado de por vida por todo lo que había hecho. Pero no había nada en esa habitación que le mostrara algún indicio del paradero de él.
Se dio vuelta y vio como N acariciaba a su Zoroark, quien era su mejor amigo pokemon desde siempre. Cuando lo vio por primera vez desde que volvió a Unova, por alguna razón, después de tantos años, Zorua tenía un cabello de N con él. Es como si lo hubiera guardado como una promesa de volverse a ver y gracias a ella y a un extraño suceso que le paso, pudo encontrar al zorua y devolverlo con N. Touko sabía que ese zorua había sido maltratado anteriormente, por lo que dedujo que en serio extrañaba a N, ya que había aceptado sin regañar acompañarla a ella hasta encontrarlo. A N no le gustaba la idea de los entrenadores, pero no podía decirle que no a la oji-azul, por esa razón ahora tenía dos pokemon en pokeballs con él. Le disgustaba la idea pero la oji-azul le había dicho que no hacía falta hacerlos pelear en batallas si él no quería. Además podía sacarlos de la pokeball en el momento que quisiera. Y devolverlos a la pokeball era un método eficaz en el que podía mantenerlos a salvo de gente malvada. Sin embargo varios entrenadores lo han retado a tener una batalla. Él les había negado innumerables veces, pero siempre insistían, y si no les hacías caso te empezaban a llamar gallina, cobarde y otras cosas. Touko se ofrecía a luchar en su lugar pero no era aceptada. Tenía que ser si o si él. A Touko la tachaban de débil a pesar de tener mucha más fuerza que cualquier otro entrenador, al menos en el punto de vista del peli-verde. Cada vez que le decían débil y otras cosas a ella, él se enfurecía. Ella no le daba importancia, pero a él si le importaba. No tenían derecho a hablarle de esa manera. Mucho menos decirle cosas que ellos no sabían. Esa furia era la que le obligab tomar su lugar en las batallas. Él lo hacía para defenderla y poco a poco empezó a tomarle el gusto a los combates. Le hacía feliz ver como sus pokemon ganaban y como las batallas también le hacían felices a ellos. Gracias a esas batallas su pequeño zorua había evolucionado. Todavía no le terminaba de gustar las batallas. Aún sentía odio por eso. Pero aprendía a disfrutarlas y a ver las cosas buenas que cada batalla hacia por las personas. Y todo eso lo pudo entender gracias a la bella chica que ahora estaba a su lado y que no iba a perder de vista en ningún momento.
-N… ¿está todo bien?- pregunta Touko al ver que N estaba soltando algunas lagrimas
Zoroark también se vio preocupado e intento verlo mejor.
-Si… estoy bien- dice el peli-verde mientras se seca los ojos. Se levanta y le da un fuerte abrazo a la oji-azul.- Gracias… por todo
Touko se vio sorprendida ante aquel acto, pero correspondió el abrazo y le acaricio los mechones de pelo mientras le decía que no tenía nada que agradecer.
N sabía que ella lo hacía porque sabía que era lo correcto. Pero él no podía dejar de sentir algo más por ella. "¿Qué me pasa?" se preguntaba a veces cuando una oleada de calor corría por su cuerpo cuando ella lo miraba o le daba una sonrisa. No sabía cómo explicar lo que sentía, ni siquiera sabía qué era lo que sentía. Él había visto a mucha gente mientras estaba viajando y aprendió varias cosas de ellos. Claro que nunca se mostraba ante las personas por miedo, a excepción de algunas. Un día, entre los límites de un bosque y una ciudad, encontró una casa donde habitaba un anciano. Estaba lloviendo y no encontraba donde resguardarse. El anciano, desde adentro de su casa, vio como el pobre muchacho se estaba empapando y le abrió la casa. Al principio N se asusto. "¿Qué está planeando? ¿Qué quiere de mi?" se preguntaba. Al ver que el hombre le gritaba que se metiera en la casa para resguardarse de la lluvia, N no tuvo otra opción más que hacerle caso. Una vez adentro el anciano le empezó a hablar sobre las tormentas que de vez en cuando azotaban esos lugares. Le había contado sobre el trió de pokemons: Thundurus, Tornadus y Landorus. Era una historia increíble, pero a N le interesaban más otras cosas. Temeroso le preguntaba cosas algo estúpidas para ser una persona. "¿Cómo son las relaciones entre humanos? ¿Qué sentís cuando te recorre un calor al ver una persona? ¿Cómo sabes si alguien te interesa? ¿Cómo se llama ese sentimiento en el que quieres pegarle a otra persona?" eran algunas de las preguntas que el peli-verde le hacía al anciano. Pensó que no le iba a responder nada, ya que creía que todo el mundo debía saber esas cosas. Se sorprendió al ver que el anciano le sonreía para tranquilizarlo y le respondía a todas sus preguntas sobre el mundo humano. Le explico lo que era el enojo, lo que era la amistad, la alegría y el amor. El anciano paso una hora explicando las maravillas del amor y como uno sabe que está enamorado. N escuchaba atentamente mientras un rostro y solo un rostro aparecía en su mente. Era el de ella. ¿Será amor, entonces, lo que él sentía hacia ella?...
-Continuemos- dice N cuando se separan.- Tenemos que llegar arriba
-¿Qué hay arriba que tanto te interesa?
-Solo… algo nada especial
Siguieron caminando, subiendo por las escaleras, atravesando cuarto por cuarto hasta que llegaron a la sala del trono. Era inmensa y lamentablemente también estaba destruida. N avanzó hasta el trono y agarro unos artilugios que se encontraban allí. Una corona, un cetro y una capa. Lo puso junto con lo demás e intento salir del castillo. Una vez afuera un enorme pokemon los intercepta en el bosque, bloqueándoles el paso. No era solo uno. Eran dos. Reshiram y Zekrom.
-¡¿Qué?!- exclamo la oji-azul al contemplar, otra vez, a los dos pokemon legendarios
N se había quedado mudo. ¿Qué querrán los pokemon legendarios en este lugar? ¿Por qué se presentaron así? ¿Les ocurrirá algo? ¿Necesitaran nuestra ayuda?
Ambos pokemon rugieron enfrentándose a cada uno de los jóvenes que tenían al frente. Ambos podían entenderlos a la perfección. Querían probarlos. Ver si eran los héroes que ellos creen. Ver si podían cambiar el mundo. Ver si con ellos podían ver las cosas que solos no podía. Ver si debían estar juntos.
Touko no lo dudo. Se enfrento a Reshiram en combate. Puede que sus pokemon no sean lo suficientemente fuertes como para debilitarlo, pero al menos lo cansarían lo suficiente para que ella pudiera capturarlo. Si eso era lo que Reshiram quería, ella se lo iba a conseguir.
N, por otro lado, no sabía cómo reaccionar. ¿Por qué era considerado héroe frente a ese pokemon? ¿Qué le podía dar él a cambio de su poder? El peli-verde no quería mantener a Zekrom en una pokeball como si fuera un entrenador. Él quería que fuera libre, como los demás. Pero podía sentir como Zekrom deseaba estar a su lado. Ver el mundo con él. Pero ¿por qué exactamente con él? Aún estaban Ash o Iris o Cilan. Ellos eran una mejor opción que el peli-verde. ¿Por qué entonces se presentaba ante él y no ante alguno de ellos? Contemplo como Touko había capturado a Reshiram y como su último pokemon y ella misma estaban algo heridas. Trato de acercarse para curarla pero Zekrom se lo impidió. ¿No lo iba a dejar acercársele hasta que lo derrotara? N, en ese momento furioso al pensar en no acercarse a ella por más que lo intentara miles de veces, acepto el reto que el dragón le planteaba. Touko le lanzó una pokeball sabiendo que quería que lo capturara, a pesar de que él no lo deseaba de esa forma. A regañadientes lucho contra él con sus dos pokemon. Cuando solo le quedo el umbreon, el cual Touko le había regalado siendo un eevee y había evolucionado en la noche, decidió utilizar la pokeball. Sabía que no era eficaz si el pokemon no estaba cansado pero, aún así, Zekrom se dejó capturar convirtiéndose en el tercero de su equipo. Agarro la pokeball y la guardo junto a las demás. Salió corriendo hacia Touko sin importarle nada. Cuando llego a ella la curo con algunas medicinas que tenía guardadas mientras ella también lo curaba a él.
-No puedo creerlo- decía contenta la oji-azul.- Capturamos a los legendarios. Los dos. No… no se qué pensar de lo que acaba de suceder.
-Yo tampoco.- dice el peli-verde con un semblante de seriedad mientras le terminaba de envolver la rodilla derecha con algo de gasa.
La oji-azul miro preocupado al peli-verde. Sabía lo que pensaba sobre los pokemon en las pokeballs pero se había mostrado tan activo en cada batalla que realizo que pensó que eso ya no le importaba. ¿Se habrá equivocado al respecto? ¿Aún no le gustaba la idea de los entrenadores? N había terminado de curarla y se dispuso a seguir, pero Touko no se levantaba del pasto. Si no le gustaba la idea de los entrenadores ¿por qué se quedo con ella y no se fue junto a Paz y Amor? ¿Qué estaba buscando? ¿Será que la necesita para algo?
N miro la reacción de la chica. "¿Por qué no se levanta?" pensó el muchacho, "¿Será que no puede? ¿Tendrá peores daños de lo que aparentaba?". Preocupado salto hacia ella y la reviso de pies a cabeza. Parecía que todo estaba bien, entonces ¿por qué no se levantaba? La oji-azul miro la reacción preocupada de N mientras la revisaba por todos lados para descubrir algún otro daño. Él siempre tenía esas reacciones ante ella después de ver que se caía o que se lastimaba. A veces le agradaba hacerle bromas solo para que él la llevara en brazos o para que descansaran un rato después de haber caminado durante todo el día sin éxito a llegar a algún centro pokemon cercano. Se dio cuenta de lo importante que era ella para él pero aún se cuestionaba su decisión de quedarse con ella.
-N…- empezó la joven mientras le agarraba el rostro preocupado del peli-verde- ¿por qué decidiste venir conmigo?
-Yo… porque… es que…- tartamudeaba el chico ante aquella pregunta. Él aún no tenía bien en claro lo que había hecho. Tampoco sabía el por qué y mucho menos lo que podría significar aquella opción.- es que me gustaría que siguieras enseñándome el mundo- dijo, repitiendo algunas de las palabras que Reshiram y Zekrom les habían dicho. Aunque se cuestionaba un poco de si esa era la verdadera razón. Pero por ahora, esa respuesta le bastó a la oji-azul para levantarse, sonreírle y exclamar que con gusto lo haría.
_Fin de Flashback_
Reshiram se le había presentado con una petición que también le cambio algo de la perspectiva a la oji-azul. Reshiram también sabia cosas que ella desconocía sobre la relación de humanos y pokemons, y pokemons entre pokemons. Ella no solo le enseñaba más cosas a Reshiram, él también le mostraban cosas que nunca había visto. Zekrom también ayudo, ya que por un largo tiempo estuvieron juntos. Nunca un viaje para ella había sido tan divertido. Por más que aprendiera cosas, como si fuera un colegio ambulante, no le sacaban la diversión a las aventuras. Siempre que encontraban un lago, río o estaban cerca del mar empezaban a jugar con todos sus pokemon. Incluso los de tipo fuego que no les agradaba mucho el agua se zambullían y jugaban. Tener a Reshiram con ella significo muchos cambios. Y todos para bien… por ahora…
-Esto va a estar bueno- dice para sí mismo el azabache y le ordena a su froakie que utilice hidropulso. Dio en el blanco pero no le causo ningún daño al dragón, quien rugió como si se estuviera riendo de ese patético ataque y lo estuviera desafiando a hacer uno más potente. Ash le ordeno a froakie que utilice burbujas con toda su fuerza y que después utilice hidropulso nuevamente. Ambos ataques dieron en el blanco pero ninguno le hizo daño.
-Bueno… veo que es nuestro turno. ¡Reshiram usa Llama Azul!
El ataque dio en el blanco y debilito al pobre froakie. Todos los presentes miraron incrédulos. Sabían que el ataque de Reshiram había sido de tipo fuego por lo que dudaban que debilitara de esa manera al pokemon agua de Ash. Sin embargo la potencia de este ataque había determinado el final. Ash agradeció a su pokemon todo su trabajo y saco al último que tenia. Fletchling sale volando de la pokeball y, con la orden del azabache, utiliza doble equipo. Reshiram se quedo paciente, buscando al verdadero, mientras que todos los fletchling presentes utilizaban ataque ala contra él. Reshiram estaba algo débil de los antiguos ataques de froakie y con los ataques de fletchling se empezaron a ver algunos rasguños. Sin embargo aún tenía energías para continuar con la batalla.
-Hora de utilizar un movimiento que ya conoces Ash- grita Touko. Ash estaba seguro de que le vendría a continuación, si es el ataque que pensaba estaba en serios problemas.-¡Reshiram Llama Fusión!
Reshiram cargo con todas sus fuerzas y disparo contra todos los fletchling a la vez. Uno a uno se fueron desvaneciendo hasta que el ataque dio en el verdadero, quien cayó del cielo en picada.
-Fletchling ya no puede continuar. Reshiram es el vencedor, lo que significa que Touko gana la batalla.
Ash se quedo con una cara de impresión, a pesar de ya haber sabido el resultado de la batalla. Sonrio feliz de haber terminado y volvió su pokemon a la pokeball para que descansara. Touko, en cambio, se acerco feliz a Reshiram y le acaricio el hocico en señal de gratitud. Ash vio esa escena y no pudo evitar pensar en todas las veces que se había encontrado con la mística oji-azul. ¿Por qué nunca lograba vencerle? Sabe que no es como los demás entrenadores pero ¿por qué le cuesta tanto poder derrotarla aunque sea una vez? Antes lo lograba hacer. Las primeras veces que se vieron era él el que ganaba las batallas. Él había logrado muchas victorias. Seguro que ella también, pero nunca supo si había derrotado a personas como los de la Batalla de la Frontera. Él si lo había hecho, y los derroto a todos. ¡Consiguió un título! ¿Por qué, entonces, era ella la que lo derrotaba? ¿Cuál era su conexión con los pokemons que les hacia sacar tanto potencial? ¿Acaso hace trampa en las batallas? No, eso imposible. Se habrían dado cuenta. Él se habría dado cuenta. ¿Qué era entonces?
La oji-azul vio como Ash tenía los ojos tapados por la gorra, como siempre que estaba pensando algo que lo molestaba, inquietaba o lo ponía triste. Resguardo a Reshiram en su pokeball y, junto con vaporeon a su lado, se acercaron felices hacia él para subirle los ánimos. Sabía que lo molestaba el haber perdido… contra ella. Desde Johto él nunca la había logrado derrotar otra vez. Sabía que eso lo tenía preocupado ya que daba todo en sus batallas. Tal vez ella se excedió un poco al utilizar a Reshiram, pero no podía evitar hacerlo. Reshiram es parte de ella al igual que su vaporeon y la llaman desde sus pokeball para ir a la batalla. No se podía negar a la vibración que la recorría desde la cintura, causada por la energía de esos dos. Cuando no les hace caso se enojan con ella y no salen de sus pokeball por semanas. Resumiendo un poco, el carácter de sus pokemons era… especial. Parecido un poco al de ella, a decir verdad.
-¡Hey Ash!- grita Touko, asiendo que el azabache levantara la vista- ¿Qué te parece si recuperamos a los pokemon y vamos a por el Noibat?
-De acuerdo- grita Ash igual de sonriente que la chica que tenía en frente, olvidando toda duda que tenia de aquella derrota. Simplemente había entrenado duro. Ya conseguiría derrotarla.
Todos entraron al centro pokemon y les dieron los pokemon a la enfermera Joy. Por su parte, el vaporeon de la oji-azul se rehusó a ser atendida y se quedo al lado de su entrenadora. A la enfermera Joy no pareció importarle ya que vaporeon rebosaba energía, pero a Touko le molestaba que no recibiera los tratamientos de vez en cuando. Se preocupaba por su pokemon. ¿Qué pasa si se debilita en medio de un bosque o algo por no querer recuperarse antes? No podía decirle nada a su amado pokemon ya que, de todos modos, ella misma la iba a recuperar con varias pociones, restaura todo, y bayas que poseía. No sufrió muchos daños en la batalla, pero era mejor ser precavido que lamentar algo a último minuto.
Mientras esperaban a los demás pokemon, se sentaron en una de las mesas que había para poder tomar y comer algo.
-Bien. ¿Cómo encontraremos a los Noibat?- pregunto Serena, quien, para su suerte, se logro sentar al lado de Ash antes que la oji-azul.
-Muy fácil.- sonríe la oji-azul, desviando su vista de Bonnie, quien jugaba junto a dedenne y vaporeon, y posándola en la castaña.-Solo sigues las bayas
-¿Las bayas?- pregunta Clemont-¿Por qué tenemos que seguir a las bayas?
-Según me entere… los noibat han estado robando comida a los viajeros que venían a la ciudad. Esos mismos viajeros afirmaron que, cuando buscaban alguna que otra baya para poder comerla, se encontraban con que no había ninguna en un buen trecho del camino.- explica Touko.- Sin embargo, mientras más cerca de la ciudad estaban, más bayas encontraban. Por lo que supongo que los noibat han estado sacando las bayas de los árboles que se encontraban más adentrados en el camino.
-Entonces… para encontrarlos tenemos que seguir los árboles a los que les faltan bayas- finaliza Ash
-Así es.
-¡Y que estamos esperando!- grita el azabache, saltando de su asiento, en un intento de animar a los demás.
-A los pokemon quizá…- dice Serena, casi como susurro aunque todos la oyeron.
-Bueno… de hecho… no hacen tanta falta.- dice Touko, con una mirada siniestra y algo pensativa.
-¿No hacen falta?- pregunta Clemont, extrañado de las palabras de la oji-azul.
-No.- responde con una sonrisa, mientras pone sus manos en una seña que muy fácilmente se traducía como "es obvio…".- Dejemos que los pokemon descansen un poco. Nosotros mismos podemos capturarlos sin su ayuda.
El azabache sabía el porqué de la confianza de la oji-azul ante la idea de no utilizar los pokemon, pero aún así, sabía que no iba a hacer nada en frente de Clemont, Bonnie y Serena, por lo que dudo un poco sobre la razón que creía.
-Solo llevemos algunos pokemon como precaución, pero creo que no harán falta.- finaliza Touko, mientras se levanta y se dirige hacia su pokemon.- Vaporeon quiero que te quedes aquí junto con los demás, ¿de acuerdo?
El pokemon miro algo molesta a su entrenadora, pero luego le sonrió y acepto la petición. Mientras tanto los demás la miraban extrañados. Ningún entrenador que hayan conocido antes se animaba a decir que no hacía falta de sus pokemon para poder pelear contra otro o para entrar en algún bosque o caverna. Ash pensó en pedirle lo mismo a su pikachu, pero no quería dejarlo solo por lo que lo recomendó como uno de los pokemon a los que se deberían llevar como precaución.
Una vez a las afueras de la ciudad, se encontraron con un oscuro y frondoso bosque. Era de noche, por lo que la visión que cada uno poseía era de apenas unos kilómetros. La oji-azul los guiaba hacia el centro del bosque, siempre y cuando la falta de bayas en los árboles lo dijeran. Clemont se había quedado en el centro pokemon junto con Bonnie para que ella pudiera dormir y para que los pokemon no estén completamente solos. Eso dejaba solos a nuestros aventureros de la noche que poco a poco se iban adentrando más en el bosque, perdiendo de vista todo rastro de la ciudad. Los árboles cada vez iban mostrando señales de escases de bayas entre sus ramas y hojas, hasta que llegaron en lo más profundo del bosque, donde ningún árbol poseía ni siquiera una baya.
-Debe ser por aquí.- susurro para sí misma Touko, mirando de un lado a otro en busca de alguna señal que indicara que estaba siendo observada.
Y ni que los noibat le leyeran la mente. Varios ojos un poco enfadados se mostraron en la parte más oscura al frente de ellos. Dos de nuestros tres aventureros miraron de manera desafiante al grupo de noibats que poco a poco iban apareciendo, mientras que una medio temerosa Serena simplemente se ocultaba detrás de su amor secreto. Esta acción no fue desapercibida para nuestra oji-azules presente quien, inmediatamente se dio cuenta de que estos dos le ocultaban algo. En eso, Ash se da cuenta de que algo, mejor dicho, alguien le esta agarrando el brazo y se está protegiendo con él. Cuando se da vuelta, ve a la pobre Serena temblar un poco por el miedo que la recorría. Cabe avisar que ella no lo hacía a conciencia.
-Tranquila Serena- le susurro Ash para calmarla un poco.-Todo va a estar bien. Solo son unos noibat. No hay de qué preocuparse.
-¿E-e-estás seguro?- pregunto ella tartamudeando un poco.
-Sí. Además, tienes a fennekin para que te proteja.- dijo el azabache mientras le brindaba una sonrisa.- "Y a mí también" pensó para sus adentros.
Serena se calmo un poco. Sin embargo, se dio cuenta de las acciones que había realizado inconscientemente y se ruborizo un poco mientras soltaba el brazo del azabache. "¿Qué hize?" pensó mientras se ruborizaba cada vez más.
La oji-azul, quien los estaba mirando de reojo desde hace un rato, se dio cuenta de algo que, por lo que ella sospechaba, posiblemente ninguno de los dos supiera. Reía entre dientes mientras empezó a maquinar en contra de sus compañeros. Los noibat presentes no entendían la razón de esa risita que escucharon claramente con sus oídos, que eran más finos que los humanos, proveniente de la que creían iba a ser la mayor amenaza. Pero al ver y casi leer sus pensamientos a través de sus ojos los aterro un poquito. Empezaron a avanzar hacia ellos ignorando el susto y se dispusieron a atacar para alejarlos. El pikachu de Ash, quien estaba dormitando por la aburrida caminata, sintió su presencia y, de un salto, bajo del hombro de su entrenador para ponerse en posición de batalla, haciendo que salieran chispas de sus mejillas. Los aventureros nocturnos se dieron cuenta de la acción del ratón amarillo y miraron hacia la dirección de los noibat. Eran aproximadamente unos doce o más, dependiendo del ángulo en el que los veas. Serena saco a su fennekin mientras que Touko sacaba a su vaporeon. Los pokemon se percataron de la acción y atacaron con chirrido. Todos se taparon los oídos mientras trataban de ordenarles algunos ataques a sus pokemons.
-¡Pikachu usa rayo!- ordeno el azabache
-¡Fennekin poder oculto, por favor!- grito la castaña.
Ambos pokemon realizaron los ataques haciendo que se combinaran. Parecía un ataque poderoso, pero los noibat tomaron algo de altura y lo esquivaron con facilidad para luego utilizar supersónico, que fallo por poco, por lo que decidieron volver a atacar con chirrido.
-¡Vaporeon ahora!- le grito la oji-azul a su pokemon. Este le respondió con enojo. Al parecer se rehusaba rotundamente a realizar su truco.- ¡Solo hazlo! ¡Él lo entenderá!
Después de un extenso suspiro, vaporeon se sentó sobre sus patas traseras y miraba de manera penetrante a los noibat. Estos dejaron de chillar mirando a la pokemon azul, intentando descifrar lo que hacía. Esto condeno a algunos, haciendo que se enamoraran de la belleza que emanaba la vaporeon. Obviamente, los que se condenaron al enamoramiento fueron todos los noibat machos, mientras que las hembras la miraban de manera celosa y retadora a la pokemon por su insinuación. Vaporeon resopló mientras giraba su cabeza hacia su entrenadora transmitiéndole un muy simple mensaje: "Ahora te las arreglas sola. Si por tu culpa lo pierdo nunca más te volveré a hacer caso". Dicho esto, regreso sin ser llamada a su pokeball. Por suerte los noibat aún seguían en ese estado de enamoramiento, a pesar de que la responsable no se hallara presente. Las noibat trataban de reanimar a sus compañeros lanzándoles ataques, pero estos… ni caso.
-¡¿Qué fue eso?!- pregunto asombrada la castaña, quien no entendía lo que había hecho la pokemon de Touko ya que lo que vio no era un simple ataque de Atracción.
-Veras…- empezó a explicar el azabache.- Touko entreno a su vaporeon para que pudieran tener siempre un as bajo la manga… aunque lo usaba siempre como primer recurso- dijo, rascándose un poco la nuca.
-La belleza que demuestra vaporeon es de tanta magnitud que todos los pokemon del sexo opuesto caen rendidos sin la necesidad de utilizar el movimiento Atracción, y este dura más que el movimiento ya que sería como algo más natural y no tan forzado.- continua la oji-azul.- Esto nos brindaba algunas ventajas en las batallas, por no contar en los concursos a los que hemos participado. Pero ahora… vaporeon se rehúsa a usar el truco ya que le parece innecesario, además de que… bueno… su corazón ya fue conquistado- dicho esto la oji-azul rio un poco mientras imitaba a Ash y se rascaba la nuca.
-¿Y cómo lograste que tu pokemon tuviera esa habilidad?- pregunto maravillada la castaña, quien empezaba a sentir un poco de respeto hacia la oji-azul, al menos, en lo que a batallas y pokemon se tratase.
-Pues…- empieza apenada
-Eso se debe a Brock- comenta el azabache, con una sonrisa al recordar a su amigo.- Él le regalo a Touko una comida especial para vaporeon, quien, a lo largo del tiempo, la iba a convertir en una belleza de la que nadie se podría negar.
-Si bueno… yo también modifique un poquis esa receta… pero si. Así es como sucedió.- termina de contar Touko.
-Vaya… ¿te molestaría si te pidiera la receta para poder dársela a mi fennekin?- pregunta alegre Serena, pensando que su pokemon también podía tener esa habilidad si solo se trataba de ingerir algo de comida.
-Me encantaría dártela pero el papel en el que anote los ingredientes está en mi casa… y las muestras se me acabaron hace un año.- dice triste la oji-azul.
Esto también entristeció un poco a la castaña, aunque se puso a pensar que en realidad no le quería compartir nada de su receta mágica con ella por el hecho de que estaba con Ash. Esto la puso celosa y enojada, y esperaba no tener que hablar y poder controlarse para no decir barbaridades ni acusar sin antes tener pruebas.
Mientras los tres estaban charlando, varios de los noibat que habían caído en el enamoramiento de vaporeon ya habían regresado a la realidad, por lo que atacaron a nuestros aventureros con todos los ataques que se les ocurría. Algunos empezaron a usar tornado, mientras otros utilizaban mordisco y otros ataque ala. Pikachu y fennekin trataban de esquivar los ataques esperando que sus entrenadores les dieran alguna orden. Al percatarse de ello, Touko también saco a su fennekin, ya que su vaporeon estaba enojada y era mejor no molestarla por un rato; y Ash y Serena empezaron a ordenarles a sus pokemon que lanzaran ataques.
-¡Fennekin, ascuas!-grito la castaña
-¡Pikachu, bola voltio!- grito el azabache
-¡Fennekin, poder oculto!- grito la oji-azul
Los ataques fueron poderosos, pero algunos de los noibat lograron esquivarlos, lo que demostraba la diferencia de niveles que poseían los unos con los otros. En eso, aparece otro pokemon al lado de nuestros aventureros. Era un sudowoodoo que se ponía en pose de batalla, con una mirada algo seria hacia sus contrincantes. Ash reconoció al instante de quien se trataba y no pudo evitar sonreír ante su presencia.
-¡Sudowoodoo usa Mimético!- grito su entrenador, a lo que el pokemon respondió con un ataque ala, imitando a uno de los noibat que tenía enfrente. Este dio de lleno haciendo que el noibat se debilitara.
-¡Brock que alegría verte!- grito el azabache mientras saludaba a su antiguo compañero de viajes.
-¡Hola Ash! Veo que llegue en un buen momento.-comento el moreno de ojos cerrados al ver que su amigo necesitaba algo de ayuda.
-Así es- comenta feliz el azabache mientras vuelve a poner su semblante serio y se dirige hacia su pikachu.- Muy bien compañero. Igual que en los viejos tiempos. ¡Usa rayo!
-Sudowoodoo usa azote- grito Brock para ayudar a su compañero
Sudowoodoo realizo el ataque haciendo que varios noibat se debilitaban, mientras que pikachu obedeció a su entrenador con algunas fuerzas renovadas al ver la alegría que sentía este con respecto a la llegada de un amigo. El rayo fue de tal magnitud que afecto a todos los noibat presentes que no habían sido debilitados por el azote de sudowoodoo, haciendo que estos huyeran hacia algún lugar desconocido. Una vez que los noibat desaparecieron en la distancia, se pudieron escuchar varios suspiros provenientes del grupo. Ash se volteó a ver a Brock mientras hacia las presentaciones correspondientes… pero…
-Y ella es Touko… ¿te acuerdas de…?
-¡Touko corazón mis ojos se iluminan con tu rostro! Por favor acepta a esttteee…asfdiii… asdii… asfdiii- decía Brock con corazones en los ojos hasta que recibió un puya nociva por parte de su croagunt. Este se lo llevo lejos mientras todos lo miraron con una gota en la frente estilo anime…
-Otro que se le arrodilla a Touko…- decía Serena mientras sonreía de manera nerviosa.- ¿Él siempre es así?
-Sí bueno…- respondió el azabache con la misma sonrisa mientras se rascaba la nuca.- Él es todo un personaje ¿no creen?
-Y nunca le pude responder…- dijo Touko igual que los demás
-¡¿Ehhh?!- exclamaron sorprendidos los demás.- ¿Acaso es él al que mencionabas cuando dijiste que ya tenias a alguien?- pregunto Serena con picardía y esperanza de que fuera verdad.
-No… no es él.- respondió tranquila la oji-azul. Serena se enojo, aunque no lo demostró frente a ellos- Pero tampoco le pude decir que tengo a alguien…
-¡¿TIENES A ALGUIEN?!- exclamo sorprendido Brock ya de vuelta con el grupo. Cascadas de lágrimas brotaban por sus ojos mientras continuaba.- Y yo que pensé que teníamos oportunidad. Aaaahhhssssdddddsssss- otra puya nociva por parte de croagunt.
Todos rieron nerviosos mientras Brock era arrastrado de vuelta.
-¿Qué les perece si volvemos al centro pokemon? Es muy tarde. Además podemos intentar capturar a algún noibat mañana con las fuerzas renovadas- pregunto Ash una vez que las risas cesaron.
-De acuerdo.- respondieron los demás mientras caminaban de vuelta al centro pokemon.
Una vez allí se separaron para ir a sus habitaciones. Las chicas se fueron a una habitación casi al principio del pasillo, mientras Ash se dirigía a su habitación unas cuatro puertas más adelante y Brock se iba a la que había reservado, que quedaba justo al lado de la de Ash.
En la habitación de las chicas se podía tocar la tensión. Serena estaba cada vez más celosa de Touko, no solo porque era amiga de su amor, sino también porque ya van dos veces que le proponen ser la novia de alguien. Claro que la vez en que fue Bonnie la que le pregunto no le importo tanto, pero cuando apareció el amigo de Ash e hizo exactamente lo mismo, ya empezó a enojarse. Sospechaba que la vaporeon de la oji-azul no era la única que podía enamorar a los hombres con solo mirarlos. Lo único que deseaba era que Ash no haya caído en ese truco y que no sea él el "alguien especial" de Touko. Estaba tan concentrada pensando en todo el tiempo en el que Ash y Touko se habían encontrado y habían estado juntos que no se dio cuenta de que la oji-azul la estaba mirando algo confundida.
-¿Está todo bien?- le pregunto al ver que la castaña ponía de vez en cuando semblantes de enojo y preocupación.
-Eh… si todo está bien.- mintió la castaña con una sonrisa.- Solo estaba pensando.
-¿Y se puede saber en qué?- pregunto alegre y curiosa la oji-azul.
-Pues…- dijo nerviosa y con un poco de sonrojo Serena mientras miraba hacia otro lado.-Solo estaba pensando en el tiempo en el que conoces a Ash… Quiero decir… se nota que son muy buenos amigos…
-Ahhh eso.- dijo despreocupada Touko mientras se sentaba en su cama.- Si somos muy buenos amigos- esta aclaración puso roja de celos a la castaña.- Pero solo eso.
Serena empezó a verla con confusión. "¿Solo eso? ¿Acaso intenta despistarme o está diciendo la verdad?" pensó la castaña mientras también se sentaba en su cama. Touko rio ante la cara de su compañera.
-No te preocupes.- decía entre risa y risa.- Él no es al que me refería con "mi alguien especial"
Con esto Serena se puso roja… … de la vergüenza. "¿Lo habrá descubierto? ¿Seré tan obvia?" pensó mientras cada vez se ponía más roja al pensar que incluso Ash era capaz de saberlo si la oji-azul lo había descubierto en un día.
-Yo… yo no decía que él era tu alguien especial… yo solo…- trataba de explicarse la castaña.
-Descuida no le diré a nadie. Ni siquiera a Ash.- dijo con confianza la oji-azul al ver que Serena trataba inútilmente de excusarse.
-¿Quién no le dirá a Ash sobre qué?- pregunto Bonnie mientras se frotaba los ojos, exhalando un largo bostezo. Al parecer las chicas se habían olvidado de que Bonnie también estaba presente.
Serena empezó a ponerse roja. Estaba a punto de decir que no era nada, que fue su imaginación pero Touko se le adelanto
-Yo no le voy a decir a Ash que Serena gusta de él- dice la oji-azul con toda la confianza. Y pensar que si se tardaba solo unos segundos más no iba a revelar el secreto de la castaña.
-¡TOUKO!- grito con furia ante tremenda revelación. Ella le había prometido que no se lo iba a decir a nadie y, apenas se despierta Bonnie, le dice. ¿Qué clase de persona podría confiar en ella si era… así?
-Aaahhh eso.- dice Bonnie, moviendo la mano como si no tuviera importancia.- Yo ya lo sabía.
-¿Ya lo sabías?- pregunta ahora con curiosidad. ¿Acaso era taaann obvia como para que una niña de seis años lo notara?
-Sí. Quiero decir… No eres tan obvia pero si están mucho tiempo a tu lado se nota.- y con eso, la pequeña rubia se había caído rendida en el sueño.- Zzzz…Zzzz
-Vaya… me parece que no le cuesta nada dormir ¿verdad?- pregunta la oji-azul después de reírse en silencio por la repentina caída en sueño de la rubiecita
-No puedo creer que ya lo sepan…- se dijo a sí misma la castaña, de manera apenada y avergonzada.
-Descuida. Sé que ninguna de las dos le dirá a Ash.
-¿Cómo puedes decir algo así cuando segundos atrás le dijiste a Bonnie?- pregunta furiosa mientras la miraba directamente a los ojos.
-Vamos… ¿te crees que le habría dicho si no estaba segura de que ya supiera?
-¿A qué te refieres?
-Yo sabía que Bonnie estaba enterada. Sino no le hubiera dicho.- contesta alegre y despreocupada la oji-azul, acostándose un poco en su cama dispuesta a terminar la conversación y poder dormir
-Pero ¿Cómo sabias que Bonnie sabía? ... … … ¿Eh? … … … ¿Touko?
Ya era tarde para la respuesta de la castaña. Touko se había quedado dormida igual que Bonnie minutos atrás. "Bueno… mañana me dirá" pensó mientras, igual que sus otras dos compañeras caía rendida en el sueño. Y si, mañana le diría y, tal vez, también les dirá otras cosas. Pero, mientras tanto, es hora de relajarse y disfrutar de la aventura.
Esta historia continuara…
¿Qué sorpresas les deparará esta aventura a nuestros personajes? ¿Podrá Ash cumplir su promesa? ¿Logrará Serena ser más discreta con respecto a sus sentimientos? ¿Cómo es que Touko descubrió que Bonnie sabía que Serena gustaba de Ash? ¿Encontraran a otro/a ex compañero/a del azabache mientras siguen sus aventuras? ¿Podrá Brock conquistar el corazón de Touko? ¿Croagunt podrá descansar de pegarle puyas nocivas a su entrenador? Todo esto y más en el próximo capítulo. Nos leemos y agradezco que hayan leído todo si llegaron hasta aquí y recuerden dejar review si así lo desean.
