Sumario: Isabella Swan no sabe mucho del amor, pero tal vez un hombre de ojos verdes y mandíbula cuadrada le ayude a averiguar un poco –o todo- sobre el sentimiento. "En el diccionario dice que viene del latín –ōris, pero a mí me dijeron que él es de Chicago"

"LA DEFINICIÓN DE AMOR no se encuentra en un diccionario"

-"¿Quién es él?" preguntó Isabella a su mejor amiga y colega.

-"Es el nuevo, el que acaba de llegar de Chicago, ¿Por qué, te gustó? Kate ya lo invitó a salir" le respondió Alice, quién moría porque Isabella decidiera volver al campo de las citas, no le parecía justo que por un tonto como su ex novio Bella –como la llamaba de cariño- se privara de conocer el amor verdadero

-"Pfft, claro que no me gustó" dijo Isabella sonrojándose por lo obvia que había hecho su atracción hacia el 'nuevo' de la oficina

-"Pues muy raro, a todas las solteronas les gustó, por cierto no te preocupes, declinó la cita de Kate, tal vez tú lo hagas cambiar de opinión"

No era que Alice considerara a Isabella una solterona, pero quien conocía a Alice Brandon sabía de su humor tan negro, como buena Inglesa, también sabía que era la mujer más romántica, optimista y honesta en todo Seattle, probablemente inclusive en todo el país, lo cual muchas veces la metía no solo a ella sino que también a Isabella en muchos problemas. La cosa era que Alice no tenía un filtro para decir las cosas, y como nunca nada le parecía tan malo, no le importaba decirle a la señorita en Saks que la ropa recién llegada de invierno estaba realmente horrible, ni tampoco decirle a su colega Kate que esa falta que traía aparte de hacerle ver el trasero enorme, la hacía ver un poco desesperada, o decirle a Isabella que era parte de las solteronas de la oficina.

-"Corre, ya llego Cruela"

-"Ugh, Alice, no sé porque aún te mantengo como amiga, me voy a quedar sin trabajo un día de estos por tu culpa"

Entrando a la oficina se encontraba la directora del departamento de Marketing, su verdadero nombre no era Cruela, pero si ésta hubiese tenido una hija con pelo rubio, ojos celestes y altura de modelo, seguramente se llamaría Lauren Stanley y sería, sin duda alguna, la jefa de Alice y Bella.

-"¿Me puede decir alguien cuál es la conmoción?, Shuuu, vallan a trabajar que para eso les pago"

-"Claramente ella no hace las entrevistas de trabajo", le dijo en voz baja Kate a Isabella, mientras se acomodaban en sus cubículos de trabajo.

Bella no sabía si realmente había perdido todas las esperanzas en el amor, o si Kate realmente estaba tan desesperada por encontrar un marido, como decía Alice. Claro que el nuevo colega era guapo, pero, no era para tanto. Ya con todos sus empleados en sus cubículos y oficinas Lauren, que muy a penas le dirigía la palabra a sus empleados –semanalmente, solo en las juntas- se había quedado a charlar con el nuevo.

Al llegar la hora de la comida cada mujer que pasaba por la oficina del 'nuevo' lo invitaba a comer, cuando Isabella pasó se le quedo viendo, entonces se dio cuenta con la fascinación con la que lo hacía, le fascinó su boca rosada, su mandíbula cuadrada, su cabello entre cobrizo y café, sus ojos de un verde profundo. Entonces se enojó consigo misma, lo estaba viendo igual que la urgida de Kate y la –perra de- Lauren, perdón, la engreída, prepotente de Lauren, Isabella no se atrevía a llamar a nadie perra, no hasta este momento. Fue en este preciso momento cuando Edward 'el nuevo' volteo hacía afuera de su oficina –"¿Tú también quieres saber si tengo ya con quién comer?" dijo Edward en tono de broma, o al menos eso es como él quería que sonara, a Isabella le sonó a burla y roja tanto del coraje como de la pena le respondió –"No, más bien me preguntaba ¿Cómo es que tú con esa cara de… uhm de no muy listo, pudiste hacer que te dieran una oficina? Yo con tanta inteligencia y tres años en la empresa y sigo en un cubículo, seguro tienes 'conexiones'" dijo levantando una ceja por medio segundo, mientras se volteaba y caminaba lo más rápido posible al ascensor, Isabella no podía insultar propiamente a alguien, incluso si su vida dependiera de eso.

Con la cara más roja que los labios de Rose y las uñas de Alice, fue como llego a "Café Campaigne", un restaurante parisino en el que todos los lunes se veían las tres mejores amigas. Era una costumbre que prometieron no perder. Todos los lunes se relajaban por un momento, no existía nada, más que ellas tres, aunque fuera por dos horas siempre les ayudaba a recordar y a reafirmar su amistad, nunca era fácil encontrar a personas tan valiosas y menos mantenerlas dentro de tu vida, eso era lo que se recordaban cada lunes.

-"¿Otra vez te dijeron piropos del trabajo a aquí?¿Cuántas son, tres, cuatro cuadras?" Preguntó Alice haciendo burla de con lo poco se necesitaba para hacer sonrojar a Bella.

-"Seguro es por el 'nuevo' de la oficina verdad, ya me dijo Alice" dijo Rosalie también burlándose de Bella, y de su comportamiento digno de una adolecente.

-"Podemos ordenar, por favor, tengo muchísimo trabajo, no he podido avanzar nada, Ángela me aviso que teníamos que esperar para iniciar este nuevo proyecto y Jessica esta en reposo por su embarazo, me quede sin jefe de proyecto para la firma de 'Vitamin Water' y tengo dos proyectos por empezar esta semana…"

-"¡Dios!, respira mujer."

-"Rose, deja que lo saque, deja que hiperventile mientras está con nosotras, porque cuando se entere de que el 'nuevo' que por cierto se llama Edward es su nuevo jefe de proyectos, le va a dar un espasmo o algo así."

-"¡MarieAliceBrandon! A que te refieres con que ese sujeto es mi jefe, y ¿Quieres decirme porque demonios me lo informas hasta ahora?"

-"Dios mío Isabella, no estamos en un McDonald's baja la voz" dijo Rosalie con un poco de pena, ya varias veces les habían pedido con un amable francés que se retiraran del lugar si no podían guardar compostura, pero el ambiente parisino y el excelente vino siempre las hacía regresar, y claro, el buen humor con el que veían la vida, lo cual hacía casi imposible insultar a Alice y a Rosalie, Isabella claro era otro asunto.

-"Perdón, ¿Nos voltearon a ver?, no te digo Al, siempre me haces sacar lo peor de mí."

-"Lo peor, es lo mejor" dijo Alice, quien siempre se las manejaba no solo para sacar de quicio a Isabella, sino que también lograba decir las cosas sin sentido con más sentido.

-"¿Qué quiere decir eso?"

-"No lo sé, pero ya vamos a pedir por favor, muero de hambre" les dijo Rosalie a las dos, por fin logrando que terminara la discusión sobre el 'nuevo' colega, y al parecer jefe de Isabella por el que se había levantado una conmoción inusualmente grande.

Una vez que llego el vino y la comida, el nuevo colega desapareció de sus vidas, por lo que Isabella se sintió más que agradecida. La amigas empezaron a comer y a platicar sobre la nueva revista que iniciaba Rosalie, aún había mucho trabajo por hacer pero las tres amigas estaban muy entusiasmadas, Rose era muy buena escritora y editora, y tenía mucha experiencia en revistas reconocidas de Australia e Inglaterra, donde había trabajado con distintas publicaciones. También platicaron sobre la nueva conquista de Alice, un chico que no tenía mucho que ver con ella, era el dueño de un bar nada elegante -una palabra comúnmente utilizada por Alice y con la que a menudo se le relacionaba- al que había conocido hace dos semanas, cuando en un aguacero se le había roto su paraguas en medio de la calle y sin más remedio, se metió a un bar, del que resulto dueño un chico llamado Jasper, el cuál con un fuerte acento texano le invitó un Bourbon y le pidió que se relajara.

-"En serio, no es broma, incluso exigí un Whiskey y hablar con el gerente, me dijo que él era el dueño y que ningún Whiskey sabría mejor que el Bourbon que me estaba ofreciendo"

-"Ah, entonces fue ahí cuando le dijiste lo de la tía Petunia" dijo Bella entre carcajadas

-"¿Qué tiene que ver tu tía en esto? Y ¿Por qué le cuentas a Bella siempre primero?" dijo Rosalie con el ceño fruncido

-"Pues porque tú te la pasas trabajando mujer. Pero bueno, el caso es que le dije que mi tía petunia era de Escocía y ningún 'Bourbon' en el mundo podía saber mejor que su Whiskey casero"

-"El Whiskey casero de tu tía Petunia es malísimo" dijo Bella un poco 'tipsy' y dando un trago a su copa de vino, al final del día Bella no era tan seria ni tan inocente como parecía, una copa de vino la podían hacer la mujer más brutalmente honesta y parlanchina del lugar.

-"No más vino para ti Isabella" dijo Alice como dirigiéndose a un niño de cinco años para informarle que ha alcanzado su límite de galletas. Luego se dirigió a Rosalie con voz baja "Escuche en el baño de la oficina que el 'nuevo' va a hacer una junta para las personas con las que dirigirá sus proyectos, no necesitamos que Bella le declaré su amor tan pronto."

-"Óyeme, en primer lugar no lo amo, es más antes de salir de la oficina le dije que tenía cara de no muy listo" dijo Bella, muy complacida consigo misma "Y en segundo lugar no estoy ebria."

-"¡¿Le dijiste eso?" dijo Alice mortificada por el bienestar mental de su amiga "Ya no creo que necesites mi ayuda con Cruela, tu nuevo jefe te puede despedir ya por méritos propios."

-"Un momento, le dijiste literalmente 'Tienes cara de no muy listo'" preguntó Rosalie a punto de soltar una carcajada.

-"Si, no se me ocurrió nada más" le respondió Bella.

-"Isabella, necesitas clases de 'como insultar a tu jefe para llevarlo a la cama', porque tu táctica no creo que funcione."

-"UGH, que no quiero nada con ese hombre."

-"Mmm hombre."

-"Se llama Ed-waaard, repítelo."

-"Pidan la cuenta por favor" les dijo Bella con un suspiro, era inútil convencer a sus amigas, era más fácil convencerse a ella que nada pasaría con Edwaaard, sus amigas la conocían a veces mejor que ella misma.