Hola de nuevo! Ya se qe esl dia de san valentin paso, pero subi el fic en otro foro antes y pense qe podria gustarles. Espero qe asi sea ^^

Disclaimer: Los personajes de este fic son propiedad de Tite Kubo (hasta el dia en qe pueda apropiarme de ellos ¬¬)

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"Sueño de San Valentín"

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El ritmo lento de la música se prestaba para hacer del baile algo íntimo y romántico.
Un chico de cabellos naranjas tomaba de la cintura a una muchacha de pequeña estatura para seguir el ritmo de la melodía. Ésta, a su vez, rodeo con sus pequeños brazos el cuello de su pareja dejándose guiar por él.
La noche, la música, el lugar, todo era hermoso y mágico.

La pelinegra percibió como su corazón se aceleraba cuando vio que la mirada de su acompañante se trababa en la de ella, mientras éste se inclinaba para susurrarle algo al oído.

-Te amo…- la morena sintió como la felicidad la invadía en todo su cuerpo. El ojimarron se inclinó hacia ella, la chica cerró los ojos premeditando lo que se avecinaba, ya podía sentir los labios de él rozando los suyos…

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¡RIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIING!

La alarma del reloj despertó a Rukia de su letargo. Desorientada, contempló la habitación que compartía con las hermanas de Ichigo, percatándose de que las susodichas no estaban, seguramente ya habrían despertado.
Al darse cuenta de que todo fue un sueño un carmín cubrió sus mejillas mientras se entristecía un poco, le hubiese gustado que fuera realidad.
Quién diría que la gran Kuchiki Rukia tendría ese tipo de sentimientos por un humano, y mas a peor, por Ichigo. No recordaba el momento en que empezó todo, pero lo que si sabía es que ya no había vuelta atrás. Por más que intentaba no podía ignorar lo que sentía.

La ojiazul contempló nuevamente la habitación, se vistió y abrió la puerta para bajar a desayunar cuando un ruido llamó su atención. Kurosaki Isshin había ido a despertar a su hijo, y como ya era costumbre, Ichigo le propino una patada seguida de un "DEJA DE MOLESTAR VIEJO ESTUPIDO!!". La moreno sonrío, y bajo para reunirse con las hermanas Kurosaki. Karin tomaba tranquilamente su desayuno mientras que Yuzu subía las escaleras en busca del botiquín de primeros auxilios para socorrer a su padre.

-Buenos días, Rukia-chan- saludó la pequeña al pasar por su lado, corriendo escaleras arriba.

-Buenos dias, Yuzu, Karin- respondió la aludida, sentándose en la mesa.

-Buenos días a ti también, Rukia-chan- dijo la futbolista sin mucho interés.

Ichigo bajaba las escaleras con el ceño más fruncido de lo normal, su viejo ya estaba fastidiándole la mañana.
Saludo a todos (Yuzu y su padre ya habían bajado) y se dispuso a sentarse junto a la morena, que al verlo se sonrojo un poco. Ichigo se percató de esto y la miro extrañado, pero fue tan rápido que creyó habérselo imaginado y le resto importancia. Después de todo, ¿Rukia sonrojándose? y, aun mejor, ¿por él? Ni en sus mejores sueños.

El resto del desayuno transcurrió de forma normal, léase por normal Ichigo e Isshin discutiendo, Karin pegándole a su padre y Yuzu intentando calmarlo, en fin, la rutina.

-Rukia-chan- Yuzu se dirigió a la chica mientras ésta ultima y el pelopincho se preparaban para salir- hoy en la tarde te enseño a preparar lo que me habías pedido- la aludida asintió un tanto avergonzada y vio de reojo como Ichigo la miraba con curiosidad.

Mientras iban camino al instituto, la ojiazul rememoro las palabras de Yuzu y recordó que al día siguiente era San Valentin. En esta fecha, según se había enterado, las mujeres le regalaban un chocolate (negro) a la persona por la cual sentían un afecto especial. A la morena enseguida se le ocurrió que seria el momento perfecto para declarársele a Ichigo y le pidió a Yuzu que le enseñara cómo hacer el dichoso chocolate, sin revelarle el verdadero motivo de su curiosidad, por supuesto.

Y en ese instante también se acordó su sueño. El instituto celebraba un baile para festejar esa fecha, en donde las chicas tenían que invitar a quien seria su acompañante. Ella quiso pedírselo al pelinaranja, pero siempre que lo intentaba terminaban peleando, Rukia no iba directamente al punto, Ichigo perdía la poca paciencia que poseía y se desataba el pleito. La chica suspiró para sus adentros, seguramente el sustituto ya tendría con quien ir.

-Oi Rukia- Ichigo sacó a la morena de su ensimismamiento- ¿a qué se refería Yuzu con eso de enseñarte algo?- el pelopincho había estado todo el camino debatiéndose entre preguntarle o no, la curiosidad le podía pero no estaba seguro de que Rukia quisiera responderle. Al final optó por interrogarle.

-¿Y a ti que te importa, idiota?- la moreno se puso a la defensiva, no podía rebelarle aquello, por lo menos no en ese momento.

-Eres una molestia enana, ni siquiera se te puede preguntar algo- el chico estaba molesto, simplemente le había hecho una pregunta inofensiva y ya lo estaba insultando.

-¿A quien le dices enana, imbecil?- ya habían empezado otra vez.

-Pues a ti, E-N-A-N-A.

-Mocoso.

-Anciana.

-Anormal.

-Perra.

-Idiota- con este último comentario por parte de la morena ambos se miraron con rencor, para luego voltear ofendidos.

El shinigami sustituto miró de reojo a Rukia, recordando el acontecimiento que daba lugar al día siguiente. Gracias a su querida profesora (nótese el sarcasmo) sus alumnos debían ir obligatoriamente, puesto que sino su promedio bajaría en picada. Ichigo reprimió un gruñido, casi todos sus compañeros tenían pareja, menos algunos a los que se podía contar con los dedos, él incluido. Y no era porque no se lo hubieran pedido, en realidad había obtenido bastantes invitaciones de las muchachas que asistían a su instituto, pero la que él esperaba jamás se presentó. Así es, el ojimarron había mantenido una pequeña esperanza de que su pequeña amiga (que ahora consideraba más que eso) lo invitara, invitación, que como ya expuso, nunca llegó. Ahora el chico tendría que presentarse al baile sin pareja, genial. Ya se imaginaba a Ishida burlándose de él. El quincy tenia pareja, Inoue Orihime lo había invitado, y el chico de gafas, ni tardío y perezoso, aceptó.

Rukia contemplaba a su compañero que iba perdido en sus pensamientos haciendo caras raras. "Es ahora o nunca" pensó y se lanzó a hablar con el chico.

-Oi Ichigo- el aludido volteo a mirarla

-¿Qué quieres?- la animó al ver que ella había quedado muda después de llamarlo. Inexplicablemente su paciencia estaba intacta.

-Etto… me preguntaba si tenias pareja para el baile de mañana- la shinigami se mordió levemente la lengua, ya estaba dicho, ahora solo podía esperar a que el chico respondiera lo que ella deseaba.

-No- respondió tajante Ichigo, frunciendo más el ceño al recordar el por qué de este hecho.

Rukia sintió que un peso se le quitaba de encima. Ahora solo faltaba una cosa.

-¿Quieres ir conmigo?- en ese momento la chica se detuvo mirando a los ojos al pelinaranja y se reprochó mentalmente por no tener una cámara a mano. La expresión de estupefacción dibujada en el rostro de Ichigo era algo que no se veía todos los días.

Por su parte, el sustituto no podía creérselo. Lo que había esperado al fin se presentaba y él solamente estaba ahí parado como un idiota sin decir nada, tal vez Rukia tenía razón al llamarlo de esa manera.
Al ver que la susodicha comenzaba a andar con el rostro cabizbajo, despertó de su letargo para intentar responderle.

-Cla… claro- tartamudeó Ichigo, sintiéndose más idiota todavía, hasta que una idea surgió en su mente… Y si lo que Rukia quería que le enseñara a hacer Yuzu era… bueno, lo descubriría al otro día.

-Bien- la morena sonrío para sí misma, sonrisa que después de un momento se tornó picara. Tal vez, solo tal vez, Cupido le ayudaría a hacer realidad su sueño.