[ Hechizo eterno ]
[Akasuna-san, Akasuna-san, escúchame por favor. ]
~Rumor~
-¿Escucharon sobre Akasuna-san?.- Ino, Una chica rubia y de carácter alegre preguntò.
La atención de las chicas a su alrededor fue captada con gracia.
La pelirrosa recargada en la ventana asintió con gesto aburrido. -Cerda, todas las chicas del instituto saben sobre ese hechizo.- La rubia hizo un puchero y tomo lugar a lado de la pelirrosa con aire fingidamente abatido.
-Venga Sakura. ¿No te da curiosidad saber si es verdad, o no?.- Dijo en respuesta la rubia mientras la jalaba hacia el centro de los escritorios.
Las tres chicas a su alrededor asintieron presurosas.- Vamos! Incluso Hinata quiere que le concedan ese gran deseo que tiene desde niña. Tu eres la mas valiente y no crees en esto así que no te afectara.- La chica pelirroja la tomo del brazo melosamente.
-Karin-san... podría ser peligroso.- Suspiro. Las tres chicas frente a ella la observaron con sosiego.
Al inicio del ciclo escolar se había comenzado a escuchar el rumor de Akasuna-san. Un antiguo maestro de las marionetas del antiguo japón, capaz de manipular a mas de mil marionetas humanas, fuerte, poderoso y calculador. Quien, al parecer, podía conceder todo lo que desearas al invocarlo en un periodo de 5 días, a cambio claro, de lo que el pida.
Sakura jadeo al sentir el filo de aquel bisturí sobre su palma, escucho la sangre gotear sobre aquel pergamino que había encontrado Karin en el viejo templo de la ciudad. -¿Como es que accedí a esta tontería?- Penso mientras cerraba su palma y abría los ojos. Las chicas a su alrededor comenzaron con el hechizo con ella en el centro.
-Akasuna-san, Akasuna-san, escúchanos por favor. Nuestros deseos por el tuyo pedimos hoy.- El coro de voces de las chicas resonó en aquel salón en penumbra. Las velas se apagaron con un fuerte viento y el grito ensordecedor de Sakura las obligo a abrir los ojos del susto. Estaba envuelta en una especie de red de hilos color aqua. Presa y asustada, Sakura solo jadeo.
-700 años, Y sabes que no me gusta esperar...- Fue el murmullo masculino y sádico que resonó en el aula. Las chicas se estremecieron y los hilos apretaron a la pelirrosa aun mas. - No se... de que me habla.- Murmuro a como pudo mientras trataba de no perder el conocimiento.
Y de la penumbra comenzó a vislumbrarse una especie de marioneta a gran escala, como si de un hombre real se tratara, encapuchado y con mirada marrón vacía. Observo a la pelirrosa con cautela, destapo su rostro y se acerco a la chica cautiva tomando su mentón. - Ah, ya veo. Me tendrás que recordar en algún momento.- Susurro contra sus labios con un toque siniestro. Giro su mirada hacia las chicas asustadas en un rincón
-Un deseo a cada una. A cambio de eso...- Observo los ojos jade de Sakura.- Ella sera mia.-
La chica pelirroja se puso de pie rápidamente y de manera temblorosa.- S... Sasuke Uchiha, deseo que el sea mi pareja.-
El marionetista corto un hilo que apresaba a la pelirrosa. - Traición, ya veo.- Murmuro mientras observaba a las otras dos chicas, quienes observaban aun a la pelirrosa. -Lárgate, tendrás lo que quieres.- Concluyo hacia la pelirroja. Sakura la observo en shock, Sasuke Uchiha era el actual novio de la pelirrosa.
Así, al finalizar los deseos de las chicas, Los hilos que ataban a la pelirrosa fueron deshechos, al caer al suelo tomo su garganta mientras tosía tratando de recuperar el aire. El hombre pelirrojo frente a ella la observaba de pie.- El egoísmo humano es patético.- Sakura alzo la mirada al escucharlo mientras sus ojos se humedecían.
-Las entiendo, ellas siempre me habían dicho lo que deseaban, pero Karin-san...
-Los hilos que te ataban a esta vida se han ido. Ya no perteneces aquí Sa-ku-ra- Se agacho frente a ella y la tomo del mentón.- me hiciste esperar mucho tiempo. Debo castigarte por eso.-
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Sentencia
Día 1
Karin
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¿En serio la había ignorado de aquella manera?.
El rostro se Karin no pudo mostrar mas sorpresa al ver a Sakura a lo lejos acompañada de el marionetista. Mas aun al verla tratando de llamar al Uchiha y a este ignorándola.
-Ah, Karin estabas aquí.- Comento el pelinegro mientras se acercaba a ella al caminar, un sonrojo se asomo en sus mejillas. - Sasuke-kun.-
Tras el pelinegro observo como la pelirrosa se echaba a llorar contra el pecho de aquella marioneta. Se sintió mal por un momento.
Dia 2
Ino
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Ella había pedido por su familia, pues la floristeria Yamanaka había estado en posible quiebra, pero gracias a Akasuna-san y tras el consentimiento tras la mirada de Sakura aquel día por fin había podido ayudar a su familia. Suspiro con preocupación mientras observaba el asiento frente a ella, Sakura lucia tan perdida que se arrepintió por haber pedido aquel deseo. Y sintió tristeza por lo sacrificada que solía ser su mejor amiga.
Volteo hacia atrás, en donde se encontraba la reciente pareja. La pelirroja la observo
-Zo-rra- Deletreo en silencio. La pelirroja entendió y agacho la mirada arrepentida.
Dia 3.
Hinata
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¿En serio había sido capaz de intercambiar la vida de su mejor amiga por un simple deseo?. Se sintió como el ser mas horrible del mundo. Ella no era así, entonces ¿Por que?.
-Señorita, le llama su padre.- Ella giro la vista hacia la entrada de su habitación y sonrió leve. Por eso, ella había deseado que su padre la dejase tener libertad, que la dejase vivir y amar a quien ella deseara, y desde entonces su padre no había sido mas que comprensivo, dulce, afectivo con ella y su hermana. Bajo de su cama y se encamino al piso de abajo. Hoy habria una cena familiar y por fin podria presentar a Naruto como su novio formal y quizá, como prometido a futuro. Se sonrojo y por un momento la culpa regreso a ella.
-Soy tan egoista.- Penso.
Dia 4
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La observaron deambular por los pasillos con la mirada melancólica, ya no solía juntarse con ellas como acostumbraba, ahora solo iba de un lado a otro acompañada por Akasuna, se había vuelto tan ejemplar, cumplida y silenciosa que todo el instituto la admiraba. El pelirrojo solo se había hecho pasar por el superior de la pelirrosa, nadie pregunto nada. La rubia crispo de nervios.
-¡Nuestros deseos eran buenos! Tu la lastimaste, por tu culpa ella esta así.- La pelirroja abrió los ojos asustada tras el grito de Ino.
-¡Ella sabia que Sasuke-kun me gustaba desde primaria! Si tanto le hubiese molestado que yo deseara eso ya me lo habría reclamado.- Dijo Karin a su defensa. Hinata la vio mal.- Sasuke-san no te ama, solo dejo a Sakura por culpa de tu deseo.- Tomo a Karin de los hombros.
-Ella se sacrifico por nuestros deseos sin saber las consecuencias, esta entregando su vida y debemos encontrar la forma de remediarlo, si tanto aprecias nuestra amistad y la de Sakura, nos ayudaras a buscar la forma de sacarla de este lio en que la metimos por un simple juego.-
Las palabras de Hinata hicieron mella en la pelirroja, Ino las observo a ambas con un deje de preocupación. -Akasuna-san dijo que después de 5 días el contrato seria permanente.- Las chicas frente a ella la observaron con temor.
-Hay que apurarnos.- y tras aquel comentario por parte de la pelirroja se dirigieron al templo en donde habían encontrado aquel pergamino que las había metido en aquel gran problema.
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-Chicas, encontré algo.- Grito Ino mientras mostraba un gran pergamino con una pintura ilustrada en el.- ¿No les parecen conocidos?.- Hinata abrió los ojos de manera estrepitosa, Karin callo un grito con sus manos.
Frente a ellas se encontraba un pergamino ilustrado, fijándose en una época de guerra y batallas sanguinarias, en el, se podía observar claramente al pelirrojo manejando miles de marionetas con armamento dispuesto a atacar a una joven chica de cabello corto.- Es ... Sakura.- Susurro Hinata. Si no fuese por que la chica en aquel pergamino portaba el cabello corto, habrían pensado que era la misma Sakura que ellas conocían en la actualidad. La pose de batalla y la mirada fiera de la chica en el pergamino demostraba su valentía y fuerza.
-Ellos, se conocen desde hace muchísimo tiempo, por eso, Akasuna-san menciono 700 años.- Susurro la pelirroja.
-Si esto es asi, estamos en mas problemas de los que pensabamos...-
La rubia se dejo caer en el suelo mientras pensaba la forma de liberar a la pelirrosa de aquello.
