Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen.

—Bla bla —Diálogo.

Bla bla —Pensamientos.


Restableciendo el clan

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Prólogo

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¿Quién iba a imaginar que el extraordinario Sasuke Uchiha necesitaría un consejo amoroso? ¿Quién en su sano juicio se le pasaría algo así por la cabeza? Absolutamente a nadie, es por eso que ya se estaba retractando de lo que tenía planeado hacer, porque…

¿Naruto?

O sea, ¿en qué diablos estaba pensando? ¡Bendito Kami! Se trataba de N-a-r-u-t-o.

El orgullo casi se le estaba disolviendo, y probablemente sus antepasados estaban revolcándose en la tumba en ese mismo instante.

¡Qué embarazoso!

Suspirando por lo bajo, apoyó el mentón en la palma de la mano mientras escuchaba el monólogo de su rubio amigo.

Vaya, la boca de Naruto tenía vida propia. Claro, además ser el culpable central de la contaminación acústica.

Con expresión apagada, se preguntó una vez más si podría confiar en Naruto. Obviamente podía hacerlo, pero el orgullo. Maldito orgullo que le estaba jugando en contra.

Tal vez ya debería admitir que, verdaderamente, necesitaba ayuda. Y del Uzumaki, porque bueno, había un dicho que decía; más vale diablo conocido que por conocer.

—¡Y fue así, ttebayo!

—Hn… — fue todo lo que salió de su boca.

El rubio sonrió ampliamente y enseguida comenzó a comer el resto de ramen que le quedaba en el cuenco.

Sasuke frunció los labios, sabía que tenía que decirle a Naruto, pedirle un consejo y quizá ayuda, pero… ¡Cielos! Era vergonzoso. Sin embargo, si no lo hacía, quizá moriría solterón y sin descendencia.

¡Demonios! La sola idea le provocó que la piel se le erizara.

—Dobe — lo llamó casi tímidamente.

—¿Ah? — logró balbucear el Kitsune mientras terminaba de devorarse el ramen.

—Necesito hablar contigo — su voz era seria y vacilante. Por supuesto, aquello llamó la completa atención de Naruto.

—¿Qué es, teme?

—Necesito un consejo… — murmuró con un ligero rubor cubriéndole las mejillas.

—¿Sobre qué? —preguntó, escéptico. Porque, ¿Sasuke Uchiha pedirle un consejo a él? Wow…

—Sobre… —en el acto miró a su alrededor, comprobando que no hubiera nadie cerca que pudiera escuchar. —… mujeres…

—¿Qué?

Al notar que Naruto nada le escuchó, repitió la respuesta, esta vez con un volumen más alto.

—Mujeres…

La expresión en el rostro del kitsune fue memorable.

—¡¿Qué? —. Exaltado chilló, llamando la atención de todas las personas que estaban en el Ichiraku, incluido Teuchi.

—¡Cállate, dobe! —más de seguro y estaba más sonrojado que antes.

—¡¿Qué dijiste? — aún creyendo nada, miró fijamente a Sasuke en busca de una confirmación. —¿Un consejo sobre mujeres? —susurró sólo para él y el Uchiha.

—Sí — si la idea de Naruto era que se sintiera más avergonzado que nunca, lo había logrado con el mayor de los éxitos. —Maldición.

Para sorpresa de Sasuke, el rubio se quedó en silencio unos segundos que a él le parecieron eternos.

—¿Por qué? — atinó a preguntar luego de que procesara toda la información.

—Porque… — en definitiva, la vergüenza tenía varios estados, cada vez más humillantes. —Quiero reconstituir mi clan.

—Oh, entiendo — enseguida una sonrisa zorruna apareció entre sus labios. —¿Y necesitas saber qué hacer para acercarte a una mujer y conquistarla? ¿Algo así, no?

—Más o menos — dejó escapar un suspiro suave. —¿Me ayudarás o no?

—Lo haré, pero, ¿por qué todo tan repentino?

—Porque ya tengo 23 años, la edad suficiente para procrear, además si quiero restablecer mi clan, quiero varios hijos. Ese es mi objetivo, así que tengo que empezar cuanto antes.

—Ok, ok, lo entiendo, teme, pero no todo es tan fácil, es decir, ¿sólo quieres una mujer para procrear?

—Básicamente.

Naruto amplió los ojos, acto seguido, frunció el ceño.

—¿No crees que eso es muy egoísta?

Sasuke arqueó una ceja sin comprender a donde quería llegar el kitsune.

—Las mujeres no son sólo para procrear, ¡ttebayo!

Eso lo sabía, obviamente, sólo que el mencionar la palabra amor le revolvía el estómago.

—Lo sé, dobe — habló entre dientes.

—¿Entonces qué quieres?

Aspirando el oxígeno suficiente como para continuar y explicarle la situación a Naruto, dejó caer con cuidado el brazo en donde tenía apoyado el mentón.

—Acercarme a una mujer, saber como… no sé, ya sabes. Hablar con ella, conquistarla… —¡Caray! El sólo pronunciar la palabra –conquistarla- le daba escalofríos.

—¿Y me pides un consejo a mí? — en ese preciso segundo, las carcajadas salieron despedidas de la boca de Naruto.

—¿De qué te ríes, dobe? — no era grato que el ojiazul se estuviera chasqueando de él, en absoluto.

—Es que… ¿Por qué yo?

—Por si no lo sabías, dobe — marcó sutilmente el calificativo que tenía hacia el rubio —no muchos aman mi presencia en esta aldea. Además, tú eres el único en quien podía confiarle algo así…

Dejando las risas de lado, con mucha fuerza de voluntad, el ojiazul asintió al momento que limpiaba con el dedo índice, una lágrima que se le había escapado y que le recorría la mejilla.

—Está bien, está bien, ttebayo.

Reduciendo escasamente el espacio entre las cejas, observó al Uzumaki que parecía meditar la situación.

—No te puedo ayudar, teme.

Casi se le cayó la mandíbula al escucharlo, aunque –claramente- no lo demostró.

—¿Qué? — la pregunta fue más bien una queja.

—O sea, te puedo ayudar, pero no mucho. Yo nunca tuve buena suerte con las mujeres como tú, Sasuke-kun. — no pudo evitar burlarse de él.

Recordando los fatídicos días en que las fans girls se le tiraban encima, Sasuke entrecerró los ojos. Definitivamente, aquellos días eran más simples.

—¿Cómo lo hiciste con Hinata?

—Eh… —llevándose una mano hacia la nuca, Naruto río algo nervioso. —Pues, tuve ayuda.

—¿Ayuda? —con elegancia enarcó una ceja. —¿Qué ayuda, dobe? ¿De quién?

—He tenido la misma ayuda que han tenido varios de nuestra generación, por ejemplo, Sakura y Lee, Neji y Tenten, Hinata y yo… y varios más. Incluso Kakashi sensei con Shizune.

—Uhm… — estando curioso volvió a preguntar. —¿Quién?

—Ino, ella es quién ha juntado a todos… la mayoría. Ella es muy buena, de veras.

¿Así que Ino Yamanaka actuaba como celestina? Vaya sorpresa.

—¿Y por qué lo hace?

—Ah, ya sabes. Es Ino, le encanta que todos estén felices y adora ser Cupido.

—HN — estaba todo bastante claro, al parecer tendría que pedirle ayuda a… Ino. ¡Maldición! La ayuda cada vez se ponía peor.

—Ella puede ayudarte, estoy seguro.

Sasuke no estaba tan seguro, porque si mal recordaba, Ino era una de las fans que tenía cuando estaba en la academia.

—No creo que sea buena idea.

—Puede que tengas razón, pero si es por Kiba, no te preocupes. A él no le molesta que ella se las dé de celestina.

—¿Inuzuka? —preguntó curioso. ¿Qué tenía que ver Inuzuka en todo eso?

—¿No lo sabes? —Naruto rió al ver la expresión de desconcierto del azabache. —¡Kiba es novio de Ino!

¿El chico perro novio de Ino Yamanaka?

—¿En serio? —aún estaba consternado. Y es que a decir verdad le era difícil de creer.

—Sí, llevan como 2 años juntos. Más que yo con Hinata, ¡ttebayo!

—Uhm…

—Ella podrá ayudarte. Yo sé que lo hará.

—No sé — no estaba muy convencido aún.

—Si quieres yo puedo hablar con ella, teme.

Suspirando sin ganas, y advirtiéndose internamente de que quizá se trataba de la peor idea que jamás tuvo en su maldita existencia, asintió. Ya no podía retractarse, pediría la ayuda de Ino Yamanaka para restablecer su clan, después de todo, nunca fue bueno en la comunicación como para que él solo anduviera conquistando mujeres.

Además, Ino era mujer, lo ayudaría de buena manera. Al menos, eso esperaba.

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—¡Achuuu!

—Salud, preciosa.

—Gracias, Kiba. — Sonrió de medio lado mientras le acariciaba la cola a Akamaru.


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TO BE CONTINUED...

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Hola. ¿Cómo están? Pues, les debo una disculpa. Supuestamente iba a publicar este fic la semana pasada, mas por disconformidad no lo hice, que agregado a la flojera casi se hizo crónico. xD

Bueno, ojalá les guste o sino, los tomatazos y amenazas de muerte estaré esperando.

Nos vemos pronto.