Tempestad en tierra de desconocidos; El bosque...El bosque no había cambiado nada, bueno... Al menos eso pensaba él. Los mismos colores, los mismos olores, el ambiente siempre había sido el mismo. El pueblo, otra de aquellas cosas que no habían cambiado. Bueno...salvo por,... -!Te odio Grisam Burdock!-la chiquilla se reusaba a dejar que se acercase mas a ella. Mientras ella luchaba por que le soltara el brazo-!No me extraña que te hallan elegido como el peor pretendiente para hijas de magos y no-magos, en todo el pueblo! -No me digas, pero creo que esto te lo has buscado tu solita-decia el rubio mientras acercaba su a cara a la de la chica, con una media sonrisa, que, desde luego, era mas maliciosa que simpática. -NO!-exclamaba la chica, mientras le asentaba una bofetada en la mejilla derecha y salia huyendo, pero no antesnsin decir...-Tu, has cambiado mucho. No eras asi antes de salir con Pervinka. -!ya tienes la respuesta!- decia el rubio mientras se daba la vuelta y le pegaba una patada al barril de madera en el que hacia unos segundos, habria estado apoyado. Esa última frase le había hecho pensar en sí mismo. Cambiado...cambiado. Podía ser. Él había cambiado bastante, y esa era la verdad. Su cara de niño bueno se había visto entorpecida por un gesto de continuo enfado que haria asustar a cualquier niño de la calle. Sus ojos, seguian siendo un poco verdes, pero se habían aclarado bastante, y sus pecas siempre habian permanecido en el mismo sitio. Su pelo siempre hechado hacía atras, siempre permanecía despeinado. Su anatomia habia cambiado, por supuesto, estaba hecho un hombre, y en cuanto a altura, su metro 90, era herencia de su querido tio. Se desperezo y se encaminó a la herreria, en la que habia decidido comenzar a trabajar cuando cumplió los 15, fruto de un ataque de inspiracion prioducido por el simple hecho de no saber a lo que dedicarse en un futuro. Los pasteles no eran lo suyo y la magia...bufff...Le habia cogido mania, debido a cierta bruja que habia decidido abandonarle por otro a la edad de 16, tras 4 años de "noviazgo", de cuyos 3 habia sido engañado la mayoria de los dias del año. Ha veces le daba por pensar en la relacion que tenia con Pervinka, pero desde luego, a pesar de todo el daño que le habia hecho, le agradecia haberle dado el caracter que tiene ahora; el de un hombre. Mientras atravesaba la plaza del pueblo y saludaba al gran roble, dirigia su mirada en busca de mas victimas a las que intimidar,no sin antes, usarlas cual clinex. Sus andares hacian que las chicas de aquel pueblo se dieran la vuelta y comentasen lo prendadas que estaban de él. Él sacaba un cigarrillo de los bolsillos de sus pantalones vaqueros oscuros y anchos. Daba su primera calada al cigarro a la vez que se desabrochaba la camisa debido al calor que hacia en pleno verano. Se peinaba con las dos manos mientras tenia el piti en la boca y se apollaba con los pies cruzados en la pared de la pasteleria de sus padrez, que aun conservaban. Siempre le habia gustado el olor de los dulces, pero trabajar con ellos , nunca habría sido lo suyo. Mientras una figura femenina salia de la tienda y le arrebataba el cigarrillo de la boca, solo le dio tiempo a exclamar un;!joder Mama! ¿de donde puñetas sales? -Ese lenguaje, y esos andares. ¿Que se supone que estas haciendo? Tu tio lleva mas de media hora esperandote en la cocina. Corre y ve a casa de una vez. -Mmnn...-gruño el chico antes de dirigirse hacia lo que el llamaria; la reprimenda de cada viernes tarde. Lo unico en lo que penso antes de entrar en su casa fue, en lo bonito que se ponia el atardecer sobre fairy oak, dandole un tono anaranjado propio de un cuadro hecho de acuarelas