Ranma X tres.
El otoño vestía las calles de Nerima, con sus colores dorados, rojizos y anaranjados. El clima aún era agradable, ni mucho frio o calor, pero aún así la gente llevaba un ligero abrigo por si en las tardes el viento se hacía presente.
El Dojo Tengo no era la excepción a este escenario, se podía ver el pequeño estanque con unas pocas hojas sobre él, provenientes del árbol que está a un lado, que este año se veía hermoso con los colores característicos de la época, y si se observaba la escena en detalle, se podía ver a un viejecito bastante particular sentado en la mesa principal.
– Esto es estupendo – Se sobaba las manos – Por fin llegaron.
Abrió el pequeño paquete que se encontraba sobre la mesa, al ver su contenido frunció el ceño – ¿Qué? ¿Solo tres?, bueno, da igual, jeje como nos vamos a divertir – Tomó uno y lo llevó directo a su boca, cuando estaba por comerlo se detuvo – Sabrán mucho mejor con un poco de té – Y dejándolo junto a los demás se dirigió a la cocina.
En ese mismo instante llegó el chico de trenza negra, venia de la escuela – ¡Já! Tonta Akane, nunca puede alcanzarme – Se sentó en la mesa y vió el extraño paquete -– ¡Oh! Dulces, que bien.
Unos minutos después una agitada Akane entró a la casa.
-¡Ranma! Eres un idiota, es la última vez que te ofrezco algo preparado por mi ¿Dónde estás? – La chica dejó sus zapatos en la entrada y se acercó al comedor que es donde cree puede estar su prometido, y no se equivocaba… Tanto.
Mientras avanzaba una extraña pelea llego a sus oídos
– Yo soy Ranma ¿Quién demonios eres tú?
– Eso debería preguntarlo yo. Dime ¿Quién eres y que es lo que quieres?
– ¡Miaaaaau!
– ¡GATO!
– ¡GATO!
Akane estaba extrañada, solo escuchaba la voz de su prometido. Acelero el paso temiendo que la mala suerte de su prometido lo había metido en problemas nuevamente.
-¡Ranma! – Llegó finalmente a comedor y no podía creer lo que vio. Eran tres Ranmas, si tres, peleando entre ellos. Aun que uno no estaba pelando, solo estaba en cuatro patas lamiendo su mano - Pero qué demonios…
– ¡NOOOOO! ¡Mis dulces! – El pobre Happosai vio la misma escena que la joven, dejó caer la taza de té que traía, se arrodillo llorando y vio como sus planes fueron arruinados por Ranma.
– Maestro ¿Qué le hizo esta vez? – El viejecito se tensó al sentir el aura de furia de Akane, al verla esta tronaba sus dedos preparándose para darle la golpiza de su vida.
Pero el Happosai en verdad estaba molesto – ¿Crees que hice esto a propósito? ¡Fue él! Se comió mis dulces multiplicadores.
– ¿Qué? ¿Multiplicadores? – La joven se gira y observo a sus tres prometidos seguir peleando por quien es el verdadero Ranma – Me volveré loca si esto dura para siempre.
Ya más tarde, durante la cena, todos los integrantes de la familia estaban reunidos para resolver el problema. Era una estampa a lo menos llamativa. Akane tenía a un Ranma sentado a la Derecha y otro a la izquierda y el último sentado en forma de ovillo sobre sus piernas. Todos comían las delicias que había preparado Kasumi mientras observaban la escena. De vez en cuando el Ranma-Gato le pedía comida a Akane y esta le daba en la boca.
–Que humillante – Dijo uno de los Ranmas, el que estaba a su derecha– Niña tonta, deja de hacer eso, ningún Ranma querría que lo alimentes.
La aludida lo mira con el ceño fruncido – Grosero – dicho esto le volvió a dar comida al cómodo Ranma en sus piernas.
–Habla por ti "Ranma" – Dijo el Ranma que faltaba haciendo comillas imaginarias con sus dedos – Lo que es yo quiero que Akane también me alimente ¡Aaaaah! – Dijo el Ranma sentado a su izquierda, abriendo muy grande su boca y acercándose a Akane.
Ella le dio comida en la boca mientras reía – Creo que ya sé cuáles Ranmas me agradan más –Sin darle tiempo a reaccionar, el Ranma de la izquierda la tomó de la cintura, la acercó hasta él, dejándola a solo unos centímetros de distancia de su cara, provocando un notorio sonrojo y nerviosismo en Akane – Podemos declarar a tu favorito muy fácilmente – No tuvo tiempo de eliminar la poca distancia que los separaba de los labios de la chica, ya que el otro Ranma ya había pasado su brazo por los hombros de Akane acercándola a él. Al notar lo cerca que estaban cambio su cara de odio por una totalmente sonrojada, soltando a la chica se excusó – Lo…lo s…siento, no pienses que me gus…gusta abrazar a chicas feas como tú – Dijo intentando ocultar su rostro con su flequillo.
La familia observaba atónita, los patriarcas de las familias ya escuchaban campanas de bodas en sus cabezas. Solo una estaba realmente analizando la situación, hasta llegó a un pequeño acercamiento.
– Ya entendí – Dijo Nabiki ganándose la atención de todos – Este Ranma es como la parte pervertida de mi cuñadito, este otro se llevó todo el lado infantil de él y bueno – dijo apuntando al último – él es solo el gato del Neko-Ken. Al comer los dulces se multiplicaron. Esto será muy divertido.
– Oye un momento, yo no soy ningún pervertido – Dijo el aludido – Solo sé lo que quiero, y quiero a Akane ¿Qué hay de malo en eso? – Dijo cruzándose se brazos y arrugando su entrecejo.
Silencio. Si se ponía atención se podía escuchar el errático latido de dos jóvenes, el de la menor de las Tendo y el de Ranma-Infantil. Este último hablo para defenderse.
– No digas esas cosas, o esta boba se lo creerá – Su sonrojo fue en aumento mientras hablaba.
La joven Tengo no hizo comentario alguno, seguía aún en shock por el repentino acercamiento de su prometido, el denominado por Nabiki como Ranma pervertido. Ahí los tenía a todos: Ranma-Gato, Ranma-Infantil y por último el Ranma-Pervertido.
Como en todas las situaciones que se salen un poco de la norma, la buena de Kasumi salió al rescate. Tomó al maestro, quien estaba amarrado en un rincón, le saco el pañuelo que le impedía hablar y le preguntó – Maestro, ¿Cuánto durara todo esto?
El viejecito se reusaba a hablar, estaba enfadado, ese mocoso se había comido sus dulces – No diré nada, ese estúpido de Ranma arruino mi diversión. Lo hubiéramos pasado increíble los otros Happosais y yo – Volvió a llorar.
En eso el Ranma-Gato tomó algo de entre sus ropas con su boca y lo deja cerca del maestro y le sonrió amistosamente – ¡Miauu!
Al ver que se trataba de uno de los dulces todos intentaron hacer algo, aunque nada muy productivo. Los otros dos Ranmas tomaron al gato y lo golpeaban por la gran estupides que acababa de hacer, Akane intentaba pararlos, Genma y Soun hacían lo posible para que el Maestro no se soltara de sus amarras, Kasumi miraba todo lo que tendría que ordenar después y Nabiki tomó una revista que estaba cerca y se puso a leer. Después de todos los intentos el maestro aun así se comió el dulce, puede ser porque a ninguno se le ocurrió ocultarlo mientras lo sostenían.
Todos esperaban que otro Happosai igual de pervertido (O más) saliera de él, pero eso nunca ocurrió.
– ¿Qué pashó? – Rebuscando entre sus ropas sacó una carta y comenzó a leerla – "Querido Happi, aquí te envío los dulces que me pediste. Solo pude encontrar dos, pero te mando uno con efecto aturdidor en recompensa. No hagas tantas travesuras y…"- El Maestro se interrumpió cayendo en cuanta de lo que acababa de leer - ¿Acaso dijo, aturdidor? – Dicho esto cayó al suelo.
Nabiki fue quien tomo la nota que leía y siguió – Y no olvides que el efecto de los dulces no debe ser de más de 24 horas. Se despide…" Vaya, todo un día con estos tres, suerte Akane.
La Menor de las Tendo necesitaba mucho más que suerte para sobrevivir a ese trio.
Continuara.
Notas Autora: ¡Hola Hola! Volví y no es un one-shot. Aunque no se emocionen, aun así será corto. Tengo pensado continuar "Beso de buenas noches", y les juro lo estaba escribiendo, pero me llego esta idea y bueno, salió. Mil gracias por los reviews que me dejan. Les dejo el Twitter que hice sobre la cuenta (Nube_Escarlata) para que estén informados sobre posibles actualizaciones, nuevas historias, mandarnos memes o lo que quieran (Si, amo con locura y con pasión los memes).
Besos.
Editado: 11/07/17
