-¡Estúpido Edward!
Ya estaba bastante lejos de "casa", como para que oyera mis pensamientos, El día estaba… ¿A quién le importa? Patee un árbol, para desquitar mi coraje, este salió volando, hasta estrellarse con otro árbol, que también callo. ¡Que divertido!
De nuevo Carlisle y su estúpido plan de querer que Edward y yo seamos… ¡como él y Esme! ¡Que idea tan estúpida! Pero eso no era lo que me molestaba. Mi coraje era Edward Masen y su rechazo. Frio e indiferente, como siempre. Y no es que el me gustara – El lo sabía muy bien, quizá mejor que yo – Pero aquel frio rechazo era devastador.
En mi vida humana, yo era una sensación, el deseo de cualquier hombre que me mirara, ¡y ahora me encontraba frente a un vampiro que cree que no lo merezco! ¡Maldito momento en que casi me matan! Como quisiera estar viva. Mi único consuelo era mi belleza. Belleza infinita. ¿Para que? No podía disfrutarlo como quisiera,
- Estúpido Vampiro – Gruñí bajito. - ¡Estúpido Edward!
- Sabes muy bien que odio el plan de Carlisle.
- ¿Ahora me sigues? – Pregunte indiferente.
- No - ¡Y de nuevo su indiferencia! ¿Cómo puede creer Carlisle que algún día nos amaremos? –Tiene aun la esperanza de que con el tiempo… - No termino la frase, aunque es obvio el final.
La palabra "amor" era innombrable cuando venía de Edward o yo, y más aun si nos involucraba a ambos, por obvias razones que Carlisle nos había obligado a adoptar.
- Carlisle quiere que lo perdones. – Edward se acerco a mí.
- Sabes que no estoy enojada con él. - Mi voz era de absoluto desprecio.
- Si, lo sé mejor que tu. – Odiaba no tener privacidad ni en mi propia mente. El rio bajo al oir mi pensamiento.
- Vete.
- Rosalie.- Me susurro al oído.
- ¿Qué? – Voltee bruscamente, para encontrarlo frente a mí, a escasos centímetros.
- No es mi intención ser tan cruel.
- Jaja, rara forma de demostrarlo.
- Créeme Rose.- Me lo dijo en ese tono irresistible, que solo el sabia usar.
- ¿Creerte? Deberías demostrarlo, Edward.
- Como tú digas.
¿Qué? Valla forma de pedir perdón… ¿así piensa ser creíble? Me tomo por la cintura cuando sus labios chocaron contra los míos. Me beso desesperadamente, estrechándome contra su cuerpo. Era la forma de Edward de pedirme perdón. Me resigne a cualquier intento de separarme de él, después de todo, no quería hacerlo, enrede mis dedos en su cabello, y devore cada milímetro de su boca, tal como el hizo con mis labios. Tal vez es por esto que Carlisle aun tiene esperanza. Y no lo culpo.
- ¿Me crees? – Pregunto en su mismo tono seductor.
- Por supuesto.
No me dio tiempo para hablar más, me silencio con otro beso, mas apasionado que el primero. ¡Estúpido vampiro Voluble y seductor! Era por esto que odiaba más su rechazo, por su forma de pedirme perdon. ¿Que se supone que pensara? Bueno, ¡como si me diera tiempo de hacerlo! Nuestro beso duro más de lo conveniente para cualquier humano, ya que como no nos era necesario respirar…
