Hola! Mi nombre es Azusa y este es el primer fanfic que escribo.

La historia se sitúa después del Ankoku Bujutsukai (torneo en el que Yusuke y sus amigos lucharon contra Toguro) y antes de que apareciese Sensui.

Disclaimer: Habrá que decirlo, aunque tod@ fan de Yû Yû Hakusho sabe de sobras que yo no soy la autora ni me pertenece nada (qué más quisiera...) Lo único que puedo decir que me pertenece es Suu y 'los malos' XD

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La nueva alumna

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Como todas las mañanas Yusuke se dirigía hacia el instituto. Por el camino se había encontrado con Keiko y Kuwabara, y como siempre Kuwabara y él habían llegado al instituto peleándose mientras Keiko caminaba detrás de ellos con cara de resignación. Estaban a punto de entrar al instituto cuando una chica les preguntó por el despacho del director.

"¿Eres una alumna nueva?" - preguntó Keiko.

"Sí, empiezo hoy. Me habían dicho que habría algún profesor esperándome, pero ya llevo más de media hora aquí y no ha aparecido nadie." - dijo un poco molesta. - "Así que iré al despacho del director."

"Mejor que lo hagas, porque si tienes que esperar al profesor se te va a hacer de noche antes de que aparezca." - bromeó Yusuke, que no desperdiciaba ninguna ocasión para meterse con los profesores.

"¡No digas eso!" - le regañó Keiko. - "Seguramente no se habrán puesto de acuerdo."

"Si quieres te podemos acompañar." - propuso Kuwabara muy contento.

"Si no os molesta, os lo agradecería mucho." - dijo ella.

Entraron dentro y entonces vino una chica corriendo hacia ellos.

"¡Keiko!" - gritó la chica - "Tenemos un problema, tienes que venir, rápido."

"¿Qué ha pasado?" - preguntó Keiko preocupada.

"Tú ven y ya lo verás."

"Lo siento." - se disculpó a la chica. - "No puedo acompañarte, pero Yusuke y Kuwabara sí que pueden. Además ellos se conocen muy bien el camino." - dijo guiñando un ojo.

Yusuke y Kuwabara se hicieron los ofendidos, mientras la chica nueva decía a Keiko que no importaba y que se fuera tranquila.

"Ya nos veremos por aquí." - se despidió Keiko.

Los tres empezaron a subir las escaleras y a mitad de éstas se encontraron a un compañero de clase que bajaba.

"¡Kuwabara! ¿Pero dónde te habías metido? Hoy también te toca ayudar a preparar el gimnasio, ya te querías escapar."

Dicho esto cogió a Kuwabara que se resistía y se lo llevó. Yusuke y la chica se quedaron parados.

"Bueno..." - dijo Yusuke un poco fastidiado - "Al final siempre me toca hacerlo todo a mí. Vamos que ya estamos llegando."

Llegaron delante de la puerta del despacho del director y en ese instante salía el profesor Iwamoto de su despacho que estaba al lado. Se quedó mirando a Yusuke y después miró a la chica.

"¿Es usted nueva aquí?" - preguntó.

" Sí señor. Es mi primer día de clase."

"Me lo imaginaba, sino no estaría usted con este individuo." - dijo con tono despectivo y la chica miró sorprendida a Yusuke que dirigió una mirada de odio al profesor. - "Le recomiendo que vaya con cuidado cuando se relacione con los demás alumnos, aunque supongo que ya la pondrán al corriente de todo. De momento le aconsejo que no se relacione mucho con él..." - dijo señalándolo con la mirada.

El profesor Takenaka salió del despacho del director e interrumpió al profesor Iwamoto. Fue mejor así porque Yusuke se estaba preparando para pegarle. El profesor Takenaka los miró y dijo:

"Oh, tú debes de ser la alumna nueva. ¿No ha venido ningún profesor a recibirte?"

"No señor, pero gracias a este chico he encontrado el despacho del director."

"Vaya lo lamento mucho." - se disculpó. Y añadió sonriendo - "Muchas gracias Urameshi por acompañarla hasta aquí, ya puedes irte que sino llegarás tarde a tu primera clase."

El profesor Iwamoto se fue malhumorado y el profesor Takenaka invitó a la chica a entrar.

"Muchas gracias." - dijo ella a Yusuke mientras entraba. No parecía que lo que había dicho el profesor Iwamoto le hubiese afectado. - "Ya nos veremos por aquí."

"Sí, claro. Hasta otra." - se despidió Yusuke.

Yusuke estuvo de mal humor un buen rato y cuando llegó a clase se lo contó a Kuwabara.

"¡Lo que me faltaba! Que Iwamoto hable mal de mí a los alumnos nuevos. ¡Pero que se ha creído!"

"Pero que más da Urameshi, si a ti nunca te ha importado lo que piensen los demás. - dijo Kuwabara, quitándole importancia al asunto."

"Ya lo sé, pero esa chica era muy simpática y ahora cuando todos empiecen a hacer lo mismo que Iwamoto me va a tener miedo, como todas." - se quejó Yusuke.

Kuwabara lo miró riendo y le preguntó que si le gustaba esa chica, a lo que Yusuke respondió muy enojado que no, que sólo le parecía una pena que la gente fuese tan mala con los demás.

Entonces entró el profesor Takenaka para empezar la clase y todos se sentaron.

"Buenos días. Antes de empezar la clase os quiero presentar una alumna nueva que acaba de llegar. Puedes entrar." - dijo mirando hacia la puerta.

Entonces, tímidamente, entró una chica. Era morena, no muy alta, con el pelo largo y castaño recogido en una cola de caballo, tenía unos ojos grandes de color marrón muy bonitos y penetrantes.

Keiko, Yusuke y Kuwabara se miraron sorprendidos, era la chica de esa mañana.

"Encantada de estar aquí con vosotros. Mi nombre es Suu Ayashi."

"Suu es una estudiante de intercambio y ha venido desde España." - informó el profesor.

Se escuchó un "OOOOHHHH" de fondo. Nunca había venido ningún estudiante de intercambio de fuera de Japón. Los de la clase estaban tan emocionados que entre clase y clase no dejaban de hacer preguntas a Suu, que si bien al principio le hizo un poco de gracia todo, cuando se acercaba la hora de comer ya estaba harta y temía que tuviese que pasarse todo el día igual.

Llegó la hora de comer y antes de que nadie pudiese decir nada a Suu, Keiko se la llevó con ella.

"Muchas gracias." - dijo Suu aliviada, mientras entraba por la puerta de la terraza.

Allí estaban Yusuke y Kuwabara esperándolas.

"De nada. Tu cara pedía a gritos que te sacaran de allí." - dijo Keiko mientras todos se sentaban para comer.

"No es que me moleste que me pregunten cosas, pero no de esa manera."

"¿Te puedo hacer sólo una pregunta? Yo aún no te he hecho ninguna. ¿Puedo?" - preguntó Yusuke impaciente.

"Sí, claro. Dime."

"Si eres de España, ¿por qué tienes nombre y apellido japonés?"

Keiko y Kuwabara asintieron, ellos también lo querían saber. Sí que era raro eso del nombre, así que los tres miraron a Suu intrigados. Ella sonrió y dijo:

"Es la traducción de mi nombre, es decir, mi nombre español en japonés es Suu Ayashi."

"Aaaah! ¿Pero por qué lo hiciste, no te gustaba tu otro nombre?" - preguntó curioso Kuwabara - "¿Cómo es el nombre en tu idioma?"

"No es eso, pensé que llamaría menos la atención si mi nombre sonaba como todos. Respecto a lo de mi nombre en mi idioma algún día os lo diré." - respondió ella haciéndose la interesante.

"Hey un momento, ¡nosotros no nos hemos presentado aún!" - exclamó Keiko.

"Es verdad. Mi nombre es Yusuke Urameshi y ella es..."

"Keiko Yukimura, soy miembro del consejo de estudiantes."

"Y yo Kazuma Kuwabara, ¡el más fuerte del Instituto Sarasaki!"

"Tsch, que más quisieras, antes tendrás que ganarme y eso no va a pasar nunca."

"¿Qué has dicho Urameshi? Ya lo veremos eso, venga pelea conmigo si te atreves."

Mientras ellos se peleaban Keiko decía a Suu que era lo normal, lo raro era cuando no lo hacían.

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Hacía ya dos semanas que había empezado el instituto y cada día iba a comer con Keiko, a veces también iban Kuwabara y Yusuke. Pero cuando se distraía un poco algunas chicas se la llevaban a comer con ellas. Fue uno de esos días cuando empezaron a decirle que debía estar loca para relacionarse con Yusuke Urameshi.

"¿Qué no lo sabes?"- le preguntó una.

"¿Qué tendría que saber?" - le respondió Suu.

"No me digas que no has oído nada de nada de Urameshi."

"¿A qué te refieres?" - preguntó Suu.

"Pues eso que es un gamberro que está relacionado con las bandas de toda la ciudad, que ha robado y muchas más cosas"

"¿Cómo lo sabéis?"

"¿Suu no te afecta lo que te acabo de decir? ¿No te lo crees? Mucha gente lo dice, sólo tienes que ver cómo se comporta, se pasa el día peleándose con todos."

"Hasta muchos profesores quieren echarlo del instituto." - Intervino otra chica. - "Mira Suu, nosotras queremos decirte que mejor no hables más con Urameshi, te lo digo por tu bien. Si sigues como hasta ahora la gente se pensará que eres cómo él y nosotras no queremos que eso pase, ¿entiendes?"

"Te entiendo perfectamente, pero no pienso dejar de hablarme con él porque la gente piense que es mala persona. Me da igual lo que piensen los demás."

Dicho esto se disculpó por tener que irse tan pronto y se fue hacia la biblioteca dónde había quedado con Keiko. Las chicas con las que había estado hablando llegaron a la conclusión de que necesitaban que más gente le dijera lo mismo que ellas le habían dicho y así Suu les haría caso.

Una mañana cuando Suu paseaba por el patio se encontró con un grupo de chicos de su clase. Le pidieron si podían hablar un momento y ella aceptó un poco intrigada.

"¿Qué queréis?" - les preguntó cuando llegaron al sitio donde iban a hablar.

"Pues verás..." - empezó uno - "Nos hemos fijado que Urameshi y tú os lleváis muy bien."

"Sí ¿y qué pasa?" -sabía perfectamente lo que le iban a decir.

"Suu, tú eres nueva y además eres muy buena persona, demasiado. Por eso seguro que no te habrás dado cuenta de la clase de persona que es Urameshi."

"Sé perfectamente quien es. Os agradezco que os preocupéis tanto por mí, de verdad. Pero yo ya sé lo que hago." - intentó ser amable. Pero los chicos no se rendían y siguieron.

"No, no lo sabes. Yusuke Urameshi es un gamberro que ha robado muchas veces y siempre se está peleando. Seguro que es amable contigo porque quiere aprovecharse de ti."

"¿Aprovecharse de qué? - preguntó alguien.

"Pues no lo sé, pero seguro que es lo que pretende, sí estoy convencido..." - entonces el chico se giró y se calló de golpe. Yusuke estaba detrás suyo, había sido él quien se lo había preguntado. Tragó saliva y con cara de pánico salió corriendo pidiéndole perdón.

"¡Pero será posible! ¡Sois unos desgraciados! Criticando a la gente por la espalda." - Yusuke estaba furioso y Suu se lo llevó de allí temiendo que se empezará a pelear con ellos.

Cuando se hubo calmado ella le dijo que no se preocupara, que ella no hacía caso de lo que la gente decía; al contrario, cuanto más le decían que no hiciese una cosa más ganas tenía de hacerla.

"Así que Yusuke no les hagas ni caso, ya me pueden ir diciendo cosas. Hasta que no vea que eres todo lo que me dicen yo seguiré siendo tu amiga."

Yusuke sonrió y le dijo que Keiko la estaba buscando y que lo había mandado a buscarla.

"¿A mi? ¿Qué querrá? ¿Me has dicho en la sala de reuniones, verdad?"

"Sí." - dijo bostezando - "Yo me voy a dormir un ratito. Hasta luego."

Se despidieron y Suu se fue a buscar a Keiko, mientras Yusuke la observaba como se iba. "Me parece que seremos muy buenos amigos." pensó él y se fue a echarse una siesta.

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Los días pasaron rápidamente. Hacía ya mucho tiempo que Yusuke no recibía ninguna misión como detective espiritual (para tranquilidad de Keiko) y empezaba a aburrirse.

"Hoy hace 3 meses que entraste al instituto." - Anunció Keiko mientras comían.

"¿Hace tanto ya?" - preguntó Suu.

"¡Qué rápido que pasa el tiempo! Por cierto, ¿aún siguen tan pesados los de la clase?" -preguntó Kuwabara.

"No hace mucho que no me dicen nada, supongo que me habrán dado por imposible." - dijo ella medio riendo.

"Tsk, no sé por qué piensan eso de mí, ahora hace mucho tiempo que no me peleo con nadie del instituto." - se quejó Yusuke.

"Pues es lo que aparentas."

"Keiko eso no es verdad. ¿Aparento ser la clase de persona que le han descrito a Suu?

"Pues un poco sí." - bromeó Keiko.

Yusuke se hizo el ofendido y se fue, dijo que se iba a dormir un rato porque Keiko le había puesto de mal humor.

"¡Oye tú, si tienes ganas de hacer campana no me pongas a mí de excusa!" - le gritó Keiko.

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"¡Eh Urameshi, espera! ¡Qué vengo contigo!"

"¿Y por qué vienes conmigo Kuwabara? Haz lo que quieras."

Ya se habían acabado las clases y Kuwabara y él salieron del instituto. A lo lejos vieron a dos chicos y uno les hizo señas. Eran Kurama y Hiei.

"¡Cuánto tiempo, chicos!" - saludaron Yusuke y Kuwabara.

"Sí que hacía tiempo que no nos veíamo." - dijo Kurama.

Hiei como siempre no dijo nada, pero minutos más tarde cuando los otros tres no dejaban de hablar se empezó a impacientar y les dijo que no pensaba perder más el tiempo y que debían irse ya.

"¿Dónde tenemos que ir?" - preguntaron al unísono Yusuke y Kuwabara.

"Pues ayer cuando fui al Reikai..." - se calló de repente y miró hacia las dos chicas que se acercaban por detrás de Yusuke. - "Luego os lo explico."

"¡Hola chicos! ¡Cuánto tiempo! ¿Qué os trae por aquí?" - preguntó desconfiada, Keiko.

"Pues sólo han venido a saludarnos, ¿verdad chicos?" - dijo Yusuke guiñando un ojo.

Antes de que nadie más dijese nada, Kuwabara cogió a Suu, que se había quedado un poco apartada del grupo, y la presentó a Kurama y Hiei.

Suu se encontró antes de que se pudiese dar cuenta delante de dos chicos; uno era alto con el pelo rojo con unos grandes ojos de color esmeralda y la miraba con una sonrisa amable mientras Kuwabara los presentaba, el otro era más bajito, vestía de negro y cuando los presentaron tan sólo la miró un momento y no le dijo nada, parecía estar de mal humor. A Kuwabara como siempre le molestó la actitud de Hiei.

"¿Y tú no piensas decir nada?" - Hiei le ignoró por completo. - "Eres un antipático y un maleducado, sí mejor que no le digas nada. Suu ten cuidado con él, mejor no te acerques, es de ese tipo de personas con las que es mejor no quedarse a solas." - esto último lo dijo bajito para que Hiei no le oyese.

Suu miró a Kuwabara sorprendida, nadie diría que eran amigos por las cosas que decía. Dirigió una mirada a Hiei, como si mirándolo pudiera saber si era verdad lo que le estaba diciendo Kuwabara. Hiei se dio cuenta que le estaba mirando y le lanzó una mirada amenazadora y ella le sonrió ligeramente. Incómodo dio media vuelta y dijo:

"Estamos perdiendo el tiempo, yo voy pasando, vosotros haced lo que queráis."

"Sí, mejor que nos vayamos ya." - dijo Kurama.

"Bueno chicas, nos vamos. Ya nos veremos." - se despidieron y se fueron.

Keiko y Suu se fueron en dirección contraria a ellos y luego cada una se fue por una calle diferente.

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Mientras Yusuke, Kuwabara, Kurama y Hiei habían llegado al lugar donde se iban a encontrar con Koenma. Por el camino Kurama les había explicado que Koenma quería hablar con los cuatro porque tenía una misión para ellos. Entonces llegó Botan, que como siempre los saludó muy alegre.

Yusuke le preguntó por Koenma y ella sacó un maletín que tenía una pantalla en su interior, la encendió y apareció Koenma.

"Hmmm, veo que estáis todos." - dijo Koenma. - "Bien antes de que digáis nada os explicaré el por qué os he hecho venir." - todos se sentaron y escucharon lo que Koenma les contó. - "Hemos recibido noticias de que grupos de espíritus están entrando en el Ningenkai, es decir en vuestro mundo. Concretamente en Tokio se ha localizado un grupo muy peligroso, pero no sabemos exactamente dónde se encuentran. La razón por la que esos grupos están intentando entrar es porque, según fuentes muy fiables, ha aparecido una persona con un poder espiritual bastante grande y quieren apoderarse de él."

"¿Apoderarse de qué, de los poderes o de la persona?" - preguntó Yusuke que no lo acababa de entender.

"Pues creemos que si no consiguen que esta persona trabaje para ellos intentarán quitarle los poderes." - explicó Koenma.

"Pero ¿es eso posible? Me refiero a lo de que te puedan robar los poderes."

"Sí, Kuwabara. Hay espíritus que se especializan en eso." - explicó Kurama.

"Es verdad, ya recuerdo uno. ¿No te acuerdas Kuwabara? Un espíritu que se llamaba Lando o algo así. Fue cuando conocimos a Genkai." - dijo Yusuke.

"Sí, ahora me acuerdo. ¿Y qué tenemos que hacer nosotros?"

"Pues lo primero que debéis hacer es localizar esa persona y averiguar qué intenciones tiene, podría ser que estuviera dispuesta a colaborar con los espíritus si saca algo a cambio. Entonces se complicaría la cosa." - continuó Koenma.

"¿Y cómo es esa persona, sabéis cómo se llama o dónde vive?" - preguntó Kurama.

"Pues..." - Koenma los miró a todos muy serio - "No tenemos ni idea."

La cara que pusieron todos fue digna de foto. Era una misión muy complicada, se podía decir que casi imposible. Debían localizar a una persona de la que no sabían absolutamente nada y por lo que les dijo Koenma antes de irse tampoco la podían localizar por su energía espiritual, pues la mantenía oculta. Quedaron a la mañana siguiente en el mismo sitio para trazar la estrategia que deberían seguir.

~ ~ ~

"Buenos días." - saludó Yusuke cuando llegó. Todos le estaban esperando y ya estaban impacientes.

"¿Dónde te habías metido, es que te has quedado dormido? Seguro que sí." - preguntó enojado Kuwabara.

"Déjame en paz que ayer me fui a dormir muy tarde."

"Bueno ya está bien, chicos." - dijo Koenma desde la pantalla. - "Hemos recibido una noticia de última hora. Nos han informado de que el grupo de espíritus del que os hablé ayer ya han localizado a la persona que buscamos y que ya se han puesto en contacto con ella."

Todos se quedaron sorprendidos, ¿cómo lo habían hecho para localizarla?

"¿Y sabéis si ha aceptado lo que le han propuesto?" - dijo Kuwabara.

"Pues de momento sólo sabemos que le han citado en un lugar para hablar del tema." - les informó Koenma.

"Supongo que irá, yo al menos iría, aunque fuese por curiosidad. Y si dices que ese tipo es tan fuerte que los espíritus se han interesado en él, pues seguro que se presentará, al fin y al cabo se puede defender solito." - dijo Yusuke convencido.

"De todas formas debemos ir al lugar donde se han citado para ver lo que pasa. Ahora mismo vengo, en estos momentos Botan viene hacia aquí con la dirección del lugar. Nos encontraremos allí." - dijo Koenma.

Esperaron a que llegase Botan y los cinco se dirigieron hacia el lugar. Les costó un poco encontrarlo, pero al final lo consiguieron. Se encontraron con Koenma en medio de un descampado a las afueras de la ciudad.

"Vaya sitio." - pensó Yusuke.

De repente oyeron unos pasos que se acercaban y todos se escondieron detrás una pared medio destruida, donde no les podían ver pero ellos a los otros sí.

En el descampado apareció una figura, no era ningún espíritu podían notarlo, no podía ser nadie más que la persona a quien los espíritus habían citado. Sin salir de detrás de la pared el grupo observaba la figura que fue a sentarse en unas rocas. Fue entonces, la luz iluminó la cara del desconocido, cuando todos se quedaron perplejos y sin poder comprender lo que estaban viendo.

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Así se acaba el primer capítulo. Espero que os haya gustado porque tengo ganas de acabar ya el segundo para ponerlo.

Puede que al principio os parezca aburrido, pero este es sólo una introducción. Así que os pido que esperéis al segundo para ver q tal. Hacedme saber vuestra opinión y si creéis que debo corregir algo me lo decís. ;)

Dirección: azusa_hino@yahoo.es

¡Hasta pronto!