Antes de nada esta historia se lo dedico a mi estrellita, mi queridisima HelenMartinelli, adora el LuNa y como es su cumpleaños este es mi pequeño regalo, espero que os guste y no me maten si nos le agradan.

Es mi primer fic LuNa, todas las criticas serán aceptadas de buen agrado, muchas gracias, no se si dejarlo como oneshop o continuarlo, también informales que habrá personajes OC.

SENTIMIENTOS INCONFESABLES

El Thousand Sunny pasaba por una de las tormentas de Grand Line, para la mayoría de piratas es algo normal, nunca sabes donde aparecerá una tormenta, en cambio para los sombreros de paja es algo inusual, su famosa navegante tenia el sentido de detectarlos antes de que los afectara, Nami se encontraba rara esta semana, tanto que tenían que enfrentarse al caos, todos obedecían las ordenes de la navegante, todos menos el capitán, sentado en proa observaba animado como las olas cochaban y balanceaban el barco, lleno de admiración contemplaba todo, la espuma que dejaba en la cubierta, el sonido de los truenos queriéndolos alcanzar, se necesitaba mucho más que esto para asustar a Luffy.

Sin la más mínima preocupación miraba todo como si fuera una atracción, todo esto le parecía emocionante, como si fuera un niño devorando un caramelo no se movió, le gustaba los distintos tonos del mar que se mezclaban formando otro y esos movimientos bruscos como si el océano estuviera castigandolos, el moreno no se percato de un pequeño incidente, mientras todos se compenetraban obedeciendo a Nami para salir el capitán sonreía ante la adversidad, hasta Zoro obedeció a Nami, no necesito la amenaza de la famosa deuda y Robin aporto ayuda, esta se trataba una de las tormentas más feroces que han vivido. Salido de la chistera una ola subió abordo de la nave, no una ola cualquiera, una lo suficientemente potente que arrastro a la arqueóloga y al sombrero de paja, el resto estuvieron a salvo, hasta que Nami vio como arrastraban a su querido capitán, sin pensárselo se lanzo de lleno a buscarlo, se enfrento al contacto helado del agua, todo eso se volvió secundario.

Se negaba aceptar que no volvería a verlo, que no le regiría, que no estaría con ella, esta era su oportunidad para devolverle el favor, libro a su pueblo de la tiranía de Arlong, se mintió a si misma, en el fondo sabia porque se lanzo, y lo volvería hacer las veces que fueran necesarias, Nami se encontraba perdidamente enamorada de Luffy, no sabia cuando ni como, Luffy le preocupaba más de lo normal, soñaba con él, despierta y dormida, sin contar que siempre estaba pendiente de él, no es que sea una acosadora, y si lo fuera no importaría, nada tendría sentido sin él, el alma de la familia, el espíritu, eso y más se irían con él, ya no podría regirlo, reírse de sus ocurrencias, ya no estaría aquí para protegerla y lo peor de todo, la posibilidad de que le revelara sus verdaderos sentimientos.

Zoro no dudo en ir tras ella, no de Nami sino de Robin, desde que esta mujer apareció en la tripulación puso su vida patas arriba, una mujer con un gran atractivo, pero eso no es lo que le llamo la atención al peliverde, su tranquilidad y misterio lo atrajeron por completo, por mucho que se negara a los echos él sabe perfectamente que necesitaba sentirla cerca, el olor, verla leer uno de sus libros, sin ella estaría sumido en una tormenta lo que quedaba de vida, tenia que salvarla, sino nunca se lo perdonaría.

Nuestros valientes enamorados nadaron en busca de sus amores, sin mucho éxito, con cada movimiento que ejecutaban solo conseguían alejarse más del barco, un barco que gracias a la tempestad cada vez se encontraba con menos tripulante, primero fue Luffy, seguido de Robin, Nami, Zoro, Sanji que no dudo en ir en busca de sus adoradas damas, y gracias a otra ola el Thousand Sunny quedo desierto, cualquiera diría que la madre naturaleza se paso con ellos, otros culparon a la suerte y cierta pelinaranja se culpo a si misma.

Con apenas aliento Nami consiguió llegar a la orilla de una isla, exhausta no se rindió, arrastrándose por el suelo fue moviéndose al interior, necesita ayuda, necesitaba ver a sus nakamas, necesitaba regresar al barco, necesita encontrar a su capitán, necesita encontrar a su Luffy, sobretodo lo necesitaba a él, con las ultimas fuerzas que su cuerpo le proporciono se acerco a los arboles alejándose de la marea, lucho hasta que su explotado cuerpo se lo permitió, desmayada en la fría arena le dedico su ultimo esfuerzo a su querido Luffy, inconsciente volvió a soñar con lo de siempre, esos ojos negros, esa cicatriz, esa sonrisa y voz que amaba más que nada en este mundo.

Mientras tanto en otra isla al amanecer, una niña pequeña lloraba en el acantilado, justo en el momento que el mar devolvía un cuerpo inerte, la pequeña curiosa se seco sus lagrimas y se dirigió así allí, total tampoco tenia algo importante que hacer, con sumo cuidado asomo su cabecita por los arbustos mirando atentamente a un moreno, para ella un completo extraño, pero muy conocido entre la marine y piratas, Monkey D´Luffy. El capitán de los sombreros de paja dormía plácidamente, os imagináis con que soñaba, obvio, carne, mucha carne, ajeno a la tragedia que su tripulación estaba viviendo, parecido a los dos años de separación, con una excepción, esta ocasión han sido obligados a separarse, nada más y nada menos, mmm, aun no es secreto, solo deciros que no tiene nada que ver el destino.