Disclaimer: Hetalia no me pertenece ni la lista tampoco, solo la encontré en un e-book de chistes y bromas.
Summary: Alfred puede no ser perfecto, pero definitivamente hay muchas grandes razones para adorarlo. UsxFem!Uk. Historias cortas no relacionadas entre sí. AU.
Personajes: Alice Kirkland (Fem!Inglaterra), Alfred (Estados Unidos)
40 grandes razones para adorar a Alfred. (Parte 1 de 2)
1. Lo sexy que es cuando sale de la ducha. El pelito mojado...la piel brillante... ¡Hermoso!
— ¡Alfred date prisa! —Gritó Alice a su novio mientras se alistaba para ir a trabajar, llevaba mucho en la ducha ¡Se hacía tarde!
—Ya salí—Respondió de pronto abriendo la puerta vestido y secándose la cabeza con una toalla—No seas escandalosa—Sonrió.
La chica se sintió enrojecer al verlo, el cabello empapado cayendo desordenadamente por su cara y la camisa entre abierta por donde se apreciaban sus algo marcados músculos… Estaba atrayendo a la rubia ¡Incluso sentía ganas de besarlo! (Y quizás… Algo más) Pero nunca se lo diría, solo lograría agrandar su ego.
— ¡Apresúrate! ¡Yo ya me voy a mi trabajo y tú llegarás tarde al tuyo! —Gritó luego de agitar la cabeza para seguidamente darse media vuelta y caminar hacia la salida sin llegar a ver la sonrisa de ternura de parte del chico.
2.La forma en que se le enciende la mirada cuando tiene ganas de hacer el amor.
Luego de un ajetreado día la británica se encontraba cambiándose la ropa al pijama de espaldas al rubio por la vergüenza de que la viera.
—Iggiko…—Susurró Alfred tratando de llamar la atención.
—Me llamo Alice—Regañó la chica aun así volteándose cuando ya llevaba la playera del pijama, de pronto pudo apreciar un casi imperceptible brillo en los ojos celestes que ella bien conocía— ¡No! ¡Esta vez no! ¡Estoy cansada! —Gruñó tirándose sobre la cama y cubriéndose.
— ¡Pero Iggiko! —Exclamó el americano poniéndose sobre ella— ¡Solo una vez! —Pidió desesperado.
— ¡No! —Chilló avergonzada cubriéndose hasta la cabeza, pero notando la insistencia soltó— ¡Elige! ¡Si tenemos hoy no tendremos más en toda la maldita semana! —Se descubrió la cabeza para apuntar el calendario, estaban a martes, al ver como su novio quedaba en shock sonrió y se volvió a tratar de cubrir siendo detenida por la mano del estadounidense que le sonreía.
—Entonces vamos—Y en ese segundo la europea se arrepintió de hacerle esa propuesta— ¡Pero para compensar será tanto como yo diga! —En definitiva sería una larga noche…
3.Sus boxers.
Apenas amaneció la muchacha despertó, soltó un bostezo algo sonoro al tiempo que se estiraba y tanteó hasta que encontró sus gafas.
Seguidamente se levantó, se dio una buena ducha para luego vestirse sencilla y elegante, se maquilló muy ligeramente para luego ir a despertar al perezoso chico que dormía con ella.
—Alfred—Susurró moviéndole suavemente—Alfred… Despierta—No vio resultados— ¡Alfred! ¡Despierta idiota! —Gritó zarandeándolo con brusquedad, entonces recordó un método que nunca fallaba pero que la avergonzaba mucho, suspirando se levantó poniéndose junto a la puerta— ¡Alfred! ¡Francis está aquí y quiere hacerme cosas malas! ¡Ayúdame, my Hero! —Gritó fingiendo desesperación y con las mejillas levemente sonrosadas.
— ¡Suelta a mi doncella francés de mierda! —Gruñó el joven saltando de la cama mientras buscaba con la vista donde estaba el franchute— ¿Eh? Iggiko, ¿A dónde fue Francis? —Preguntó extrañado.
Pero la chica no contestaba, tenía los ojos como platos y las pupilas dilatadas, pues frente a ella tenía a su novio solamente con unos boxers con el diseño de la bandera estadounidense, enseguida su cara tuvo un tono rojo tomate ¡Y es que su novio estaba más bueno que comer pollo con las manos! Pero aun así se cohibía al verlo con tan poca ropa.
— ¡Ponte algo encima, por dios! —Gritó de pronto saliendo como bala del cuarto y cerrando la puerta de un portazo— ¡Tienes diez minutos para estar listo! —Exclamó respirando hondo para luego calmarse y bajar a hacer el desayuno con las piernas temblando.
Continuará…
4. Esa voz ronca que tiene cuando recién se despierta.
…Continuación.
Luego de cinco minutos Alfred bajó completamente vestido y relajado para luego hacer una mueca.
—Tú no me amas—Dijo con un bostezo—Si me amaras no querrías que muriera intoxicado.
— ¡Idiota! ¡Siéntate, calla y come! —Gritó la muchacha poniendo un plato de comida quemada frente a él.
—Por cierto Iggiko… ¿Qué tienen de malo mis boxers para que te pusieras así? —Preguntó con voz levemente ronca—Si mal no recuerdo tú tienes un bañador con la bandera británica que te queda muy sexy—Sonrió el menor.
Alice se sonrojó hasta la raíz del cabello, no por el comentario hacia su bañador, sino por el tono de voz ¡Sonaba tan sensual así! Enseguida la británica negó la cabeza tratando de borrar esos pensamientos.
—Me voy a la oficina—Dijo en un susurro.
—No me has respondido—Le picó el americano sonriente.
— ¡Y no lo haré! ¡Me voy! —Gritó tomando sus cosas y saliendo con un azote en la puerta.
— ¿Sin beso de despedida? —Susurró Alfred con un puchero aunque nadie lo veía, de la nada volvió a entrar su novia, le dio un corto beso en los labios y se volvió a ir rápidamente dejando al mayor con una aún más grande sonrisa.
5.El orgullo con el que le prepara una hamburguesa con queso para cenar, como si se tratara del más extravagante manjar de cocina paquistaní.
— ¡No voy a comer eso! —Chilló la muchacha apuntando con desprecio una sencilla hamburguesa con tomate y queso—Antes muerta que probar algo del McDonald's que tanto te gusta—Concluyó indignada cruzándose de brazos.
—Pero Iggiko—Replicó el menor mirándola suplicante.
— ¡Pero nada Alfred! Y no me digas Iggiko, me llamo Alice ¡Además tu sabes cómo odio las hamburguesas! —Terminó levantándose de su silla dispuesta a irse.
—Pero…—Susurró el héroe con cara de tristeza.
— ¡¿Pero qué?!
—Yo… La hice para ti… No fui a comprarla…—Respondió con un puchero y jugando con sus dedos en actitud algo tímida, la británica estupefacta se quedó con la boca abierta unos segundos antes de sentarse y sin decir una palabra morder la comida chatarra— ¿Y? —Preguntó entusiasta— ¿cómo está?
—No está… Nada mal, para ser comida Estadounidense—Susurró sonrojada mientras seguía comiendo.
6.El olor de su perfume en su ropa.
Al día siguiente cuando la rubia se encontraba ya en su oficina somnolienta y algo malhumorada se acercó su molesto compañero francés.
—Buenos días mon amour~—Saludó extendiéndole una rosa roja, pero al ver que la chica no la tomaba se acercó a darle un abrazo… Cuando percibió algo— ¡Mon dieu! ¿Qué es ese olor ma chérie Alice? Huele como a… hombre—Se burló Francis sacándole los colores a la muchacha.
— ¡A ti no te importa wine bastard! —Chilló enojada sacándole a patadas de su cubículo, cuando por fin se encontraba sola acercó su brazo a su cara para olfatear.
Sí… En definitiva era el olor de Alfred, sintió un cosquilleo en todo el cuerpo y sin evitarlo empezó a sonreír bobamente, ese idiota era capaz de sacarle una sonrisa sin siquiera estar presente.
7. El esfuerzo que hace para escucharle (sin que se les note el aburrimiento) cuando le cuenta algo.
—…Entonces la reina de las hadas se enojó con Celibian por ser tan revoltosa y la obligó a recoger todos los pétalos de rosa que encontrara, pero como eran muchos tuvo piedad de ella y…—Contaba felizmente Alice a su pareja cuando se reunieron luego del trabajo.
—Qué bien…—Comentaba Alfred tratando de aparentar algo de interés sin quitar sus ojos de la rubia, estaba completamente aburrido ¡Ni siquiera creía en las hadas!
—Al, no me estás escuchando—Regañó la muchacha.
— ¡Si te escucho Iggiko! Hablas sobre Ohm… las hadas que… cosechan trigo y te… ayudan a cocinar…—Inventó pobremente, los ojos de la chica se entre cerraron, pero aun así no pudo decirle nada feo al chico, por lo menos fingía escucharla, dio un discreto suspiro.
—Sí… De eso te hablaba…—Murmuró haciendo una pequeña sonrisa.
8.La cara de caníbal que pone cuando lo toca por debajo de la mesa en un restaurante.
Ese día se celebraba la boda de Lovina y Antonio, así que la pareja como invitados tuvieron que ir, para la cena estaban en un restaurante muy elegante en el que seguro costaba caro reservar, mientras todos comían a la rubia se le cayó el tenedor.
—Bloody Hell! —Pensó enojada mientras se agachaba a recoger el cubierto, sin notar que al hacerlo pasó a rozar la pierna del chico junto a ella.
Alfred enseguida volteó la cabeza sorprendido y con mirada hambrienta que hizo sonrojar a la mayor, la miraba como si fuera una pequeña oveja y él el lobo que pensaba comérsela.
—Compórtate—Le regañó en un susurro mientras le daba un codazo por bajo la mesa poniéndolo incluso más cachondo.
—Está bien… Pero apenas lleguemos a casa…—Susurró en su oído mientras se levantaba de la mesa al igual que los demás y dejando la frase inconclusa, Alice se puso roja y lo miró unos segundos antes de suspirar.
—No cambia…—Susurró.
9.Los modales de buen chico que adopta para hablarle a la familia.
Una rubia notablemente menor, de unos 15 años estaba sentada a la mesa y apretando el mantel sobre la misma con nerviosismo, ese día… Le presentaría su nuevo novio a sus hermanos mayores que aunque la fastidiaran todo el tiempo eran muy sobre protectores cuando de novios se trataba.
Junto a la muchacha Alfred Jones también estaba nervioso pero lo disimulada, ¡Había luchado mucho para que la hermosa niña se fijara en el como para ser rechazado por su familia! Así que con mucho cuidado trataba de, por una vez en su vida, Comportarse como debía.
— ¿Qué planeas hacer con nuestra hermana? —Preguntaron los tres mayores diciendo cada uno una parte de la pregunta intimidando un poco al muchacho.
—Pues… No tengo nada planeado…—Susurró, los hermanos sonrieron con malicia—Porque… ¡Porque! Prefiero gozar con ella cada segundo que la tengo cerca en lugar de planear los que vendrán, para mí es muy importante como para desperdiciar el valioso tiempo que transcurre a su lado planeando a futuro…—La miró—…Prefiero vivir el ahora que la tengo junto a mí—Finalizó con una sonrisa.
La más joven hizo un esfuerzo sobre humano para no atragantarse con el trozo de carne que comía y los mayores lo observaban con la boca semi abierta, el resto de la cena transcurrió más armonioso, el americano se comportaba de forma correcta y no hacía muecas de asco por la comida inglesa que desde que lo conocía no le gustaba. Cuando ya tuvo que irse, la chica se despidió con un corto beso en los labios y apenas entró a la casa sus familiares la miraban serios listo para dar su veredicto.
—Pues… Por fin elegiste a alguien decente—Anunciaron sonriendo muy ligeramente, de forma apenas notoria y Alice emocionada no pudo evitar sonreír igual para luego abrazarse a sus hermanos mientras pensaba ¡Lo lograste Al!
10.La fascinación que le produce la suavidad de su piel.
La Kirkland miraba enojada y algo temblorosa el pomo de crema que tenía sobre su mesita junto al espejo en el que se reflejaba, lo tomó como si de material radioactivo se tratase, lo abrió y untó un poco en sus dedos, su temblorosa mano fue acercándose a su cara cuando de pronto la puerta del cuarto se abrió de improviso dando el paso a un hiperactivo americano.
— ¿Qué haces? —Preguntó sonriente y mirando directamente los dedos llenos de crema que la muchacha mantenía suspendidos en el aire.
— ¡¿Nadie te enseñó a tocar antes de entrar?! —Preguntó irritada y sonrojándose.
— ¿De dónde sacaste esa crema? No recuerdo que la compraras… O que yo te la comprara—Se extrañó el muchacho.
—Me… Lo dio Francis…—Susurró algo dolida mientras la cara de Alfred reflejaba unos celos terribles—Dijo que suavizaría mi piel…
— ¿En serio? —Preguntó el estadounidense untando en sus propios dedos la sustancia que antes estaba en los de la chica—…No lo necesitas—Finalizó sonriéndole con ternura mientras limpiaba su mano en su ropa, cuando Iggiko iba a reclamar su novio pasó sus limpios dedos por su mejilla caliente por el sonrojo—Si tuvieras la piel más suave tratarían de cazarte para volverte abrigo—Rió el menor para luego besarle le frente y salir del cuarto.
Alice quedó en shock unos segundos para luego agarrar el pomo y tirarlo a la basura sonriendo levemente.
11. El modo tímido con que admite, por primera vez, que está copado con ella.
La chica de 15 años caminaba dando grandes zancadas a su casa, estaba muy enojada porque el idiota rubio del que ni nombre conocía nuevamente se la pasó espiándola y de vez en cuando la paraba en los pasillos para hablarle de cosas sin sentido, también le protegía, si bien era cierto, cuando a causa de su actitud trataban de golpearla llegaba el fastidioso muchacho a patearles el trasero a sus atacantes para luego darle una sonrisa a Alice que le hacía sentir cosquillas por todo su cuerpo y que los colores subieran a su rostro, acaso se estaba… ¿Enamorando?
¡No, no y no! pensó negando miles de veces con la cabeza.
— ¡Hey! —Se escuchó un grito a lo lejos, apenas la chica se volteó vio de frente al mismo idiota que estuvo todo el día siguiéndola—Hola—Dijo sonriente.
— ¿Se te ofrece algo? —Preguntó sin rodeos.
—Pues… Yo…—Nunca había estado tan nervioso en su vida, pero por otra parte nunca había tenido que hacer esto tampoco— ¡Tú me gustas! Y… Mucho
Seguidamente se acercó a ella y sin esperar respuesta la besó, sin saber porque la chica correspondió y por fin se dio cuenta… Que lo que sentía sí era amor.
12.La arruga que se le forma en la frente cuando está concentrado.
Se encontraban ambos novios sentados en la mesa de la cocina, Alice tomándose de un delicioso té y Alfred… pues… No se veía lo que estaba haciendo y ponía empeño en que su pareja no lo descubriera, cubriéndolo con sus brazos e incluso, en ocasiones, con su propio cuerpo, aventajándose del hecho de ser más grande que ella.
Iggiko bufó enojada por no saber que rayos hacía su novio, lo miró unos segundos y se dio cuenta que casi terminaba pues tenía el ceño levemente fruncido y la lengua asomándose por sus labios, sin quererlo la chica sonrió sonrojada ante lo infantil que se veía, de pronto el americano tomó lo que estaba haciendo: Era una tarjeta pequeña con un dibujo de ella y Alfred que parecía echa por un niño de 5 años, pero que adentro tenía hermosas palabras.
—Feliz aniversario—Sonrió el chico ganándose un beso de su novia.
13.La importancia trascendental que le da a un partido de fútbol, como si la vida dependiera de un gol.
Iggiko miraba con aburrimiento la pantalla de la televisión donde estaban jugando fútbol dos equipos que ni siquiera conocía, al voltear la cabeza podía ver al americano sonriendo y mirando la pantalla como si la adorara, Alice rodó los ojos para luego por curiosidad mirar el marcador.
—Empatados—Pensó suspirando, por lo menos faltaba poco para que acabara.
— ¡Gol! —Gritó de pronto el menor haciéndola saltar, estuvo a punto de regañar al chico pero no alcanzó a hacerlo pues de la nada su novio la alzó en el aire como si fuera una pluma— ¡Nos salvamos Iggiko! ¡Nos salvamos! —Gritaba felizmente girando con ella como si él hubiese hecho algo.
— ¿Tienes la cura de alguna enfermedad? —Pensó la chica rodando los ojos pero sin querer desanimarlo… Tan rápido.
— ¡Te llevo a cenar donde quieras! ¡Yo invito! —Sonrió aún más grande el menor para luego ir a buscar la billetera, Alice se quedó con los ojos como platos.
14.Los chistes ridículos que hace para levantarle el ánimo, y lograr que sonría.
La rubia tenía cara de neutralidad sentada completamente sola en la mesa de la cocina, ese día el francés la estuvo molestando todo el bendito horario de trabajo por ser británica, se sentía mal por eso, aunque nunca lo demostraría a nadie y Alfred tampoco parecía ser tan bueno dándose cuenta de ese tipo de cosas.
— ¿Cómo reconoces a un francés en un funeral? —Se escuchó de pronto la voz del americano que sostenía un libro abierto y miraba sonriente a la chica.
—No estoy de humor…—Respondió desviando la mirada.
—Vamos Iggiko, respóndeme—Insistió.
—No sé cómo se reconoce—Contestó suspirando.
— ¡Es el único que lleva regalo! —Gritó para luego echarse a reír como si fuese lo más divertido que hubiese escuchado nunca.
—Creo que escuché el mismo chiste pero con gallegos alguna vez…—Pensaba la muchacha.
—No me pidas tanto, no encontré de franceses…—Dijo haciendo un puchero— ¿Para que un francés lleva un hacha en su auto? ¡Para cortar camino!
Alice no pudo evitar sonreír levemente, su novio podía ser muy bueno con ella cuando quería, y parecía ser que algunas veces notaba sus humores.
15.Que no le importe levantarse a las 3 de la mañana a buscar una aspirina porque a ella le duele la cabeza.
No podía dormir, de verdad que no, se daba miles de vueltas en la cama tratando de no despertar a su novio, pero no servía de nada pues lo que la mantenía despierta no era incomodidad sino un horrible dolor de cabeza.
— ¿Qué ocurre Iggiko? —Preguntó adormilado el menor a punto de caer en el país de los sueños.
—Nada…—Respondió ella poniéndose la almohada en la cabeza a ver si bajaba un poco el dolor… No servía.
—No me vengas con ese cuento tan viejo…—Hablaba como si en cualquier momento se fuera a quedar dormido.
—Es solo que me duele la cabeza—Explicó con un suspiro la rubia—Pero hace un frío tremendo y no me quiero salir de la cama a por una aspirina…
Alfred pareció pensarlo un segundo, seguidamente se destapó quedando en boxers y fue al baño.
— ¡Vuelve idiota te vas a resfriar! —Regañó la muchacha pero no le hizo caso, de pronto volvió el mayor con una pastilla y un vaso de agua para luego entregarle ambas a Iggiko.
—Que duermas bien—Dijo luego con una sonrisa para cubrirse y volver a dormir.
16.Que cambie su plato por el de ella en un restaurante, porque no le gustaba la comida.
La Kirkland miraba asqueada su plato, se encontraba con su pareja en un restaurante francés recomendado por su "gran amigo", nótese el sarcasmo, Francis, parecía muy elegante y hasta donde podía ver en las otras mesas servían platillos exquisitos ¿El problema? ¡Todo el jodido menú estaba en francés! Ahora gracias a eso tenía un plato de caracoles frescos frente a su nariz mientras que Alfred le atinó pidiendo un pastel de crema sin saberlo… La vida era tan injusta con ella.
—Permiso, voy al baño—Susurró la chica caminando al sanitario, tenía ganas de vomitar pero no podía cambiar su plato y tenía demasiada hambre como para aguantarse, así que dando un largo suspiro se lavó la cara y volvió a la mesa dispuesta a enfrentar el plato.
Pero apenas llegó sus ojos se ensancharon, en lugar del horrible platillo de caracoles había un esponjoso pastel individual de crema, subió los ojos y vio a Alfred comiendo tranquilamente los caracoles.
—Al… No es necesario que hagas esto—Dijo la chica sonrosada tratando de cambiar el delicioso dulce por aquel horrendo plato.
—Está bien para mí…—Sonrió al americano.
—Gracias—Susurró avergonzada comiendo un poco del pastel y evitando los ojos del chico.
—Si soporto tu comida puedo soportar esto… Más si es por ti-Pensó feliz el menor.
17.Los mails que le manda: divertidos, románticos, o monosilábicos. De cualquier clase, es un placer recibirlos.
Era la hora de descanso en la oficina donde Alice trabajaba, así que deshaciéndose como pudo del francés molestoso logró estar en suficiente paz como para revisar su correo electrónico, pues a veces le llegaban correos de sus amigas con cosas graciosas sobre los hombres que siempre le subían el ánimo.
—Alfred Jones…—Leyó el emisor del mail destinado a todos sus conocidos, algo extrañada lo abrió y enseguida salió una pantalla rosa pálido con corazones de la bandera inglesa y estadounidense entrelazados, siendo estos sus lugares de procedencia.
Cuando empezó a leer lo que había se sintió enrojecer, en aquel mensaje su novio le declaraba al mundo cuanto la quería y expresaba todos sus sentimientos hacia ella, incluso adjuntaba usa sarta de amenazas e insultos para todo aquel que quisiera lastimarla, era lo más cursi que había leído, entonces… ¿Por qué no podía evitar sonreír?
-Fin de la primera parte-
Sé que hay partes donde ni parece ser nuestro Alfred, pero es que tenía que coincidir con las razones xDD, la lista la encontré en un libro y la encontré muy linda, se llamaba "50 razones para amar a los hombres" pero le tuve que borrar 10 porque no se me ocurrió una buena situación u.u, ya pues! Pronto traigo la segunda parte n.n literalmente estoy trabajando en ella ahora mismo.
Bye~
PD: Antes que me lo digan (de nuevo xDD) esto no es ocio! D= es creatividad mal dirigida (¿?)
