The Beast and the hunter.
Prologo:
La bruja se acercaba rápidamente, lo podía sentir.
Mikasa corría entre los árboles, empujando a Armin junto con ella. Sólo esperaba que lograran escapar con vida.
Empecé a jadear por el esfuerzo. Mis piernas estaban empezando a fallar. El sonido de algo rasgando el viento me alertó. Giré mi rostro, buscando la ubicación de la bruja con mis espadas en cada mano.
Grave error.
-¡Eren!- la voz de Armin estaba llena de puro terror. El sonido espeluznante de risas, semejantes a un chillido, hicieron que me diera cuenta de lo grave de mi situación.
-¡Los mataré y devoraré sus entrañas! - aulló aquel ser oscuro mientras reía descontroladamente.
- ¡No! - dije ahogadamente. La adrenalina me mantenía en movimiento. Giré mi rostro hacia la dirección donde se encontraban mis compañeros, pero quede petrificado al ver los rostros horrorizados y agonizantes de Armin y Mikasa siendo envueltos en una especie de niebla negra. -No, no, ¡No lo harás, maldita perra! - grité mientras corría hacia la bruja. Me abalancé sobre su cuerpo frío y deforme, rompiendo el contacto de su hechizo con mis amigos, pero ya era demasiado tarde. En su lugar solo se encontraban cenizas.
No
Colérico, la tomé por la cabeza y acerqué la cuchilla de mi arma a su cuello. Estaba a punto de cortarlo con el filo de mi espada, cuándo todo mi cuerpo se petrificó.
Como una piedra.
-¡Tú! - gruñó la bruja, soltando su apestoso aliento en mi rostro. Una sonrisa diabólica se esparció por su espantoso rostro para después soltar otra de sus carcajadas. - ¿Creíste que podrías vencerme, príncipe?- dijo apartando el filo de mi espada. Un pequeño río de sangre comenzó a brotar de su mano, de un color tan negro como la oscuridad misma, y con un olor tan pútrido como el de su dueña. - Morirás igual que todos tus antepasados. - siseó para luego atravesar mi pecho con sus garras.
- ¡Argh!- gruñí por el repentino dolor punzante. No... Puedo morir así. Sentí la sangre que comenzó a brotar de mi garganta, caliente y metálica en mi boca. - Aún si n-no soy... yo el que te d-des...truya, -dije entrecortadamente, luchando contra la fuerte presión que se expandía desde mi pecho. - siempre habrá... esperanza... en el corazón de... mi pueblo.. -
- No me hagas reír - dijo la bruja con desprecio, apartando su mano. De una patada me apartó y se levantó del suelo - Pero no te dejaré morir... Oh no. - sonrió sardónicamente. Sentí un repentino dolor al ser levantado del suelo por los cabellos. - Tengo mejores planes para ti. - dijo lentamente mientras formaba una especie de esfera de fuego negro en su mano izquierda.
-¡Maldi..ción!- jadeé mientras un dolor casi insoportable se esparcía por mi cuerpo y mis venas al ser golpeado por el hechizo. Caí al suelo. Observé con horror como mis manos se empezaron a trasformar en garras. Mi cuerpo empezó a convulsionar y un grito desgarrador escapó de mis labios. Una especie de rugido comenzó a escucharse en el bosque, y solo después me di cuenta que era mi propia voz, transformándose poco a poco en algo oscuro y profundo.
Luego de éso, todo se volvió negro.
...
¿Estoy muerto?
El dolor en mi cuerpo seguía punzante. Poco a poco intenté levantarme del suelo, buscando mis espadas por instinto.
No… sí lo estuviera… Armin y Mikasa estarían conmigo.
Mi cabeza retumbaba. No podía recordar nada después del ataque de la bruja. Perdí el equilibrio por un segundo y tuve que sujetarme de un tronco para no caer. No recordaba ser tan alto.
-¿Qué fue lo que...?- comencé, pero me detuve en seco. ¡¿Era esa mi voz?! Alarmado, observé las que alguna vez fueron mis manos. En su lugar se veían grandes garras, del doble de su tamaño normal.
Miré mis pies y me encontré con la misma imágen, las que alguna vez fueron mis botas rasgadas y sin ningún tipo de uso. Me las quité - o lo que quedaba de ellas- y fui en busca de un pozo de agua.
-¿Pero que mier...?- no terminé la frase. El shock no me dejaba moverme.
¡¿Ese... soy yo?!
Los salvajes ojos de una creatura extraña se reflejaban en el agua. Era tosca, sin cejas ni labios, y con una mandíbula anormal, cortada en dos secciones. Giré la cabeza y así lo hizo mi reflejo.
Fue entonces que la desesperación me atacó. Una especie de ira incontrolable se apoderó de mi, y un rugido familiar ahuyentó a los animales de los alrededores.
¡La mataré! Aunque sea lo último que haga…
Continuará
Hola! Esta es mi primera historia, asi que por favor, tenganme paciencia, si?
jeje bueno, avisenme si les gustó :D
intentaré subir la continuacion pronto.
