Descargo de responsabilidad: Los personajes lejanos exclusivamente a Hiro Mashima. Solo la historia es completamente mía.

LA HISTORIA HA SIDO MOVIDA A WATTPAD, AQUÍ NO SUBIRÉ MÁS CAPÍTULOS PORQUE PARA MÍ ES UN ROLLAZO ESTAR SIEMPRE EDITANDO O CREANDO DOCUMENTOS CUANDO PUEDO HACERLO ALLÍ DIRECTAMENTE. EN WATTPAD APARECEN ESCENAS Y DIALOGOS DIFERENTES A LOS QUE HAY AQUÍ PUBLICADOS ADEMAS DE ESTAR MEJOR ESCRITO POR LO QUE TE RECOMIENDO QUE TE VAYAS SIRECTAMENTE A LA WEB NOMBRADA. LA HISTORIA SE LLAMA IGUAL PERO MI USUARIO ES THELASTDARKFEAR. NOS LEEMOS!

Silencio, era lo único que había en el gremio (o más bien en lo poco que quedaba) en este momento. El maestro nos acaba de dar la noticia de que Fairy Tail se disolvía. Así, sin más, sin razón aparente.

Yo esperaba que sea en cualquier momento en que empecé a decir que era una broma, que no lo decía en serio. Pero no había tenido una sonrisa en su rostro, más bien la seriedad que mostraba era preocupante.

Pronto comenzaron los murmullos, las preguntas, los gritos alterados ...

-! ¿Pero qué dice Maestro? ¡.

- Menuda broma de mal gusto ...

- Esto es imposible.

- ¿Por qué razón iba a hacer eso ?.

El volumen de las voces se alzó demasiado, mezclando las palabras de unos y otros. El rostro de Makarov comenzó a presentar arrugas, producto de una furia inminente.

- ¡Silencio mocosos impertinentes! -. Y tal y como pidió, todos callaron. Suspiró con pesar, sus ojos mostraban un cansancio poco común en él.- Sé que no importa que la razón les dé, no lo comprenderán. Solo pido, que lo dejen estar, no hacer esta acción si no fuera realmente necesario. Os he visto crecer, llorar, reir, sufrir, madurar ... por eso es momento de dejar marchar, de que aprendió a volar por mi propio pastel. Yo ya no puedo enseñar nada más, ahora vosotros seréis vuestros propios maestros. Lloraréis con vuestros errores y cenaéis los resultados, fruto de tu esfuerzo y constancia. Puede que alguien hoy integre un artículo parecido al mío, en otro sitio, con otras personas ... Empezar a escuchar sollozos y gritos ahogados en la sala, personas que se agarran a otras en un intento de no desmoronarse y caer al suelo

'Qué extraño, me pican los ojos', pensé con inocencia. Mi cerebro aún no se había hecho a la idea.

El anciano estuvo en silencio varios segundos, estudiando nuestros rostros.

- No se reveléis secretos del gremio. No uséis los contactos adquiridos en beneficio propio. No importa cuán lejos estéis o cuán separados se hallen nuestros caminos ... ¡Fairy Tail siempre estará listo!

Los sollozos fueron cada vez más audibles.

- Id pues hijos míos. ¡Haced que me sientas orgulloso de cada uno de ustedes! -. Su voz se alió con la emoción entre los llantos, una emoción que fue respondida con la misma intensidad cuando todos elevamos la mano formando nuestro maravilloso símbolo.

Mis mejillas ardían, mis ojos picaban, tenían la vista borrosa y el pulso descontrolado.

Primero Natsu y ahora esto. ¿Quédaba otra mala noticia por dar ?.

La gente comenzó a marcharse entre murmullos y lágrimas. Veía miedo y confusión en sus miradas, no sabían que iba a ser de ellos ahora.

Mientras caminaba de regreso a casa, una pregunta ocupaba todo la atención de mi mente.

'¿Y ahora qué?

Iba con la cabeza gacha, mirando al suelo. Si los pescadores volvieron a hacer su advertencia habitual, ni me enteré.

En cuánto llegar a casa, algo hizo clic en mi cabeza. Pronto me hallé tirada boca abajo en la cama llorando como si no hubiera mañana. Ese fue el plan de la tarde.

Creí que no me podría poner peor, me equivocaba. Cogimos las manos entre los brazos y las piernas de los Grandes Juegos Mágicos, todos todos juntos, felices y sonrientes, con Natsu llevando la copa entre sus brazos.

Dolía, el pecho realmente me dolía. Daba igual cuantas veces me tocó la zona, la punzada no sé iba.

Un golpe en la puerta me alejó de mis pensamientos. Con lentitud a ella. Al abrirme encontré una cara con una buena parte del gremio.

- Lucy ...-. Erza dio un paso adelante, su voz era temblorosa y mostraba que, probablemente, estaba llorando antes de venir a mi casa.

'Como todos' me dijo una voz interior. Los demás no presentaban mejor aspecto que ella eso quedaba claro.

- Venimos un despedirnos-. Terminó Gray por ella. ¿Irse ?, ¿un lugar?

'No, no, no por favor'. Las lágrimas se escurrieron de mis ojos si no podía hacer nada.

Sentí un arrepentido apretón alrededor de mi espalda, bajé un poco la mirada encontrándome con el rostro de Levy sobre mi pecho. Respondí su abrazo con fuerza, no quería soltarla, no quería que se fuera.

Cuando mi amiga me soltó los demás se acercaron a su gesto, los escucharon diciendo que nos mantendríamos en contacto, que me gustaría que mucha suerte.

Observé de reojo como Lisanna intentaba hacer que Mirajane se mantuviera en pie, la buena era un punto de darle una crisis nerviosa. Apenas nos habíamos abierto segundos, parecíamos contagiábamos la angustia.

- Ten cuidado con los hombres, si alguno te molesta demasiado, no dudes en llamarme que iré rápidamente a congelarle sus partes-. Me susurró Gray mientras me estrechaba entre sus brazos. Le responde con una carcajada sin ánimo, agradeciendo su gesto.

- ¡Molestar a las niñas no es de hombres !.

Juvia se acercó a mí. Sus manos alejaron las lágrimas que descendían por mis mejillas. Sus labios me dieron un cálido beso en la cabeza.

- Juvia te va a echar de menos rival en el amor-. Hipidos.- ¡Juvia te quiere mucho Lucy! -. Me gritó mientras me abrazaba casi dejándome sin aire.

Cuando se alejó de mí sentí un apretón en el hombro. Me volví a encontrarme con la mirada sombría de Gajeel.

- Yo...-. Intentaba decir algo. Levanté una mano y sonreí, indicando que no ha faltan palabras. Me abrazó repentinamente sorprendiéndome a mí y más de uno en la habitación.

Wendy se acercó a mí, hipando y con rostro rojo.

- No lo entiendo Lucy, ¿por qué ?, ¿por qué ...? -. La abracé escondiendo su cabeza en mi pecho.

- Vas a ser una chica buena, y vas a sonreír por mí de acuerdo ?. No quiero tener un recuerdo tuyo llorando-. Ella asintió y se alejó intentando calmarse.

Los dos excede a saltaron a mis brazos. Lily intentaba hacerse el fuerte pero sabía que en cualquier momento rompía a llorar. Charle ... bueno, estaba igual que su Dragon Slayer.

Todos fueron a menos una persona, Erza.

No me dio tiempo a abrir la boca cuando la virar hacia mí para envolverme entre sus brazos. Para mí, ver a una persona que normalmente me mira un rostro serio envuelto en lágrimas es duro, muy duro.

- Que nada apague tu luz, Lucy. Ha sido una gran compañera, una gran amiga. Te aprecio como una hermana Lucy, realmente lo hago.

- Lo mismo digo para ti Erza. Siempre serás mi nakama, no importa cuán lejos te vayas-. Le susurré mientras la estrechaba.

Varios minutos después, Erza finalmente se fue. No durmiendo en la noche, ni las otras posteriores, tampoco comía mucho, cada vez que lo intentaba acababa vomitando. Mi plan diario era estar tirada en la cama llorando, consumida por la melancolía y los recuerdos.

Total, no hay nada mejor que hacer. Fue uno de esos días en el que mi estómago se recuperó al mínimo de la comida que hice el esfuerzo de levantarme de la cama. Me acerqué al espejo, llevaba varios días sin mirar mi reflejo, una parte dentro de mí tenía miedo de lo que podía encontrarse.

Y con razón.

La imagen que se reflejaba era una película de terror.

Las unas grandes y oscuras ojeras, sus labios estaban abiertos y sus ojos rojos e hinchados. El pelo ... era una auténtica mata rubia enredada y sucia. La ropa que llevaba era la misma que hacía el estado atrás, empezaba a ser raro y la estaba vacía.

'Al menos Feliz ya no puedes decir que estoy gorda', pensó mientras sus huesos se marcaban por la bajada de peso. Recordar en el pequeño exceda azul le llenó la mente de pensamientos negativos.

No puedo seguir así, tuve que hacer algo.

Que avanzar

Caminó hasta la cocina donde desayunar un cuenco de cereales con fresas y algo de leche, algo simple, atiborrarme ahora de comida después de tantos días sin comerme conmigo muy mal.

Tras lavar el plato me dirigí al baño. No sé cuánto tiempo estuve, el suficiente para quitarme toda la suciedad y el uso de todas las lociones posibles.

Me senté en la cama, pensando. En unos días vencería el alquiler y si que paga el del mes siguiente.

'No. Debo irme. Debo irme lejos de Magnolia '. En esta ciudad había demasiados recuerdos, no iba a poder seguir adelante si alguna vez que cruzara una esquina iba a ver los rostros de mis amigos.

Observé la aún existente marca del gremio en mi mano, algo extraño, aunque no iba a comerme la cabeza por ello. Para el que tenía que buscar el trabajo y ella tenía la experiencia de que los contratistas lo pensaban dos veces antes de dejar las solicitudes en el gremio, generalmente perdía más dinero reconstruyendo que el que ganaban cuando les quitaban el problema de encima. Rebusqué entre los cajones algo que me ayudó a ocultar el dibujo rosa.

- ¡Bingo! -. Exclama mientras sacaba un guante de cuero negro sin dedos y me lo colocaba.

Hice las maletas, limpié un poco la casa y conté el dinero ahorrado.

- 160,000 jewells-. Murmuré viendo el sobre con el dinero dentro. Me daría por un mes de alquiler y algo de comida por varios días.

Tras ello, me dirigí a un mapa de todo Fiore. Había oído hablar de una ciudad que cada vez era más popular. Se situaba en la costa Sur-Oeste, por debajo de las montañas. Comenzó siendo una pequeña población de pescadores, pero el tiempo fue bueno, sus blancas playas, y las montañas cercanas lo convirtieron en una ciudad turística.

Lo que más estaba más era su sistema de trabajo mágico, solo había habido gremios, y si los teníamos de pocos miembros. En la ciudad se había alzado una organización que permitía a los magos independientes buscar trabajo. Ibas a cualquiera de sus tres edificios, te acercabas al tablón y escogías un trabajo que se mostraba en recepción. Una vez completado, el contratista recibió una llamada que debías enseñar para que así retiraran el empleo. Si no lo hiciste se dio por sentado que sigue en el curso. El trabajo permanece en todo el momento en el que hasta que se finaliza, por lo que otros lo magos, por qué el mago que completa la oferta es el dinero que recibe. La organización no se hace cargo de tus destrozos,

Era una forma de trabajar diferente. Recuerdo que vi en los periódicos que el Consejo Mágico no estaba de acuerdo en que parecían complicados, pero viendo lo bien que marchaban decidieron tragar sus palabras. Estaban alerta, en cuanto se podía el menor problema obligarían a quitar el sistema.

'Decidido'. Pensé mirando el mapa. Una puerta se abría ante mí, no podía desaprovecharla.

- ¡Rumbo a Daishnar! -. Dije emocionado recogiendo las cosas cosas que quedaban. Hablé con la casera informándole de mi ida y la devolví la llave. Se despidió de mí y me deseó buena suerte mientras yo me dirigía a la estación tirando de un carro lleno de maletas (una situación que me recordaba una cierta pelirroja).

En la estación compré el billete que me costó más de 100.000 jewels (mi cartera lloró internamente) debido a que el lugar estaba a casi dos días y requería mucho combustible. Comprime además un folleto turístico de la ciudad a la que me dirigía.

Tuve tiempo suficiente para aprenderme todo lo que venía el papel ya que el tiempo del tren tardó cerca de una hora en llegar. Con ayuda de unos guardias que patrullaban la zona pude meter todo el equipaje dentro.

Ya sentada en uno de los vagones, contemplé como la ciudad era iluminada por la luz de las farolas en la noche. Percibí mis ojos llorosos.

'¿Otra vez?' pensé hastiada mientras con pañuelo me limpiaba las lágrimas. Una mano se apoyó en mi hombro repentinamente por lo que volteé asustada.

- Perdona si te asusté, Lucy-. Me dijo Loke sonriendo nerviosamente.

- No pasa nada ... Lo sabes, ¿no ?, lo del gremio ...

- Sí. Tiempo atrás también fui miembro, ¿recuerdas? Lo escuché inspirar profundamente.- No te preguntaré como estás porque te duele, es normal Lucy. No te dirás que el dolor se irá porque nunca lo harás, aprenderás un convivir con eso de manera que tu cerebro pensará que se acabó el sufrimiento, pero no es así. Me acariciaba la cabeza en un gesto fraternal y me decía esas palabras.- Pase lo que pase, nosotros estaremos siempre contigo.

- Gracias Leo-. Le dediqué un mueca que intentaba ser una sonrisa.

- Mientras no pierdas nuestras llaves como te pasa algunas veces, todo esté bien. Inflé mis mejillas y le dí un puñetazo suave en el pecho.- Descansa Lucy, te hace falta-. Me terminó de decir mientras desaparecía.

Sonó la sirena, indicando que nos íbamos. Miré como la ciudad poco a poco iba haciéndose más y más pequeña, fundiéndose en la oscuridad. Allí quedaban mis más preciados recuerdos. Aquél sitio era testigo de grandes momentos que ha pasado en mi vida, tristes y felices.

Pero era hora de volar.

'Hasta siempre, Magnolia'. Sonreí cuando se sentía como los párpados se cerraba y yo me sumía en un profundo, pero necesario sueño. Las lágrimas siguieron cayendo durante mucho, mucho, tiempo.

- En otro lugar -

- ¡¿Cómo que Fairy Tail se ha disuelto?! -. Preguntaba alterado un muchacho rubio de ojos azules. Todos en la sala callaron al ver su líder trastornado por la noticia que acaba de dar una de las integrantes.

- Lo que Oyes, Sting-. Le respondió una joven de pelo largo moreno.

- ¿No sabes la razón? -. Cuestionó un joven de cabellos oscuros y ojos carmesí.

- No. Fue repentino. Makarov simplemente hizo y dijo que se disolvía el gremio.

- ¿Y Lucy? -. Le pregunto en voz baja una mujer de blancos. ¿Qué ha pasado con ella, Minerva?

La compañía solo pudo negar con la cabeza.

- No lo sé, Yukino. Ya no queda ningún miembro de Fairy Tail en Magnolia, se han ido todos.

- ¿Incluso Natsu? -. Sting tenía el asombro plasmado en el rostro.

- Parece que se había marchado varios días antes del anuncio, quizás ya lo sabía ..

Yukino rompió a llorar en un llanto amargo. No se podía ni imaginar que estaba pasando por su amiga rubia. Ella amaba ese gremio, era su familia. Un pequeño gato envuelto en un traje de rana se acercó a consolarla.

- Yukino-. Le dijo el joven de los cabellos oscuros posando una mano en su hombro.- Cálmate, vas a hacer llorar a Frosch-. Le susurró señalando a la criatura que estaba entre sus brazos.

- Un Frosch no le gusta verte llorar, Yukino-. Le dijo que el pequeño excede con los ojos húmedos.

La joven inspiró profundamente y ahogó sus sollozos, pero las lágrimas seguían cayendo.

El joven maestro del gremio estuvo en silencio varios minutos. Entonces, habló.

- Estaremos pendientes. Si alguien tiene un miembro decide que las puertas de Sabertooth son abiertas para ellos. Es lo mínimo que podemos hacer.

El gremio asintió en silencio aunque a los pocos segundos de continuación con lo que estaba haciendo mientras murmuraban sobre la noticia.

La joven de raza blanca dejó de tocar el suelo y salió corriendo a su cuarto, donde podría llorar hasta desahogarse.

Minerva la marcha marcharse con la pena levemente marcada en su rostro. Ese gremio había hecho mucho por ella, y ahora ya no existía. No lo sabía, ni siquiera se creyó aún.

La situación no variaba entre los gemelos Dragon Slayers. Este acontecimiento nunca se pasó por la cabeza, lo creían inimaginable.