¡Lectores y lectoras! Con ésta pequeña viñeta me estreno en este mundo que es FanFiction. No es mucho, pero ya iré a mayores, al menos eso espero. Por supuesto, yo no soy autora ni del mundo en el que estos personajes se ven inmersos ni ellos mismos; todo es propiedad de J. K. Rowling. Agradezco los reviews constructivos, de veras, siempre ayudan a mejorar y espero que disfrutéis leyendo tanto como yo escribiendo.


Ella es aroma a té verde y limón; es grosellas y también tierra mojada. Ella es un sinfín de enmarañados hilos descoloridos, inmenso y cálido gris, blanco marfil. Ella sonríe a tus escamas y eso te extraña, te confunde y te ilumina. Ella se acerca a tus colmillos y no teme al veneno -quizás porque sabe que es el antídoto-, ella congela tu fuego. Habla sin siquiera mover un ápice los labios, no se atreve a tocarte porque es muy osada y cuando su varita resbala desde su oído hacia el suelo piensa en que has atraído a los juguetones nargles que protagonizan sus días.

-Te ha salido un cuerno.-y la odias, la odias porque dice tres disparates y piensa cinco, con una seguridad y aparente cordura que ni siquiera tú podrías aparentar.-¿Quieres que te haga mi remedio especial?-Pues no, pero tampoco te importa que después te arrastre a través del pasillo, deje impreso su olor una vez más en tu turbia memoria y por fin peque de cobarde y tome entre sus dedos menudos una pequeña parte de tu túnica. ¡Pequeña niña! Juegas con un dragón indomable que sólo para ti se ha vuelto manso-.

Tapa tu nariz con dos de sus dedillos mientras levanta una pierna y gruñes, disconforme. ¿Qué se supone que hace esa loca? Su coronilla refleja el sol tostado de la tarde. Acerca su rostro al tuyo, crees que demasiado; te incomoda, mas no te apartas. Vuestros ojos juntos son gris templado, fijos en las pupilas del otro sin saber muy bien qué buscar. En ti vacío, en ella incertidumbre.-Creo que te está desapareciendo.-no sabes cuándo comenzó a tomarse tantas confianzas, ni tampoco el punto exacto en el que tú comenzaste a ceder. Ciertamente no sabes nada, pero por una vez no te preocupa desconocerlo todo y no controlar ni siquiera un ápice de lo que ocurre. Sonríe entonces a tu adusto semblante, a tu porte galante que es todo fachada y se sienta a tu lado en ese baño al que no entra nadie; quizás vosotros tampoco seáis nadie realmente.-Draco Malfoy...-te nombra como si verdaderamente tuviera derecho a ello, balanceando sus pies sumidos en un azar poco común -¿lo es algo en ella?-. La instas a hablar con un nuevo gruñido, porque no te interesa lo que pueda decirte aunque sí el hecho de que siempre cuente con tu apellido al hablarte. No medias palabra porque es mejor así, sin espinas que clavar, sin escamas que mudar. Tu orgullo te lo impide.-...Eres muy raro.-y una risa estridente, molesta y poco coqueta se escapa de su garganta mientras tú frunces el ceño en un reciente y vano intento por comprenderla una vez más.-Supongo que así son los dragones.-y tú también supones que así es la luna llena-.