Prólogo

La mansión Aihara era conocida por la gran calma que habitaba en todas sus habitaciones, todo aquel que vivía o llegaba de visita a ese lugar conocían esa "sensación de paz", o eso creyeron hasta que esa noche los residentes fueron notificados con un anuncio desagradable.

-Lamentamos comunicarle esta noticia Aihara-san-respondía uno de los abogados de la familia.

-En cuanto nos enteramos de esto, tratamos de resolverlo, inclusive su abuelo se saltaba sus descansos para dar con una solución, por eso no le habíamos comunicado nada hasta ahora-decía otro de los abogados a la heredera del linaje Aihara.

Todo aquel que conocía a Mei Aihara la podían describir con una sola palabra, perfecta, desde su intelecto hasta su belleza física, la chica era la representación en sí de la mujer perfecta de alta clase que todo hombre quisiera presumir como su esposa, lamentablemente esta chica de tan solo 19 años ya estaba comprometida con Reito Udagawa.

-¿Cómo es posible que esto sucedió? ¡¿Cómo es posible que hayamos perdido la academia?!-sin duda esta fue la primera vez que los abogados de su abuelo y su prometido la veían alterada.

-Tiene que haber una explicación para esto, aún se puede hacer algo-trataba de razonar Udagawa mientras consolaba a Mei.

-Lamentablemente hicimos lo que pudimos, por la tontería que hizo su hermano, ahora la academia Aihara tiene nuevo dueño-explica el último de los abogados con una mirada acusadora hacia Udagawa.

Para Mei sin duda este habría sido el tercer peor día de su vida. El primero cuando su padre abandonó a la familia Aihara para viajar por el mundo en busca de su felicidad dejándola atrás con la protección de su abuelo, el segundo que fue aproximadamente hace un poco más del año, cuando tuvo que dejar a la persona que amaba para cumplir su deber como heredera y comprometerse con Udagawa.

Y ahora recibe la noticia que, por una apuesta de su cuñado, el colegio tenía nuevo dueño desde hace un mes. En este momento no sabía a quién culpar, si a su cuñado por semejante estupidez, o a su abuelo por su idea de traspasar las acciones de varias propiedades a los Udagawa como ofrenda de compromiso para concretar el matrimonio y éstos volverían a los Aihara cuando Mei fuera oficialmente la esposa de Reito.

Pero ahora resulta que su cuñado en unos de sus viajes de negocio, específicamente en una de las fiestas empezó a apostar, todo iba bien, ganaba y perdía dinero pero nada fuera de lo común, hasta que en el último partido de cartas, uno de los jugadores se puso muy insistente que ahora debían apostar acciones, todos aceptaron por la gran ganancia que tendrían, y el error de Souma Udagawa, el hermano mayor de Reito, apostó las acciones de los Aihara que les habían dado, confiando que no las perdería y obtendría nuevas propiedades. Eso creyó hasta que el ganador, Giovanni Kiritani, ganó todas las propiedades, él quien tuvo la idea de semejante apuesta.

Ahora su abuelo se encuentra internado por todo el nivel de estrés que viene acumulando desde hace un mes, cuando se enteró de lo que ocurrió con sus propiedades, y ese mismo día que sus abogados le dijeron que todo su esfuerzo fue en vano, la academia tenía nuevo dueño, siendo todo legal.

-Entonces ¿éste es el fin?, ¿la academia no volverá a nosotros? -Mei aún con todas las noticias trataba de ser fuerte, algo tenía que hacer para recuperar lo que por nacimiento le correspondía.

-Hoy en la mañana volvimos a contactar a Kiritani-san, nos comunicó que, si queríamos recuperar las acciones de la empresa, el hospital y la academia, debíamos llegar con acuerdo a los nuevos dueños-decía uno de los abogados sacando tres carpetas de su portafolio.

-¿Nuevos dueños?–comentó Udagawa viendo las tres carpetas sobre la mesa, cada una conteniendo información sobre los nuevos propietarios.

-Al parecer las acciones de la empresa y del hospital se las dejó a sus hijos-hablaba otro de los abogados mientras Mei leía los nombres de Aoi Kiritani e Ian Kiritani en las carpetas marcadas como empresa y hospital respectivamente-Y bueno el nuevo dueño del colegio nos sorprendió un poco por la relación que tiene-planteaba un poco incomodo mientras extendía la carpeta marcada como Academia hacia Mei.

-¿A qué se refiere con su relación?¿habla cómo de un amante, hijo no reconocido?-nuevamente preguntó Udagawa.

-No nos referimos a la relación del nuevo dueño con los Kiritani, si no de su relación con los Aihara-comunicó el último abogado, el que anteriormente miró desagradablemente a Udagawa.

Mei no entendía a qué se refería con lo último que mencionó el abogado, hasta que abrió la última carpeta y vio la foto y leyó el nombre del nuevo propietario.

En ese momento pensó que todo aquello formaba parte de una broma, o de un sueño…más bien de una pesadilla. El destino la estaba castigando por la decisión que tomó hace más de un año.

"Nombre de nuevo propietario: Yuzu Aihara"

Su familia

Su hermanastra

Su más grande amor