Disclaimer: Los personajes no son de mi pertenencia. Sólo los uso sin fines de lucro y para su más puro entretenimiento.

Ship: Kyan / Style

Advertencia: Uso de palabras "fuertes"


Bostezó notoriamente cubriendo su acción con la palma de su mano izquierda, mientras con la derecha sujetaba su vaso térmico para café, él no tomaba café, pero lo estaba manteniendo despierto en su transcurso a su edificio. La canción que reproducía su celular, y que nadie más escuchaba gracias a sus auriculares, le hicieron fruncir el ceño mientras se preguntaba por qué seguía esa canción en su repertorio. Se detuvo, cambiando el vaso a la otra mano para sacar el celular de su bolsillo derecho de su chaqueta, siguió cambiando de canción hasta que encontró la adecuada en ese momento.

Bebió una vez más de su café, suspirando y retomando el camino a su edificio con completa calma, su clase era en quince minutos, el transcurso lo tomaba en diez, lo que le sobraban cinco minutos para buscar un asiento, sumando los otros diez en los que su maestro llegaba.

Ignoró todo a su alrededor, solamente se concentraba en la canción que se reproducía en dicho momento mientras la tarareaba dentro de su cabeza pues sus labios se concentraban en beber su horrible, pero activo, café.

Cuando halló a su edificio, se quitó sus auriculares para poder escuchar las voces de sus compañeros que lo saludaban de lejos.

- ¡Stan!

Se detuvo de golpe, girándose extrañado de la voz masculina que le llamaba con emoción, alzó su mano derecha saludando a uno de sus compañeros del equipo de futbol, Kenneth McCormick, a la vez, uno de sus amigos más cercanos.

- ¡Amigo, oí las nuevas! - Sonrió

- ¿Quién dice eso en este siglo? – Rió retomando el camino cuando su amigo le alcanzó - ¿Buenas?

- Depende de ti… ¿Es cierto que domaste a la bestia de Jersey hace unos días?

Stan frunció el ceño cuando escuchó a su amigo hablar, ¿De qué bestia hablaba?

- ¡A Kyle Broflovski! ¡La bestia de Jersey!

Una serie de recuerdos golpearon su cabeza tan pronto el nombre apareció en boca de alguien más, comenzó a sentirse mal.

Le entregó su café a medias a su amigo Kenny y se giró para comenzar a caminar rápidamente ignorando las voces de sus compañeros y la del joven rubio, desvió la mirada al suelo evitando las del resto, entró a su edificio y aumentó la velocidad de sus pisadas subiendo las escaleras al piso de su salón casi corriendo. Desvió el camino y entró sin dudar a los baños, entró a un cubículo y tras bajar la tapa, se sentó cubriéndose la boca con ambas manos.

- ¿Stan? ¿Eres tú? – Escuchó a uno de sus compañeros después de que éste tocara la puerta – Amigo, ¿Estás bien? ¿Quieres que avise que no entrarás?

Normalizó su respiración y retiró sus manos de su boca tras asegurarse de que no vomitaría lo poco que desayunó.

- Estoy bien, bien… Entraré, no te preocupes.

- De acuerdo… Te veo allá

Escuchó los pasos de su amigo alejarse hasta encontrar silencio en los baños y tragó con nerviosismo.

Mierda…

Todos los recuerdos del viernes en la noche, hacen que sus piernas comiencen a temblar. ¿Por qué aquello le causaba tanto terror? Claro… Aquel chico, aquel desconocido con el que terminó acostándose… Era de New Jersey.

Cuando tenía diez años, una familia de New Jersey se mudó frente a ellos, y su madre, en un intento de ser amable y otorgarle a la familia un buen recibimiento a su pueblo, los invitó a cenar cuando ellos desempacaron todo.

Era una familia conformada de cinco, los padres y tres hijas. Le parecieron curiosos, tenían la piel bronceada y llevaban bastante maquillaje –En este caso, la madre y las tres hijas, aunque dos de ellas fueran menores que él- el padre era fornido y bastante interesado en el gimnasio, vestían con ropa brillante y hasta cara.

En toda la cena, la mujer se la pasó insultando a algunos de los pobladores de su pequeño pueblo –Podría decir que casi todos- con algunos defectos, hasta llegar a su madre; Le dijo que tenía una barbilla notoria, y ella, tratando de defenderse o en venganza –No lo sabía- le respondió que la mujer tenía los ojos un poco separados… Aquello ocasionó el desastre.

La mujer de Jersey, Theresa, arremetió contra su madre, comenzó a insultarla con palabras fuertes que para ella, parecían normales, casi se lanza a golpearla de no haber sido detenida por su esposo. La cena se arruinó y esa familia fingió que nada pasó.

Fueron los peores vecinos que había tenido, gritos tanto de molestia como de placer –Por las noches- le hicieron desesperar, sus tres hijas comenzaron a acosarlo a él y a su hermana, su madre se peleó con una mujer en una estética por culpa de Theresa, ¡Siempre hablaban como si se tratase de un Reality show! Yse excusaban de sus acciones con su estúpida frase: "Es una cosa de Jersey".

Intentó ser amable, de verdad que lo intentó. Se imaginó a un mejor amigo que tenía sangre de Jersey y solamente por él, fue tolerante… Pero cuando más gente se mudó y se peleó con uno de los nuevos alumnos… Fue suficiente para él, y su familia fue la que terminó mudándose a otra ciudad. Stan abandonó sus diez años de vida en aquel pueblo, amigos, un futuro feliz y tranquilo.

Como odiaba a esa gente y hacía lo posible por no mezclarse con los de esa especie… Hasta que se acostó con uno de ellos…

Kyle Broflovski, capitán del equipo de baloncesto de la universidad, de cabello rojizo y rizado que lograba acomodar usando gel, nacido en New Jersey…

Se levantó y suspiró más calmado, ya habían pasado veinte minutos, y sabiendo que la entrada a su clase se le sería negada, decidió intentar entrar.

Fue directamente a su salón y tras pedir permiso, excusándose de sentirse enfermo, el maestro le negó la entrada y lo mandó a la enfermería. Genial, no tendría otra clase hasta medio día y otra hasta las cinco de la tarde. Que asqueroso horario…

Fue a la pequeña cafetería de su edificio, encontrándola casi vacía, con excepción de algunos alumnos desayunando. Dejó caer la cabeza con cansancio cuando tomó asiento en una de las mesas, mientras buscaba su cartera en el interior de su mochila a ciegas, asustado de no encontrarla, al mismo tiempo que su celular comenzaba a vibrar, pegó un saltito del susto y lo buscó en su chaqueta. La pantalla le mostraba un número desconocido, y él contestó con duda.

- ¿Diga…?

"Stan, soy Kyle"

Mierda.

"Olvidaste tu cartera en mi departamento, recién pude localizarte."

- ¡Quédatela! – Apresuró - ¡Quédate con mis tarjetas, el dinero, mi identificación, pero no te me vuelvas a acercar! No quiero problemas.

Y colgó.

Mierda, mierda, más mierda, ahora sí estaba en problemas por haberse involucrado con un chico de New Jersey, pero ya todo había pasado… Solamente tendría que cancelar sus tarjetas, sacar una nueva identificación, licencia para conducir, -no le importaban los doscientos dólares de la cartera-, y todo estaría bien.

Ahora tenía hambre y no tenía dinero.


Wendy suspiró entregándole al joven de cabello negro, un sándwich junto con una botella de agua mineral, mientras éste le agradecía con una gran sonrisa.

- Apuesto a que fuiste un ángel antes de nacer

- Cállate, Stan… ¿Cómo pudiste dejar tu cartera en la estación del metro?

Sonrió nervioso, rascándose la nuca mirando hacia el cielo.

- No encontré mi licencia, así que no pude manejar y por ello, se me hizo tarde – Explicó – Mientras pagaba el boleto, debí dejar mi cartera en uno de los asientos o qué se yo. No te preocupes, ya llamé para cancelar mis tarjetas

- Al menos – La joven de cabello negro negó con la cabeza guiando a su ex pareja a uno de los bancos del campus de la ciudad universitaria - ¿Qué harás después de tu última clase?

- ¿Me tienes algo planeado?

- Una cita no, es seguro

- Entiendo la indirecta

Wendy era la mujer perfecta, una estudiante de derecho, con notas altas y becas de aprovechamiento, líder de porristas, una chica deseada, de buen corazón y gran amabilidad… Quien tuvo la decencia de aceptar sus sentimientos cuando era el de puesto más bajo dentro equipo de futbol. Gracias a Wendy, Stan pudo aumentar sus notas, ganarse una beca, y terminar como capitán del equipo… Eran la pareja perfecta, eran envidiados, se iban a casar cuando se graduaran –Quizás no, pero entraba dentro de sus sueños- justo como en aquellas películas y libros juveniles… Hasta que Wendy terminó con él dos años después, por haberse enamorado de un jugador de baloncesto, Token…

Su mundo se rompió más fácil que como lo construyó. Se deprimió, volvió a su ciudad para despejarse y perdió un año, un año que le costó su beca y su puesto en el deporte. Volvió a medicina animal después, y se alzó fuerte él solo… No le tenía rencor, -Claro que alguna vez le llamó puta, pero cualquier chico dolido lo haría-, terminaron como buenos amigos, aunque no negaría que algunas veces intentó volver con ella, pero siempre terminaba rechazándole.

- Tengo una demostración con las porristas hoy en la noche, antes del partido de baloncesto. Quería que nos vieras y dieras tu opinión.

- Hm… Lunes en la noche, dormir cómodamente o asistir a una presentación de porristas y luego al juego de baloncesto – Llevó sus manos al frente simulando una balanza que se inclinaba a la primera opción – Tal vez…

- Tienes que pagarme tu desayuno de alguna forma – Le respondió molesta pegándole en el brazo levemente

- Bien, bien, iré.

Por esas cosas, prefería mantenerse soltero.

Iba a darle una mordida al sándwich comprado por la joven, cuando su mirada se alzó para notar la presencia que se iba acercando a su posición. Abrió la boca con terror mientras bajaba el sándwich de la sola presencia, no estaba tan aterrado, pareciera que él no los había visto.

- ¡Kyle!

Hasta que Wendy levantó la mano para hacerse notar, Stan tragó y se levantó con terror. Mierda, ¿Por qué le sucedían estas cosas?

El chico llegó hasta ellos, y él lo reconoció. Stan lo encontró vestido de diferente manera, con el gel acomodando su cabello, una playera blanca sin mangas que tenía escrito "Kyley-B", una cadenita de oro colgando de su cuello y pantalones de mezclilla en los cuales no se fijó.

"Mierda… Ya me acordé cómo terminé en su cama" – Pensó con vergüenza.

Kyle parecía no haberle reconocido, eso le dio ventaja pues comenzó a guardar su sándwich sin morder y su agua mineral sin abrir.

- ¿Hoy no era tu presentación? – Wendy le preguntó - ¿Por qué no te has cambiado?

- Tengo tiempo.

- Si tú lo dices… - Se volteó a ver al otro joven - ¿Stan? ¿A dónde vas?

Mierda, ya casi escapaba sin ser visto.

Wendy le tomó del brazo y lo acercó a donde se hallaba el pelirrojo, éste le observó con cuidado mientras Stan desviaba su mirada.

- Stan, este es Kyle Broflovski, somos compañeros de clase – Sonrió – Kyle, él es Stan Marsh, mi ex novio.

- Que mal suena eso – Susurró Stan para sí

- ¿Entonces tú eres ese Stan del que Wendy me habló? No creí que fueses el mismo con el que bebí el viernes – Comentó

- ¿Ya se conocían? – Preguntó Wendy con sorpresa

- Por cierto, traigo conmigo tu cartera – Stan no se fijó de dónde la sacó, solamente se giró a verle cuando le estiraba dicha cosa – Procura no dejarla la próxima vez

- ¿No la habías olvidado en el metro?

Mierda, mierda, mierda, mierda, mierda… ¡Mierda!

- ¡No habrá ninguna próxima vez! – Se la arrebató - ¡Olvidé que tengo planes, nos vemos!

Tomó su mochila y salió corriendo chocando con otros alumnos con los que tuvo disculparse, el pecho le dolía por la eterna carrera, pero finalmente se detuvo cuando se encontró realmente lejos de la facultad de derecho; Apoyó sus manos en sus rodillas jadeando de cansancio, pronto, comenzó a toser y su estómago le traicionó devolviendo lo poco que tenía en el pasto.

- Hey, amigo, ¿Estás bien? – Le preguntó un chico que pasaba

Stan le hizo un ademán de estar bien y el otro se marchó. Quitando todas sus ganas de salir adelante ese lunes, se retiró con paso lento hasta el estacionamiento donde había estacionado su auto y manejó directamente a su departamento compartido. Ya se le ocurriría alguna excusa para la porrista y sus maestros por su ausencia.


Al ver que casi no había fics de un Kyle de Jersey, decidí crear uno, ¿Qué dicen? ¿Les gustaría ver cómo concluye esta historia? La ciudad donde esto se desarrolla, lo dejo completamente a su imaginación. Si les gusta, actualizaré seguido (Pues la historia ya está terminada)
Me despido.

¡Hasta el próximo!