El chico de la piel de nieve
CAPITULO I
Narrador: Naruto Uzumaki
-¿Estas seguro de hacer este viaje?- Me preguntó de nuevo mi asesor -estos son momentos difíciles para la empresa señor, debe quedarse aquí para tomar las mejores decisiones.
-Te recuerdo que NO es mi empresa, no tengo porque seguir los pasos de mi padre... ya estoy harto de este lugar, si me quedo es solo por la promesa que le hice al tio Jiraiya, pero ahora que no esta aquí... es muy difícil para mi, ¡así que por lo menos dejame irme por una o dos semanas!- continué guardando mi maletin -no se caerá el cielo... ni que yo fuera tan necesario aquí de todas formas.
-Pero señor...
-¡Konahamaru! ¡deja de llamarme así, ni que fueras mi sirviente o algo! ademas ¡solo tengo 26 años! me haces sentir como un anciano- le decía mientras guardaba papeles y cerraba los gabinetes bajo llave -sal de aquí, cerraré la puerta y nadie entrará hasta que regrese...- en lo que salíamos le tendí un sobre lleno de papeles-... y ten, es todo lo que ocuparás dentro de las siguientes dos semanas- eso era una mentira, eran solo papeles al azar.
-Esta bien- dijo y tomó el sobre.
Seguimos caminando por el pasillo, bajamos por el elevador y cuando llegué a mi auto el chófer me abrió la puerta trasera, pero yo la cerré.
-Hoy manejo yo- le dije al chófer y después volteé a ver a Konohamaru de nuevo- no intentes contactarme, no llevare nada conmigo, ni el radio, ni el celular, o por lo menos no los que conocen... así que no intentes nada- encendí el carro.
-¡Por lo menos dígame a donde ira!
-Je, eso ni yo lo sé- ceré la puerta y arranque velozmente, tenia que ir a mi apartamento por algunos cambios de ropa y luego al banco por dinero, bastante dinero, no sabia si lo necesitaría, pero solo por si acaso.
Las calles de Tokio a esa hora siempre están muy transitadas, pero luego pensé... "mañana estaré en algún lugar tranquilo" así que respiré profundo tratando de no estresarme y pude terminar de hacer las vueltas que necesitaba. Después de ir al banco fui a casa por mis cosas, deje el auto allí y llame a la agencia de taxis para que me enviaran uno, ya había terminado la llamada cuando el celular empezó a sonar, era papá... él nunca me llama, así que supuse que era para regañarme y decirme que no me fuera, de seguro ya me había cancelado las tarjetas de crédito y todo lo demás, pero eso no era problema, tenia bastante efectivo conmigo; le quite la batería al celular y lo aventé en el sofá. Caminé hacia la salida.
-Claro que tendré cuidado, padre, también te quiero- dije al vació de mi hogar antes de cerrar la puerta. Despues baje por el ascensor hasta el nivel de la calle.
El taxi llegó unos minutos después.
-¿A donde lo llevo joven?
-A la Estación de Tokio.
Llegué a la estación y me quedé parado en frente de los mostradores sin saber qué hacer, puesto que no sabia a donde ir... la persona que estaba frente a mi compró un boleto de la linea Tokaido Shinkansen con rumbo a Kyoto, así que hice exactamente lo mismo, leí que el tren saldría en 10 minutos y que le tomaría dos horas en llegar a Kyoto, al principio dije, "perfecto" pero esos 10 minutos me parecieron eternos... pensando en que mi padre podría enviar a alguien por mi, pero no fue así o tal vez no me encontraron a tiempo.
Ya dentro del tren guarde mi maleta arriba y me senté en mi lugar a lado de la ventana, tenia pensado observar el camino y el paisaje, pero me quede dormido.
Para cuando desperté solo faltaba una estación para llegar a Kyoko así que me sentí nervioso, pero tambien emocionado, quería llegar y buscar algún barrio tranquilo... no me interesaba visitar lugares turísticos, ya había estado en Kyoto antes y al recordar como se siente la ciudad, me tranquilizó.
Me encontraba en la estación totalmente perdido, no había viajado en tren antes y siempre iba en compañía de mis asesores.
"No hay problema que no se resuelva preguntando", pensé sonriendo, me sentía muy optimista y paresia un tonto sonriendole a todo el mundo, pero me sentía realmente bien, el mundo en mis manos.
Recorrí la estación en busqueda de algún mapa del distrito de Kyoto, pero cuando lo abrí frente a mi, no entendí nada... así que después busqué con la mirada a alguien que fuera a tomar el autobús, miré a un chico con el cabello alborotado color azul pálido, de unos 18 años, que caminaba muy de prisa y miraba con destreza su reloj, llevaba consigo un regalo muy grande, envuelto con una bolsa... me dio curiosidad que algo así no fuera enviado por paquetería... "¿Lo sigo...?" me pregunté "¿por que no?" yo no tenia ningún lugar a donde ir así que lo seguí.
Salimos de la estación de Kyoto, esperamos a que pasara el autobús correcto, vi que el letrero del autobús decía "17 Ohara" no le tome importancia y seguí al chico del gran regalo. Nos subimos al autobús, él se sentó a la mitad del vagón, mientras que yo me senté dos asientos más atrás.
Era otoño y el paisaje era realmente hermoso, iba disfrutando del camino en ver las flores y los campos de cultivo, pero al cerrar los ojos regresaron a mi mente imágenes de mi padre y recordé el trabajo que había dejado pendiente, revolví mi cabello con las manos, como intentando quitarme los malos pensamientos... "calmate Naruto, no pienses en eso, ¡disfruta de tu viaje!" me dije.
Había pasado casi una hora cuando el autobús se detuvo y el chico al que seguía se bajo, yo me apresuré y me baje también, pero había olvidado mi maleta en el asiento continuo por lo que regrese a recuperarla lo mas rápido que pude... por suerte el autobús no había caminado todavía, pero para cuando regresé a seguir al chico de cabello azul, éste casi corría siguiendo un camino rodeado de flores, ¡no quería que se me perdiera de vista! por lo que aceleré el paso, cuando estuve a unos cinco metros de él, ¡empezó a correr frenéticamente! Yo empece a correr también, "¡¿Y éste por qué empezó a correr tan de repente?!" corrimos unos cincuenta metros hasta que el sujeto se paro en seco y se giro hacia mi con cara de pocos amigos, poniendo el regalo en el suelo.
-¿Quien eres tu? ¡¿Por qué estas siguiéndome?!
-No te estoy siguiendo... - mi mirada titubeo.
-¡Vienes siguiendome desde Kyoto! ¡y corriendo detrás de mi por todo el camino! ¡¿eso no es seguir a alguien?! ¡¿Qué quieres?!
-Bfff... bien, lo admito... sí, te estaba siguiendo, - le decía mientras veia a mi alrededor -así que dime, ¿donde estamos? -me rasque la cabeza.
-¿Eh?... ¿eso qué importa...? ¿no piensas robarme o algo así?...
-Nop, solo te estaba siguiendo -yo estaba absolutamente relajado.
-¿Por qué?- me preguntaba él extendiendo las manos y levantando una ceja.
-No tenia a donde ir, y me pareció divertido seguirte, no importaba a donde fueras... ese regalo se ve muy bien, así que fuiste la persona elegida.
-No lo puedo creer... pues,- titubeo -pues si no es importante- se acomodo mejor los lentes -¡sigue otro camino diferente! ¡no te quiero caminando detrás de mi!, se ve extraño... y me pone nervioso.
-Lo siento, no era mi intención molestarte... no sé donde estoy, ni a donde puedo ir, así que...
-Que idiota... -apenas lo pude escuchar.
-je je...
Mi estomago crujió haciendo un fuerte sonido, el sujeto se quedo parado un momento mientras me miraba entrecerrando los ojos y pensaba.
-Aggh, ¡¿por qué a mi?!... bien, sígueme, te guiaré hasta el pueblo, pero después de eso, ¡te desapareces de mi vista!
-Muchas gracias, jeje, ¿qué camino tomamos?
No me había fijado bien en el lugar al que habíamos llegado, tenia todo lo que quería para mi viaje, un pequeño pueblo rural, con campos llenos de flores, con montañas y un bosque detrás del pueblo. Yo sonreí encantado, tenia unas ganas de correr y perderme por allí que llene de aire fresco mis pulmones y exhalé libremente, sintiéndome en paz.
-Antes que nada, ¿quien eres? pareces un yankee – me dijo extrañado, apuntando su cabeza.
-¿Yankee?
-Pero veo que es tu color natural... en verdad eres raro.
-Jeje, soy Naruto Uzumaki de Tokio, ¿y tu?
-Yo soy Chojuro, de Osaka.
Nos saludamos a lo occidental y continuamos caminando.
-¿Se puede saber por qué vas sin rumbo alguno?-me preguntó.
-Sí, es sencillo, solo quería alejarme del estrés de la ciudad, eso es todo.
-Pero sino sabias a donde irías, ¿te fuiste sin avisar?
-Exacto, saben que me fui, pero no saben donde estoy y así es mejor...
-Sí que tienes suerte, puedes escaparte, ¿eh?, yo tengo solo 19 años y tengo que ayudar en el negocio familiar todos los días.
-Entonces somos muy parecidos, yo heredaré la empresa de mi padre cuando él se jubile.
-¿Empresa? ¿eres un niño rico?- Volteo a mirarme.
-Hmmm, se podría decir que sí, pero no es tan bueno como cree la mayoría, el trabajo es tan asfixiante que a mis 26 años ¡no he tenido ninguna novia formal! Solo para pasar el rato y de esas ya estoy harto...
-Je, pues tal vez viniste al lugar correcto, este pueblo es muy calmado y las chicas se dedican solamente a sus hogares, son muy tradicionales, así que aquí no encontraras de esas chicas fáciles.
Mientras caminábamos yo iba observando el camino, con pequeños templos en la montaña, rodeados de arboles y las casas eran antiguas, paresia la era del samurai.
-Ya casi llegamos, como ves, el pueblo es muy pequeño, este es el camino principal, esos dos son restaurantes y si giras por ese otro camino y caminas hacia atrás, encontraras una taberna y esa casa que vez enfrente es la única posada del pueblo, es raro que alguien venga, así que de seguro serás el único allí- termino de decirme Chojuro.
La gente que estaba sentada fuera de sus casas se me quedaba mirando muy curiosamente, de seguro era por mi cabello tan llamativo y mis ojos azules, pero ya estaba acostumbrado, así que seguí mi camino.
-¡Chojuro, cuanto tiempo sin verte!
-¡Buen día, Kagura-san!
La gente lo saludaba como si todos fueran grandes amigos, para después verme a mi como un bicho raro.
-Bien, este es el pueblo de Ohara, espero disfrutes tu esta...- mi estomago volvió a sonar fuertemente -...dia- él guardó silencio y después se rascó la cabeza -hmm, puedes venir a comer con nosotros, si quieres.
-¡¿De veras?!
-Sí, vamos, es por aquí.
-Hemos llegado- me dijo extendiéndome su brazo hacia la casa –esta es la casa de mi abuela materna, vengo a visitarla por unos días, hoy es su cumpleaños.
-¿Y tu madre no va a venir?
-No, es un tema complicado...
-Disculpa por preguntar.
-Pasa por favor.
-Gracias -sonreí, la casa parecía mágica.
Chojuro caminó delante de mi subiendo las escaleras, hasta que llegamos a la puerta.
-¡Oba-chan, he llegado, soy Chojuro!
Era una casa un poco mas grande que las anteriores y se veía que la señora cuidaba muy bien de sus plantas, todo estaba hermoso.
-¡Chojuro! ¡Cuanto me alegra verte, tienes mucho tiempo sin visitarme! Pero bueno, ¿quien quiere visitar a esta anciana de todos modos? -la señora se acercaba dando pequeños pasos.
-Ay abuela... ten, ¡feliz cumpleaños! - le extendió el regalo, quitandole la bolsa de encima.
-¡Oh hijo!, no tenias por que traerme nada, con tu sola presencia es más que suficiente- la señora no se había percatado de mi hasta ahora, por lo que bajo el regalo y se me quedo mirando... luego miro a su nieto haciendo un ademán con la cabeza y la mirada.
-Oh, sí, lo siento abuela, el es Naruto Uzumaki, nos conocimos en el camino, así que le invite a comer con nosotros.
-Mucho gusto, señora- hice una leve reverencia.
-Ohh... no me llames señora, hace que me sienta vieja... puedes llamarme Arata-san- me dijo con una sonrisa amable.
Habíamos terminado de comer y estaba a punto de atardecer, por lo que decidí irme a la posada.
-Ha estado delicioso, Arata-san- le dije sonriendo.
-Que preciosa sonrisa tienes niño, ¿Chojuro por que tu no sonríes así?- se quejó -cuando sonríes parece que sonriera un tiburón- dijo un tanto molesta.
-Abuela...-dijo Chojuro torciendo los ojos.
-Jajaja... bueno, creo que debo irme, estoy muy agradecido por toda su hospitalidad, gracias por dejarme seguirte Chojuro-san.
-No hay de que, ¿recuerdas el camino a la posada, cierto?
-Sí, muchas gracias por todo.
-¡Chojuro! ¡no dejes que se vaya tan buen invitado a esa posada tan ruin!, Naruto, ¿por qué no te quedas en esta casa el resto de tu estancia?
Chojuro volteó a ver a su abuela sorprendido.
-No, eso sería mucho pedir, además creo conveniente que la deje tranquila con su querido nieto, no quiero ser una molestia.
-No será para nada una molestia muchacho, Chojuro, muestrale una habitación a Naruto-kun.
-Pero abuela...
-¡¿Chojuro?!
-Yaa voooy~- se quejó -acompañame Naruto-san- empezamos a caminar por la casa y tenia 4 habitaciones, era bastante grande.
-Puedes decirme solamente Naruto.
-Es extraño, te acabo de conocer solo hace unas horas...
-Entonces, llamame como quieras Chojuro-san
-S-Sí... tienes razón, estarás aquí por unos días y será incomoda tanta formalidad, llamame Chojuro y yo te diré solo Naruto- se resignó.
-Jajaja
-Esta será tu habitación- dijo al momento en que abría la puerta.
-Gracias.
-Bueno, iré a instalarme yo también.
Me dejó solo.
Abrí mi maleta y recordé que no había traído nada conmigo mas que ropa, así que no tuve que alistar nada, sentía unas ganas enormes de salir a conocer el pueblo, por lo que solo deje la maleta allí, guarde cierta cantidad de dinero en mi cartera y salí de la habitación.
-Arata-san, iré a dar una vuelta por el pueblo y caminaré por el bosque un rato, ¿le molesta si regreso muy entrada la noche?
-No, en absoluto, eres joven así que ve a pasear por allí, no te preocupes por regresar tarde.
-¡Estupendo, regreso luego entonces!
-Espera Naruto-kun, ¿te gustan las cascadas?
-Sí, ¿aquí hay una?- abrí mis ojos y escuche contento como un niño pequeño.
-Sí, la llamamos "la cascada sin sonido" si vas al bosque encontraras varios caminos, no creo que te pierdas... sigue las señales y todo estará bien- la señora me sonrió.
-¡Gracias Arata-san!- me despedí y camine tranquilamente por entre el jardín y bajando las escaleras.
Dicen que un viaje se siente mejor si lo haces junto con tus seres queridos, debía de haber pensado en mi padre, pero no fue así, en mi mente solo estaba mi tío Jiraiya, que acababa de dejar el mundo hace apenas unas semanas, mi madre había muerto también, pero ella murió al momento en que nací, así que no la pude conocer, y mi padre... no se comporta como tal, para él soy otro de sus empleados, incluso cuando estamos en casa no me habla de otra cosa que no sean mis deberes, no recuerdo una sola vez que me haya preguntado por mis amigos o como me siento con respecto al trabajo... mucho menos si es lo que quiero realmente para mi vida.
Sentí la presión sobre mis hombros otra vez y para cuando menos lo pensé ya había sacado un cigarrillo de mi bolsillo... lo observé en mi mano, pero no lo encendí... recordé la otra promesa que le hice a mi tío, "dejar de fumar", puesto que él murió a causa de eso, el cáncer de pulmón acabo con su vida a la corta edad de 51 años...
Saque la caja completa y guardé el cigarrillo que había sacado antes, siempre hacia lo mismo, sacaba el cigarro y luego lo guardaba...
Llegué al bosque, después de atravesar el pueblo y de inmediato vi uno de los senderos que me mencionaron antes, lo seguí sin darle mucha importancia, esperando ver alguna señal que me guiara hasta la cascada, todo el camino estaba asombrosamente limpio, todo rodeado de altos arboles verdes. Fui siguiendo las señales mientras disfrutaba del paseo, escuchando los sonidos de los animales iba realmente relajado... el paisaje empezaba a cambiar por arboles más bajos y de diferentes colores, todo brillaba y relucía gracias al sol del atardecer... después de todo era otoño y los arboles estaban en su máximo esplendor, llegué al letrero que anunciaba la llegada a "Otonashi no taki", "La cascada sin sonido", crucé por entre los arboles, pero jamás me imagine lo que encontraría allí.
Sentada en una gran roca, observando la cascada, se encontraba la mujer más bella que había visto en mi vida... llevaba puesto un iromuji* color lavanda claro, que casi se combinaba con su piel blanca, su cabello negro llegaba hasta la mitad de su espalda y por su postura y porte, parecía alguien de la realeza.
Yo sin darme cuenta tenia la boca abierta, pero luego me sentí avergonzado y un pedófilo, cuando me di cuenta de que esa joven era mucho menor que yo, tal vez unos 14 años. Me acerqué sin hacer ruido hasta que estuve frente a la cascada también.
-Vaya que es hermosa y el agua fluye sin hacer ningún ruido- dije metiendo mis pulgares en los bolsillos.
Ella volteó rápidamente a mirarme con unos ojos tan expresivos, negros y profundos que sentí que me atravesó, se levantó de la roca y comenzó a caminar hacia el sendero que yo acababa de recorrer.
"¿La asusté?"
La observaba mientras se alejaba, era un poco alta para su edad y muy delgada, por el kimono no se le notaban las formas, pero asumí que debía ser hermosa... creí que tal vez tendría 14 años, pero después ya no supe que pensar, tenia una mirada que no concuerda con esa edad, ni siquiera con algunos adultos, una mirada muy triste y llena de secretos.
Me senté en la roca donde había estado ella y le pedí a la cascada que ella fuera habitante del pueblo de Ohara... pero después me paré rapidamente y decidí que la seguiría, por lo menos para ver de donde venia, parecia que me estaba asiendo experto en seguir a la gente o algo así.
Vi que ella llegó al cruce de caminos y crucé los dedos por que diera vuelta hacia el sur, en dirección a Ohara, pero dio vuelta en la dirección contraria... "¡maldición!, gracias cascada..." tenia ganas de seguirla, pero ya había oscurecido y no quería asustarla más de lo que estaba. Decidí regresar al pueblo... pero mientras caminaba estaba totalmente arrepentido "¡¿por qué no la seguí?!", "ya no la volverás a ver Naruto" me torturaba a mi mismo, no fui prestando demasiada atención al camino, hasta que ya habían pasado más de 20 minutos y no llegaba al pueblo, puesto que había hecho menos de 5 en llegar el bosque y 10 en llegar a la cascada. Comencé a sentirme nervioso, pero no entré en pánico hasta que sentí la fría noche y como la temperatura seguía descendiendo.
Empece a correr para calentarme y en algún momento de la caminata cerré los ojos por el frió, yo estaba corriendo y no vi que alguien se acercaba hacia mi.
-¡Oye, abre los oj...! - chocamos -¡auch! ¡¿que haces corriendo con los ojos cerrados, hombre?!- Me regañó una voz conocida mientras me levantaba.
-Lo siento Chojuro, ¡pero no sabes cuanto me alegra verte!- le dije mientras lo abrazaba - ¡Y tienes una lampara de aceite!, gracias al cielo...
-¿Puedes soltarme?- me miraba despectivamente.
-Lo siento, es que entré en pánico, creí que moriría de frió...
-Volvamos a casa.
-Si, si -dije mientras volteaba hacia atrás recordando a la joven mujer.
Llevábamos caminando más de 15 minutos.
-¿Como me encontraste?
-Pensaba recorrer todos los caminos, pero por buena suerte te encontré en el primer intento.
-Je, que suerte...
-Ten, de seguro estas muriendote de frió con esa ligera camiseta – me dijo mientras me daba su chaqueta, el llevaba un sweater de bajo así que la acepté.
-Gracias – estaba tan cálida que sentí un escalofrió por el cambio de temperatura- oye Chojuro, ¿a que no sabes que me encontré en la casca...?- no pude terminar de preguntar.
Ambos paramos en seco.
Una pareja de enamorados se encontraba haciendo el amor en pleno bosque, estaban tan ensimismados que ni siquiera notaron que los observábamos. Volteé a ver a Chojuro y éste también volteó a verme con un sudor extraño en su cara.
-Salgamos de aquí- me dijo murmurando.
Mientras caminaba seguía viendo como la pareja lo hacia, la mujer tenia muy buenas proporciones... y al escuchar como gemía, tragué saliva antes de sentir como mi cuerpo se calentaba de repente y sacudí la cabeza para sacarme las imágenes, pero las reemplazaron otras... me imaginé a mi y a la joven de cabello negro en la misma posición frente a la cascada... gimiendo de la misma forma... con el kimono abierto... "¡AAH!" golpeé mis mejillas con ambas manos, no traía caso excitarme si no podría tener sexo, ni siquiera podía masturbarme, todavía no llegábamos a Ohara.
-Malditos, solo hacen que uno se ponga nervioso...- se quejaba Chojuro.
-JA JA JA, ¿tu también? Jajaja, ¡pues me encantaría quitarme el frió de esa forma! Jaja -Le di unas palmadas en la espalda.
Chojuro camino más de prisa, alejándose.
-Oe, ¿cuando regresemos podemos llegar a la taberna?¿o a tu abuela le molestaría?
-No lo creo... y sí, me parece muy buena idea, también se me antojan unos tragos.
Regresamos a Ohara y entramos a la única taberna del pueblo, nos sentamos en la barra y pedimos dos whiskys para empezar.
-Es lo que me causa gracia de la humanidad, no importa a que lugar vayas en la tierra, pueden faltar miles de cosas, pero el alcohol, nunca!- le dije a Chojuro mientras brindábamos.
-¿Te ha gustado el pueblo? ¿Que te pareció la cascada?
-Ahhh... era hermosa...- le dije pensando en la chica – había una mujer allí, bueno no sabría decir de que edad, pero me tiene idiotizado...
-Ja, no tienes ni un día aquí y ¿ya te enamoraste?- reía Chojuro mientras se terminaba el whisky -¿es de aquí? supongo que le preguntaste...
-No, cuando le hablé ella prácticamente salio huyendo, je je... ¡tienes que ayudarme a encontrarla! tengo que verla de nuevo- vacié el vaso de vidrio.
-Pues si es de Ohara, no tardaras mucho en encontrarla, por las mañanas las mujeres salen a hacer los quehaceres, así que te das una vuelta mañana temprano...
-No creo que sea de Ohara... pero sí, ¡eso aré!-terminé de decir, cuando un sujeto iba llegando a una mesa de atrás, hablando en voz alta.
-¡Te lo digo amigo, tienes que ir a Kurama! Fugaku Uchiha tiene a unas meseras hermosas en la taberna!... Ishi es ardiente, de piel morena... pero la más joven es una belleza, su piel es blanca y tiene unos ojos preciosos... de no ser porque Fugaku podría matarme, ¡ya me abría robado a alguna de las dos! -se soltó riendo el sujeto, junto con sus compañeros que siguieron platicando.
-¡¿Escuchaste eso Chojuro?!
-Sí- dijo mirando a los sujetos.
-¿Donde queda Kurama? ¡Estoy seguro de que están hablando de la misma chica!
-Ja, no creo que sea la misma, pero podemos ir si quieres... es el pueblo vecino, lo que nos separa es el bosque, solo hay que caminar rodeando la montaña, te demoras como una hora.
Me sentí tan emocionado, mañana mismo iría a esa taberna, esperando que fuera la misma chica.
-¡Pide todo lo que quieras Chojuro, esta noche pago yo!
FIN Capitulo I
Iromuji*: Tipo de Kimono.
