—Manu, gordo forro, haceme caso— chilló "cariñosamente" el rubio, intentando llamar la atención de su novio, tratando de quitarle el lápiz de las manos— ¡Manu, no seas forro!

—Callate weon, intento hacer cosas— respondió secamente el otro, sin siquiera mirarlo.

— ¿Qué cosas?

Manuel suspiró.

— ¿Te podés callar?

—No —y sonrió.

—Callate — ordenó el otro sin dejar de escribir, tal vez para molestar más a Martín.

—Callame.

El moreno le dio un manotazo en la cara, volteando solo por un segundo, y volvió a lo suyo.

—¡¿Qué mierda hacés?! —gritó Martín agarrándose la frente como si le diera una puntada.

—Dijiste…

—¡Yo decía callame de un beso, cornudo del orto!

Manuel se rió por dentro e intentó disimular una sonrisita.

Le dio un beso en la frente, y luego lo empujó suavemente, a ver si empezaba con sus mariconeadas.

—Y salí porque tengo que terminar esto eh.

A veces su Manu era tan lindo…