Loki intentó tantas veces volver, pero al intentarlo, cuál pájaro intentase volar con un ala lastimada, no lo logró.

Se sentía débil, más que débil, se sentía mortal. Antes de cerrar los ojos, tuvo una visión bastante insignificante, las estrellas extendidas en un cielo púrpura con tintes casi negros y nada más. Un vacío extraño comenzó a inundar su cuerpo hasta que cayó inconsciente sobre la arena.

Volvió a abrir los ojos, pero ésta vez se encontró en una habitación oscura, no podía ver su cuerpo siquiera, era cómo si vagara ciego por algún lugar desconocido, aunque en realidad no sentía ningún movimiento, no sentía, sólo observaba.

Una débil luz apareció, comenzó dorada y destelló después blanca y al final verde, para encontrarse a si mismo en una habitación azul. En ella, permanecía de píe un hombre. Era mayor, muy mayor, éste, frunció el ceño y se aproximó al píe del sitio dónde él se encontraba recostado con la rapidez que su cuerpo le permitía. Tomó con la mano derecha un dispositivo que emitía una luz bastante fuerte y la colocó en el ojo derecho de Loki mientras estiraba sus párpados con la mano izquierda.

Loki intentó parpadear, pero le fue posible sólo con el ojo izquierdo, tuvo una leve sensación de dolor, pero extrañamente, todo le parecía fuera de si... Como si fuese la primera vez que describiera la sensación tan molesta al tener un simple tubo que emitía luz.

-¿Qué está haciendo?-preguntó a penas su mente se acomodó de esa ráfaga de pensamientos y sensaciones que lo invadían.
-Lo reviso-Contestó con una simpleza que rayaba en la frialdad.
-¿Qué hago aquí?-Ni siquiera tenía idea de dónde estaba, tampoco tenía idea de qué significaba esa "revisión", no sabía nada, no sabía cómo se sentía, no sabía quién era.
-Pues...-El hombre, que usaba una bata blanca que llegaba poco más abajo de las rodillas, dónde continuaba un pantalón negro, se alejó de él y se viró hacia un contenedor de dos niveles, metálico, dónde tenía alguna clase de instrumentos, de ellos, tomó un tubo transparente con una muy fina saeta, dentro del tubo pudo observar un líquido amarilloso semi-transparente y mientras se volvía continuó:-Está siendo sometido a una revisión.
-No comprendo-intentó incorporarse y entonces se dio cuenta que la sensación previa de ser sólo ojos y nada más, no era verdad, tenía tanto piernas y manos, podría moverse, pero debido a su previo y aparente estado de inconsciencia, no tan rápido, una de sus manos resbaló de la cama y se golpeó en la cabeza.
-¿Habla usted otro idioma?-preguntó el hombre haciendo ademanes que muy tontamente pensó, explicarían lo que estaba diciendo. Loki frunció el ceño y comenzó a negar.
-Entiendo lo que me dice, es sólo que... no entiendo lo que me quiere decir.

El señor agitó la cabeza algo exasperado, movió las manos con lentitud y abrió la boca, pero la cerró de nuevo, se acercó un poco más y tomó el brazo izquierdo de Loki, éste, lo miró, si no con atención, a los ojos del doctor, le parecía que estaba aterrado.

-Es una inyección, le dejará descansar- Loki permaneció del mismo modo, la misma expresión, no lo comprendía aún, así que sólo se limitó a decir-Sólo será un pequeño pinchazo, no hay nada de qué preocuparse-dicho esto clavó el pico de ése curioso instrumento y comenzó a empujar y conforme lo hacía, el líquido se vaciaba y segundos después, no pudo mantener los ojos abiertos por mucho más tiempo, sólo logró escuchar al hombre decir- Más loco no podía estar.


Paseó por ese espacio reducido... mientras esperaba, las miradas que recibía, no le daban mucho ánimo, sabía que no sería fácil, estaba consciente de que haber mandado el destructor a la tierra e incendiar medio Puente Antiguo no había sido una buena idea por parte de su hermano, pero en ese momento, lo que a él le interesaba era que él estuviera bien, estaba consciente sin embargo, de las reglas por las cuáles se regían los mortales en Midgard, así que esa petición tampoco había sido lo menos exigente, pero confiaba en haber convencido al agente Coulson de que Loki sería 0% ofensivo. Padre de todos se había encargado de aislarlo de cualquier magia o truco que él pudiera hacer, e incluso se aseguró de disminuir sus probabilidades de transformarse en un gigante de hielo, incluso también, su memoria se vería dañada después de caer inconsciente fue difícil, pero después de todo, no tenían opciones, sabían que el mandarlo a otro planeta tan sólo calmaría las cosas por un tiempo, pero conociendo a Loki, necesitaban tiempo, para ellos mismos, el mismo Loki incluso tal vez podría usar algún tiempo sin saber de arrogancia y sentimientos tan negativos que habría albergado durante todo ése tiempo, los mismos que lo habían orillado a hacer lo que había hecho...

El agente Coulson apareció en la entrada, consigo, llevaba una capeta color azul, miró a Thor inexpresivo y sólo dijo:

-Ha sido algo muy difícil de cumplir, ¿Sabes?-Thor en ese momento ya se resignaba al fallo de su petición-Pero S.H.I.E.L.D te lo debe y dado a que nos aseguraste que no habrá ningún peligro y que también te comprometerás a vigilarlo, no veo por qué nos negaríamos-Sonrió-De cualquier modo, necesitaré alguna información... Sé que suena muy ilógico, pero queremos que la estancia de tu hermano, sea lo más cómoda, pero pacífica, por lo tanto, le hemos asignado los datos siguientes.

Ante los ojos de Thor, en una pantalla transparente, aparecieron datos de identificación, el nombre por ejemplo: Thom Wolfe, la edad 28 años, fecha de nacimiento, padres Anna y Thomas Wolfe, profesión: Escritor.

Thor examinó con atención lo que esos datos arrojaban, por un momento, se detuvo a pensar como era que construirían la vida de la nada, de dónde sacarían a las personas que pretendieran ser los padres de Loki, cómo harían que él fuera escritor... En eso era lo único que acertaba, Loki, siempre había tenido una imaginación fuera de los nueve mundos, era demasiado ocurrente y su facilidad con las palabras eran una de las razones principales por las cuáles se le daba tan bien mentir.

El agente Coulson, miró a Thor por el rabillo del ojo, a decir verdad, le conocía poco, no entendía sus gesticulaciones, pero habría que ser ciego para no notar que el dios del trueno tenía unas dudas respecto a lo que miraba, lo cuál el dedujo respondiendo.

-Thom Wolfe es un escritor que desapareció hace 3 años, muy parecido a tu hermano, extrañamente... Su familia, lo ha estado buscando desde entonces, supusimos que no sería de gran daño devolverles a su hijo-se encogió de hombros- Thom, publicó su primer libro a la edad de 24 años y estaba en pláticas para el segundo antes de su desaparición en un viaje que hizo a París. Hemos manipulado las pruebas de ADN y huellas digitales, todo para reemplazarlo con aspectos de tu hermano. Thom, tenía el cabello castaño claro y usaba barba-Unas fotografías aparecieron en esa pantalla. Coulson tenía razón, ése hombre desaparecido, era idéntico a Loki, salvo por las características señaladas previamente.

Thor se quedó mucho tiempo mirando las fotografías, se sintió extrañamente sorprendido del parecido que su hermano compartía con un mortal, entonces, sus ideas fueron más lejos, sabía que su destierro tenía razón de haber sucedido, sin embargo, estando ahí, cayó en cuenta que entonces Loki quizás no estaría a su lado por mucho tiempo, pues a pesar del enfrentamiento que ambos sostuvieron antes de que Odin despertara y lo desterrara, él sería su hermano, siempre y siempre lo querría y también admitía que le habría fallado, tal vez mucho, para que le odiara tanto...

-... En fin-siseo Coulson- Creo que de ahí en más sólo queda que tú y tu gente vigilen de él, nosotros también estaremos al pendiente, aunque no lo creas, nos ha sorprendido que nos pidas ayuda y también puedes estar seguro que muy a pesar del trabajo que representa, tal vez puede que sea lo mejor para todos.

Thor supo, que Coulson se refería a la humanidad, el modo en que lo había remarcado sólo podría significar eso, así que se sintió aún más tranquilo, sin embargo, algo habría que pudiera hacer para no estar lejos de su hermano durante tiempo indefinido.


Loki -Ahora Thom Wolfe- Se encontraba sentado mirando hacia el exterior. Habrían pasado dos semanas desde que había despertado en una de las habitaciones de la clínica, pero dos semanas, no era suficiente para acostumbrarse a si mismo, cómo si estuviera en el cuerpo de alguien más, como si viviera la vida de alguien más. Aún incluso a pesar de no tener algún recuerdo de lo que había sido su vida antes, se sentía fuera de si mismo. El doctor Duckers -El mismo con quién tuvo la primera y muy corta conversación-Le había mencionado algo sobre la Amnesia retrógrada global y con eso le había conformado muy poco, ya que, cómo lo había explicado el doctor, él sólo no tendría memorias de eventos ocurridos en el pasado, sin embargo, las sensaciones, las emociones, se le antojaban tan desconocidas y a la vez tan presentes en él.

A diferencia de otros días, no llevaba el pantalón y camiseta azules, si no, una camisa de botones negra y unos pantalones color marrón, con unas botas negras. El Doctor Duckers se había encargado de conseguir esa ropa, ya que él había ingresado a la clínica con un "disfraz medieval" describía y ésa tarde ya no lo llamaban "paciente" si no Thom... Seguro sería su nombre, pero el que fuera su nombre tampoco querría decir que le tenía que agradar. El Doctor Duckers fue quién le dio la noticia sobre su identidad recién localizada y habían avisado a su familia desde dos días atrás, pero ellos, viviendo en otra ciudad, se tomarían su tiempo para llegar, según como el doctor lo había dicho, esa tarde iría a casa... Y él por alguna extraña razón, no sentía que pudiera encontrar algo parecido a lo que la gente llamaba "hogar" en ningún lado... Al menos no en ese planeta.


Victoria S. Bellamy, no sería la más brillante egresada de la carrera de psicología, tampoco se sentía la más atractiva mujer entre su grupo de amigas, era mejor dicho, una mujer regular. Recién había cumplido 24 años y no se sentía madura, tampoco se sentía joven, realmente, se sentía más que regular, diferente. Comparándose con su círculo social o las mujeres en su familia; no estaba interesada en cosas que una chica a su edad estaría interesada, viendo a sus amigas-la mayoría de ellas comprometidas-no podría imaginarse a si misma usando un anillo o próxima a unir su vida con alguien más, le parecía tan caótico eso de compartir todo con una persona ajena a su familia y de hijos ¡Ni hablar! Los niños pequeños si no le desagradaban, no eran su especialidad, se asustaba con facilidad ante el llano de uno y a veces le parecía haber nacido de 9 años porque no lo veía natural, en si, la vida que llevaba en ese lugar, no le parecía natural, la gente que la conocía, pensaría que era un tanto muy particular, si no, rara.

Su aspecto físico tampoco era algo común, ya que en su familia, su madre y hermanas tenían los cabellos rubios y ojos verdes o azules, Victoria era pelirroja y de ojos color miel, alta, mucho más alta que cualquiera de sus hermanas, no delgada, pero tampoco robusta, "la mujer promedio" decía ella, de aquella que seguramente habría más de un ejemplar... No que le interesara demasiado su apariencia, porque en realidad no concentraba su vida en buscar alguna pareja o ser atractiva al sexo opuesto. Simplemente quería... ser, algo que en su familia no era realmente posible, ya que sus dos hermanas gozaban de un éxito tanto profesional como personal, Eve, la mayor tendría 4 años en un matrimonio muy feliz, tenía una hija del mismo nombre y esperaba por el segundo, que se esperaba fuera un varón. Ayra estaba comprometida con el encantador Benjamin Darcy, quién era dueño de una empresa publicitaria, Ayra se encargaba de conducir la sección del clima en el noticiero local y también era miembro en un sin fin de actividades altruistas y sociales por lo cuál, para Victoria, era algo difícil de superar, ya que su madre le recordaba muy constantemente su soltería, su falta de atractivo y lo poco inteligente le parecía... Hasta cierto punto, no le molestaba, pues Victoria bien sabía lo que era y cómo era, sabía que de todas esas citas que habría tenido con amigos de los novios de sus amigas o hijos de amigas de su madre tan sólo había logrado una relación formal, la cuál había terminado recientemente, después de 6 meses de duración.

Todas éstas ideas, le invadían con sólo mirarse al espejo cada mañana, era cómo si tuviera que hacerse a la idea de quién era todos los días, como si al dormir, se olvidara de la vida que hasta ese día había llevado.

Sacudió la cabeza y continuó cepillando su cabello, para después recogerlo en una coleta encima de la nuca, su flequillo enmarcaba bien su rostro, tenía pómulos bastante notables, dado a que la delgadez hacía un leve hueco en sus mejillas, sus labios, eran gruesos, pero angostos de comisura a comisura, sus ojos, eran grandes, pero rasgados y su nariz era un pequeño botón.

Se acercó al tocador, de ahí, tomó una pequeña botellita, que contenía pintura negra con un aplicador que colocó sobre sus pestañas y con movimientos hacia arriba en ambas las tiñó un tanto más oscuras, también, se aplicó polvo color rosa sobre las mejillas y ante esa imagen en el espejo, se sintió conforme, no le gustaba el maquillaje, no sabía maquillarse, pero su madre insistía tanto en que siquiera usara un poco-aunque su definición de poco era mejor dicho demasiado-.

Una vez de píe, se vistió rápidamente, un pantalón negro y blusa blanca con un saco negro, tacones no muy altos, ya que el caminar con éstos, era una de las tantas otras cosas que se escapaban de sus conocimientos y habilidades y era en lo único que su mamá permitía no usara, dado que en su altura no eran tan necesarios, además, que de por si, era difícil encontrarle una pareja, más lo sería siendo más alta que el resto de los hombres en ese sitio.

Vic, madre está histérica, dice que te tomas demasiado tiempo para estar lista – Esa era Ayra, era la única persona que le llamaba así, también, a diferencia de Eve, era quién más entendía a Victoria.

-Ya voy-murmuró y se acercó a la puerta, haló del picaporte y encontró a su hermana del otro lado, ésta le sonrió y la miró de píes a cabeza, se detuvo en su rostro, dónde examinó lo que a "Vic" le parecía un modo bastante a juicio, torció los labios y Ayra le dijo:
-Ni creas que engañas a madre con rubor y mascara-la tomó de la mano y la llevo al interior de esa habitación, la sentó frente al tocador y de uno de los cajones, tomó un delineador líquido y lo aplicó encima de los párpados móviles de su hermana, después un brillo transparente que aplicó rápido sobre sus labios.-Mucho mejor...-dijo ella con una sonrisa de satisfacción. Vic sólo roló los ojos y dijo:
-Sabrá que me ayudaste...
-Bueno, entonces, deberías considerar aprender a hacer ésto tú sola-se sentó a su lado- Madre no lo hace por perjudicarte, ella es... muy femenina y que tú seas tan parecida a Papá quizás sea algo muy difícil de comprender para ella, pero tú tienes que intentarlo, al menos por cumplirle el capricho de ser menos descuidada en como te ves, seguro que con eso te la quitarás de encima y podrás hacer las cosas más a tu modo.

Ayra podría resultar fastidiosa en algunos momentos, pero nunca tenía intenciones malas, era tan buena, tan agradecida con la vida que llevaba, que a todo mundo le parecía un ejemplo digno a seguir y más que a nadie, a su madre le parecía el ejemplo de una buena hija y Victoria al ser la más pequeña, era quién tenía que cargar con que le impusiera los ejemplos de su hermana y quizás esa sería la razón por la cuál-muy a pesar de los intentos de Ayra- Victoria y ella eran algo distantes.

-¿Estás nerviosa?-preguntó mientras colocaba las manos sobre los hombros de Victoria, ella sólo movió la cabeza de un lado a otro en seña negativa- Yo lo estaría, digo... Es tu primer día en el trabajo, seguro que te irá muy bien, sólo trata de enfocarte en tus pacientes, intenta poner aunque sea un poco de atención, sé que a lo mejor no tengo idea de lo que es la psicología, pero te conozco y sé que es muy difícil que algo pueda tener tu atención...
-No lo arruinaré-miró a Ayra- Lo prometo.


Thomas Wolfe se encontraba fuera del consultorio del Doctor Duckers. Escuchaba que él se dirigía a alguien más, pero en si, no podía saber con precisión lo que él decía. Le habían mandado a llamar hacía 15 minutos, pues según la enfermera, su familia ya estaba ahí para recogerlo.

La puerta se abrió, el Doctor Duckers apareció, asintió y dijo:

-Thom, puedes pasar...

Se puso de píe, dio dos pasos y al final pudo ver quién estaba dentro del consultorio, eran dos personas, un hombre y una mujer, serían más jóvenes que el Doctor Duckers, pero de edad ya avanzada, la mujer, se tapó la boca y sus lágrimas comenzaron a escaparse de sus ojos y el padre, se había quitado los lentes y se había puesto de píe, caminaba lento, había algo en su mirada que a Thom le parecía más que curiosidad, incredulidad, entonces la mujer se levantó y se adelantó al hombre, se colgó del cuello de Loki (Thomas Wolfe) y con voz entrecortada le dijo:

-Estás bien-era una afirmación, se volvió hacia él y tomó su rostro entre sus manos- Esperé tanto tiempo y aquí estás... Te ves diferente, hijo, pero es tan bueno verte.

De un momento no supo qué hacer, pero algo comenzó a sentir dentro de él que no tardó demasiado en emerger a su rostro, dos gotas de agua salieron de sus ojos y con el ceño ligeramente fruncido le dijo a ésa mujer:

-No lo entiendo... No sabía que tenía familia, no sé quién es usted.

La mujer miró al Doctor, quien intervino explicando las condiciones y por tal, las razones, por las cuáles él no recordaba nada, les explicaba que como decía anteriormente, iba a ser, si no difícil, imposible que "Thom" recordara algo de su pasado, pero sin embargo, habrían unas terapias que podría intentar para ver si se podía tener algún éxito con él... La mujer escuchaba atenta, a juzgar por la mirada directa hacia el doctor, el hombre también lo miraba, pero de vez en cuando desviaba la mirada hacia Loki, había algo en su mirada que parecía como una clase de desconfianza, como si no llegara a comprender o creer lo que estaba viendo, el doctor en algún momento dejó de hablar y el hombre se dirigió por primera vez a él.

-Estarás bien... Te llevaremos a casa e intentaremos todas las terapias posibles-puso una mano en su hombro- Estarás bien, hijo.

Todo en ese momento parecía suceder tan rápido sin darle tiempo de siquiera entenderlo, para después adaptarse, se sentía muy extraño, pero más que cualquier otra cosa, se sentía ajeno a esa situación, a las personas, a los sentimientos y emociones que parecían emanar de ellos.

Pronto salieron del consultorio, su padre se quedó hablando con el doctor, parecía interesado en saber cómo lo habían encontrado y su madre, parecía más contenta de ir caminando del brazo de su recién encontrado hijo.

-Tendremos que hablar con tus agentes, seguro se encargaran de la prensa, cuando llegamos, había un par de fotógrafos, así que actúa normal y no contestes nada de lo que te pregunten.

Paró un momento mirando a su madre, ella le miró también, ella por un momento olvidó que su hijo habría olvidado todo, así que simplemente resumió.

-Eres un escritor, uno muy famoso.


Victoria a penas y picaba su desayuno, escuchaba al fondo las noticias, su hermana Ayra habría ya partido hacia más de media hora y seguramente estaría a punto de aparecer con su reporte del clima. Su madre, incluso había elevado el volumen en el televisor expectante a la aparición de su hija, su orgullo... Victoria roló los ojos y no le quedó más que mirar al televisor.

Gillian, la conductora principal del programa de noticias, estaba a punto de mandar al reporte del clima, entonces, se detuvo un momento y agachó la cabeza tocando su oído derecho, aparentemente recibiendo órdenes de la gente de producción y así continúo:

-Una noticia de último momento, ésta mañana el escritor Thom Wolfe ha sido dado de alta tras una estancia indefinida en una clínica ubicada en las orillas de San Francisco CA, sus padres Anna y Thomas Wolfe fueron vistos ingresando en el lugar y al salir el escritor no dio declaraciones, su madre se limitó a avisar, que sus agentes darían un comunicado sobre el estado de Thom y su muy misteriosa aparición.-Mientras Gillian hablaba de ése hombre, aparecía un vídeo de un hombre de cabellos negros, era pálido y tenía los ojos verdes o azules, a sus costados, caminaban un hombre y una mujer a los que Victoria supuso, serían sus padres como lo habían indicado en la noticia, se podía ver el destello de las cámaras fotográficas y en volumen bajo se escuchaban muchas voces, todas preguntando al mismo tiempo, al ver ésto, el joven, identificado ahora como Thom Wolfe, parecía muy abrumado, su madre sólo se detuvo a decir unas palabras y continuaron su camino hasta el coche.- La noticia de su aparición fue una gran sorpresa dado que hace no más de 4 años el escritor desapareció durante un viaje a París dónde se encontraba promocionando su primer libro "La hermandad".

Su madre no prestó atención a lo que estaban diciendo, Victoria, había visto cierto gesto de fastidio cuando pospusieron la sección de su hermana e incluso se había dedicado a mirar a Victoria, mientras ella, no pudo despegar la vista durante ésa nota.

-Déjame que adivine... -dijo su madre bajando la vista y picando con el tenedor un plato con frutas- Sabes de qué escritor hablan y seguramente... Haz leído su libro.

Victoria miró a su madre, no entendía su tono, no entendía su suposición y cómo tenía lugar en esa situación, sólo se limitó a asentir, su madre sonrió:

-Tienes 24 años, Victoria, de los cuales no has aprovechado nada. Te has recibido, hurray, pero... ¿Es que a caso no tienes ninguna ambición para tu vida personal?

Quizás era que durante las últimas 4 semanas, habría aguantado más a su madre que de costumbre, siempre diciendo cosas que quizás no eran las más agradables, pero siempre a ella, parecía tan inconforme que a veces Victoria pensaba que su madre habría estado conforme con sus dos hermanas mayores, la miró a los ojos y dijo:

-Oh no-sonrió falsamente- Tengo el propósito de casarme con un hombre que tenga una exitosa carrera, depender completamente de él, para que al final, me deje por una mujer más joven que yo.-relató la historia del matrimonio de su madre- Ah-añadió- También tengo la esperanza de que al cansarse de la otra mujer me busque a mi, pero siga siendo infiel.

De un momento, su madre parecía que se ahogaría con un trozo de fruta que recién se había llevado a la boca, abrió tanto los ojos como si quisiera que estos saltaran y cayeran en su plato. Victoria tomó su bolso y su abrigo, se levantó tan rápido como pudo, dio media vuelta y salió de la cocina. Al estar por la puerta principal, escuchó a su madre decir.

-Esos no son modos de contestar, señorita, soy tu madre, me debes respeto.

Victoria sólo sonrió, era la primera vez en su vida, que se atrevía a ser mezquina con su madre y misteriosamente, eso, se sentía bien.