El primer amigo
A Hermione no le gusta demasiado recordar su infancia, porque le trae malos recuerdos. Su mente se llena de viejos pensamientos sobre tardes enteras leyendo libros a falta de compañeros de juego y a almuerzos sin compartir y muchas lágrimas derramadas. Cuando tenía cinco años, Hermione estaba segura de haber descubierto la amistad. Bobby Jenkins, el niño más divertido que había conocido jamás, jugó con ella durante todo el primer día en que ambos fueron al jardín de niños. Pero al final de la tarde, cuando los otros chicos se burlaron de su cabello desordenado y de su manera educada de hablar, Bobby se unió a ellos y nunca más volvió a dirigirle la palabra.
Pero ahora todo es diferente, porque le puede decir orgullosa, a cualquiera que se lo pregunte, que tiene los mejores amigos en el mundo y que nunca más se volverá a sentir sola. Sin embargo hay algo que ellos no saben, que absolutamente nadie sabe y es un secreto que guarda con celo, porque le recuerda el primer momento en que descubrió el verdadero significado de la palabra amistad. En su corazón, después del primer lugar que ocupan Ron, Harry, Ginny, sus padres y el resto de los Weasley, está otra persona, aquella que hizo caso omiso de sus dientes largos y de su enmarañada cabellera y le dedicó una enorme sonrisa y la hizo sentir incluso más importante que cuando su padre la llamaba su pequeña princesa.
Recuerda justo el momento exacto en que abrió el único compartimiento que pensaba vacío aquel primero de setiembre hace ya tantos años. El chico regordete que se sentaba solo, con un inquieto sapo entre las manos, tenía la misma mirada perdida que ella, como si se preguntara, al igual que Hermione ¿por fin encajaré en algún sitio? Y luego le había dirigido esa enorme sonrisa, haciéndola sentir tranquila, para luego extender la mano y presentarse como Neville Longbottom.
Está segura de que sin la presencia de Neville, los primeros días en el colegio hubieran sido insoportables. Porque cuando alguien más la llamaba sabelotodo o Ron hacía algún comentario ofensivo sobre ella, Neville siempre estaba allí para hacerla sentirse mejor y si era necesario, para escuchar las interminables charlas sobre su vida fuera del mundo mágico y la cantidad interminable de los libros que leía.
Probablemente Neville no hubiera sido la persona que muchos hubieran querido para primer amigo. Porque en aquel entonces, era sumamente torpe, nervioso y tímido, pero Hermione sabe que fue perfecto para ella, porque durante ese tiempo, ambos compartieron cosas que no habían compartido nunca con otros chicos, al ser la primera vez que los dos contaban con alguien a quien poder llamar amigo.
Los años han pasado y en ocasiones se siente culpable al pensar que descuidó su amistad con Neville. Desde el momento en que la salvaron del troll, Harry, Ron y ella se volvieron inseparables. Y fue Ginny después quien entró en la pintura, pero siente que dejó a Neville salir de ella. Porque las tardes juntos en la Sala Común se llegaron a acabar, y aunque duela admitirlo, de esa cercanía que compartieron en un principio, se perdió una buena parte.
Ahora comparte con sus mejores amigos, un lazo que nunca conseguirá establecer con nadie má con ellos ha pasado por el cielo y el infierno, hasta conformar una amistad indestructible. Y es cierto que Neville no es probablemente uno de sus mejores amigos, a los que necesita ver todo el tiempo porque sino se siente extraña, pero se encuentra entre sus amigos más cercanos, como Luna o Hannah, aunque siempre será más especial que ellos.
Porque simple y llanamente, Neville fue su primer amigo.
