DPPGZ no me pertenecen.


Tú, eras un chico divertido, siempre traías una sonrisa en tu rostro, la cual, nunca faltaba cuando estabas conmigo, siempre riendo y jugando, yo observándote… yo era rara, parecía no tener sentimientos, era callada y alejada… pero si tú estabas cerca de mí… me daban unas ganas inmensas de sonreír contigo, de jugar y divertirme, como cualquier chica. Tú, me hiciste cambiar en tan poco tiempo.

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Al pasar entre las chicas y chicos de la escuela, su caminar era diferente, mantenía una postura derecha y sus pasos no eran rápidos, pero tampoco lentos. Recorría el transcurso de la entrada de aquel edificio a su salón con seguridad; su larga melena de color naranja, moviéndose de aquí para allá, una alta coleta agarrada por un moño rojo que sobresalía. El uniforme parecía quedarle a la perfección, su falda grisácea, la camisa de botones blanca junto con el jersey amarillo, los zapatos e incluso las calcetas se le veían bien. Se detuvo, observando cuidadosamente la escuela en la que ahora tendría que estudiar. Su mirada no parecía expresar algo en específico, pero sus ojos eran lindos, con ese iris rosa pastel, su pequeña nariz acompañada de su boca, para cualquiera que la veía de perfil, no le encontraba ni un mísero defecto.

Estando a mediados del mes de octubre, a sus quince años, su primer día, en tercer año de secundaria, estaba empezando…

-Parece muy tranquilo…- susurró para sí misma.

-¡Oye! ¡Atrápame si…! ¡Ah!- un chico chocó con ella al tratar de escapar de otro. Los dos se encontraban en el piso sobándose sus partes adoloridas.

-Ay… ¡Oye! ¿Podrías…?- calló. El chico que había provocado el accidente, calló al momento de mirarla. Ella no parecía querer quejarse ni decir nada, con su mirada seria, esperando una disculpa de parte de él. Al no parecer recibir ninguna se levantó, sacudiendo su uniforme y recogiendo su mochila. Ladeó la cabeza y lo vio como si fuera algo insignificante para ella.

-Oye idiota, ten cuidado la próxima- le dijo la chica de moño rojo. Dio la media vuelta y siguió su camino. Él reaccionó segundos después.

-¡La idiota eres tú! ¡No te vuelvas a meter en el camino de Brick! ¡¿Oíste?!- ser insultado por una chica ¿Qué le pasaba a ella para empezar? Con esa mirada de superioridad. Sus ojos rojos ardían en llamas, encima de su cabello peli naranja se encontraba una gorra roja, puesta hacia atrás. Mientras ella se alejaba, por alguna razón… no podía ni apartar la mirada…

-¿Te gusta ella?- un rubio se le acercó al hombro.

-¡¿QUÉ?!- a los dos segundos se sonrojó casi compitiendo con un tomate maduro.

-Oh, así que te gusta, oye Butch, a Brick le gusta la chica nueva- un pelinegro venía caminando con toda la pereza del mundo.

-¿Ah sí? ¿La chica nueva? Nunca nos dejas nada, pillín-

-¡N-no me gusta! ¡Me llamó idiota! ¡Jamás me gustará alguien así!- se alejó de ellos y sus pasos de gruñón resonaban por toda la escuela.

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-Buenos días alumnos, hoy tenemos una estudiante nueva, adelante-

La puerta se abrió dejando ver a la chica de ojos rosas. Caminó hasta quedar frente a toda la clase; los comentarios de los varones no se hicieron esperar, chiflaron y gritaron que era una hermosura andante.

-Mi nombre es Momoko Akatsutsumi, es un gusto conocerlos- hizo una reverencia.

-Puedes sentarte allá en la orilla, frente al chico de gorra… ¡Brick, levántate de una buena vez!- el profesor le aventó el borrador del pizarrón. La chica empezó a ir hacia su lugar, esquivando el objeto volador.

-¡Ay! ¡Deje de hacer eso! ¡Estaba… despierto!- sus miradas se conectaron otra vez, rojo vs rosa.

-¡Tú!- la apuntó Brick

-Idiota…- susurró la chica mientras tomaba asiento.

-¡Ah! Lo volviste a hacer…- definitivamente la quería matar con sus propias manos.

"Este día… será muy largo…"

La primera clase fue Historia, aburrida pero interesante, justo cuando acabó, salió para ir a dar una vuelta. Suspiró cansada…

-¿Podrías dejar de seguirme?-

-¡¿Quién te está siguiendo, tonta?!-

Momoko regresó al salón, ya estaba el maestro de inglés esperándola, un poco enojado.

-¿Por qué llegan tan tarde?-

-Lo siento, necesitaba ir al baño- dijo la chica.

-Yo también-

-No seas mentiroso, Brick, tendrás un severo castigo, pasen los dos-

-Pero… ¡Eso no es justo! Ella también-

-¡Pero nada!- se sentaron en sus respectivos asientos.

-La mato… la mato… - hablaba entre dientes con unas tijeras en mano.

La mitad del día había pasado, ahora era receso, Momoko se alejó lo más que pudo de todos, sin darse cuenta llegó al tejado, estaba abierto… eso era raro, en su anterior escuela siempre estaba cerrado, pero de alguna forma u otra lograba conseguir la llave. Se sentó y la brisa del viento hoy, estaba refrescante… por un momento sintió tranquilidad, hasta que…

-Está aquí…- volteó buscándolo, y sí, ahí estaba, en una esquina, sentado con su gorra en la cara. Se acercó y se puso de cuclillas, le quitó la gorra con cuidado y se veía que él dormía placenteramente.

-Ojalá fuera así de tranquilo mientras está despierto…- guardó silencio, no quería despertarlo y que éste empezaría con sus gritos.

-Es… lindo…- sonrió, viéndolo detenidamente, se sentó a su lado, ahora mirando al cielo despejado. No tardó mucho para que Brick dejara caer su cabeza en el hombro de ella. Guio sus ojos a él… estaba profundamente dormido. Los minutos parecían eternos, la campana para la entrada no quería sonar, no sabía si tomarlo bien o mal. Pero al paso del tiempo, ella también fue cayendo en los brazos de Morfeo, dejó su cabeza encima de la del chico para mejor comodidad, cerró sus ojos y ya no supo más.

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Abrió sus ojos con suma lentitud, parecía que se había quedado dormido más tiempo de lo normal, aún dormitando, giró la cabeza, encontrándose con lo menos esperado…

-Ah… ah…- de su boca no sabía ni que salir ¿Debía salir algo?

Ella estaba ahí, dormida con él… su rostro se tornó rosa cereza hasta las orejas, se alejó rápidamente y entonces vio como ella se iba cayendo hacia un lado, volvió de nuevo a su lugar y tomó su cabeza con cuidado, apoyándola ahora él en su hombro. La miraba de reojo… algo captó su vista, era su gorra en las piernas de la chica, así que ella se la había quitado, no le molestaba en absoluto… entonces escuchó que respiraba con pesadez… sin querer… o tal vez queriendo, llevó sus dedos a su rostro, delineó con suma delicadeza su nariz, ella hizo un gesto gracioso, luego la orilla de su mejilla derecha, fue a su frente tapada por su flequillo y ésta se arrugó de repente, haciéndola parecer como si estuviera enojada, dio un masaje y volvió a estar normal; segundos después, ella sonrió dulcemente.

-Mamá…-

Desvió la mirada con sus mejillas encendidas a más no poder.

-Sí… es linda…-

-Gracias…- susurró apenas despertándose, tallando su ojo con fuerza para poder levantarse. A Brick se le formó un nudo en la garganta. En cambio Momoko no esperó más para ponerse de pie y estirar su cuerpo. Luego se acercó al ojirojo y sobó su cabeza con cariño.

-Gracias por la siesta y por el cumplido, pequeño idiota- sonrió otra vez, dejándolo perplejo. La chica se alejó con su inigualable paso firme y espalda recta, su cabellera de nuevo de allá para acá y sus caderas igual.

No la entendía para nada, primero se porta linda con él y luego le vuelve a decir idiota, lo insulta y lo deja en ridículo y luego vuelve y le toca la cabeza con suavidad ¿Acaso era bipolar? Sin embargo… cuando la vio por primera vez… encontró una soledad tan profunda en su mirada, justamente como la de él años atrás…


Kurousagii reportándose con otra historia de MomokoxBrick espero sus opiniones c: que tengan lindo día. Cambio y fuera.