Contra el protocolo
-Explícame de nuevo para qué necesitamos usar los uniformes.-Suzako no se resignaba a obedecer a la asesina de Euphemio, pese a haberla aceptado como su vieja amiga de la infancia, a la que obsequiaría con muerte y redención.
Lelouka levantó su irritante dedo índice para exaltar lo que consideraba obvio.
-¡Provocación!-Su risa apagada. En aquel escenario, Pendragon y la corte, a punto de irrumpir como usurpadoras, eran totalmente ajenas con las prendas de una adolescencia breve pero feliz.-¿Hay algo peor que darte cuenta de que la máxima potencia del mundo está en manos de chiquillas con faldas plisadas y granos?
