Bueno, aqui tengo otro Rumbelle... Dios, necesito esto luego del capitulo 11 y 12, los escritores les gusta hacerme sufrir.

Este es una historia pequeña, creo que d capitulo. Aclaro que a pesar que deseo que Neal sea Baelfire(mas de un año pensando que Baelfire es el padre de Henry) y parece que los spoilers se hacen reales, voy a dejar a Baelfire como Baelfire en esta historia, no me metere en eso hasta que veamos el capitulo 2x14 "Manhattan"

Tambien debo decir que mucho Castle (por Kate), CSI y Rumbelle Feelings me ha hecho escribir esta historia en que defino a Belle como Kate!Belle o Police!Belle o Badass!Belle XDDD, pero todo sin perder su femeninidad porque la leeran con sus vestidos y faldas.

Sin mas que decir, disfruten a esta propuesta. Agradesco comentarios y saber sus opiniones sobre esta Belle detective de homicidios. POR FAVOR.

ADVERTENCIA: Categoria M por palabras, escenas de crimen, escenas cerca de la muerte y ligero smut. No se todavia si habra mas específico (creo que no)

DISCLAIMER: OUaT y sus personajes no me pertenecen, son propiedad de ABC, Edward y Adam.

Cuentos en la gran manzana.

Gira la llave y abre la puerta de su biblioteca, sonriendo de inmediato con el aroma de los libros y sus anhelos de contarle grandes historias. Le ayudaba por un momento a olvidar su enojo.

Ella estaba disfrutando al fin su independencia, no se sentía así desde que Regina la encerró, todos esos viajes que había hecho y las personas que había conocido… la primera y última vez que sostuvo una espada y asesinó a una bestia que aterrorizaba a una aldea oriental.

Se distrae al ver sobre su escritorio un sobre blanco. Le pareció extraño, nadie tenía la llave a excepción de ella… y Rumpelstiltskin.

Volviendo a enojarse por la imprudencia del hombre, toma el sobre sin ninguna delicadeza y muy dispuesta a romperlo. Seguía enojada con él por seguir siendo un cobarde, por no confiar en ella y por romperle el corazón una y otra vez. Recuerda que él se había aparecido en Granny's para pedirle hablar con ella y Belle se rehusó a pesar de su súplica.

Tal vez en el sobre estaba escrito lo que quería decirle.

Insegura, al final opta por abrirlo, iba a leerlo y luego buscarlo en la tienda para volver a quejarse con él.

Su letra era igual al que tenía en el otro mundo, bonita y elegante. Pero lo que tenía escrito no tenía nada de bonito. El aire se le había ido y las lágrimas salieron de sus ojos, sin saber que debería hacer o cómo sentirse.


—Aquí esta su orden, Señorita French.

Belle da las gracias y pesca su café y panecillo para llevar. Sale de la cafetería ignorando algunas miradas en ella. El día estaba bastante soleado en las calles, obligándola a ponerse sus gafas rojas. Ve su reloj de muñeca y sonríe, iba a llegar a tiempo a su trabajo.

Belle French era una detective de policía, en el área de homicidios, y que guardaba un secreto: ella es un cuento. Ella no era de nuestro mundo, proviene de un lugar dónde la magia existía y las hadas y dragones eran reales. El cómo Belle terminó en nuestro mundo es a causa de una maldición que trasladó a todos los personajes de cuentos a una pequeña ciudad llamada Storybrooke. Hace casi ya siete años, ella se fue de allá y se trasladó a la gran manzana por el corazón roto. Claro que jamás se había imaginado terminar en un trabajo que… requería ver muertes, partes humanas y trabajo físico, y hasta los días de hoy, seguía siendo una sorpresa para ella.

Había un policía haciendo guardia afuera. Se saludaron y Belle es rodeada del sentimiento de estar en casa al ver a todos caminando, haciendo papeleo, conversando y riendo. Los saludos continuaban en su camino hacia su escritorio sin sentirse para nada fuera de lugar con sus faldas holgadas de dama y blusas, muy opuesto a la mayoría de sus colegas que usaban pantalones o faldas de empresaria.

Se sienta en su asiento contenta porque al fin podría comer de su panecillo en los pocos minutos que tenía de relajación. Le esperaba tanto papeleo y rogaba en silencio que los asesinos psicópatas de tomen el día libre para no alargarle el deber y verse obligada a pasar otra noche despierta. Prende su computador y se encuentra con una imagen de ella misma abrasando a su ahora joven amigo de 17 años Henry y sonríe, haciéndose una nota mental de llamar al chico.

Apenas termina su panecillo, unos pasos de tacones se detiene frente a su escritorio y se ve obligada a alzar la vista, encontrándose con una mujer joven alrededor de los 28 años (como ella), con el cabello negro, ondulado y hasta el nivel de los codos, sus ojos eran azules y claros como los de Belle y su piel blanca tenía varias pecas por la nariz y debajo de los ojos. Vestía un traje gris de pantalones y chaqueta, zapatos negros y una blusa ajustada de color celeste.

—Buenos días Belle.

—Buenos días Susan. — Devolviéndole la sonrisa. Podía ver la ansiedad en sus ojos y no sabía si diría algo bueno (que eran pocas veces) o algo malo para ella. — Suelta.

—Yo sólo quería informarte que Adam acaba de llegar de sus vacaciones en Hawái… y según dice en su Twitter, está ansioso por verte.

—Por última vez Susan, no hay algo entre nosotros, sólo fue una salida que no funciono, fin de la historia. — Belle le explicaba sin despegar los ojos de la pantalla. Tenía que actuar con indiferencia. — Somos amigos.

—Amigos con ventaja. — Belle rueda los ojos y trata de mantenerse concentrada. — Oh vamos, Belle… hay química.

—No lo hay, de eso te lo puedo asegurar. — Ella seguía pensando en otro hombre, en su Rumpelstiltskin, y no era justo para el pobre doctor forense.

Se deprimió al pensar en Rumpel y tuvo que buscar su café como medio de escape para que Susan no la vea deprimida. Aquel segundo iba a ayudarla a volver a ser una piedra. Amaba a Susan, pero no quería hablarle de él por estar involucrada su vida pasada y porque lo que había pasado entre ellos era su culpa y fue tarde para enmendar las cosas con él. No tenía el corazón para darle más mentiras.

—¡Susan, Belle! — Belle se pone de pie y ambas mujeres ven como un colega se acercaba a ellas corriendo. Tenía el cabello color miel y corto. Ojos de un verde claro muy bonito. Su traje de trabajo era color marrón, camisa blanca y corbata roja.

—¿Dónde está el incendio, Brad? — Dice Susan al momento que se cruza de brazos.

—Alguien ha muerto en una empresa de abogados y el inspector nos asigno el caso a nosotros.

Belle suelta un gruñido, más tiempo atrasado para acabar con el papeleo.

Iba a necesitar más cafeína.


Los autos de la policía llegaron con una gran entrada que trae las miradas de todos, a pesar que los hombres y mujeres de la ley salieron de los autos, la alarma y las luces seguían en funcionamiento.

El edificio tenía alrededor de cuarenta pisos y las oficinas de la firma de abogados Silver&Gold estaba alrededor del treinta, teniendo una bonita vista, pero con mayor riesgo de muerte bajo cualquier emergencia. Todos entraban dejando a Belle adelante como la líder de una banda callejera y se detienen una vez en el hall y la chica ve al guardia de seguridad acercarse.

—¿Informe de la situación?

—Hemos cerrado todas las salidas y ventanas y deje a cada hombre vigilando cada piso hasta su llegada.

—Eso está bien, es posible que el asesino continúe aquí. — Se da la media vuelta para ver a sus colegas. — Brad, toma a una docena y encárguense del primer piso hasta el diez. Interroguen, análisis de ADN y recolecten datos. Susan, te encargas de los siguientes diez y lo mismo: una docena, ADN, interrogación y registros de datos. Colaboren con los guardias de seguridad para más apoyo.

Sus colegas y amigos movieron la cabeza en afirmación y se marcharon. Los que quedaron se fueron con Belle. La detective asigna que se encargasen de los demás edificios y que ella iría con un poli y un guardia al piso treinta para ver la escena del crimen y el interrogatorio.

Adentro de Silver&Gold, fue recibida por un hombre mayor que ella. Tenía el cabello negro y un bigote, sus ojos eran color café y su piel bronceada. Vestía con un traje también negro y Belle tenía la impresión de que ese hombre iba a ser un dolor en el culo con esa mirada de "no acepto para nada tu mierda".

—Soy la detective de homicidios Belle French. — Se presenta enseñando su placa. — ¿Nadie ha salido del edificio?

—No señorita French, hemos acatado obedientemente la orden de los guardias. Yo, personalmente, he custodiado el ascensor. — Belle se percata de unas salas a lo lejos encerradas con paredes de cristales y supone que deben ser las oficinas privadas de los más altos.

—¿Usted es el jefe por aquí, señor…?

—Mi nombre es Ross Scott y no, es el día libre de nuestro jefe… pero lo hemos llamado para informarle de la situación y viene de inmediato.

—Me asegurare que mis hombres lo escolten. — Y le lanza a uno de sus acompañantes una mirada corta, suficiente para que él saque su teléfono y transmita la orden de Belle. — Le pido señor Scott que me lleve donde la víctima por favor.

Con un asentimiento de cabeza, Scott usa su mano para darle la bienvenida a seguirles. Belle caminaba a su lado, atenta a lo que pasaba a su alrededor, el miedo y las preguntas flotaban en el aire, los cuchicheos no los podía descifrar, pero era bastante alto el volumen que la sacaba de sus casillas.

La habían llevado a la sala de fotocopiado y Belle siente que su desayuno (el panecillo) le estaba haciendo mal al ver a la víctima. Era una mujer alrededor de los treinta, cabello largo y caoba, los ojos estaban abiertos, mostrando un tono marrón apagado. Estaba extremadamente blanca, dejando más notable los hematomas en diversos colores, estaba desnuda de la parte de abajo… y con un cuchillo de papelera clavado en el cuello como animal de feria.

—¿Ella trabaja aquí? — Viendo a Scott con el ruego mental de no lucir enferma ante él. No quería verse débil.

—Es una de las tres secretarias del jefe. Se llama Tracy Espinosa y es originaria de México. Llego a nuestro país hace un año y el jefe le dio el trabajo hace medio año.

—¿Algún familiar?

—Ninguno que sepamos, ella nos dijo que estaba sola en el mundo.

—Tal vez estuvo escapando de algo en México y ese algo la siguió. — Arreglándose la falda, dobla las piernas y ve con más atención el cadáver, dejando de lado la necesidad de llorar por esa propia chica que posiblemente murió luchando. — Hay que hacerle una prueba de agresión sexual… y por la blancura y rigidez, debió de haber muerto anoche por la madrugada.

—¿Acaso han asignado a otra doctora forense mientras estuve fuera? Aunque bueno, me alegra que hayas puesto atención a mis enseñanzas.

Belle sonreía mientras volvía a estar recta, volteando para ver a Adam Prince, doctor forense. Adam es dos cabezas más alto que Belle, buen cuerpo gracias a sus hobbies deportivas y bastante apuesto. Tenía el cabello rubio, corto y bastante liso, con flequillo tapándole la frente, ojos azules oscuro y labios gruesos y rosas. Sobre su traje amarillo llevaba un traje impermeable azul de la policía que le ayudaba a pasar por los lugares más sucios sin problema.

—Hola Adam, lamento que vengas bajo estas circunstancias. — Recordando que el doctor venía recién llegando de sus vacaciones.

—No hay problema, necesitaba ver a un muerto… y a ti para sentirme completo.

—Eso es… extrañamente romántico. — Ironiza la chica sin evitar sonreír. Vale, estaba claro que no había chispas hacía él y que seguía pensando en Rumpelstiltskin, pero era soltera y tenía todo el derecho de ligar un poco, ¿no? O eso le dio a entender Ruby sobre el tecnicismo de las relaciones en este mundo.

Adam ya estaba de rodillas al lado de Tracy y lo primero que hace es cerrarle los ojos. Suavemente le mueve la cabeza en busca de algún trauma o inyecciones. Para ver la parte de atrás, tuvo que pasar la mano por detrás de la nuca y subirlo suavemente hacía arriba, todavía no podía sacar el cuerpo de su posición hasta terminar de analizar el lugar. Ya en el laboratorio tendría mejor oportunidad.

—Siento por detrás de la cabeza señal de un golpe… pero no hay sangre que evidencie eso… — Señalando el suelo, había una mancha de sangre más o menos mediana que era a causa del cuchillo de papel que ahora estaba guardado en una bolsa como evidencia. — El asesino debió limpiar la escena para confundirnos.

—Voy a apagar las luces entonces. — Belle no había tocado nada de la escena desde que llego, así que recién se va poniendo los guantes de látex.

Iba a tocar el interruptor cuando un peculiar sonido la detiene, eran golpeteos bajos que ella reconoce de inmediato como un bastón. Su corazón se detiene por un segundo, todo su cuerpo está paralizado con el dedo cerca del interruptor, al escucharlo. No podía creerlo… ¿Aquí? Sí, ella había visto a varios hombres y mujeres con bastones en las calles o por su trabajo, pero ella estaba segura que ese sonido era de él porque era único, como si sólo él pudiera producirlo en la tonada perfecta para acelerar su corazón.

—Señor Gold, me alegra de verlo. — El señor Scott sonríe de alivio por ver a su superior acercarse.

—¿Es cierto que Tracy está muerta, señor Scott? — Ya no había duda de quién era, Belle conocería esa voz aun si estuviera varios metros bajo el agua: era tranquila, profunda, sexy y con un rastro de acento extranjero. Sus mejillas se estaban sonrojando fuera de su voluntad. —Es una lástima… Tracy era tan buena chica.

—Señor, ella… — Hasta ahora el jefe no la había notado por andar de perfil y su cabello libre del moño le tapaba un poco la cara. —, ella es la detective de homicidios encargada del caso: Belle French.

Belle pudo oír como Gold aguanta la respiración por un segundo y se muerde el labio, él parece estar más sorprendido que ella y eso era normal si analizamos las circunstancias. Se valiente, se valiente, pensaba en su cabeza una y otra vez, te estuviste preparando para esto. Lentamente se gira para poder verlo al fin, arreglándose el mechón rebelde en el proceso y fue su turno ahora de aguantar el aire… y la necesidad de llorar. Pasaron siete años y él seguía exactamente igual. Con su cabello lacio, poco largo y pocas canas, ojos cafés tan oscuro que se confundía con el negro y, por supuesto, no podía olvidar sus costosos y atractivos trajes. Ella sabía que Adam la estaba mirando extrañado por su falta de control frente al hombre.

—¿Belle?

—… ¿Hola? — Sonriendo nerviosa.


SEGUNDA PARTE SOOOON