FALSA IDENTIDAD
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By Teudexvintha
Sonó el despertador. "¿Ya era la hora?" se levanto aun dormida y se preparó un café. A través de la ventana podía ver como los primeros rayos de sol comenzaban a iluminar la transitada ciudad. Era algo que pasaba por alto todas las mañanas, el paisaje de infraestructuras que la rodeaba. Bloques de pisos a lo lejos, casa bajas, personas que desde el alba ya corrían con el tiempo justo, un pequeño parque que atravesaban las madres con sus hijos camino de la escuela. Podía sentirlo, se sentía sola y su reloj biológico pronto se apagaría.
Miró a la cama, una cama de matrimonio que solo usaba ella, nunca fue compartida. Vivía en un pequeño apartamento en la Londres muggle, donde la complejidad de sus formas de vida la cautivaban. Desde su segundo piso podía contemplar toda la calle que comenzaba aglomerase. Ya estaba el típico atasco de las 8 y se oía el ruido de las verjas comerciales levantarse.
Termino el café y las tostadas, se aseo y vistió. Antes de dirigirse al trabajo paso por su despacho y recogió unas cuantas cosas, después se apareció en su oficina del ministerio.
-Buenos días! Señorita Virginia.
-Buenos día, Bob- Bob era su ayudante al que consideraba como un hermano- ¿ya dio a luz tu mujer?
-Si, una preciosa niña, la llamaremos Alex.
-Entonces, ¿qué haces aquí en la oficina?- le dijo con un fingido enfado- ¡Anda, vete! Hoy la cosa esta tranquila.
-Gracias.
Vio marchar a Bob, se veía tan feliz con sus quinta hija. Tenía 37 años y nunca había tenido una relación estable con nadie, ni siquiera en el colegio. Tenía amigos, y aunque a la mayoría los conoció solteros, ahora ya estaban casados y con dos o tres retoños. La vida no sonreía para igual. Se sentó detrás de su escritorio y comenzó a revisar historiales, la mayoría solo tenían desequilibrios emocionales temporales, una excusa muy usada para librarse de la cárcel.
Llamaron a la puerta y se abrió. Era Robert su jefe.
-Te necesitan, han llamado los aurores desde un punto cercano a la costa oeste de Escocia- Su jefe era un hombre bastante mayor, era un viejo verde, como le llamaba sus secretaria en la cafetería - Veta YA para allá, tenías que estar desde ayer allí.- cerró la puerta.
Leyó rápidamente el pequeño papel que le había dado, lo único que mostraban eran las coordenadas, lo demás como de costumbre tendría que hacerlo ella.
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *
Firmó la hoja de ingreso. Dejó que un celador acompañase a Mark hasta su habitación, ya no tenía nada mas que hacer. A Mark le había dado un ataque de locura, en medio de la calle se había puesto a gritar y amenazar a la gente, después de haber hablado con él, le tranquilizo; y ahora lo estaba ingresando en el hospital psiquiátrico con Fobia social.
Vio como se alejaba en una silla de ruedas, mientras la verja de barrotes se cerraba. Le pasó el impreso a través de la ventanilla al enfermero y se alejó.
Llamó al ascensor. Toda la planta estaba en silencio. Se escucho un golpe, un ruido de metal contra metal, chillidos. El celador llamó a los de seguridad, seguidamente el enfermero la chilló. Corrió hacía la habitación, Mark estaba destrozando la habitación y el celador estaba mal herido.
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * *
Le había costado bastante tranquilizarlo, pero sobre todo ponerle la inyección. Cansada, cerró la puerta de la habitación. Camino lentamente por el pasillo, cuando oyó una conversación de una de las habitaciones abiertas.
-¿Dónde esta?- era una voz masculina y amenazadora.
-¿Quién eres? Y mi elfo domestico ¿Dónde esta? Hagggg!, ¡Suéltame!
En ese momento entró en la habitación, y encontró a un hombre de color ahogando al paciento con la almohada. El hombre se sobresaltó y desapareció.
Ella se acerco al paciente y le quitó la almohada, no podía creerse quien era el que estaba ingresado en el hospital Psiquiátrico de Londres. Él era...................
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N/A: Hola, espero que les haya gustado. Este es un fic nuevo. De momento no hay ningún personaje específico 8eso creo) y no va a ser un fic romántico. Decidme que os parece.
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By Teudexvintha
Sonó el despertador. "¿Ya era la hora?" se levanto aun dormida y se preparó un café. A través de la ventana podía ver como los primeros rayos de sol comenzaban a iluminar la transitada ciudad. Era algo que pasaba por alto todas las mañanas, el paisaje de infraestructuras que la rodeaba. Bloques de pisos a lo lejos, casa bajas, personas que desde el alba ya corrían con el tiempo justo, un pequeño parque que atravesaban las madres con sus hijos camino de la escuela. Podía sentirlo, se sentía sola y su reloj biológico pronto se apagaría.
Miró a la cama, una cama de matrimonio que solo usaba ella, nunca fue compartida. Vivía en un pequeño apartamento en la Londres muggle, donde la complejidad de sus formas de vida la cautivaban. Desde su segundo piso podía contemplar toda la calle que comenzaba aglomerase. Ya estaba el típico atasco de las 8 y se oía el ruido de las verjas comerciales levantarse.
Termino el café y las tostadas, se aseo y vistió. Antes de dirigirse al trabajo paso por su despacho y recogió unas cuantas cosas, después se apareció en su oficina del ministerio.
-Buenos días! Señorita Virginia.
-Buenos día, Bob- Bob era su ayudante al que consideraba como un hermano- ¿ya dio a luz tu mujer?
-Si, una preciosa niña, la llamaremos Alex.
-Entonces, ¿qué haces aquí en la oficina?- le dijo con un fingido enfado- ¡Anda, vete! Hoy la cosa esta tranquila.
-Gracias.
Vio marchar a Bob, se veía tan feliz con sus quinta hija. Tenía 37 años y nunca había tenido una relación estable con nadie, ni siquiera en el colegio. Tenía amigos, y aunque a la mayoría los conoció solteros, ahora ya estaban casados y con dos o tres retoños. La vida no sonreía para igual. Se sentó detrás de su escritorio y comenzó a revisar historiales, la mayoría solo tenían desequilibrios emocionales temporales, una excusa muy usada para librarse de la cárcel.
Llamaron a la puerta y se abrió. Era Robert su jefe.
-Te necesitan, han llamado los aurores desde un punto cercano a la costa oeste de Escocia- Su jefe era un hombre bastante mayor, era un viejo verde, como le llamaba sus secretaria en la cafetería - Veta YA para allá, tenías que estar desde ayer allí.- cerró la puerta.
Leyó rápidamente el pequeño papel que le había dado, lo único que mostraban eran las coordenadas, lo demás como de costumbre tendría que hacerlo ella.
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Firmó la hoja de ingreso. Dejó que un celador acompañase a Mark hasta su habitación, ya no tenía nada mas que hacer. A Mark le había dado un ataque de locura, en medio de la calle se había puesto a gritar y amenazar a la gente, después de haber hablado con él, le tranquilizo; y ahora lo estaba ingresando en el hospital psiquiátrico con Fobia social.
Vio como se alejaba en una silla de ruedas, mientras la verja de barrotes se cerraba. Le pasó el impreso a través de la ventanilla al enfermero y se alejó.
Llamó al ascensor. Toda la planta estaba en silencio. Se escucho un golpe, un ruido de metal contra metal, chillidos. El celador llamó a los de seguridad, seguidamente el enfermero la chilló. Corrió hacía la habitación, Mark estaba destrozando la habitación y el celador estaba mal herido.
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Le había costado bastante tranquilizarlo, pero sobre todo ponerle la inyección. Cansada, cerró la puerta de la habitación. Camino lentamente por el pasillo, cuando oyó una conversación de una de las habitaciones abiertas.
-¿Dónde esta?- era una voz masculina y amenazadora.
-¿Quién eres? Y mi elfo domestico ¿Dónde esta? Hagggg!, ¡Suéltame!
En ese momento entró en la habitación, y encontró a un hombre de color ahogando al paciento con la almohada. El hombre se sobresaltó y desapareció.
Ella se acerco al paciente y le quitó la almohada, no podía creerse quien era el que estaba ingresado en el hospital Psiquiátrico de Londres. Él era...................
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N/A: Hola, espero que les haya gustado. Este es un fic nuevo. De momento no hay ningún personaje específico 8eso creo) y no va a ser un fic romántico. Decidme que os parece.