Naruto no me pertenece u.u
Remember me
Capitulo 1
-¡Tenemos otra emergencia!-
-¡¿Qué? , otra vez… ¿Qué síntomas presenta?-
- los mismos, sudoración, mareos, convulsiones,…
-¿misma cicatriz?-
-si, en el mismo sitio-
-¡¿Rayos?... bueno, este no se va a ir- Una alterada pelirrosa daba órdenes dirigiéndose a los enfermeros y ponía, a la vez, toda su atención en el paciente, un hombre de unos 30 años, civil, campesino, con unos 2 litros de sangre en su cuerpo, necesitaba una transfusión rápida, antes de él llegaron 17 víctimas mas, todas en las mismas condiciones, mismo día, y todas perecieron, pero este no, de eso trataba de convencerse…
-insertaré chakra en su corazón, no permitiré que se detenga, vayan por donantes…
-No hay tiempo… tomaría demasiado analizar las muestras para la detección de enfermedades y además…
-¡Mierda! , yo misma lo haré- decidida, tomó rápidamente una jeringa y a través de una pequeña manguera conectada al brazo del paciente, comenzó a bombear sangre hacia él, y con 2 dedos presionó su corazón para insertar chakra, 17 civiles habían muerto hoy, esto no era solo tristeza por el fallecimiento de ellos, era impotencia por sentirse una medico mediocre, jamás le había pasado esto, ¿Qué estaba sucediendo?, ni siquiera había tenido tiempo para investigar…
- ¡Lo perdemos! –
- ¡No! –
- Sakura, ¿Qué sucede?, ¿otra víctima? -
- lo perdemos, tsunade-sama- Chilló Sakura, sintiendo como un nudo subía por su garganta.
- Déjalo –
- Pero…-
- Déjalo –susurró la hokage mientras tomaba sus dedos y los alejaba de aquel agonizante hombre. Con un último suspiro, como si quisiera agradecerle sus esfuerzos, murió. Sakura no pudo retener mas las lágrimas que ya comenzaban a caer de sus ojos.
-¿Qué … que está sucediendo? –
- estoy en eso, escúchame… sakura escúchame- Tomó su rostro para obligarla a mirarla a los ojos – No crearemos pánico en la aldea, esto debe mantenerse en estricto secreto-
Sakura la miraba incrédula, pero no se atrevió a cuestionarla.
-es… está bien, pero… yo misma deseo investigar esto… por favor-
-No… yo lo haré, no te inmiscuyas en esto, hasta que encuentre una solución, confía en mí, Sakura- Quería rebatir a esas palabras, pero se sentía tan débil en esos momentos…
-Vete a descansar, te necesito fuerte para mañana- La kunoichi asintió, y con una reverencia se dispuso a salir del lugar.
-Sakura- la aludida volteó levemente el rostro – Solo tienes 19 años, no cargues con esto tu sola, tu no eres responsable, eso te lo aseguro- ante esto la hokage bajo la mirada, Sakura no supo como interpretar eso- Cuando encuentre a los culpables, me ayudarás a que paguen por esto- "Oh claro que pagarán"… pensaba
- Si, tsunade-sama-
Sakura daba vueltas una y otra vez en su habitación, repasando lo acontecido, las 17, no, 18 víctimas ahora, asesinadas en el mismo día y por las mismas causas, sus cuerpos casi secos, un veneno, uno muy raro, que no lograban identificar, el individuo convulsionaba, mientras su rostro reflejaba un dolor agobiante, y las marcas, esas marcas… 2 agujeros insertados en el cuellos de los pobres aldeanos… como los de… un vampiro,… rió ante ese pensamiento, un loco disfrazado de vampiro era más probable, pero entonces porque debía mantenerse tanto secreto, no había testigos, nadie vio ni escuchó nada…
Sintió que algo en ella se activaba, algo así como, un sexto sentido, un presentimiento tan agudo que la obligó a salir de casa, saltó por la ventana de su habitación y comenzó su travesía…
Por la noche, Konoha significaba Paz, eso le encantaba de su aldea, caminar por las noches, en medio del silencio hacía desaparecer sus pensamientos, angustias, saltaba suavemente por los tejados, con cuidado de no molestar a alguien, continuó hasta llegar al monte de los hokages, desde ahí podía ver toda la aldea, y podría detectar posibles ataques…
-Vaya… mejor de lo que esperaba, por lo menos alguien que valga la pena- Un escalofrío recorría su cuerpo, sus pupilas se contrajeron, la voz más bella que había escuchado en toda su vida la obligó a voltear… y lo vio… un chico de más o menos su edad, de cabello castaño, de tez blanca, y penetrantes ojos verdes fluorescentes, su belleza era tan indescriptible… como dolorosa.
-¿Qui… quien eres?- tartamudeó, mientras se apresuraba a ponerse en posición de ataque, evitando esa mirada hambrienta.
-No necesitas saber eso- suspiró- Tienes un olor exquisito… voy a disfrutar esto- Abriendo ligeramente sus finos labios, sacando a relucir filosos colmillos.
-¿Un…Vam…piro?- Imposible. Esas cosas no existen.
-Que observadora- sin saber como, lo tuvo cara a cara, ¿Cómo había llegado hasta ella?... tan cerca, sentía su respiración rozando su rostro, el miedo se apoderó de ella, y en una milésima de segundo, acumuló chakra en sus palmas y las estampó contra el rostro de aquella bestia, que, tras el impacto, cayó varios metros abajo del monte, estampándose contra la fría tierra.
-Vaya, vaya… una kunoichi… esto lo disfrutaré aún mas- Una vez mas, en un parpadeo llegó hasta ella y con una certera patada, justo en el diafragma, la arrojó por los aires, cayendo de lleno en grandes y pesadas rocas.
-esa velocidad… es solo comparable con la de Naruto- la sangre comenzó a salir violentamente de su boca – Mierda – pensó, y con sus manos inútilmente trataba de parar la hemorragia.
-¿Pero que pasa? ¿ya te cansaste? –
-¿Tú lo hiciste?-
-¿Eh?... ¿Que hice?- dijo poniéndose en cuclillas frente a ella.
-Los mataste-
-Oh… hablas de los campesinos… pues… sip, yo lo hice, y… ¿Qué harás al respecto?- La lengua de ese misterioso ser recorría el mentón de sakura, degustando ese precioso líquido… -Delicioso- susurró mientras sus colmillos crecían de nuevo.
El sonrojo de la pelirrosa solo empeoraba las cosas, la sangre se acumulaba en sus mejillas, haciendo al vampiro sonreir con malicia… extrajo un kunai de su bolso, e hizo uso de su perfecto control de chakra para envolverlo con este, en un rápido movimiento lo incrustó en el abdomen de su enemigo.
-Ugh… maldición, ¿Qué… que es est… to? – Se quejó, mientras quitaba el arma de su cuerpo.
- ya es tarde, mi chakra está paralizando tu cuerpo-Con algo de dificultad, sakura se puso de pie frente al enemigo. –¿Que rayos eres?, ¿Qué haces en konoha?.-
- estoy aquí… para reunir… información, y ya sabes lo que soy, kunoichi- jadeaba, pero a Sakura no le gustó su respuesta y con un golpe de puño, la pelirrosa estampó la cabeza de su adversario contra la tierra.
-¡No me jodas!, ¿realmente esperas que yo crea eso?- la impotencia se apoderó de ella ¿Qué acaso la creía estúpida?... lo tomó de la camisa, levantándolo, obligándolo a verla a los ojos.
-Me importa muy poco lo que tu creas-Sus ojos la fulminaban, el miedo se colaba en su ser nuevamente, él estaba a su merced… entonces… ¿porqué se aterrorizaba?, una media sonrisa apareció en el bello rostro de su adversario-Sabes que… estoy seguro que me serás útil-
-¿De… de qué hablas?- sus ojos atraparon los de la pelirrosa, su cuerpo se sentía cada vez mas pesado… sabía que debía evitar su mirada… ya era demasiado tarde…
En una milésima de segundo, lo tenía sobre ella, descubrió sus colmillos y los clavó en su blanco y casto cuello, el dolor fue punzante, su vista comenzaba a nublarse-Bas…tardo..- gimió débilmente… y lo siguiente, la dejó perpleja…
-escucha… ya no me quedan fuerzas para matarte- susurraba en su oído-pero haré algo mucho mejor… tu gente se encargará de asesinarte, o tal vez tú los mates a ellos primero y con eso me harías un gran favor…- eso fue lo último que escuchó, antes de desmayarse…
En otro lugar de la aldea, el Capitán Yamato miraba incrédulo a la hokage, había convocado una reunión de emergencia con los ancianos…
-Entonces hay… sobrevivientes de esa raza… ¿acaso no estaba extinta?-
-Así lo pensamos por muchos años, yamato- Habló tsunade- pero los datos no mienten, están aquí… han venido, por su justificada venganza- Tras esto último, lanzó una miraba fulminante a los ancianos.
-La guerra es la guerra Tsunade… todo es válido- Rebatió un anciano.
-¡No me jodas… maldito viejo!... ¡Nos engañaron, y lo sabes!-
-Hokage-sama, entiendo lo delicado de esta situación… pero-
-Yamato- Interrumpió-esto es secreto absoluto, según mis informantes, nadie ha visto ni escuchado nada, aún no tenemos en claro sus habilidades, no debemos confiarnos, solo te pido… que estes alerta a los acontecimientos…-
-Si- asintió el capitán, y salió de la oficina.
Ya eran las 5 de la mañana, tenía que levantarse, la vieja tendría alguna misión para él, comenzó por estirarse perezosamente sobre la cama, lentamente, casi durmiéndose en el camino, abrió la llave de la ducha, y se quedó bajo el agua un buen tiempo, para despertarse completamente, se vistió y desayunó.
Eran casi las 6:15 y aún no había gente en las calles, era demasiado temprano y estaba algo obscuro, bajaba la escalera de su departamento, cuando vió algo que lo desconcertó… una chica con la mirada perdida en el suelo, con la ropa rasgada y sucia, sus brazos ligeramente rasguñados, se abrazaba así misma, mientras caminaba sin rumbo… como perdida…
-¿Oye… Oye estas bien? – mas ella continuó caminando, Naruto saltó y aterrizó frente a ella… Ante esto, lentamente subió la miraba para ver al muchacho a los ojos… vio como se sorprendía y la observaba de arriba abajo.
-Sa… sakura-chan, que…- Mas la aludida solo dio un paso al lado para esquivarlo, y continuar su camino…
-¡Sakura-chan, espera!... que te… sucedió-
-¿Cómo me llamaste?- se veía extrañada, muy confundida…
-Sakura-chan… yo… así te eh dicho siempre- no sabía porque, pero se sentía perdido en sus ojos en ese momento, tenía algo diferente… pero ¿Qué era?
-¿Siempre?... pero acabo de conocerte… y tú ¿quién eres?-
-¿Eh?, ¿no me recuerdas?, soy Naruto, Uzumaki Naruto-
-Lo siento… Uzumaki Naruto, no sé quien eres, ni siquiera esa… Sakura- volteó nuevamente para continuar su caminata, pero una mano sosteniéndole suavemente el brazo le hizo detenerse…
-Sakura-chan, no sé que te sucedió, pero te llevaré al hospital para que te revi…-no pudo acabar, Sakura subió una mano hasta su cabello para acercar su rostro al de ella, la nariz de la pelirrosa acariciaba el cuello del shinobi, esta acción lo impacto, y no pudo evitar que un ligero sonrojo se apoderara de sus mejillas, lo que causó un leve temblor en la kunoichi.
-Dime… dime ¿Porqué hueles tan bien?-
Fin cap. 1
