MODEL
Esta es la segunda parte de la historia "El top de mi corazón". Estoy muy feliz de que haya tenido tan buena aceptación la primera parte de la historia, espero que me acompañen en la continuación de la historia.
Por favor lee las advertencias y disfruta de tu lectura, gracias por esta nueva oportunidad que tengo para escribir para ustedes.
Advertencia; Es un universo alterno, como se han podido dar cuenta y es la secuela de otra historia. Nuestros personajes no viven en su realidad, son personas comunes y corrientes sin poderes, pero son atractivos son supermodelos. Sus personalidades han sido adaptadas para esta historia, están fuera del carácter.
Hay personajes originales. Como última advertencia esta historia es propia para personas mayores de 18 años, por la temática lésbica y homosexual (yuri y yaoi), contiene además parejas heterosexuales.
Los personajes para esta temporada serán:
I Primera Parte I
Familia Walker
Allen Walker de 23 años, sus rasgos infantiles ya han desaparecido casi por completo dando paso a la madurez. Decidió seguir estudiando en el sistema abierto la educación media, esta pensando seriamente en estudiar alguna carrera universitaria como curador de arte o administrador. Sigue viviendo con Lavi, Tyki, Fo y Road y su vida es perfecta; logro perdonar a su madre y perdonarse a si mismo, por los errores que cometió en el pasado y ha aprendido que existen las segundas oportunidades para ser feliz.
Marcus y Katherina Bonafey se han retirado temporalmente del modelaje, viven Toscana Italia, alejados de todos, descubriendo que siempre pudieron ser felices pero que sus propios caprichos y egos, perdieron tantos años separados. Katherina comprendió que su amor enfermizo por Allen solamente lo estaba lastimando y que un mundo perfecto nunca lo podría lograr, que tenía que haberle enseñado a volar con sus propias alas, no ampararlo siempre. Marcus que por su propio ego perdió la oportunidad de tener una familia y ganarse poco a poco el corazón de la mujer que ama.
Luka Décimo Tercer Duque de Walker jefe de los negocios de la familia, se le describe como un hombre de cabello negro azulado, de porte y distinción, le caracteriza el usar anteojos de armazón dorada, tiene un carácter frió y es un snob. Llegará América al saber la noticia que Allen ha retomado sus estudios y quiere que cumpla su deber como noble y futuro Duque. Él ese uno de los nuevos antagonistas de esta segunda parte.
CAPÍTULO I: GUERRA FRÍA
Después de dos años de haber estado internada Miranda una sorpresa le esperaba que nunca se hubiera imaginado, frente a ella se encontraba Yu Kanda, con el cabello a los hombros, algunos mechones rojo sangre, vestido con un traje negro y camisa roja, para ella era otra persona, sus labios estaban rojos, se le notaban el cansancio en su rostro, le había dicho que regresó.
-¿Miranda por qué lo hiciste?-cuestionó Kanda mientras caminaba hasta llegar a su lado, su mirada permanecía fría y distante.
-Por tonta-responde se queda fría al ver la manera de comportarse, de cuestionarle sus acciones, pensaba que jamás lo volvería a ver, aunque su corazón deseara otra cosa, no puede sostener su mirada, la baja y pregunta con voz muy baja. -¿Has visto Allen?
-No.-responde secamente Kanda, sentándose a su lado le alza su rostro, con aquellas manos cubiertas por finos guantes de seda roja, para poderla ver a los ojos, sus labios se abrieron y pronunciaron esas palabras secas y directas.- ¿Tanto me amas para intentar quitar la vida sino estoy a tú lado?
-Si.-le contesta a la pregunta, no se aparta de su lado, Lavi le había enseñado a enfrentar las cosas y se iba a ser rechazada lo aceptará con dolor pero no seguiría creándose falsas ilusiones, apretó sus puños cerró los ojos y los volvió abrir.-Te amo, nunca me había imaginado una vida sin ti.-toma una bocanada de aire.-Pero en estos momentos sé que puedo sobrevivir sin estar a tu lado, que aunque te ame para toda la vida, tú no lo harás y que debo ser feliz, que siempre estaré para ayudarte y que te protegeré con todas mis fuerzas, pero debó pensar en mi misma también.
Julian Morgen salió de aquella habitación con un fantasma sin hacer ruido alguno, apoyó su cuerpo contra la pared y cubre con sus manos su rostro, escuchar que la mujer que amas le diga esa palabras a otro le estaba matando, su mano derecha desciende y golpea con furia contenida y sentimientos encontrados a la pared, quería como un hijo a Yu Kanda, pero a la vez él era la persona de quien estaba enamorada la mujer de su vida.
Volvió a golpear de nuevo la pared sus nudillos estaban rojos, otro golpe más todo el coraje que sentía lo sacaba a través de esos golpes, nadie se atrevió acercársele para tranquilizarlo, ni si quiera sus propios sus admiradores que lo habían reconocido, sacó de su abrigo sus lentes obscuros y cubre con ellos sus ojos.
-Deberías ir por Julian esta molesto por que no ha sido el centro de atención esta vez.-dice Miranda sonriendo con ternura recordando.-Siempre ha sido así, parece un niño pequeño, esperó que no te haya malcriado demasiado estos años.-le acaricia suavemente con sus dedos sus mejillas.-O el pobre de Allen no sabrá que hacer contigo.
-He pagado la cuenta del hospital.-dice Kanda aun sentado a su lado, se había sentido tan tranquilo y llenó de paz, cuando Miranda había acariciado sus mejillas, le sujetó sus manos y las beso, no supo la razón por lo que lo había hecho, nunca fue un hombre cariñoso o proclive a demostrar sus sentimientos.-Tú habitación ya ha sido acondicionada, tus cosas ya han sido trasladadas.
-Como en los viejos tiempos.-deposita un beso en su mejilla, se para y toma sus cosas, Kanda estaba apunto de llamar a Julian, cuando es interrumpido por Miranda.-Pero tendrás que irme a visitar a mi nueva casa, compartiré departamento con otra persona.
-¿Ese aquel de nombre Lavi?-pregunta con un deje de molestia en su voz Kanda, tomándola del brazo, ese nombre le parecía tan degradable, molesto de que quisiera robarse a todos sus queridos, sabía que Allen estaba viviendo con él, que era adorado por todos, ahora la propia Miranda, la persona más fiel a él, se iba con ese imbecil, no lo permitiría.- ¿Eres su amante número qué? Tiene a todos encantados y los engaña con una facilidad.-sus palabras estaban llenas de sarcasmo- No pensé que tú fueras tan idiota para caer en sus manos también, no darte cuenta que solamente los utiliza para hacerse famoso, nunca se podrí enamorar de ti.
Una fuerte bofetada se escuchó, Miranda por primera vez en todo el tiempo que había estado con Yu Kanda, le había golpeado, Julian entró al escuchar esto y se encontró con una escena que jamás imaginaba que fuera posible, la sorpresa se apodero de él, en el rostro de Kanda se podía notar la mano marcada, la agitación de la alemana, quien lo miraba con furia.
-No tienes ningún derecho en hablarme de esa forma.-se suelta su brazo, lo golpea con su pequeña maleta, esa miserables palabras que le había dicho, se para frente de Julian y lo observa molesta, sus ojos crispaban de enojo, le abofetea a él también simplemente para desquitar el coraje que tenía.- ¿Quién demonios estuvo a tu lado siempre? Sin impórtale NADA, además te ha dedicado su vida entera, sin pedir absolutamente nada, ni una migaja de amor, quien te seguía como perro fiel y aguantaba cada una de tus majaderías.-desde el marco de la puerta lo observa molesta.-¿Y te trataba como un rey? Cada capricho tuyo lo cumplí, cada deseo y me dices, ¿Poca cosa? Que nadie se podría enamorar de mi, que se acercó a mi para que le ayudara a ser famoso.
-¿Le dijiste eso Yu?-se soba las sienes Julian, sabía que Yu Kanda cuando se encontraba celoso decía tonterías, el rostro de Miranda era un poema para él.- ¿Le hablaste de ese mocoso pelirrojo que la tiene endiosada?
-Los tienen endiosados.-corrigió Kanda, la frialdad de sus palabras, las cuales estaba cegado por el coraje, por las ganas de lastimar, por demostrarle que estaba en un error, que el error era creer que ese imbecil era mejor que él.-Los esta utilizando para obtener sus propios beneficios, pensaba que tú eras unas mujer más lista, pero eres igual de estupida como las demás que con palabras de amor y unas cuantas caricias, hacen lo que cualquier hombre quiere.
-No soy mucho más estupida que eso.-bufaba de coraje, todas esas palabras la estaban lastimando tanto, hacían que su corazón le doliera, haberse intentado quitar la vida por esa personas que la consideraba; fea, tonta y poca cosa, pareciera la peor tontería de todas.-Te amo, tú quien eres una persona egoísta, que solamente ve por si mismo.-puso su dedo anular en su sien y lo giró un poco.-Solamente tú y tú, eres el único que importas.
-Miranda eres una idiota.-le responde Kanda de manera infantil, sin razonar lo que estaba diciendo, solamente quería hacerla reaccionar al precio que fuera.
Julian se había dado cuenta de lo que estaba haciendo Yu Kanda, quería decir otras palabras tan diferentes a las que estaba diciendo, era como un niño a quien le están quitando su juguete, aquel que siempre había tenido pero prestaba poca atención o el que siempre estaba en su buró, que pensaba que siempre lo tendría esperando y de un momento a otro se da cuenta de que no es de esa manera.
Y la forma de actuar de Miranda, era de una mujer convertida en niña, que no entiende que él otro solamente estaba celoso, eran un cuadro bastante encantador para todos. Una pareja de enamorados, que discutían por que un tercero había aparecido en sus vidas.
Miranda estando ya en el marco de la puerta, Yu Kanda que en esos momentos estaba cegado por los celos, ese se había atrevido a robarse su mundo, tratar de quitarle a Allen, aquel ángel blanco que tanto amaba y por supuesto a su Miranda.
-Si sales por esa puerta, jamás te permitiré regresar.-le agrega Kanda, retándola a irse con la condición de olvidarse de él.
-¿Y quién esta pensando en regresar?-cuestionaba Miranda.
-¿A qué horas comienzan los comerciales de esta teleserie?-pregunta con cinismo Julian.-Por Dios, parecen un par de colegiales, los cuales discuten por tonterías.-dirige su mirada a Kanda.-¿No le ibas a rechazar y pedir que estuviera a tu lado? Y yo curaría su corazón-Habla con voz melosa.-Que regresamos para que reconquistaras el corazón de tu inglés.-guardo silencio unos segundos y ahora se dirige a la mujer.-¿Y tú? No estas lo suficientemente mayorcita para saberte comportar, y entender que esta celoso, por que ese mocoso se ha metido en su perfecto mundo.
-¿Qué mierda estas diciendo Morgen?-responde molesto Kanda, le desagradaba todo lo que le estaba diciendo.
-¿Puedes callarte un momento?-recrimina Miranda.
-Que me tienen harto con esta escena, donde ambos parecen mocosos de primaria buscando encontrar culpables.-les dice con molestia en su voz, los señala ambos.-Los dos tienen la culpa, tu primero Miranda por siempre haberlo consentido y jamás haberle confesado tus sentimientos por él, haberlo puesto en una burbuja y tu Kanda por favor si quieres recuperar lo que te pertenece por derecho-se toca la cabeza.-No le dices lo poco que vale.-Observa a Miranda quien permanecía callada ante sus palabras.-Sino que simplemente forma parte de tu mundo y no estas dispuesto a perderla, que has regresado por que sin ellos no puedes vivir, que por más que trate que olvidarás todo esto, no has podido.
Yu Kanda no podía repudiar aquellas palabras, Miranda sabía a la perfección que el mundo de aquel hombre eran ellos dos, los tres permanecían en silencio, esperando que alguno fuera capaz de decir que esto no era cierto.
Apareció en el marco de la puerta Daisya Barry en compañía de Noise Marie, traían en sus manos dos ramos de rosas blancas, quienes se sorprendieron de ver a su amigo, quien estaba tan callado como siempre, las palabras parecían sobrar, la tensión se cortaba en el aire con una simple acción. El primero que se atrevía hablar era Marie, quien había buscado por cielo, mar y tierra a su mejor amigo, para hacer despertar a la mujer que amaba.
-Kanda ¿Dónde has estado todo este tiempo?-dijo Noise.
-Pensábamos que te había tragado la tierra, durante estos dos años, nadie sabía nada de ti, ningún registro de tú nombre apareció.-expresaba Daisya con tranquilidad, era él único que se encontraba sereno, se veía alegre y estaba seguro que todo volvería hacer como antes, vestido con su tradicional ropa deportiva de color negro, lentes de sol cafés, la capucha cubrirlo el cabello.-Te has sabido esconder muy bien, pero ya que has regresado, tenemos que hacerte un festejo.
-Estuve internado en una clínica psiquiátrica en Munich.-responde de manera rápida, estaba un poco hablador ese día.
-Eso es imposible, nosotros viajamos varias veces Alemania y nunca pudimos localizarte.-dice Marie, quien le entregó las flores a Miranda, recibiendo una mirada de odio por parte de Morgen.-Buscamos en cada clínica, hospital, hotel, cualquier lugar donde pudiera haber un indicio que nos diera con tu paradero.
-¿Crees qué hubiera sido prudente hacerlo con su nombre verdadero? Por favor cualquier persona con dos dedos de frente lo sabría, la prensa destruiría su carrera en un instante.-exclama mordazmente el alemán, marcándole en sus palabras, lo que consideraba como realmente tonto.-Esperan cualquier error para acabar contigo, la prensa amarillista es la que más vende.
-¿Qué haces tú aquí?-le cuestiona Marie con altanería quien no soportaba aquel hombre, desde que se conocieron de llevaron mal.
-Vengo cuidando a mi hijo.-dice Julian con desdén.
-¿Quién es tú hijo?-pregunta curioso Barry, quien sabía de la antipatía que sentían ambos hombres el uno por el otro.
-Ju Morgen Lotto.-responde a la pregunta hecha por los dos hombres.
-Ese es el nombre que utilice para evadir a la prensa o cualquier persona que quisiera rastrearme.-agrega Kanda quien estaba de pie en la cama de aquel cuarto.-Fue bastante sencillo, me tuve que cortar el cabello, teñirme algunos mechones, cambiar mi manera de vestir y estuve al lado de un actor famoso, ¿A quién prestarían más atención? Al que parece el clon de un famoso o a la celebridad.-los tres los examinaban con cuidado, analizaban a detalle las palabras del hombre, al terminarse el examen, con superioridad en sus palabras continuaría hablando.-Era imposible que me relacionaran con el modelo, diez campañas promocionarles relacionadas con Kanda estaban en la televisión, en espectaculares, revistas y una pequeña partición en una novela, Miranda se había asegurado de todo esto.
-Era nuestro seguro para mantenerlo vigente.-exclamaba Miranda.-Aun con algún accidente o desaparición repentina, no habíamos estimando que serían dos años.
-La única que sabía el paradero del Yu, era la misma manager, quien fue internada en el hospital la misma noche de la partida de la estrella.-contesta Julian obteniendo la atención de todos sobre ella, escuchaban de manera atenta sus palabras.-Pero ella se encontraba en coma, así que nadie lo sabría localizar o quienes eran sus amigos, era encontrar una persona entre millones.
-Me sorprende todo lo que están diciendo.-da a saber sus pensamientos Marie.
-Kanda nunca hubiera pensando, que serías capaz de hacer un plan de este tipo.-la sorpresa en Daisya era muy notoria.-Eres un maestro en esto.
-¿Pensabas qué era idiota?-pregunta con cinismo el mitad japonés.-Me sorprendes, ¿Cuántos años llevas de conocerme?
-Tienes razón, disculpa.-le saca la lengua el hombre, acomoda sus brazos detrás de su cabeza, para estar más cómodo.
-Ya que has regresado, ¿Qué planeas hacer?-cuestiona Marie.
-He venido a recuperar lo que por derecho me pertenece.-responde si titubeos o palabras bonitas.-No me importa a cuantos le hayas lavados el cerebro ese tal Lavi Bookman.-su mirada se clava en la única mujer de la habitación.-Lo crean la mejor persona, un santo o una especie de Dios, él no se quedará con mi vida.
-Lavi no trata de quedarse con tu vida.-aseguro Barry.
-Decide desde este momento, de que parte estarás.-su mirada se fija en él, Marie y Miranda.-De la mía o de ese recién llegado que apenas conocen.
-De tu lado Kanda.-responde Marie.
-De tu lado Kanda.-afirma Daysa.
-Solamente faltas tú de decir Miranda y esta es la última oportunidad que te doy.-le sentencia Yu Kanda.
-….-Miranda no responde al cuestionamiento.
Yu Kanda odiaba Lavi Bookman, bajo sus propias palabras ese hombre intentaba adueñarse de su vida, de sus amigos, de sus familiares, de todas las personas que lo rodeaban, calladamente durante los meses confinado en aquel frio cuarto del viejo psiquiátrico, leía las revistas y notaba como, siempre aquel hombre pelirrojo aparecía con sus conocidos, todos felices y contentos. La mirada de Allen se notaba mucho más dulce y tranquila, sereno, como si solamente él hubiera sido un mal sueño en su vida, pero en un instante apareciera un salvador y recuperaba esa bella paz interior.
Tyki Mikk ese desgraciado poco hombre, que siempre había estado tras él, decían las revistas había regresado a la escuela y contaba con un excelente tutor, un pelirrojo carismático, de hermosos ojos verdes. Ese año se graduaría de la escuela elemental con las mejores notas del curso, siendo un completo orgullo y admiración de sus maestros, se escuchaban los rumores que se gustaría ser maestro de kinder, ¿Y ese cambio a qué se debía? Un desgraciado infeliz no cambia de la noche a la mañana, pero en esos momentos era amados por todos y estaba rodeado de Allen Walker, Road Kamelot y Fo, luciendo felices, tranquilos, como si hubieran sido amigos desde siempre.
Por su parte la modelo Fo, había mejorado su carácter, se preocupaba por el bienestar de los demás y había creado una fundación en contra de la anorexia en los jóvenes, donde ella daba platicas sobre su vivencias y como había salido de la enfermedad. Allen Walker siempre la acompañaba, muchos rumores estallaron a raíz de esto. Esa mujer se había aprovechado de su ausencia para acercarse a su Allen. Una sorpresa poco grata para él, fue darse cuenta que Lavi y la enana eran amigos, según las palabras del investigador privado que había mandado.
Road Kamelot, era una niña mimada preocupada por su comunidad, que se dedicaba a dar sonrisas a los niños a través de los dulces.-cuando leyó esto lo tuvieron que poner una camisa de fuerza para no tirarse de los pelos y creer que estaba en un mundo paralelo.
-Miranda por supuesto te escogerá a ti.-aseguraba Barry, sacando un cigarrillo de su chamarra.-Todos sabemos que lo hará.
-Falta una presentación más para conformar el bloque en esta guerra.-dice Kanda, enarco su ceja Miranda, Julian estiraba sus brazos.-Con ustedes Sachiko Kanda.
Hace acto de presencia una mujer de cabello castaño claro, ojos azules, vestida con un kimono floreado, una pequeña cartera, quien hace que la alemana entre de nuevo por completo a la habitación, su andar alegre, sus ojos vivarachos, la blancura de su piel, da un fuerte abrazo a todos los presentes y un par de besos en sus mejillas, al final queda frente a Kanda, haciendo una ligera reverencia.
-Ya había esperado demasiado Yu.-se quejaba la mujer.-Pensaba que te habías olvidado de mi.
-Ella es mi prima hermana.-la mujer no prestaba atención a las palabras de su primo, se dedicaba a jugar con su cabello.-Y esta interesada en ese.
-Un momento Yu-chan, no puedes referirte de esa manera a mi Lavi.-le da un golpe en el vientre la mujer, este no se queja, la ignora.-Que tú novio se haya enamorado de mi Lavi, no te da derecho a odiarlo, por ser tan lindo y tu un gruñón.
-Jajajaja.-soltó la carcajada Barry.
-Tiene tu carácter Kanda.-dice en voz baja Marie.
-¡Allen no se ha enamorado de ese!-Le responde Kanda molesta.- Mujer bruta.
-Pues eso no ha sido lo que he visto.-le saca la lengua, escondida detrás de la espalda de Morgen.-Los he estado siguiendo durante tres meses y lucen tan enamorados, son la parejita perfecta.-le tuerce la cara, y juega con el cabello la alemana.-Aunque no me podría decidir, Allen hace pareja con tantos, con la enana de circo Fo, con la lolita o con él moreno sensual, se ha olvidado demasiado fácil de ti primito, siempre se la pasan juntos.
-Podrías dejar despeinarme.-expresó Miranda con enfado a la japonesa.
-¿Pero tú ya lo sabías no?-le hace la pregunta. -De que ellos cuatro estaban viviendo con mi Lavi, desde hace ya bastante tiempo, de los sentimientos del pelirrojo por el angelito blanco.-con uno de sus dedos lo mueve en señal de negación.-Pero no hiciste nada para evitarlo, muy por el contrario les facilitaste las cosas, como atenderlos, que hacer con ellos y programas sus actividades, hasta la prensa no ha dado con su paradero, nadie sabe que cuatro supermodelos viven en un modesto departamento con un profesor de literatura, eres demasiado hábil.
-Date cuenta que yo he estado internada en este hospital por más de dos años, sería imposible para mi hacer tales cosas que estas diciendo.-se defiende de las acusaciones, la lengua venenosa de la otra, resultaba peligrosa y bastante problemática.-No soy Dios, Ba y Lou Chan han sido lo que han hecho eso.
-Mientes, Shachiko-chan sabe que lo estas haciendo.-apretó con fuerza las mejillas.-Por lo que no te lo perdonare, pero si estas en nuestro bloque nuestras cuentas serán saldas en otra ocasión, ahora lo que me importa es que mi primo tenga a su ángel y yo a mi conejo.
-Serán.-contesta a la otra.-No tengo miedo de una persona como tú.
-Deberías tenerlo.-la suelta del rostro, la mirada altanera, su forma despectiva de hablar y asegurarte que si no estabas con ella lo pasarías bastante mal.-Si no fuera por que a Yu-chan le interesa esa cosa, lo hubiera acabado como una vil cucaracha.
-Ya te lo dije tú haces algo Allen y tu conejo idiota desaparece.-amenazaba Kanda a la mujer, las miradas frías que se lanzaban eran prueba de que no estaban jugando.
Esos dos estaban unidos para obtener lo que consideraban como suyo, les pasó en la mente de todos los presentes, ninguno negaba que fueran familia, las actitudes, su forma de ser o de expresarse. Pero a su vez todos tenían un motivo para apoyarlos.
Marie era luchar por el amor de Miranda, al asegurarse de que Yu estaría con Allen, no existiría posibilidad alguna que sus sentimientos fueran correspondidos. Bastante egoísta, pero al final de cuentas siempre el ser humano lo es.
Daisya sabía que podía quitar de su camino a esa Sachiko, el más peligro era Allen, puesto sabía los sentimientos de Lavi por ese, lo detestaba a un grado inaudito para una persona que no nunca le lastimó, solamente había conquistado al hombre del cual estaba enamorado, ese hombre era el pelirrojo. Pero al saber perdida toda esperanza podría conquistarlo.
Julian tenía motivos muy fuertes para preferir Yu con el inglés, lo hacía feliz, sacaba los mejores sentimientos de quien consideraba como un hijo y además como bonus estaría con la mujer que amaba, por lo tanto todos felices, todos contentos. Esto implicaba que no tendría que pelear con una persona querida por él, por el amor de una persona, sabía que si competía contra Yu, la mayor posibilidad de ganar eran del otro, las suyas eran mínimas.
Miranda estaba entre la espada y pared, pero nada, ni nadie le haría cambiar de opinión, ella se mantendría fuera de todo esto, de cualquier lado que jugará, una persona saldrá lastimada.
-Vamos te gustará tu habitación.-expresó Julian.
-Yo la decore, sinceramente no conocía tus gustos y Yu están poco colaborador.-decía con voz cantarina la mujer.
-Todo es como antes.-repetía sin cansarse Barry.
-Todos unidos como una enorme familia.-aseguraba Marie.
-Seremos muy buenas amigas, siempre y cuando no te entrometas en mis planes.-sonreía Sachiko para la alemana.-Me puedes ayudar a conquistar a Lavi, él dice que eres como su hermanita, ¿Entonces serías como mi cuñada?
-¿Esa cosa es mi cuñado?-enarcaba una ceja Morgen.
-No le digas cosa.-inflaba las mejillas como niña pequeña.
-¿Pueden callarse?-cuestionaba molesto Kanda.
-Siempre serás un amargado.-reprocho de manera infantil.
TOSCANA, ITALIA
En uno de los mejores viñedos, la casona de impresionantes muros tan altos que pretendían tocar el cielo, blancas paredes y esculturas de cristal, retratos de tres personas lucían las paredes, el teléfono sonaba intensamente, una mujer de cabello corto rubio platinado corre y lo levanta, detrás de ellas estaba un hombre de rubios cabellos, seguidos por un atractivo joven de ojos azules, una mujer de cabello gris, con un hombre de piel morena y una adolescente de cabello corto.
La mujer no articulaba ni una sola palabra, parecía una hermosa figura decorativa, el hombre de cabellos rubios cruzaba los dedos, la llamada se terminó.
-¡VOY A SER MADRE!-gritó Katherina Walker-Bonafey
-Vamos….a tener…un.-Marcus cae desmayado sobre la alfombra.
-Tendré un hermanito.-Allen Walker no podía creer la noticia, abrazaba a todos, quienes tan amablemente lo recibían sus brazos y aprovechaba para tocarle el trasero, la alegría ante todo.
-Felicidades Allen.-dice feliz Road.
-Muchas felicidades Allen.-festejaba Fo.
-Muchas felicidades Allen.-exclama alegremente Tyki.
-¿Me ayudan a llevar Marcus a la recamara? En mi estado no puedo cargar cosas pesadas.-pidió con una gotita de sudor la inglesa.
Allen cargaba en brazos a su padre, Tyki lo acompañaba, en el rostro del rubio platinado se notaba una hermosa sonrisa, al fin tenía lo que se llamaba una familia, perdonar a sus padres fue lo que le dio aquella paz interior. El cuadro de la familia reunida que se lucía en entrada principal, lo hicieron en tan solo tres días, por pedimento especial de su madre.
Estaba un poco molesto con Lavi por haberse regresado en la noche a New York, por la mañana en esa ciudad darían de alta a una amiga suya, ¿Quién sería esa amiga? Por qué dentro de su corazón, sentía ¿Celos? Por las atenciones recibida de Lavi. Conocía el carácter dulce y buen amigo que era, nunca dejaba un amigo solo.
Todos lucían tranquilos, relajados, como si no les hubiera importado que Lavi… agitaba su cabeza en señal de negación, la palabra celos cruzaba de nueva cuenta en su mente, era mentira, no podía estar celoso de esa mujer. ¿Por qué no siente lo mismo? Cuando Fo lo abraza o cuando Road se sienta en las piernas de Lavi, mientras este trata de terminar los asuntos de la universidad, o cuando es Tyki juega lucha de espadas con el pelirrojo.
-Yo conozco a la mujer que fue a ver Lavi.-expresaba de manera burlona Tikky.-¿No me digas qué estas celoso?
-Para nada.-responde al instante Allen.
-Te estas enamorado de Lavi sin proponértelo.-de acaricia el trasero y se lo dice al oído.
-Eso es mentira…-reprochaba Allen.
-Pero debes tener cuidado esa mujer, es demasiado importante en su vida.-le hablaba, quería ver ese rostro enojado, que le negará que no se esta enamorado del otro.-Es tan importante para él nos dejó por ella.
-No te rebano la legua por que estoy de buenas.-responde Allen con voz seca, fría.-Pero si no dejas de decir tantas tonterías soy capaz de hacerlo, tan pronto de despierte mi papa.
-¿No aguantas ni una broma chico?-dice quitado de la pena Tikky.
-¡NO!-sentencia.
-Allen…voy a ser papa de nuevo.-murmuraba entre sueños Marcus.
-Tendré un hermanito, la promesa que te hice esta cumplida, seremos una familia a partir de ahora.-le expresa a su padre.
-Perdóname por haber sido tan egoísta.-le dice Marcus despertando de aquel desmayo, se bajo de los brazos de su hijo.
Tyki comprende que es un momento donde ambos necesitan hablar, los deja y se retira a su habitación, tenía asuntos que arreglar para el regreso de todos. Allen y su padre se quedaron en el barandal de las escaleras, Marcus abrazaba a su hijo, sentía su respiración, esa paz que solamente tenía rodeados de sus seres queridos, de su amada Katherina y su pequeño.
-Ya lo he hecho padre.-expresó Allen.
-Los celos son malos consejeros Allen.-le da un beso en la frente.-Lo se por experiencia propia.
-¿Celos?-cuestiona Allen.
-Hacen que las personas se comporten de formas muy egoístas, que se transforme en alguien que no son ellos, que terminen con el amor que se les tiene, que hieran sin pensar que eso alejará a las personas.-hablaba con tranquilidad, con experiencia, con paciencia, sintió la mirada extrañada de Allen.-¿Qué piensas hacer cuando Kanda regresé?
-Si, es que regresa.-responde el menor.
-Va regresar te lo aseguro, eres la persona que más ama en este mundo.-la mirada del incredulidad es clavada en su rostro.
-Por su puesto y en este tiempo por eso se ha comunicado conmigo.-dice de manera irónica.
-Yo se donde esta Allen, ¿Quieres saberlo?-le pregunta su padre, Allen se queda frío al escuchar esas palabras, ese miserable infeliz se había llevado su corazón, dejándolo en la espera, los días pasaban y ni una sola noticia.
Derramaba lágrima tras lagrima todos los días, se cuestionaba de tantas cosas, sus preciados amigos fueron los únicos que estuvieron a su lado, que le ayudaban a levantarse cuando deseaba caerse, cuando pensaba que ya no existía nada porque vivir. Las idioteces y manos largas de Tyki que le hacía salir de su mundo, para golpearle o hacerle entender que no debía.
Road con sus juegos infantiles, en los que siempre todos terminaban metidos, algunas veces renegando de esto pero pasándola tan bien, se estaba convirtiendo en una preciosa mujer, que aseguraba que lo amaba, pero él se sentía tan estupido, de seguir querido a un hombre que ni si quiera se acordaba de él, en lugar de pensar en un nuevo amor.
Fo se convirtió en esa tabla de salvación, en la mujer que siempre estaba al pendiente de él, que había sido uno de sus grandes amores, que se arrepintió de no haber luchado por el amor de ambos, en su corazón se estaba sembrando la duda, de intentarlo de nuevo, de buscar estar una vez más juntos, siempre sería feliz con ella lo sabía. A su vez Lavi se estaba… no podía explicar que era lo que sucedía en su corazón, que era lo que estaba sintiendo por el pelirrojo, ambos siempre estaban apoyándolo, cuidándolo, enseñándole a volar con sus propias alas.
Al principio todos estos sentimientos le causaban vergüenza, odiarse a si mismo por pensar en alguien más que no fuera Yu Kanda, de olvidarse del sufrimiento y de lo que estaba sintiendo, asegurando ser la persona más egoísta de todas, por sonreír, por disfrutar todo aquello, estar rodeado de amigos, de su familia. Él ahora comprendía la frase si no se conoce que es el dolor, nunca se conocerá que es realmente la felicidad. Se había hundido en un mundo de obscuridad, desesperanza, de negarte a vivir, por creer que no tiene ningún sentido, pero gracias a todos se dio cuenta de que la vida es hermosa y que el dolor solamente te prepara para disfrutar la felicidad.
-No, a pesar de que tener ganas de apretar su cuello, golpearlo hasta cansarme por haberse atrevido a irse de mi lado, para no lastimarme y haberlo hecho.-suspira profundamente, le da un beso en la mejilla a su padre.-Es algo que teníamos que pasar, si realmente es amor lo que nos une esto solamente nos hará más fuerte, si no es que no estamos destinados a estar juntos.
-Kanda puede regresar muy cambiado.-advirtió Marcus.
-Yo también he cambiado bastante.-dice de manera dulce Allen.-Las persona cambiamos para bien o para mal, pero nunca dejamos de hacerlo.
-Puedes llamarnos a cualquier hora, e iremos por ti o patearemos cualquier trasero que te haga daño o intente hacerlo.-sentenció el francés, Allen suelta la carcajada, por ver el rostro tan diferente al de siempre de su padre, duro y firme.-Y no me importa quien lo sea, nadie tiene derecho a lastimarte.
-No soy un niño padre.-le responde divertido Walker, quien con grandes esfuerzos logra controlar la risa, por poco se ahogaba.
-Pues para mi siempre serás un niño aunque tengas 60 años y uses bastón.-le responde indignado el rubio, alzó el puño al aire.-Y lo mismo piensa Katty, solamente que ella afirma…
-Mama…-un escalofrió recorre la espalda del Walker, su madre podía ser un autentico demonio.
-Si quieres alejarte alguna vez de todo, ven con nosotros estaremos encantados de recibirte aquí, tienes tú cuarto y una familia.-despeina el cabello de su hijo, este patalea demostrando su enojo que le producía, a manera de juego.
-Vendré a visitarlos seguido, ¿No te molesta que vengan ellos?-preguntaban Allen.
-A ninguno de los dos, al contrario parece que tenemos la Tercera Guerra Mundial cuando están en esta casa.-se frotaba la brazos en señal de miedo, mientras Allen rueda los ojos en blanco.
-Así se sentirá cuando este mi hermano.-le dice de manera solemne.-Pobre Marcus no va a dormir nada… ni besar a su esposa.
Risas, alegría, platicas amenas, sin nada más que reprochar, todo esto realmente era la mayor felicidad para los Bonafey-Walker, el perdón los había salvado, les permitió ser felices, resolver sus propios problemas. Katherina, Marcus y Allen tienen lo que siempre habían soñado, una familia, el calor de un hogar, estar con la persona querida, ver felices a los seres que se ama, a partir de ese momento, hicieron una promesa en sus corazones sin hablarla, sin decirla "Querer con todos los defectos, con todas las virtudes y no regresar jamás al pasado, sino vivir el presente"
AEROPUERTO INTERNACIONAL DE
NEW YORK
Un avión privado hace su aterrizaje en una de las pistas, un fuerte dispositivo de seguridad le esta esperando para llevarlo, hombres uniformados en perfectos trajes negros, lentes obscuros, se hacen los preparativos necesarios para recibir a uno de los magnates más importantes del mundo, según las principales revistas de negocios, en ellas se coloca como uno él 4 hombre más rico del mundo.
Dentro del avión se encuentra, un hombre de cabello negro ondulado a la altura de sus hombros, de lentes de forma ovalada, con armazón de oro, sus ojos son azules, un impecable traje blanco, en su compañía viene un hombre de piel morena, barba de tres días, de mirar juguetón, de aproximadamente 50 años, pero sumamente atractivo.
-¿Ha tenido un buen viaje Conde Milenio?-expresó el hombre de caballera negra.
-No seas tan formal Luka-pu.-responde el Conde haciendo una figura de corazón con su mano.-Conde de Walker.
-Conde hemos localizado a su nieta.-informa Lulubell su asistente, una mujer de larga cabellera negra, ojos felinos, vestida con un traje negro, dentro de su sacó se guardaba una arma.
-¿Dónde se encuentra Road?-pregunta sonriente el hombre.
-La señorita Road se encuentra viviendo en un departamento, en una zona habitacional, en compañía de otras personas, entre ellas el sobrino del Conde Walker.-toma una pausa, la expresión torcida de felicidad en el rostro de Millemun, era de satisfacción.-Se encuentran en estos momentos en Toscana, Italia regresarán mañana por la noche.
-Tan eficiente como siempre Lulubell.-roza su mejilla con una sombrilla que tiene a su mano, la mujer permanece firme, como una columna.-Ya hemos encontrado a tu sobrino Luka-pu.
-Me complace saber que se encuentra en compañía de su nieta.-responde con voz pausada el hombre más joven.-Podré conversar con ella un poco, no he tenido el placer de conversar con ella desde que era una infanta.
-Se ha convertido en una hermosa señorita.-afirma él otro.
-Es lo de esperarse teniendo una madre tan hermosa como su hija menor, una autentica belleza.-halagaba Walker.
-Eres un mentiroso Walker-pu, si la hubieras considerado tan hermosa te hubieras casado con ella, cuando se te ofreció el compromiso.-le dice rozando su mejilla con la sombrilla el rostro, la aeronave ya había aterrizado, el hombre mayor se abrazó del otro.-Pero su belleza no se acaba con los años joven Walker.
-Retírate Lulubell.-ordenaba el Conde Walker que en sus palabras la cortesía no parecía implícita.
-Pero usted no me da órdenes Conde Walker.-reprochaba la mujer, la mirada del otro hombre, le indicaba que debería cerrar su boca, se retiró de su presencia.
El hombre de lentes, estrelló contra la pared de la aeronave al otro, besando su cuello, mientras el otro disfrutaba del placer que le daba esa boca experta, ambos habían sido amantes por décadas, desde que se conocieron en aquella fiesta, y le robó su virginidad, el placer de ver su cara pidiendo más, de rechazar aquel matrimonio que le fue impuesto para cubrir las apariencias, lo detestaba con tal grado, ansiaba ser como sus hermanos y largarse de la casa, no tener que heredar un título absurdo, que solamente le producía asco.
Cuando el Conde le penetró por primera vez, no le preparaba siquiera.
Continuara…
I Familia Kanda I
Yu Kanda-Lotto de veintiséis años regresa, después de haber estado internado en un hospital psiquiátrico durante un año, ha recuperado su estabilidad mental, desea recuperar el corazón de la persona que más ama, por que se ha dado cuenta que no puede vivir sin esa persona. Siempre estuvo acompañado de su mejor amigo y un padre Julian Morgen, la única persona que sabía su paradero. No ha perdonado a Miaka y no desea saber nada de ella, de esa mujer fría y sin escrúpulos.
Shackiko Kanda una mujer de 25 años, fue novia de Lavi cuando estuvo en América, esta perdidamente enamorada de él, tanto que dejo a su prometido y regresó a reconquistar su corazón, ellos tuvieron un tiempo juntos, pero terminaron por que ella, no deseaba renunciar a dar cátedra en la universidad de Tokio, pero se arrepiente de no haberse quedado a su lado, odiara con todo su corazón Allen.
Julian Morgen, un actor, muy popular por la saga de películas de ciencia ficción que narran un mundo mágico de hadas y seres sobre naturales. Siempre ha protegido a Yu Kanda desde que ambos estuvieron en el internado, esta enamorado de Mirada y no esta dispuesto a perderla por nadie, estoy le causa un fuerte conflicto entre sus sentimientos por Yu a quien quiere como un hijo y por Miranda que es la mujer que ama. ¿Qué puede más su amor de padre o su amor de hombre?
