Dissclaimer: Card Captor Sakura no me pertenece, le pertenece a CLAMP.

La historia si me pertenece así que por favor, NO COPIAR.

Lágrimas de esperanza

Emiko hime-sama

El día era bastante negro, había sido así desde que se había ido Él.

Sabía que no debería de tener estos sentimientos hacía él pero no podía evitarlo, mi corazón siempre latió cuando estaba junto a él. Pero yo sabía que él le pertenecía a mi mejor amiga, Sakura. ¿Fue acaso por eso que le ayude a confesársele? No lo sé, y ahora aunque sea solo un poco me arrepiento.

Me levante como todos los días y peine mi largo cabello negro y ondulado de siempre.

Me mire al espejo, mire mi figura, yo era alta y tenía una piel blanca como de porcelana, demasiado pálida para mi gusto, tal vez por eso prefería a Sakura. Pero también estaba mi cabello era largo y negro con tonos grisáceos además de ondulado y no castaño y corto como el de mi amiga, también tenía unos ojos amatistas que no eran la gran cosa, a diferencia de los de mi amiga, verdes como 2 esmeraldas.

Baje por las escaleras haciendo reverencias a cada una de las doncellas del servicio, sabía que mi madre no estaría, así que no me moleste en buscarla, salí sin prisa comiendo una manzana y al poco tiempo sin habérmela acabado, la tire.

Llegue a la escuela y como era de costumbre todos los chicos de la escuela me hicieron reverencias, eso había comenzado desde que había empezado la secundaria.

Cada mañana que llegaba recibía una rosa, un chocolate, carta o un lindo y suave peluche.

Pero nada de eso me complacía.

A pesar del Sol que se esforzaba por traerme calor, yo, seguía teniendo frío.

Camine por los pasillos de la escuela aun sin prisa hasta que a lo lejos escuche a unas chicas hablando sobre mí.

-Te estoy diciendo que Daidouji es muy fría y seria ¿verdad? El otro día yo estaba por allí…..

Y allí deje de escuchar, recordé los años de primaria donde todavía era una niña sonriente y dulce, cuando me gustaba hacerle vestidos a mi amiga Sakura y uno que otro traje a Syaoran. Me pregunte como estaría Kero ahora sin dulces y como estaría Yue con la familia Li. De pronto me sentí vulnerable. Al pensar en Syaoran quise salir corriendo y llorar como hacia siempre, pero no lo hice. No podía seguir llorando y escondiéndome, tarde o temprano tendría que enfrentarlo, y las lágrimas no me ayudarían a hacerlo.

Pero yo guardaba esa maldita esperanza, y eso era por lo que precisamente lloraba, la esperanza y era que, sin importarme los sentimientos de mi amiga y seguia siendo egoísta y tenía la esperanza de que algún día volvería y dejaría a mi amiga.

Seguía oyendo distraídamente los versos de Romeo y Julieta que recitaba la profesora de literatura.

-Porque si yo…..

Seguía recitando la profesora hasta que por fin fue la hora de descanso.

Salí apresuradamente mientras recogía mis cosas.

Llegue y me senté en mi lugar favorito, la rama de un árbol. Era extraño como yo, que era en mis tiempos de primaria tan delicada ahora subía arboles.

Pronto me sentí mareada y caí del árbol cerré los ojos para recibir el dolor pero nunca llego, alguien me había tomado en brazos. Quería abrir los ojos pero no pude, los ojos se me cerraron como por arte de magia. –magia. –pensé para mi misma, eso debía ser, alguien con magia, deseaba que fuera Syaoran, necesitaba verlo aunque eso me causase dolor, pero lo quería ver. Era masoquista, pero algo dentro de mí me decía que no viviría mucho tiempo fuera de sus brazos, pero yo misma me había buscado ese dolor, yo lo había ayudado a confesarse yo lo ayude…. Yo…..

¿Qué derecho tenía yo de reclamarle? Yo misma lo había hecho…. Pero esos fueron todos los pensamientos que tuve, ya que lentamente mis ojos se fueron cerrando hasta que todo lo que vi fue negro.

Cuando desperté, no fueron unos brillantes ojos castaños los que vi como esperaba, lo que vi fueron unos brillantes ojos color índigo que se me hacían muy familiares.

Me entristecí, y volví a cerrar los ojos no los quería abrir si no veía unos ojos castaños, y no los abriría.

Pero sin previo aviso el chico me beso mi mano, y por instinto abría los ojos y mire al chico, me sonroje no por el gesto del chico, eso lo hacían muchos de los amigos de mi madre si no, por el chico quien lo hizo.

El chico era alto y tenía cabellos negros azulados, ojos color índigo y cubiertos por una aura de misterio. Unas gafas muy finas que le daban un aspecto intelectual y llevaba una sonrisa en su apuesto rostro.

*Notas de la autora:

¿Qué les pareció?

A mí me pareció lindo… dejen reviews!!!

Emiko hime-sama