Había pasado un mes desde su renuncia al patinaje artístico.
Un mes desde que no estaba con el.
Noche tras noche despertaba por las pesadillas que rememoraban sus tristes y dolorosos recuerdos.
Al despertar deseaba encontrar su cuerpo durmiendo al lado suyo.
Rogaba poder ver de nuevo sus brillantes ojos café y el sonrojo en sus delicadas facciones.
Estaba parado frente al hospital, aquel lugar rodeado de melancolía y aroma a antisépticos.
Por primera vez entendió el verdadero significado de ese lugar, uno que no quería aceptar:
La despedida.
Aquella persona que lo hizo vivir de nuevo, aquella luz que se imponía en su vida gris y tormentosa, estaba apagándose y cediendo a la oscuridad.
De esa vela no quedaba más que un hilo ennegrecido, quemado por la intensidad de su vida.
Vida que no regresaría.
Se dirigió a paso lento hacia una de las tantas habitaciones.
Pensaba que mientras más se demorara más tiempo tendría.
Internamente sabía que era todo lo contrario.
Sólo aplazaba lo inevitable.
Pero aunque lo negara una y mil veces.
Viktor sabía que Yuri no despertaría.
Abrió la puerta y entró silenciosamente, con la mirada fija en el cuerpo sobre la camilla.
Miradas lúgubres fueron dirigidas hacia su persona.
Estaban esperándolo.
Yuri no volverá a sonreírle jamás.
Se acercó lentamente, intentando controlar los gritos lastimeros que pedían salir de su garganta.
No volverá a decirle lo mucho que lo ama.
Se inclinó hacia el rostro de su pareja.
Sus labios estaban… tan fríos.
Su luz no volverá a brillar.
Un pitido resonó entre el silencio de la habitación.
Lágrimas cayeron de sus ojos azulinos.
Hola!, gracias por darle una oportunidad a este one-shot, me gustaría saber su opinión, lo publiqué en wattpad, pero nadie le hizo caso, pensé en probar suerte aquí, espero que les haya gustado. Estoy pensando en hacer una segunda parte, donde se explique lo que pasó y cómo la situación afecta a Viktor, pero no lo sé, envían reviews para saber si les gustaría, ansío mucho leer su opinión. En fin, nos leemos luego. Sayonara!
