Como ya sabéis todos soy una gran fan de Ai no Kusabi, mi enorme obsesión por está ambientación y personajes me empuja a constantemente buscar historias de este fandom que por desgracia cuenta con poquísimos trabajos en español. Pero no es así con las obras en inglés, cuyo número y calidad son extraordinarias. Una de mis favoritas es una serie de tres trabajos llamada "Blondies Have More Fun" de la genial autora canadiense AnimeFaeMoon. Es un after canon maravilloso con una caracterización de personajes fantástica y una historia que me ha mantenido sin prácticamente dormir hasta que no la he terminado. Me gustó tantísimo que mi personalidad amable se dijo que es una pena que la gente que no sepa inglés no pueda leerla. "¿Y por qué no te pones a traducirla tú?" Se metió por medio mi personalidad entrometida. "Es verdad... ¿por qué no?" Se dijo mi personalidad lanzada...
Así que aquí estoy, tras pedir y obtener el correspondiente permiso. Espero que la disfrutéis tanto como yo.
DISCLAIMER:
Ai no Kusabi pertenece a mi admiradísima Reiko Yoshihara. Fanfic sin ánimo de lucro
Blondies Have More Fun: To Be Or Not To Be (a pet) pertenece a la genial AnimeFaeMoon (gracias de corazón por permitirme traducirla)
Este es el enlace a su perfil aquí: u/6074013/AnimeFaeMoon
Capítulo 1: Un favor
Iason entró en su apartamento, entregó su capa a Cal y luego caminó hacia el balcón donde su mascota estaba encaramada en la barandilla fumando. A diferencia de otras pets, Riki rara vez le saludaba en la puerta, pero a Iason no le importaba. Amaba a su mestizo tanto por sus desafíos como por su obediencia.
Como de costumbre, Riki estaba perdido en sus pensamientos mientras miraba la ciudad. Su mirada apuntaba hacia los tugurios de Ceres, apuntaba hacia Guy. Fue la única manera de lograr que Riki regresara a él, lo único que Riki no podía rechazar: su antiguo pairing partner. Le molestaba que Riki todavía se preocupara por Guy pero trató de no permitir que eso le enojase. Riki estaba aquí ahora, era el suyo de nuevo y no le importaba si lo hacía por Guy o incluso si pensaba en Guy mientras estaban follando. Nada importaba mientras Riki permaneciera junto a él.
Aún así, la mano de Iason se apretó en un puño, porque en realidad sí que importaba, maldita sea. Quería que Riki se olvidara de Guy. Quería que Riki lo amara.
Aunque cuando habló, no había rastro de ira o frustración en su tono.
— ¿Saliste el día de hoy?
— Sí, tomé una lanzadera a Magena y estuve jugando a las tragaperras.
Iason sabía reconocer el sarcasmo cuando lo oía, especialmente porque Riki no podía dejar Eos debido a su pet ring. Desafortunadamente Riki ni gustaba ni era tolerado, por lo que en lugar de sufrir las miradas de reojo o el riesgo de causar problemas al golpear hasta la muerte a alguna mascota que lo estuviera atormentando, prefería quedarse dentro del apartamento todo el día. Incluso Iason debía admitir que eso era molesto.
— Riki, sé que estás frustrado.
— Tú no sabes nada… — Riki tiró su cigarrillo al vacío y saltó al suelo para mirar fijamente a Iason. — No tienes ni puta idea.
— Quiero hablar contigo sobre algo importante.
Cuando vio que Riki se metía las manos en los bolsillos y se apoyaba en la barandilla en silencio, Iason continuó.
— Tenemos invitados esta semana y te necesito aquí conmigo.
— Estoy aquí. Siempre estoy jodidamente aquí. ¿Dónde más podría estar?
— Lo que quiero decir es que necesito que te comportes, Riki. Otro Blondie y su pet se quedarán con nosotros por unos días y quiero que me atiendas adecuadamente como una mascota. — No que te escondas en tu habitación o en el balcón fumando.
Riki hizo una mueca y apretó los dientes.
— ¿Quieres exhibirme?
Odiaba cuando Iason lo paseaba como si fuera un pony. Pensaba que ya habían superado esa fase.
— En cierto modo… La petición viene de la propia Júpiter. Diman es un Blondie importante.
—¿Tan importante como tú?
Riki sonrió y levantó la barbilla desafiante, pero era una pregunta retórica, no había nadie más importante que Iason Mink, ni en Eos ni en ningún otro lugar.
Iason levantó una mano enguantada y acarició la barbilla de Riki, complacido cuando el mestizo no se alejó como solía hacer antes. Riki parecía haber aceptado su destino, en cierta medida, ya que fue su elección volver. Ya no se alejaba del toque de Iason, pero tampoco lo correspondía.
— ¿Qué piensas?
Riki se encogió de hombros.
— Como sea…, Diman ha pedido que estés aquí. — Iason atrapó firmemente el mentón de Riki entre sus dedos. — Espero que te comportes, Riki. Esto es muy importante.
Riki miró fijamente a Iason.
— ¿Por qué es tan importante?
— Porque yo digo que lo es. Riki, el castigo será severo si no haces exactamente lo que te diga mientras están aquí.
— Te encantaría eso, ¿no? Adoras castigarme.
— No, no lo adoro, pero lo haré. — La mano libre de Iason se colocó en la cadera de Riki acercándolo. — Sólo serán tres días.
— Si me comporto, ¿me dejarás ir?
— Estás aquí por decisión propia, Riki. Volviste y sabías cuáles serían las consecuencias de tus actos.
Los ojos de Riki bajaron, abatidos. Sí, había elegido esto para salvar a Guy y a su pandilla, pero no sólo por eso. Se había dado cuenta de que todo estaba arruinado ahora, no podía regresar a los barrios bajos, no podía volver a ser el líder de Bison. Lo único que era capaz de ser era mascota de Iason Mink. Eso lo enfermaba.
— Bien, ¿qué tengo que hacer?
Iason sonrió.
— Simplemente comportarte, hacer lo que se te dice y actuar como una mascota amorosa. Puedes hacerlo, ¿verdad?
— No voy a adularte ni a besarte los pies, Iason.
— Lo sé.
Iason se dio cuenta de que se sentiría decepcionado si Riki se sometiera tanto.
— Sin embargo, puedes ser amable cuando pones tu mente en ello, incluso obediente.
Riki rodó los ojos.
— Lo que sea.
Se estremeció cuando la mano de Iason se movió de su cadera a su ingle en un abrir y cerrar de ojos y apretó. ¡DIOS! Odiaba la rapidez con que respondía al tacto del elite, odiaba estar condicionado a responder.
— Buen chico. — Iason lamió lentamente la ruta por el cuello de Riki y mordió delicadamente su oreja, deleitándose con el suave silbido de deseo que el mestizo soltó.
— Te he extrañado...
Riki no entendía cómo eso era posible después de las casi cuatro horas seguidas de sexo la noche anterior. De hecho todavía estaba adolorido.
— Ya me tuviste suficiente anoche …— Protestó y empezó a retroceder, pero se encontró súbitamente atrapado entre la barrera de hormigón del balcón y un Blondie increíblemente fuerte. — Iason, vamos…
— No es suficiente. — Murmuró Iason mientras sus manos se colaban dentro de la camisa de Riki para jugar con sus pezones, sabiendo que éste era un lugar especialmente sensible para él. — Nunca es suficiente.
— Maldito pervertido… — A Riki se le cortaba el aliento y sus ojos se cerraban en contra de su voluntad mientras Iason hacía lo que mejor sabía: convertir su cuerpo en un hipersensibilizado y deseoso juguete sexual.
— V ... vamos ... ahh ... Iason ... no ... no fuera ... hhuuhhh ... aquí..."
— Nadie nos puede ver, Riki.
— No ... No aquí fuera… — Riki puso las manos en el pecho de Iason y empujó con fuerza, sorprendiendo al Blondie lo suficiente como para que retrocediera un centímetro. — Por favor, no aquí.
Cualquier rincón de este apartamento era un recordatorio de sexo y del hecho que él era la mascota de Iason. Necesitaba que el balcón fuera su propio espacio, su santuario lejos de todo eso.
Porque Riki dijo "por favor", y porque Iason podía oír la súplica genuina en su voz, en vez de enojarse, asintió y le cogió de la muñeca.
— Al dormitorio entonces...
