-¡Gray! Volviste a ganar la carrera-. Decía un chico de cabello naranja contando billetes en su mano

-te dije que ganaría Loky-. Le respondió con una sonrisa arrogante

–chicoooos hay que irnos ahora ya viene la policía-. Gritaba un pelirosado arrastrando una motocicleta deportiva color verde

–Gracias por traer mi moto Natsu-. Sonrió el pelinaranja mientras repartía la ganancia y se marchaba en la motocicleta

–vale Natsu sube-. Le decía Gray mientras se guardaba el dinero en el bolsillo, el joven dudo en subirse, le mareaban los transportes pero tenían que escapar de la policía que se acercaba, Gray lo tomo de la camiseta y lo subió por la fuerza arrancando a toda velocidad una motocicleta en color azul con un chico pelinegro conduciendo y otro detrás muriéndose de nauseas, llegaron a un edificio de 3 pisos algo viejo, abrieron el garaje y colocaron la moto dentro, para después subir unas escaleras al tercer piso

–oye hielito, hoy nos fue muy bien con tu carrera ¡ya tenemos lo del alquiler en solo una noche!-. Decía el pelirosa mientras asaltaba su refrigerador para hacer algo de comer

–si flamita hay que buscar más idiotas como esos-. Le contesto el chico mientras tomaba un bote de helado del congelador y empezaba a comer…

-vaya además hoy salimos de vacaciones, tanto en la universidad casi me fríe el cerebro-. Replicó el chico mientras se comía el pollo que recién salía del horno

–Siempre lo has tenido freído flamita-. Le respondía su amigo mientras una gota resbalaba por su nuca, -oye… Natsu-. Dijo seriamente el pelinegro, su amigo alzo la vista pero sin dejar de comer

–tengo que ir con Lyon y Ultear… durante estas vacaciones…-. Le conto con un aire de tristeza

– ¿Cuándo?-.

–Me marchare mañana por la mañana-. Dijo resignado mirando una maleta que tena junto a el sillón de la sala

–en ese caso debo de darme prisa-. Dijo el pelirosado poniéndose de pie y entrando a su habitación

-¿Qué haces?-. Pregunto Gray mirando a su compañero que revolvía entre sus cosas

–empacando que más… iré contigo-.

–Natsu-. Se dijeron dándose una sonrisa, tal vez no se llevaban bien a veces y podían pelear, pero esos dos siempre serian los mejores amigos de todos.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

En esos instantes en Corcus, Fiore…

-Lucy, en 2 semanas abra un baile donde se anunciara tu compromiso, sabes que esa unión es muy importante ya que la familia de ese muchacho es muy acaudalada, no podemos desaprovechar la oportunidad… muchas familias están en busca de que ese joven proponga matrimonio a sus hijas además su hermano mayor ya tiene una prometida, entiendes la situación, Lucy-. Decía el señor Heartfilia mientras miraba por la ventana

–si padre-. Contestaba una rubia mirando al suelo al borde de las lágrimas mientras se retiraba a su habitación

-yo quiero casarme por amor…-. Se decía la joven. Después de todo su padre la había mantenido alejada de cualquier muchacho, siempre en colegios para señoritas, ni siquiera había tenido un amigo, ni se diga de internet, no su padre le prohibía tener una maldita computadora que pudiera arruinar el dominio que este tenía sobre su hija, ya había cumplido 19 años la joven y ni siquiera pudo decidir la carera que quería estudiar "administración" había dicho su padre y en seguida ya se encontraba en una universidad muy exclusiva con personas sumamente irritantes, estaba harta quería tomar su bolso con algo de ropa y correr, correr lejos de casa a donde su padre no pudiera alcanzarla nunca, su madre, si su madre estuviera viva las cosas hubieran sido diferentes pensaba…

En la misma ciudad pero en otra mansión –Gray se molestara mucho cuando le digamos esto-. Decía un joven alvino

–el debe de entender-. Decía una joven pelinegra con una copa en su mano –después de todo tu estás de acuerdo con tu matrimonio Lyon-.

–Ultear yo estoy enamorado de mi novia-.

– ¿amor? ¡Yo me case por amor! ¡¿Y cómo resulto?!... además quien dice que no le pasara lo que a ti que te enamoraste de la que eligieron para ti, la señorita Heartfilia es mona, ya la he visto en varias ocasiones, en todo caso tú y el terco de tu hermano han corrido con suerte, no me han traído chicas feas para que sean sus futuras esposas-. Decía mientras esbozaba una sonrisa.

Al día siguiente en el aeropuerto: -haaaaa no quiero, no me subiré a ese maldito avión-. Gritaba un chico aferrándose a un asiento de la sala de espera

–flamita no seas ridículo las maletas ya están abordo, déjate de tonterías y vamos o perderemos el vuelo-.

–Estúpido como si tuvieras tantas ganas de llegar-. Le respondía mientras su amigo lo llevaba a rastras. Una vez en el avión, el chico pensaba en las palabras de su amigo… "Como si tuvieras ganas de llegar" era verdad, lo último que quería es que sus hermanos lo jodieran con tonterías como siempre, tal vez querían que empezara a hacerse cargo de las franquicias en magnolia o sabría dios que, de lo único que estaba seguro es que era una reverenda estupidez. Miro a su lado y una gota escurrió por su frente al ver a su acompañante al borde de la muerte por mareo, seguro si ese tonto no lo hubiera acompañado el viaje seria aun mas tedioso, aunque le avergonzaba tenerlo por un lado, tomo su computadora ya que Natsu no estaba en condiciones de entablar una conversación, ingreso en su correo para ver si podía platicar con alguna de las chicas que lo asediaban, después de todo para distraerse no estaban tan mal siempre y cuando no pensaran que el querría algo serio con alguna, así transcurrieron un par de horas para llegar a su destino Corcus, mientras el pelinegro iba por las maletas su amigo se quedaba sentado en la sala descansando de su larga travesía.

–eres una niña insolente, ¡no sirves para nada!, papá estará muy decepcionado de ti-. Decía un tipo sentado a su lado a una joven que parecía de su edad quien apretaba los ojos para contener su llanto

–eres una estúpida ahora te pondrás a llorar… que molestia, ve al baño y límpiate no pienso ir con un desastre como tú, a ningún lado avergüenzas a la familia-. Al decir eso la joven llevo las manos a su rostro y se paro en dirección al baño el joven pelirosa hiso lo mismo.

-¿estás bien?-. Preguntaba el chico mientras la tomaba del hombro

–si…-. Contesto la chica con una vos tenue

–no deberías dejar que ese sujeto te hable así-.

–juvia no puede hacer nada… ese hombre es el hermano mayor de juvia-.

-¿juvia?-. Pregunto el chico desconcertado

–si… etto yo soy juvia-. Dijo la chica apenada, el chico le sonrió amigablemente

–aunque sea tu hermano no tiene por qué hablarte así ¿Qué ocurre?-.

–el es Sol, uno de los hermanos mayores de juvia… está muy molesto porque no he querido fijar la fecha de mi boda-.

-¿tu boda? ¿Acaso no quieres? Si ese es el caso rompe el compromiso y ya-. Le aconsejo el chico mientras parpadeaba un par de veces

–no es tan fácil… juvia desearía irse muy lejos-. Le decía la chica mientras un par de lagrimas resbalaban por sus mejillas, alzo un poco la vista para ver que su hermano se ponía de pie

–juvia tiene que irse, gracias por preocuparte, adiós -. Dijo la joven mientras se marchaba y le regalaba una sonrisa, dejando al chico algo pensativo.

–Natsu que haces aquí-. Pregunto Gray mientras le daba su maleta

–conocí a una chica…-.

–y que ¿te gusto?-.

–no… solo que lloraba… lloraba demasiado-. Le respondió algo serio mientras ambos empezaban a caminar fuera del aeropuerto, al salir vieron una gran limosina de color negro y frente a ella una chica que vestía de traje con unos labios pintados de rojo.

–Ultear…-. Susurraron ambos chicos con una mirada decaída

–Bienvenidos-. Les dijo mientras se subían todos al vehículo

-aun le marean los transportes no puedo creerlo-. Comento la chica con algo de desprecio en su mirada

–déjalo tranquilo, mejor dime ¿para qué me llamaste?-.

–Necesito que en dos semanas te comprometas con Lucy Heartfilia…-.