Un final inevitable II
Dulzura Letal
Los personajes y el universo de Harry Potter le pertenecen a JKRowling. Esta es la continuación de 'Un final inevitable'.
La diferencia entre parecer y ser:
1.
Si la madre de Draco hubiese entrado a la biblioteca, esa noche, hubiese visto a su hijo con un libro abierto sobre el regazo, leyendo…al parecer.
Pero, en verdad, el joven Auror no leyó ni una palabra en toda la tarde. Desde hacía una semana, Draco no podía parar de pensar, de evaluar y de imaginar.
Pensaba sin cesar en que la fecha de su casamiento se acercaba, implacable.
Evaluaba, sin pausa, el impacto que ese paso iba a causar en su vida. E imaginaba, como nunca antes, imaginaba su futuro junto a Astoria.
Pasó una página, automáticamente. Sabía que la culpa de esa constante introspección la tenía su compañero Auror y el rompimiento de su compromiso. ¡Jodido Potter, siempre revolucionándole la existencia!
Astoria Greengrass parecía la candidata ideal. Físicamente, era perfecta: tenía el cabello rubio pálido, los ojos azules; era delgada, unos centímetros más baja que él; y hasta tenía un aire a Narcissa Black, su madre. Sus modales eran impecables, era inteligente -hablaba tres idiomas-, tenía una fortuna considerable, era fértil…y algo más: gélida.
Era la imagen perfecta de una sangre pura.
Sí, parecía la candidata ideal, la perfecta futura esposa de Draco Malfoy.
2.
Sábado. Esa tarde, Narcissa, Astoria y su madre, le mostraron el papel escogido para las invitaciones, los posibles colores para los adornos de la boda…y Astoria sólo sonrió tres veces en las tres horas que duró la reunión: una cuando mencionó las pruebas del vestido de novia, otra cuando aseguró que su padre tenía depositada su dote en una nueva bóveda en Gringotts, y la otra cuando mencionó al único heredero que tendrían.
Y Draco no pudo evitarlo: recordó el sonido de una risa fuerte, el brillo cristalino de unos ojos verdes, y la calidez de una voz masculina, agradeciéndole una taza de té.
3.
El caso no se resolvió bien, y tuvieron que ir a San Mungo a interrogar al pequeño que había quedado huérfano.
Draco retrocedió y le cedió el espacio, y Harry cobijó afectuosamente al niñito, mientras extraía espantosos recuerdos de la mente doliente.
Y las manos de Harry acariciaron la cabecita rubia, y la voz de Harry lo arrulló, consolándolo.
Y otra vez, la mente de Draco no pudo evitarlo: pensó en lo maravilloso que sería escuchar esa misma voz, cargada de risas, arrullando a otros pequeños, y ver esas mismas manos acariciando otras cabecitas rubias.
Parecía que esperaba, respetuosamente, a que su compañero terminara con el niño.
Parecía.
4.
Era cierto, el hijo de Pansy era un incordio, pero era su ahijado. Además, el niñito apenas comenzaba a caminar y todo le resultaba sorprendente y ahora, a su alcance.
También el vestido de Astoria.
Draco lo sujetó por las axilas y lo levantó, mientras la bruja torcía el gesto y realizaba un hechizo de limpieza.
Parecía que su padrino iba a regañarlo, pero no, el regordete recibió un trozo de dulce, una caricia en la mejilla y una sonrisa.
5.
Otra tarde de contemplación en la biblioteca, pero ya sin libro alguno. Esta vez, Draco esperaba a su madre, tan ensimismado, que no la oyó entrar y sentarse en el otro sillón, frente al fuego.
-Draco-. Llamó ella, suavemente. El rubio levantó la vista, sin mostrar su sobresalto.
-Madre…
Narcissa le sonrió y levantó la mano. -¿Lo decidiste?
Esta vez sí, la sorpresa fue incontenible. -¿Cómo dices?- Preguntó el mago.
La bruja sonrió y apoyó la mano sobre la de su hijo, aferrada el apoyabrazos de la silla.
-¿Decidiste suspender la boda o directamente romperás el compromiso?- Apiadándose de Draco, Narcissa le palmeó la mano, y dijo, levantándose.
-Deberías romper el compromiso, directamente…no soportaría otra tarde como la del sábado…- Antes de salir de la habitación, agregó. –Cuando vuelvas de la casa de Astoria, invita a cenar a Harry Potter, ya es hora de que empiece a frecuentarnos…
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxDulzura Letal, 12 de agosto de 2.013xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
