Este es mi primer fic del pasado, tenía algunas ideas que me rondaban la mente así que decidí plasmarlas por aquí (uy, plasmarlas... Me admiro de mi vocabulario, jijiji). ¡Espero que os guste!
PRÓLOGO
Era media tarde. En la torre de Gryffindor, una pelirroja intentaba concentrarse en los apuntes que tenía delante. Se llamaba Lily Evans y era prefecta en la Escuela Hogwarts de Magia y Hechicería. Tenía que hacer un trabajo de Historia de la Magia para el día siguiente. En contra de su costumbre lo había dejado para última hora.
Suspiró mientras miraba por la ventana. Era un día frío y claro de mediados de octubre, exactamente de esos que le gustaban a ella. Sacudió la cabeza y volvió a los apuntes.
En ese momento entró en la habitación una de sus compañeras, Lucy Johns. Era una chica alta, rubia y con ojos azules. Su cuerpo no podía calificarse de delgado, más bien tenía curvas que eso si, traían de cabeza a más de un chico de la escuela.
- ¿Qué tal, prefecta? –saludó.
Y acto seguido se desplomó sobre la cama. Si algo caracterizaba a Lucy era que no se sentaba, ni se echaba, sino que se dejaba caer. Su cama era la más sufrida de la escuela y ya había tenido más de un percance.
- Estaba haciendo el trabajo de Historia de la Magia. ¿Tú sabes algo sobre la guerra de los trolls y los gnomos de no se qué año? –preguntó Lily mientras pasaba desesperada las páginas del libro en busca de información.
- ¡Vamos, Lily, tranquila! –Lucy se levantó y se dirigió a uno de los estantes de la habitación-. Coge mi trabajo y copia lo que quieras. Si tu moral de prefecta te lo permite, claro.
Miraba a Lily con expresión divertida.
- ¡Trae eso aquí! –sonrió la pelirroja-. ¡Al diablo con Binns!
Comenzó a copiar el trabajo de su amiga, mientras Lucy se volvía a tirar en la cama a dedicarse a su pasatiempo favorito: no hacer nada. Nadie se explicaba como podía sacar buenas notas si estaba tres cuartas partes del día haciendo el vago.
En esto, entró en la habitación la tercera ocupante del cuarto, la pequeña del grupo, Sidney Hill. Pero que no os engañe el nombre. A pesar de él, Sidney era una francesa de pura cepa. Sus padres, ingleses residentes en París, se dedicaban a la moda, por lo que ella siempre lucía trajes y túnicas de diseño (NDA: Sé que es un tópico que los franceses siempre se dedican a la moda, pero es que son tan divinos ellos...). Además de eso, Sidney tenía una gran pasión: las bromas. Era sabido por toda la escuela que tenía un repertorio de trucos de escándalo, de los que solían ser objeto los Slytherin, los cuales habían intentado hacerle vudú o algo pero ella sí que sabía protegerse de los "sinsustancia, sin sentido del gusto y que se chulean de saber mil maldiciones pero es mentira", como ella los llamaba. Cabe decir que a Sidney le encantaba poner nombres largos a todo el mundo, empezando por ella misma, que se definía como "monísima, encantadora y divertida, además de la única en la escuela que sabe elegir los complementos". Aparte de lo presumida que era, también era una gran amiga, defensora de sus compañeras y por encima de todo generosa, muy generosa.
Como volvía de jugar al Quidditch (donde jugaba de guardiana, que según ella era la posición más elegante de todas, vaya usted a saber por qué) llevaba la túnica de deporte sobre su cuerpo bajito y delgado, mientras que llevaba la melena castaña rizada agarrada en una cola de caballo.
- ¡Caray con James Potter! –gritó nada más entrar en la habitación-. Menudo tute que nos ha metido, y eso que es el primer entrenamiento. Está de un tiquismiquis...
- Ya sabes como es Potter –repuso Lily sin levantar la vista de su trabajo-. Seguramente querría lucirse con alguna de esas nenitas enamoradas de él que invaden el campo.
- Pues le ha salido el tiro por la culata, porque lo único que ha conseguido es que Jordan se hartara y le tirara la quaffle a la cabeza –dijo Sidney con una amplia sonrisa-. Te aseguro que me encantó verlo.
(NDA: En este fic encontraréis muchos apellidos de compañeros de clase de Harry, pero es que mi pobre mente no tiene imaginación para inventarse miles y miles de nombres! En este caso, Jordan es el padre de Lee Jordan, ese entrañable hombre que retransmite los partidos de Quidditch con esa neutralidad estupenda...)
- ¡ACABÉ! –gritó Lily de repente-. Hala, vamos a dar una vuelta por el lago. ¿Os parece?
- Si esperas a que me duche y me ponga decente cuenta conmigo –dijo Sidney, que ya estaba entrando en el baño.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
En el otro extremo de la torre, en uno de los cuartos de los chicos, reinaba un caos absoluto. Tres jugadores de Quidditch acalorados acababan de llegar y ahora estaban discutiendo por ver quién entraba a ducharse primero.
Encabezaba la pelea James Potter, un chico moreno con gafas y un pelo rebelde que le daba mucho encanto. Era el buscador y capitán del equipo de Quidditch, y uno de los más deseados de Hogwarts. Sus conquistas eran múltiples, pero últimamente le daba por perseguir a Lily Evans, y por eso andaban todo el día a la gresca.
Intentando placar a James se encontraba Sirius Black, también moreno con unos impactantes ojos azules y un cuerpo de infarto. Bueno, eso lo decían los montones de alumnas a las que habia enamorado, pero la verdad era que el practicar deporte asiduamente le habia moldeado el cuerpo mejor que cualquier gimnasio (NDA: Maldito gremio de entrenadores personales... Guapos pero qué sádicos que son los jodios).
Y finalmente, en la posición estrella de aplastado por sus dos amigos, se encontraba Remus Lupin, el más callado y estudioso de los tres, que tenía unos preciosos ojos dorados y el pelo claro, y al que tampoco le faltaban admiradoras.
En la esquina de la habitación, rezando para que no se escapara ningún golpe y le diera a él (NDA: ojalá, igual así las ideas le mejoraban un poco), se encontraba Peter Pettigrew, el cuarto de los Merodeadores que era el único que no tenía seguidoras, ya que era rechoncho y bajito, y eso ya se sabe que a la edad de 17 años es el mayor pecado del mundo.
¡Venga, tíos, que yo llegué el primero! –dijo James mientras le tiraba del brazo a Sirius.
¡Pero yo le di mil veces a las bludgers mientras que tu solo atrapaste una vez una mísera snitch que no rompe brazos ni nada! –contestó Sirius, que le sujetaba la pierna a James para que no escapara.
Remus no decía nada, sino que intentaba salir de debajo del amasijo de brazos y piernas que se había formado.
- ¡Además, soy el capitán del equipo y el líder de este grupo! –insistió James.
Sirius clavó en él su mirada azul, irritado a más no poder con la frase de James. Siempre acababan discutiendo por lo mismo, y esta vez no iba a ser menos. Se encararon y empezaron a reñir a voz en grito, cosa que aprovechó Remus para meterse corriendo en el baño.
- ¡Ahí os quedáis, pringaos! –dijo triunfal. Eso sí, primero se cercioró de que estaba bien cerrada la puerta, porque no quería tener encima a dos animagos con ansias homicidas.
James y Sirius miraron simultáneamente la puerta del baño y se echaron a reír. Ya no había más remedio que esperar a que Remus usara todo el arsenal de champús y cremas que tenía (en realidad todos hacían lo mismo). Se pusieron a hablar del tema recurrente de los últimos tiempos: James y Lily.
- Bueno, Prongs¿cómo va la caza y captura de la prefecta? –preguntó Sirius con sorna.
- Muy bien, Padfoot –contestó James, que no se distinguía precisamente por su modestia-. Presiento que enseguida va a declarar sus sentimientos hacia mi.
Sirius ahogó una risita. Su amigo tenía un concepto de la realidad un tanto distorsionado. La última vez que había abordado a Lily había conseguido perder veinte puntos, y además había esquivado por un poco un maleficio que le hubiera hecho crecer las orejas desmesuradamente. Lily se las gastaba que no veas.
- ¿Y tú¿Tienes algún objetivo para este curso? –James puso su mejor cara de intrigado cotilla.
- ¿Desde cuando tiene Sirius un solo objetivo? –este era Remus, que salía del baño con una toalla alrededor de la cintura (NDA: lo estoy visualizando...).
Mientras Sirius miraba a su compañero con cara de pocos amigos, James aprovechó para colarse en el cuarto de baño antes de que su amigo se diera cuenta, pero se tuvo que fastidiar porque la toalla la tenía Remus y tuvo que volver a asomarse.
- Moony, deja de decir tonterías y trae la toalla de una vez, pesao –dijo de un tirón para volver a cerrar la puerta. Lo hizo a tiempo porque así la zapatilla que le había tirado el licántropo dio en la puerta.
Cuando por fin terminaron de ducharse todos, decidieron ir a dar una vuelta por el lago.
Y en esas estaban cuando vieron a la orilla bajo un árbol a su archienemigo. Severus Snape era un Slytherin de su misma edad, que llevaba desde primero en competencia con los Merodeadores. La diferencia radicaba en que, mientras los Gryffindors se llevaban a las chicas de calle, Snape se llevaba los méritos académicos, porque otra cosa no, pero estudioso era un cacho.
- Vaya vaya, Snivellus¿tú por aquí? Creía que el sol te daba alergia¿no les pasa eso a los vampiros chupasangre? –ese era James, que la verdad que ese día no estaba muy inspirado con los insultos.
Snape se levantó de un salto y con la varita en ristre. Parecía que la cosa iba a ser la de siempre, una batalla de maleficios en la que solía salir perdiendo el Sly (NDA: tres contra uno... La verdad que Snape me inspira simpatía, con lo arisco que es me recuerda a mi... sniff). Ya se había reunido en torno a los chicos un nutrido grupo de alumnos listos para las apuestas (NDA: sísí, estos magos parecen buenos, pero como les gusta el sufrimiento ajeno...). Sin embargo, en el momento en el que los labios de Sirius se abrían para empezar el duelo, una voz interrumpió de lleno...
¿Qué demonios pasa aquí?
Bueno, hasta aquí ha llegado mi imaginación en este momento. Como habréis imaginado, la que interrumpe esta encantadora situación es nuestra Lily Evans (ya iba a poner Lily Potter, pero le quitaría emoción a la conquista¿no? Jejeje). Así que para el siguiente capítulo tendremos ya el primer enfrentamiento Lily-James. Conoceremos mejor a las compañeras de la pelirroja para que me digáis si os pegan o no con nuestros Merodeadores¡¡que no podemos dejarlos en manos de cualquiera¡¡Espero que me dejéis algún review, que se agradecen un monton! Críticas, elogios, todo será bien recibido. Hasta entonces, un saludo a todos de Merodeadora Lu
