Disclaimer: Ya lo sabeis...ni KH ni nadie de aqui me pertenece.

Esta es la 4º parte de la historia (por si nadie se había dado cuenta de que iba por partes) por lo tanto os RUEGO que leais los anteriores (y dejad algun review porfaaa T-T) Muchas gracias...

Re-memorando (sin melodía de fondo xD): Tras huir de Halloween Town y acabar en el Holandés Errante, a Roxas se lo llevan al Espacio Paranoide. Axel no duda en seguirle y consiguen atravesar juntos el mismo portal, llendo a parar a otro mundo.

Wild Pride

Atravesar el portal no fue muy buena idea, ya que ambos perdieron el conocimiento. Al despertar, Roxas vió que habían ido a parar a un lugar muy tétrico, parecía todo muerto. Se miró un momento y se quedó de piedra. Patitas peludas, cola con un bonito penacho al final... fue a una diminuta concentracion de agua y se miró. Emitió un pequeño gañido de sorpresa. Miró a su alrededor, buscando a Axel, y se encontró con un precioso león pelirrojo, adulto, tumbado cerca de donde él había estado. El la pata delantera derecha llevaba el número VIII. Roxas volvió a mirarse a sí mismo y pudo apreciar su número XIII. Colgando del cuello llevaba todavía el número VIII. Se acercó a Axel dando traspiés (no sabía andar como un animal) y le dió un toquecito con la pata en el morro. El león gruñó y se cambió de postura. Roxas cogió un poco de carrerilla y le dió un cabezazo. Axel se despertó, sobresaltado. Al ver al pequeño león entre sus patas comentó:-¿Roxas...? Estás adorable...

-Será porque tú no te has mirado...-murmuró Roxas, sonriendo. Axel cambió la expresión de inmediato y se miró a sí mismo.

-Oh, por favor, lo del zorro vale, pero esto???-gruñó, consternado. Roxas comenzó a refregar la cabeza en su pata delantera, ronroneando. -No hagas esooo-susurró Axel, con toda la melena erizada. Roxas lo miró con carita de perrito cuando es reñido-¿Que no haga qué?-preguntó inocentemente. De repente se escucharon unas risas que les alarmaron. Acababan de aparecen tres hienas, que les miraban riéndose y se relamían. Roxas se agazapó contra Axel.-Escucha Roxas, cuando yo te diga comienza a correr, de acuerdo?-le susurró muy por lo bajo. El cachorro asintió vagamente. Las hienas comenzaron a rodearles. -Vaya, vaya...carne tierna y fresca...hacía mucho que no venía nada vivo por aquí...

-¡¡AHORA!!-gritó Axel, y ambos comenzaron a correr como podían. -¡¡Axel, no corras tanto!! No puedo alcanzarte!!-le gritó Roxas, pero el pelirrojo ya le sacaba mucha ventaja. Las hienas cada vez se acercaban más a Roxas. Vió un saliente que subía por la pared e intentó trepar. Consiguió escapar de sus garras. Las hienas, no muy inteligentes ellas, se quedaron vigilando el saliente por el que había escapado.

Mientras Axel, cuando ya no pudo más se paró y giró, percatándose de que Roxas no le seguía. Volvió hacia atrás, preocupado, pero no encontró ni a Roxas ni a las hienas. Comenzó a llamarle, desesperado.

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Roxas había llegado al borde de un desfiladero. Se sentó, suspirando agotado. Era muy dificil caminas a cuatro patas!! Suspiró de nuevo. Se había separado de Axel, y aquél lugar debía de ser peligrosísimo para un cachorro como él. Bueno...siempre le quedaría la llave espada. Comenzó a caminar, parando de vez en cuando. No veía que entre las hierbas altas le estaba acechando una peligrosa leona adulta, que se preparaba para saltar sobre él en cualquier momento. Al instante cayeron sobre Roxas dos cachorros de león, que jugaban alegremente. La leona cambió la expresión de su rostro.

Roxas comenzó a jugar también con los críos, y luego cayó en la cuenta. -Escuchad...¿no habréis visto a un león pelirrojo por aquí, verdad?

Ambos negaron con la cabeza.-No...oye, ¿como te llamas?-preguntó la leona. El otro león le miró curioso-Yo me llamo Roxas.-dijo el número XIII. Ella comenzó a saltar, alegre.-¡Qué bonito! Yo me llamo Kiara, y él es Kovu, nos conocimos hace poco.

-Ah... mucho gusto...-saludó Roxas.-Bueno, voy a seguir buscando...-dijo, marchandose.