Antes de que empiecen a leer quiero saber que opinan acerca de la primera parte que escribí. El feedback que se mande sea bueno o malo, no importa es bienvenido. Aunque sean honestas si escribo horrible, háganmelo saber jaja. Les pido su opinión para saber que agregar o cambiar porque su punto de vista cuenta muchísimo para mí ya que ustedes son parte de mi motor e inspiración.

Regresando al tema en lo personal me gustó la primera tanda de la historia pero a falta de experiencia siento que me faltó entrar en más detalles cosa que prometo hacer en esta segunda parte


Los personajes de esta historia le pertenecen a Stephenie Meyer, sólo me adjudico de la creación de algunos personajes pero la trama es mía y sólo mía.

Playlist

(0)Lorde- The Love Club

(1)Olly Murs - Dance With Me Tonight


Perfect Stranger

Piel Tostada, Cabello en llamas, Sonrisa de Miel.

Bella POV

(0)Dejé que los plácidos rayos del sol se apoderaran de mi piel una vez que decidí cerrar los ojos y disfrutar del clima. Sonreía agradecida por esta sensación, ya se me había hecho costumbre darme un gran baño de sol una vez cada dos semanas, si fuera por mí lo haría todos los días pero mi compañero de cuarto me advirtió que debería de dejar de hacerlo si quería conservar mi piel joven y a sana. Me acostumbré después de unos largos meses al caluroso clima de Florida, cuando apenas había llegado aquí me veías todos los días en bermudas ya que hacía un calor infernal, con tan sólo hacer un movimiento ya estaba sudando como vil cerdo; si fuera por mí me la hubiera pasado todo el santo día con ropa interior. Suspiré y sentí como unas manos esparcían una especie de crema por todo mi cuerpo, cuando me llegó el olor de aquella misteriosa crema arrugué la nariz porque supe que era protector solar factor de protección 110+, sabía perfectamente a quién le pertenecían esas manos eran grandes y con dedos tan delgados que parecían de pianista. Con mis veintitrés, casi veinticuatro años de vida mí nuevo mejor amigo y compañero de cuarto Scott Murray lograba controlar varios aspectos de mi vida a pesar de no llevarnos tanto tiempo de conocernos. Se preocupaba por mi aspecto, la limpieza de la casa, mi bienestar, mis relaciones románticas inexistentes, y varias cosas más, Scott era el hermano varón que siempre quise tener y era el único amigo y persona que podía confiar aparte de mi querida hermana Alice.

Scott y yo nos conocimos en un curso de cocina, lo conocí a tan sólo 7 meses de haber llegado a Florida. Él y yo éramos compañeros de mesa, no nos hablamos en seguida ya que ambos carecemos de habilidades sociales, éramos las únicas personas en el salón que no tenían amigos. Me sentía tan sola y a veces me daban muchísimas ganas de regresar a Nueva York pero el pasado me lo impedía, hablaba con Alice tres veces por semana y con mi otro amigo Jacob todos los fines de semana pero ¿Saben algo? No era lo mismo.

Como me había hartado de estar tan sola en Florida desde que llegué pensé que no me haría nada mal hablar con otra persona y al menos tener un amigo, así que un día me armé de valor y decidí hablarle a Scott. Desde ese momento hemos sido inseparables.

Scott era un hombre muy, muy alto. Me sentía demasiado chaparra a su lado, también era muy guapo; posee unas enormes pestañas y unos ojos azul potente que hacían sus ojos adictivos y difíciles de no mirar, tenía una nariz respingada y su piel era muy blanca como la nieve aunque con el tiempo fue tomando un poco de color –debido a que a veces se tomaba baños de sol conmigo, aunque muy rara vez lo hacía. – Siempre cuidaba su imagen personal, tenía el cuerpo marcado ya que hacía ejercicio en sus ratos libres y mi parte favorita de mi amigo, era su cabello, era sedoso y de color castaño oscuro, era ondulado como el mío. Mi nuevo amigo había llegado desde Inglaterra hace un año antes que yo, él estudiaba diseño gráfico y venía como estudiante de intercambio. Al principio me desanimé porque mi único amigo se iría después de haber terminado la carrera pero él me dijo que el clima de Londres le deprimía así que si lograba conseguir trabajo aquí probablemente se quedaría a vivir en Estados Unidos de manera permanente. En cuanto a mí, seguía siendo la misma distraída de siempre hasta que comencé a hablarle a Scott no me había dado cuenta de su perfecto acento británico que provocaba que algunas veces me derritiera.

Scott era una persona muy tímida pero como toda persona tímida cuando se siente en confianza con alguien sale su verdadera personalidad, era una fiera salvaje, una persona bastante alegre, creativa y espontánea. Aunque Scott como toda persona también tenía sus defectos, tenía la manía de llevarse pesado conmigo pero no aguantarse las bromas que después yo le hacía, pero se le perdonaba porque era una persona con un gran corazón de oro.

-Sabes que odio que hagas eso.-lo regañé mientras sentía cómo seguía esparciendo la crema olorosa ahora por mis piernas.

-Lo hago por tu propio bien ya es la segunda vez que te bronceas en esta semana.- me recordó. ¡Rayos! Me había atrapado O una de dos Scott me seguía o en verdad era muy observador.- Recuerda que soy como tu segundo hermano y estoy al tanto de lo que haces pichoncita.- ah ese era mi nuevo apodo, Scott estaba acostumbrado a ponerme un apodo cada mes, nunca suele llamarme por mi nombre y cuando estamos con otras personas me llama Swan.

-Scott, el bloqueador solar huele horrible.

Me levanté de sopetón del camastro e intuitivamente me tapé la nariz con ambas manos pero me arrepentí de haberlo hecho, el bobo me había puesto bloqueador en las manos a propósito y ahora el olor hediondo del protector solar se quedaría impregnado en mis fosas nasales por un par de horas. Scott sólo se carcajeaba a mi lado observando como hacía el ridículo en la playa en frente de tantas personas.

-¡Carajo!- comencé a maldecir por lo bajo y comencé a buscar una toalla para quitarme el exceso de bloqueador.

-Una dama nunca dice malas palabras.- chasqueó la lengua repetitivamente mientras me señalaba con el dedo índice y lo movía de izquierda a derecha.

-Lamento decepcionarte pero no soy esa clase de dama que siempre lees en los libros.- tomé la toalla que estaba a mi lado y limpié el bloqueador que estaba en mi nariz.

-Ya lo sé, sólo lo hago por molestarte.- me sacó la lengua.-El ser humano perfecto no existe, sólo está en los libros.-me puso sus gafas Ray-ban encima de mi cabeza, como si fueran una especie de diadema para evitar que los cabellos se me vinieran a la rostro.

-No estés tan seguro Tom.-me senté a su lado y recargué mi cabeza en su hombro.-Cambiaras de opinión cuando te enamores.- dije con voz nostálgica.- Créeme…Cuando conozcas a esa persona mandarás al diablo lo que habrás leído y sabrás que ella pertenece estar a tu lado porque para tus ojos es más que perfecta.

Mi amigo sólo me miró por encima del hombro pero no respondió nada al respecto.

-Vámonos a casa, ya recibí mi gran dosis de vitamina D- cambié de tema mientras me levantaba del camastro de un salto para salir en busca de mis shorts.

Scott asintió y me ayudó a guardar el resto de las cosas que había traído hasta la playa en silencio mientras que yo me volvía a poner el par de shorts, el tank top y los tenis que había que traía puestos antes de haberme bronceado. Una vez que terminamos Scott me sostuvo la mano y caminamos rumbo a casa. Nuestro hogar no estaba tan alejado de la playa, estaba prácticamente a unos cuantos pasos de ella.

Mi amigo y yo vivíamos en una casa que habíamos comprado entre los dos, hicimos una especie de trato cuando ambos estábamos solos y como ambos odiábamos nuestros antiguos compañeros de cuarto dijimos ¿Por qué no? Y compramos la casa.

Nuestro hogar era algo pequeño pero era acogedor. Scott se había encargado de la decoración, no me permitió mover un dedo hasta él fue el que se ocupó de la decoración de mi cuarto. Cualquier punto que veas de la casa estará el sello personal de Scott, yo sólo me dedicaba a hacer la comida y ayudarle a limpiar. Ambos éramos muy organizados así que problemas referentes a la casa nunca habíamos tenido, él y yo casi estábamos de acuerdo en todo, rara vez entrábamos en conflicto y cuando lo hacíamos eran por cosas realmente absurdas que al cabo de cinco minutos de aplicar la ley del hielo con el otro terminábamos siendo los mejores amigos de siempre.

Una vez que llegamos a casa yo me dediqué a preparar el almuerzo para ambos mientras que Scott se relajaba en el sofá después de un largo día de trabajo y encendía la televisión. Si la gente no nos conocieran tan bien dirían que Scott y yo estamos saliendo y prácticamente casi estamos casados porque actuábamos como una pareja, cada vez que escuchaba ese tipo de comentarios siempre se me escapaba una risa burlona porque sabía que eso nunca iba a pasar.

No estaba diciendo que mi amigo fuera feo, al contrario era un tipo muy agradable y demasiado atractivo pero simplemente que yo no lo veía como algo más, era mi hermano si llegaba a verlo con ojos de amor sería amor de familia y nada más. Aparte tanto él y como yo sabíamos que mi corazón aún le pertenecía a alguien más, alguien que se me hacía muy difícil olvidar.

Suspiré algo triste en cuanto el hombre de cabellos cobrizos ocupó mis pensamientos ¿Qué será de él? ¿Será feliz? ¿Estará bien? Sacudí la cabeza y traté de volver a mis labores, cada vez que pensaba en el solía deprime y me quedaba divagando de cómo sería mi vida con el si nada de lo que hice hubiera pasado. Pero él hubiera no existe y yo le había roto el corazón en mil pedazos.

Siempre me refería como a "él" no era lo suficientemente valiente como para pronunciar su nombre.

A veces me cuestionaba si seguía enamorada de él o sólo pensaba en él porque me seguía sintiendo culpable acerca de lo que hice. Los primeros meses en los que estuve en prisión cuando él ocupaba siempre mis pensamientos me dolía el estómago y me ponía muy triste y todas las noches soñaba con él pero esta vez era diferente, cada vez que venía a mí mente sentía una punzada de dolor y nada más y eso me comenzaba a asustar. Y lo más preocupante de todo era que yo ya no recordaba como era su voz.

¿Significaba que ya lo había superado?

Pero una parte de mí no quería hacerlo aún. También a veces recordaba nuestro encuentro, dudaba si hice bien en confesarle la manera en que me sentía acerca de él aunque sospecho que no me creyó nada, después de lo que hice nunca iba a recuperar su confianza. Decidí no contarle nada a Alice sobre lo que pasó ese día, quise guardármelo y sufrir en silencio. Seguía siendo demasiado masoquista algunas veces.

Si nada de lo que hice en el pasado hubiera sucedido probablemente no estaría disfrutando de la compañía de un amigo tan fiel como Scott, esa es una parte por la cual no me arrepiento de haberme mudado.

Después de terminar de haber preparado los tacos vegetarianos, coloqué un par para mí y tres tacos para Scott en otro plato. Desde que el chico británico había llegado, mi vida dio un giro de 180 grados pero para bien, Scott había logrado hasta había cambiado mi forma de alimentarme, ahora podía decir orgullosa que llevo casi 10 meses sin consumir carne.

Entre Scott y yo había demasiada confianza, por lo tanto no había nada de secretos en nuestra amistad. Él estaba al tanto de lo que había hecho en el pasado, no se habla acerca del tema porque me incomoda pero ya esas eran aguas pasadas, esto era borrón y cuenta nueva.

Me senté en el sofá juntó a él y le coloqué el plato en la pequeña mesa de cristal que teníamos en frente, pero él ni siquiera había notado que la cena ya estaba servida. Esperé pacientemente un par de minutos pero seguía ignorándome, rodé los ojos cuando noté que traía sus lentes de nerd puestos, ya sabía lo que significaba, estaba ignorando ahora la tele, y al resto de la humanidad para estar en la computadora. Estaba tan concentrado como siempre, podía estar sentado ahí todo el día sin aburrirse.

Tosí incómoda para llamar su atención, él sabía que no me gustaba empezar a comer sin él.

-Dame un segundo Swan. Necesito terminar esto.-colocó una mano en mi rodilla mientras miraba la pantalla del ordenador confundido.

-¿Es cosa del trabajo?-me senté en posición oriental y miré a mi plato de comida pero me arrepentí de haberlo hecho, me hacía ojitos de "cómeme cómeme." Dirigí la vista hacia el televisor y le cambié de canal.

Mi amigo contestó con un simple "si" y el ceño fruncido.

Scott era diseñador gráfico y también dedicaba a la fotografía, era todo un artista y era demasiado creativo. Mientras que yo era todo lo contrario, seguía siendo algo distraída y torpe, aún estaba en el trabajo de los autos, ahora era un trabajo honesto, los fines de semana trabajaba en un taller mecánico y durante la semana trabajaba como camarera de medio tiempo en un restaurante prestigiado de Florida, tenía una agenda algo atareada pero podía lidiar con ella. Y actualmente estaba pensando en estudiar en línea por las noches –Cosa que sugirió tanto Alice como Scott- pero aún no estaba segura de ello ¿Qué estudiaría? ¿Y no era demasiado tarde?

-¿Cómo vas con lo de estudiar el línea?- tanto Scott como yo sintonizamos al mismo tiempo. Lo hacíamos tan seguido que a veces era tan escalofríate.

Me limité a encogerme de hombros.

-¿Ni idea de que estudiar, verdad?-dijo con una carcajada y me ruboricé.- Bueno, tienes tiempo pero espero que no te tardes y decidas estudiar hasta que tengas 60 años.

-Que gracioso Scott.- arrugué la nariz.

-Deberías de dejar de ser camarera.-soltó.

-¿Y qué voy a hacer en mi tiempo libre?- reclamé y le di una mordida a mi comida.

-Tengo oferta para ti, bueno es una para ambos en realidad.- se quedó callado en espera de una respuesta, pero no le contesté porque tenía la boca llena.- Me mandaron un correo hace rato, un blog que vende ropa online nos ofreció un trabajo.

Me atraganté con la comida y empecé a toser.

-¿Qué? ¿Nos? Me suena a manada. ¿Por qué un blog de modas o de lo que sea quisiera darme un trabajo a mí?- tomé un sorbo a mi agua para apaciguar el dolor de garganta y lo miré arqueando la ceja.- Una chica que carece de sentido de la moda.

-Por que vi que había una vacante de una modelo y un fotógrafo en el blog. Y decidí tomar el riesgo, mandé unas fotos que tomé de ti hace un tiempo.- contestó con una sonrisa burlona y miró hacia el televisor.

-¿Se puede preguntar por qué tienes fotos mías?- me crucé de brazos, yo nunca me tomaba fotos.

-Dicen que los mejores retratos son los robados.- se mordió un labio después de haberme dicho eso en un tono inocente. Y me dieron ganas de golpearlo- Pichoncita eres tan preciosa y fotogénica que… perdóname pero no pude evitarlo.

-¿Preciosa de dónde?- exclamé y después señalé mi cuerpo indignada.

-Swan escúchame muy bien, esta probablemente no es la primera vez que lo escuchas esto pero esta la primera y única vez que escucharas esto salir de mis labios.- acabo de comer su bocado y me miraba fijamente a los ojos.- Eres hermosa. – no pude evitar sonrojarme, tal vez Scott no lo sabía pero no estaba acostumbrada a que me dijeran cumplidos, era inevitable no sonrojarse como tomate.- En verdad lo eres, en una escala del uno al diez… tú ocupas el nivel superior, Swan.- comencé a reírme de nervios.

Eso para que lo dijera Scott era en verdad un enorme halago.

-¿Estas coqueteando conmigo?- solté al fin carcajeándome para agregarle humor al ambiente.

-Siempre estaré disponible para ti, corazón.- me guiñó en ojo y ambos reímos.

Nunca lo iba a poder tomar en serio. Continuamos comiendo mientras veíamos la televisión.

-¿Entonces qué dices?- movía las cejas de arriba abajo repetitivamente.

-Ah no lo sé.- comencé a decir al mismo tiempo que recogía los platos para llevarlos a lavavajillas.- Necesito pensarlo.- me encogí de hombros.

-Oh vamos.- hizo un adorable puchero.

-Nunca dije que no.-hice un mohín.- Ya te dije que voy a meditarlo con mi almohada.

Le soplé un sonoro beso y me fui a la habitación para prepararme a ir al trabajo. Mi uniforme para el restaurante consistía en unos shorts de color negro, una camisa blanca y una corbata, era simple y servía bastante para cuando el clima era más que caliente. La mayoría de mis compañeras utilizaban tacones pero a mí no se me daba muy bien eso así que siempre llevaba mis converse negros conmigo, aparte si usaba tacones creo que iba a ser un gran desastre. Después de terminar de vestirme me maquillé sólo un poco y agarré ahora mi larga cabellera –me llegaba por arriba del ombligo- para hacerme un moño simple y desordenado.

Alguien tocó la puerta con los nudillos al menos 10 veces, parecía desesperado.

-¿Swan a qué hora planeas salir de ahí?- su voz sonaba un poco malhumorada pero podía apostar a que traída una sonrisa cargada en la cara.

Corrí hacia la puerta de mi cuarto y abrí el picaporte lentamente.-¿Cuál es la prisa? ¿No funciona tu baño de nuevo?- escondí mi cuerpo detrás de la puerta impidiéndole pasar.

-¿Estas desnuda?- alzó las cejas y me regaló una sonrisa picarona, sentí como la sangre se me subía a las mejillas.

-¡NO! Claro que no.- estaba a punto de cerrarle la puerta en la cara pero con su fuerza sobrenatural la abrió de sopetón y entró a mi cuarto como don juan por su casa.

-Demonios, llegué 4 minutos tarde.- me miraba de arriba para abajo.- ¿Por qué no simplemente eres una chica normal?- susurró para sí mismo sin quitarme la mirada.- Te tardas menos de quince minutos en arreglarte, ¿Cómo es posible?

-Porque no soy como las demás.-suspiré y crucé los brazos.- ¿Qué se te ofrece?

-Acabo de llamar a tu jefe.-suspiré, me desesperara que Scott le diera muchas vueltas al asunto y no fuera directo al grano.

-No voy a faltar al trabajo otra vez porque quieres que te acompañe a una fiesta.- rodeé los ojos y tomé mi abrigo para prepárame e irme.

-Será mejor que te sientes.- dijo lentamente.

-Se me hace tarde…- comencé a golpear el suelo con mi pie al ritmo de una canción.- Ya suelta la bomba.-caminé hacia la salida de mi cuarto para que me siguiera el paso.

-Le dije que renunciaste.-me quedé congelada en el camino hacia la puerta cuando le escuché decir eso.

Respire hondo…

Uno. Tranquila

Dos. Esta bromeando.

Lo miré y mi amigo era buen actor pero yo rara vez adivinaba cuando no mentía. Y esta era una de esas ocasiones, en verdad hablaba en serio.

Tres. No vayas a explotar.

Cuatro. Inhala y exhala.

Cinco. En serio me estoy esforzando por no matar a Scott en este preciso instante.

Seis…. A la mierda soy una bomba y explotaré en tres, dos, uno.

Me volteé exasperada y me arrojé hacia Scott con todas mis fuerzas, como lo agarré desprevenido y estaba en mala posición logré tirarlo, ahora ambos yacíamos en el la alfombra.

-¿¡Qué hiciste que?!- comencé a darle golpes en los hombros y los brazos descargando mi furia contra él.

No me importaba si le lastimaba o no –era tan debilucha que hasta el golpe con todas mis fuerzas apenas lograría que se moviera.- Él sabía cuánto me había matado para conseguir aquel trabajo, está molesta, no eso era quedarme en corto.

Estaba furiosa.

-Vamos no te enojes.- se cubría la cara con las manos para que no le golpeara en la cara.

-¿Qué no me enoje? Estás loco de remate. ¿Qué te sucede? ¿Por qué habrás hecho aquella atrocidad?- me quedé sin aire, esto de estarlo pegando y hablar al mismo tiempo había provocado que gastara toda mi energía.

-Porque ahora tienes un nuevo trabajo y con mejor paga.- soltó de repente y dejé de golpearlo abruptamente.

Me quedé en silencio no teniendo idea de lo que hablaba. Hasta que largos segundos después se me prendió el foco y había captado lo que me había dicho. Había aceptado el trabajo de "fotógrafo/modelo" sin mi autorización.

-¡Te dije que lo iba a pensar!- me senté en su estómago mirando al techo llena de rabia.-¿Por qué eres tan impaciente?- gruñí y me dieron ganas de patearlo donde más le dolía.- Sabes que me molesta que tomes desiciones que me incluyan sin haberme consultado primero.

-Lo hice por tu bien, Swan.- contestó después de varios minutos de silencio, volteé a verlo y me sonreía débilmente mientras apoyaba las palmas de sus manos en la nuca.-Yo sé que no eres feliz aquí, si aceptabas el trabajo podías conseguir mucho dinero para irte.

-Deja de decir tonterías Scott.- suspiré, en verdad quería irme pero al mismo tiempo no deseaba irme, me la pasaba de maravilla aquí junto a mi amigo.- Soy feliz.

-Deja de mentirte.- me tiré al suelo dejando mi cabeza apoyada en sus abdominales.- Es obvio, sé que no quieres irte porque no quieres dejarme solo.

-Pero me gusta estar aquí.- mordí mi labio.

-Lo sé, pero muy en el fondo extrañas tu hogar. Lo he visto últimamente.- se aclaró la garganta.- La última vez que hablaste con Alice…- tosió algo incómodo.- noté la tristeza en tu voz, en verdad la extrañas.

-Ya sé, pero… no sé si sea adecuado regresar.- puse ambas manos sobre mi vientre.- Puede que ya tenga una rutina y este bien sin mí, a lo mejor ya hasta se acostumbró. Ya han pasado casi tres años Scott, no creo que mi hermana haya esperado todo este tiempo por mi regreso. Antes solía hacerlo pero ahora lo dudo en verdad. Uno se cansa de esperar.- suspiré, no quería verlo al rostro sabía que rompería en llanto en cualquier momento, no se había dado la oportunidad de hablar de este tema y mis sentimientos porque no había salido a flote hasta ahora.

Solía costarme mucho trabajo decir cómo me sentía pero con Scott todo era más sencillo, podía decirle cualquier cosa y él siempre me iba a escuchar, trataría de ayudarme en lo que sea, así como yo haría lo mismo por él. Amigos como él había muy pocos.

-Pero ella es tu familia, siempre se preocupará por ti. Y te hará un espacio en su agenda.-empezó a jugar con mechones de mi cabello.

En verdad ahora estaba verdaderamente considerando regresar a Nueva York, a cumplir esa promesa que había quedado pendiente.

-¿Qué hay de ti? No planeo dejarte solo así nada más. Eres mi mejor amigo.

-Y tu mi mejor amiga nena.- oí como lo decía con una sonrisa de oreja a oreja.-Bueno pues… podré hacer otros amigos.- me levanté enseguida y lo miré lastimada.-Oh vamos no seas tan dramática.- rodó los ojos, me llevé las manos al corazón- Sólo bromeaba.- palpó su abdomen para que me volviera a recostar en él y así lo hice.- Somos como uña y mugre mujer… Al principio te voy a extrañar pero, podremos hablar por Skype todos los días será como hablar por acá. Aunque claro no podré molestarte pero podré acostumbrarme.

Torcí la boca, yo quería mucho a Scott pero…¿¡Por qué era tan difícil elegir!? Ahora él era como parte de mi familia, había estado para mí siempre, me había ofrecido un hombro donde llorar, me levantaba el ánimo. No, ni loca lo iba a dejar sólo.

Bingo. Se me ocurrió una magnífica idea.

-¿Por qué no mejor no nos Vamos juntos a Nueva York?- dije al fin con una sonrisa de satisfacción en el rostro.

-Estaba esperando a que dijeras eso.- contestó con voz divertida.-Aunque tenemos que organizarnos primero.

-Sé que no será sencillo.- alcé mi mano y comencé a enumerar las cosas.- tendremos que hacer un presupuesto para ver qué tipo de departamento queremos, la mudanza, nuevos trabajos. Pero antes tendrás que terminar de estudiar.-comencé a pensar en varias cosas e hice una lista mental.- Para no tener que ahorrar demasiado podemos rentar la casa aquí en Miami para turistas, o gente que quiera vivir aquí.

-No es mala idea aunque Bah, no sé no quiero que gente ponga sus manos en mis cosas.-ambos hicimos un mohín gracioso.- Y no podremos estar al pendiente de la casa, luego tendríamos que contratar a una dama de llaves para que se haga cargo de la limpieza pero tiene que ser con una persona que tenga confianza. No, sabes que soy muy selectivo con el tipo de personas que vienen aquí.- sacudió la cabeza.-Y por la universidad, ni te preocupes- me exalté y el rio angelicalmente.-Estoy trabajando en mi tesis, ya casi termino así que podré mandárselas por correo.

-Pero…¿Estas completamente seguro de que quieres dejar el valle del sol alias Florida para irte conmigo a Nueva York? ¿Un lugar que nunca sabes cómo será el clima? Un lugar demasiado impredecible.

-¿Tan impredecible cómo tú?- hice una mueca pero terminé encogiéndome de hombros-Hmmm.- se tocó la barbilla y me miraba de manera juguetona.- Ahora que lo pienso…no lo sé-reaccioné en seguida esperando su respuesta.- Creo que poder manejarlo.-me guiñó el ojo.

-Entonces ¿Es ya es oficial?- me senté y alcé mi mano para que me diera esos cinco.- ¿Nos vamos a esa jungla de concreto donde los sueños se hacen realidad?**- dije cantando el corito desafinadamente.

-Es más que oficial.- asintió y chocó su mano contra la mía.

(…)

(1)-No vayas a abrir los ojos todavía.- repitió Scott por enésima vez, apenas pude oírlo encima del ruido de la secadora.

Hace cuatro eternas horas –si, las conté- había estado sentada en una silla en el salón de belleza. Desde que aparentemente tenía un "nuevo trabajo" e iba de regreso a Nueva York, mi amigo quería que regresara completamente renovada y con un gran cambio de look. Scott literalmente me arrastró hasta la estética porque no estaba muy segura a un cambio al cual me aterraba, porque no sabía si me vería bien o no, pero aún así estaba dispuesta a hacerlo. Sólo esperaba no arrepentirme ya hacía tiempo que deseaba hacerme algo en el cabello pero no sabía exactamente qué. Solamente cruzaba ambos dedos para que no me hubieran hecho un cambio tan radical como por ejemplo… raparme.

-¿Me juras que no has pedido que me dejen calva?- mordí mi labio debatiendo en abrir los ojos o no.

-Tu confía en mi pichoncita.-Scott tomó mi mano y comenzó a jugar con cada uno de mis dedos.- Aunque seas calva o no, te seguiré queriendo igual.

-¿Debería asustarme ante tal confesión?- alcé ambas cejas aún con los ojos cerrados.

-No, aunque ¿Te digo algo?- sentí su aliento cerca de mi oído.-Te ves bellísima.

-Lamento informarte que no podré opinar hasta ver el resultado final.- gruñí por lo bajo sintiéndome ahora completamente impaciente por ver mi nuevo yo.

-Estas en buenas manos.- contestó la estilista y sentí un nudo en el estómago cuando minutes después al fin el ruido de la secadora cesó.

-¿Lista?-preguntaron ambos al mismo tiempo y asentí varias veces nerviosa.

-Una.- sentí las manos de Scott cubrir mis ojos.- Dos….- comenzó a reírse.

-¡YA! SCOTT BASTA DE JUEGOS. Más te vale no haberme dejado pelona.-empecé a patalear como una niña pequeña cuando tiene una rabieta.

-¡Tres!- gritó y quitó ambas manos de mi rostro.

Lentamente abrí los ojos y me quedé boquiabierta al ver mi reflejo. La mujer que estaba en el espejo no era yo, se parecía a mí pero ella era más… bonita, se veía radiante y la cara le resaltaba más, sus facciones ahora parecían ser más finas con aquel tono de cabello. Me toqué el rostro para seguir comprobando que era yo la persona que estaba viendo en el espejo y no era un sueño.

Sonreí de oreja a oreja y seguí admirándome en el espejo por otros minutos, a continuación, llevé ambas manos a mi cabello aún sin creer lo bien que me veía. Me había quedado sin palabras. Comencé a jugar con mechones de mi cabello, ahora era más sedoso, y ¡Al fin tenía forma! Apenas me había dado cuenta que me lo habían cortado en capas largas. Admiré un trozo de cabello ahora de color rojo cenizo.

-Vaya, has logrado lo imposible.- exclamó Scott.- La has dejado sin palabras, dijo entre risas y la estilista rio en silencio.

-Wow.- fue lo único que logre decir. Me levanté de la silla porque sentía mis piernas acalambradas pero lo hice aun admirándome al espejo.

-Que no se te vaya a subir el ego.- advirtió mi amigo y un leve sonrojo apareció ahora en mis mejillas.

Me volteé para ver a Scott y a la estilista que fueron los que hicieron todo este cambio posible y les di un gran abrazo.

-Muchísimas gracias.- repetí al menos unas veinte veces.-Me siento bella.

-No hay de que, deberías agradecerle a tu novio por convencerte y dejarme inspirarme en tu cabello.

Scott y yo intercambiamos miradas. No era la primera vez que sucedía eso, al principio era incómodo pero logramos acostúmbranos y reírnos de ello con el tiempo aunque también aprendimos a no negarlo porque la gente salía con comentarios de "deberían salir" "hacen bonita pareja" y blah blah blah, mejor nos abstenemos a no decir algo. Calladitos nos vemos más bonitos.

-¿Quién escogió el color?- cambié de tema drásticamente y crucé los brazos con una sonrisa de oreja a oreja, me dolían las mejillas de haber estado sonriendo desde el momento en que descubrí mi nuevo look.

La estilista señaló a Scott y yo casi se me cae la mandíbula al suelo.

-Pero ¿Cómo?

-Seguí mi instinto.- se encogió de hombros.

-Deberías de hacerlo más seguido.- comenté entre risas y después fuimos a la recepción para pagar el corte y el tinte de cabello.

Mientras salíamos de la estética me colgué del brazo de Scott para irnos a casa.-¿Puedo llamarte Ariel?- lo miré arqueando la ceja.- Es que ahora te pareces a la sirenita.- comentó entre risas y yo le saqué la lengua.

-¿Crees que a Alice le sorprenda verme así cuando nos mudemos?

-Absolutamente.- asintió varias veces.-¿Sabes ahora de que tengo ganas?- meneó las cejas y puso su brazo alrededor de mi cintura.

-¿De un helado?- pregunté lo primero que se me vino a la mente.

-¡No, boba! De una sesión de fotos.

Hice una mueca y me di un gran zape. Cada vez que Scott tenía ganas de tomarme fotos tardaba horas, al menos me hacía quince cambios de ropa y lo más vergonzoso era que yo no sabía modelar pero según para los ojos de mi amigo yo era demasiado fotogénica y no necesitaba mover ni un dedo para sacar la foto perfecta. Desde que Scott aceptó el trabajo nos envían ropa del blog al que estamos promocionando casi tres días a la semana, y nos ha ido muy bien por cada muda de ropa que nos llevan nos pagan mucho dinero y aparte tenía sus beneficios, había ocasiones en que hasta nos obsequiaban la ropa.

-Tu cabello me ha inspirado.-dijo en tono dramático.- Apuesto diez dólares a que la compañía le va a encantar tu nuevo cambio de look que nos mandaran ropa más seguida.

-Últimamente has estado muy inspirado ¿No crees?- dije con cara de dolor.

-Yo sé que por dentro amas esas sesiones fotográficas. Porque me tienes a mí, el más guapo y el mejor fotógrafo.

-Vaya ¡Que modesto! – Tiré de mi cabello como lo hacen en los comerciales de shampoo.- Supongo que yo soy tu modelo favorita. ¿Cierto?

-No, en realidad. Mi modelo favorita es Coco Rocha….-me quedé boquiabierta y después el me guiñó el ojo.- Pero tú eres mi musa, mi amor. Ahora apúrate quiero terminar la sesión lo más pronto posible para mandar las fotos antes de la media noche.

Gemí y miré al suelo, hoy iba a ser una noche larga.


**Canción "Empire State of Mind" de JAY Z feat Alicia Keys

Bueno aquí está el primer capítulo de la secuela de TPC, me agarró un momento de inspiración y quise descansar un poco después de haber estudiado arduas horas para mis exámenes.¿lo amaron? ¿Lo odiaron? Me gustaría saber su opinión: D

Habrá más personajes nuevos pronto :D ¿Qué les pareció Scott? Si quieren una referencia sobre el aspecto físico de Scott me basé en el guaperrimo de Aaron Johnson.

Cambiando de tema ¿Soy yo o ya no llegan las actualizaciones de ff al correo? Pregunto porque sigo varias historias y no me llega nada tengo que estar al pendiente y revisando el perfil de la autora cada semana ¿A alguien más le ocurre lo mismo que a mí? Y en todo caso de que no ¿Me podrían ayudar? No se usar muy bien ff que digamos jajaja ¡Estamos en contacto!

PS: Me encantaría hablar por ustedes por cualquier red social (fb a tratar porque nunca lo ocupo) pero en mi perfil esta mi cuenta de twitter, son bienvenidas a hablarme por allá. Besos :)mwah!