Disclaimer: Aplicando a esta Historia

Los personajes que aparecerán aquí no me pertenecen son propiedad de Rumiko Takahashi.

Solo esta historia que no tiene más que un fin de expresar la inspiración que a veces me rodea o quizá algo de locura que presento en momentos de crisis.

-Dialogos-

"Pensamientos"

-OoC en los personajes -

Era un día bastante nublado y frió, quizá una amenaza de una próxima tormenta era lo que presenciaban las personas de aquella aldea, un poco alejados de la mayor parte de la población se encontraba una pequeña cabaña que al juzgar por la lejanía parecía como abandonada pero al contrario de lo que todos creían, dentro se llevaba a cabo una discusión entre sus ocupantes, solo el más pequeño que se encontraba llorando junto a la sacerdotisa.

-¡Inuyasha no puedo creer lo que hiciste!- le reclamaba la exterminadora al hanyo que se encontraba ya más que irritado por las acusaciones.

-Era lo mejor para ella- le respondía de la misma forma – Si se quedaba en esta época iba a estar en un constante peligro-

El monje que se había quedado en silencio desde un principio al fin había optado por entrar en aquel debate – Sango, Inuyasha tiene razón aquí solo estaría pasando riesgos - sintió como lo fulminaba con la mirada – Y he de decir que también no fue la manera correcta en la que lo hiciste Inuyasha –ahora recibiendo la mirada del nombrado "Oh Kami sálvame de estos dos" pensaba a su vez.

-Bueno ya está hecho y no puedo hacer nada – salió de ahí hecho una furia dejando a los demás con las palabras en la boca.

Sentía una rabia e impotencia con lo ocurrido – Ese tonto de Inuyasha solo haciendo estupideces, no puedo entender como Kagome lo soporto tanto tiempo –

-Se lo que sientes Sango pero en estos momentos no solo nosotros somos los que sufrimos, aunque no lo creas Inuyasha en estos momentos se siente de la peor forma posible- mirando por donde antes había salido.

Pues me alegro que así lo sea – refunfuñando se acerca para consolar al pobre zorrito – Vamos Shippo ella estará bien –

Aun llorando voltea a verla - ¿No volveremos a ver a Kagome? –

La exterminadora se sintió mal de verlo así –Claro que la volveremos a ver, solo necesita tiempo- cargo al pequeño zorrito – Hasta entonces hay que ser muy fuertes y esperar su regreso – lo vio limpiarse las lágrimas que surcaban su rostro y asentir.

-Sango tiene razón, Kagome es fuerte y con esto se volverá aún más, la volveremos a ver- hablaba pausadamente la anciana Kaede – Es mejor que descansemos todo esto ha sido cansado para todos, mañana será un nuevo día – todos asintieron sin oponerse, preparándose para dormir.

Fuera de la aldea en uno de los arboles más altos la silueta de un hanyo con orejas de perro, miraba la Luna con nostalgia, recordando lo que había hecho horas antes, se culpaba por haber tomado una decisión tan precipitada pero ahora ya no podría hacer nada, miro al hacia el lugar donde se encontraba el pozo, no se los había dicho todo, ella ya no podría volver y para que eso ocurriera tuvo que sellar el pozo.

Flash Back

Se había separado en aquella montaña tratando de encontrar rastros de algún fragmento de la perla, pero todo parecía desierto.

-Vaya pero si es Inuyasha- apareciendo de la nada

-Naraku- respondió con odio ante aquel ser maligno que tanto daño les hacía, saco rápidamente a Tessaiga de su funda.

-Tranquilo Inuyasha no vengo a pelear contigo- ante tal declaración lo miro con desconfianza sin bajar la guardia – Solo vengo a advertirte algo.

-¿Qué es lo que quieres ahora?- sin perder ni un solo movimiento de vista

-Esa sacerdotisa que llevas contigo- sonrió al verlo tensarse – Quiero que desaparezca o mejor dicho si no lo hace la desapareceré yo.

-No te atrevas a tocar a Kagome, no permitiré que lo hagas- esa declaración solo hizo reír con malicia a aquel ser tan despreciable.

-¿No lo permitirás?- pregunto con ironía – Así como no lo permitiste con esa sacerdotisa llamada Kikyo, no me hagas reír.

Ese pasado volvió a golpearlo, él no podría esperar a que Kagome pasara por lo mismo y el tal vez no podría recuperarse si eso volviera a ocurrir, gruño con impotencia, no quería hacerlo pero sabía de lo que era capaz, esta vez lo había atrapado.

-¿Y si no lo hago?- tenía que haber alguna esperanza.

Se relamió los labios antes de contestar – Eso sería mejor para mí, la asecharía siempre esperando el momento oportuno para arrebatártela y hacerla sufrir de una manera que imploraras por que termine su tortura rápidamente, así como la tuya y todos tus amigos-

Temor, no por el sino por ella, lo que sentía por ella, si esa era la única forma de protegerla aunque el sufriera lo haría – De acuerdo… - contesto sin mirarlo, sin notar como él sonreía al verse vencedor – Pero te advierto que no descansare hasta verte muerto Naraku –

Solo se escuchó la risa cargada de malicia por todo el lugar y en segundos ya se había esfumado, dejándolo herido en lo más profundo.

Después de eso todo fue una maldita pesadilla, la trataba mal, la trata de torpe e inútil, que no servía para nada, que mejor se regresara a su época y los dejara tranquilos, que solo estorbaba y no podían estarla cuidando siempre, así paso una semana de lo mismo, hasta que ella llorando le había gritado que ya estaba cansada, ver su rostro en ese momento, lo lastimada que estaba casi lo hace ceder pero no lo hizo y fue que ella tomo la decisión de irse, se fue simplemente, no la siguió, no fue por ella, simplemente la ignoro.

Más tarde siguió su olor hasta el pozo y fue ahí donde pudo respirar tranquilo, ella ya se encontraba en su época, tomo una gran piedra y sello el pozo, el cumpliría con su palabra, buscaría a Naraku y cuando al fin lo venciera volvería por ella, lo juro esa vez llorando ante aquel lugar.

Fin Flash Back

Lagrimas se le escaparon de nuevo al recordar esos momentos, siendo aquel astro de luz su único testigo, una ráfaga de viento llevo un rastro del aroma de ella, por el cual ahora sufría en silencio "Perdóname Kagome".

Llegada la noche a varios kilómetros de aquella aldea, donde había apenas parado de nevar, todo el bosque se encontraba cubierto por una espesa capa de nieve, arboles cubiertos en su mayoría y ningún sonido en el fondo más que varios pasos adentrándose en aquella espesura, uno de ellos un poderoso yokai de melena platinada con rasgos en mejillas, brazos y una peculiar luna en su frente, ojos ámbar y tan fríos como aquel clima, le seguía su fiel sirviente y a su vez una niña humana de cabellera negra y mirada amable que trataba con un poco de esfuerzo seguirlos el paso, estaba cansada y con las mejillas rojas del aire frió que le llegaba a dar en la cara.

-Señor Sesshomaru- vio como el mencionado se detenía y sabiendo lo que la niña iba a pedirle, dio una simple orden.

-Jaken- el aludido dio un brinco y puso atención a la orden que le iba a dar –Hay una cueva a unos metros enciende una fogata para Rin-

-Si amo bonito- Se apresuró a llevarla a la cueva y buscar rápido leña que pudiera quemar.

Rin a su paso casi llegando a la entrada de la cueva tropezó con un algo enterrado en esa nieve, al caer no escucho como Jaken le decía "Cuidado niña tonta", ella solo fijaba la vista con lo que se había tropezado y no era nada más ni menos que una persona –Señor Sesshomaru hay alguien aquí- grito antes de ponerse a quitar la blanca nieve que le estorbaba para ver quién era.

El yokai pensando que había un peligro por el grito de su protegida llego en un momento para darse cuenta que intentaba mover aquel bulto –A un lado Rin- lo que hizo que ella rápidamente se apartara y veía con atención como esa persona iba siendo levantada por él, dándose cuenta de la figura que ahora podía verse

Dando un pequeño grito de sorpresa -Es la señorita Kagome- vio llegar al sapo verde con ramas para el fuego – rápido Señor Jaken hay que darle calor- no protesto al ver a su imponente amo con la humana

El frió yokai olfateo el ambiente y ni rastro alguno de su medio hermano lo cual se le hizo bastante extraño, la verdad que no le importaba lo que le ocurriera a esa insignificante humana pero Rin ya lo esperaba dentro de la cueva, raramente podía negarse algo a esa niña, bufo molesto pero así se adentró para dejar a la humana inconsciente cerca del fuego, ya siendo alumbrada se le notaba más pálida de lo normal y al moverla notaron un poco de sangre seca en un costado de su cabeza, él se recargo en la entrada de la cueva y solo veía como aquella humana era atendida por Rin, cerró los ojos esperando que esa noche no fuera tan larga, ya mañana obtendría respuestas.

El amanecer llego y con ello los rayos del sol empezaban a entrar en parte de la cueva dando en el rostro de una azabache, que no hizo más que con dificultad ir abriendo los ojos acostumbrándose a la iluminación de ese momento, parpadeando un par de veces, trato de incorporarse rápidamente para descubrir una punzada seguido de un intenso dolor en la cabeza, se llevó las manos a aquel lugar descubriendo una tela rodeando esta, miro todo el lugar descubriendo a lo lejos un enano verde durmiendo, no se sentía segura con esa cosa ahí, iba a hacer el intento de levantarse y no pudo más que notar un peso extra en sus piernas, con cuidado descubrió la manta que la cubrió y se encontró a una niña durmiendo en sus piernas, eso le extraño de sobre manera, no entendía como había llegado ahí, realmente no podía recordar nada, una voz la regreso a la realidad.

-Despertaste humana- volteo al lugar de donde provenía, no se había percatado de una tercera persona en ese lugar – ¿Dónde está el tonto de Inuyasha? – le miro confundida no entendía su pregunta la estaba confundiendo con otra persona.

Carraspeo un poco, sentía la garganta seca, aun ignorando que estuvo al borde de morir congelada –Disculpa... No sé de quién me hablas- pudo notar como su voz le salió apenas como un suspiro.

Le miro fijando la vista en ella como queriendo indagar en ella – ¿Te estas burlando de mi humana? - su mirada gélida le hizo estremecerse.

-No… Yo… - Empezó a temblar, no sabía que decirle, nada venía a su mente y entre más trataba de pensarlo su cabeza parecía que giraba y aumentaba su dolor, se llevó las manos apretando su cabeza intentando con ello disminuir el dolor.

Con esos movimientos se fue despertando Rin y al verla ya despierta se puso muy feliz -señorita Kagome despertó ¿Cómo se siente?- ignorando la presencia del yokai.

La miro confundida e interesada a la vez susurrando para si misma –… Kagome – vio que la niña ponía cara de extrañeza.

-¿Se encuentra bien?- vio como la azabache ponía una expresión confundida, intentando en vano recordar algo aparte del dolor que sentía,la voz de la pequeña le regreso – Me asusté mucho al encontrarla enterrada en la nieve y el señor Sesshomaru me ayudo a traerla cerca del fuego – vio como con cierto dolor se sostenía la cabeza – Tenia un fuerte golpe pero espero la hierba medicinal que encontré le sirva –

Los miraba a ambos, no podía recordar nada pero ahora sabía algo "Ellos me salvaron" – No se… Quienes son ustedes pero… - Se apresuró a hablar e inclinar la cabeza – Les agradezco me hayan salvado – Ante esta declaración la pequeña miro al yokai con preocupación, él se mantenía con el mismo semblante.

-El golpe debió ocasionarle la pérdida de memoria Rin- se levantó de su lugar siendo seguido por la mirada de ambas, llegando a donde estaba su sirviente – Jaken prepara todo, nos vamos – siguió su andar ignorando el "A la orden Amo bonito".

Dentro de la cueva todo ya estaba listo - Rin ya oíste al Amo Sesshomaru – La niña no quería separarse de la azabache – Pero que será de la señorita Kagome, no podemos dejarla aquí – le gritaba al sapo verde.

Kagome se levantó de su sitio haciendo que ambos dejaran de pelear para verla dirigirse con paso lento hacia afuera donde seguramente se encontraba el platinado esperándolos.

La niña le siguió de cerca no estaba segura si en algún momento podría perder el equilibrio y paro cuando llegaron frente a la persona que aguardaba con impaciencia sin siquiera mirarlos.

La azabache sin saber cómo dirigirse ante el solo hablo para llamar su atención – Tengo una deuda con ustedes – se mantuvo firme con lo siguiente que iba a decir – Permítame viajar con ustedes, yo… - tomando aire termino – Yo me convertiré en su guardián.

Todos se sorprendieron ante tales palabras "Se ha vuelto loca" pensó la niña, el ambarino al escuchar eso, ahora la miraba de reojo sin inmutarse, lo único que se escuchó después fue las palabras del sapo verde.

-Que tonterías estas diciendo, mi Amo Sesshomaru es el Lord del Oeste, el más fuerte y poderoso yokai, el no necesita a una humana buena para nada como guardián – sus palabras no la amedrentaron, ella seguía con la mirada fija en él esperando una respuesta.

Esa humana estaba loca, como se atrevía si quiera a pensar en algo así, pero aun así admiraba la fortaleza que demostraban sus ojos ahora, veía determinación podría jurar que antes solo la veía escondiéndose detrás de su estúpido hermano, sonrió internamente tener a la preciada mujer de Inuyasha defendiéndolo sería en parte bueno, pero a la vez si alguien lo viera seria patético.

-Has lo que quieras - dijo antes de emprender la marcha - te matare si llegas a estorbarme –

Jaken no cabía en su asombro y Rin era otra cosa, si estaba sorprendida pero se sentía feliz ahora de que podría seguir acompañándolos en todos esos largos viajes que casi siempre la dejaban sola con el enano verde cuidándola y regañándola siempre.

Mientras tanto Kagome había demostrado firmeza al hablar y pedir tal cosa, no sabía porque lo había hecho pero por alguna extraña razón sentía que eso le ayudaría, desde ese momento se prometió aprender todo lo que podía y ser más fuerte, les demostraría que no son tonterías lo que dijo esa mañana – Gracias, Amo Sesshomaru – expreso apenas audible.

-Vamos señorita Kagome – la pequeña la tomo de la mano y siguieron al pequeño yokai verde que iba refunfuñando sin descanso por la decisión que había tomado su amo.

El platinado que iba más adelante, había escuchado todo lo que decían, Jaken con su "Amo bonito" sí que podría hacer que perdiera los estribos, pero oír la voz de aquella mujer llamándolo amo, le hizo sentir poderoso… Esperen en que estaba pensando con eso, definitivamente esa decisión le iba a traer dolores de cabeza y si eso pasaba simplemente la mataría.

Y así aquel grupo siendo dirigido por el ambarino se adentraban más en aquel bosque, alejándose más y más de aquella aldea donde un hanyo recordaba con melancolía lo que había hecho por salvar a aquella que sin admitirlo había robado su corazón poco a poco.

Y eh aquí después de tantos años, no sé porque ahora vuelvo adentrándome con estos personajes que espero sea de su agrado, he dejado historias inconclusas y bueno espero que con esta no pase (realmente espero que no pase).

Oh si, ya es tarde y se supone no debo estar aquí... Ordenes del Doc, en fin espero no tener tantas faltas de ortografía.

También aprovechando quería ver que tan oxidada estoy en esto de escribir jajaja y ahora que últimamente ando inspirada, retomare "La Profecía se cumple" y "¿Qué tengo Doctor?".

Qué más da me merezco muchas cosas, pueden decirlas sin problema… Bueno no insultos Dx

¿Comentarios / sugerencias constructivas?

¡Gracias por tomarse su tiempo!

Mizo Lucy