.·Stripped Soul·.
Chapter 01: Encontrándote...
Era un lugar extraño. Llevaban cerca de tres meses trabajando allí, en una excavación que parecía avanzar a paso lento como consecuencia del variable y caprichoso clima de la zona, una zona que no dejaba de acrecentar su curiosidad a cada día que pasaba.
Pese a que el campamento, junto con la excavación, se hallaba en lo que parecía un desierto esto sólo duraba unas pocas hectáreas a la redonda como si sólo esa zona fuera árida y estéril, incapaz de contener vida... hacía el norte se elevaba una increíble montaña, la cumbre de la cual se podía divisar desde ahí; todo el este y sur lo componía una enorme costa que colindaba con el maravilloso océano por el que habían venido en barco; y al oeste, a poco más de una hora a pie desde el campamento, una enorme, frondosa y seductora selva virgen... Seductora porque a él siempre le habían gustado los lugares inexplorados, seductora porque él siempre había adorado todo aquello que fuera... 'virgen'...
.-¿Adonde vas? –la voz madura, amable y armoniosa de un hombre detuvo su paso.
Se giró para contemplar a su padre y jefe de la exploración, Fujitaka Li, que seguía con la mirada fija en lo que parecía un gastado mapa de algún edificio. No se había movido ni tan siquiera a verle para hacer la pregunta, únicamente había notado como se levantaba del tronco donde hasta hacía poco habían estado sentados los dos.
.-¿Quién ha dicho que iba a algún sitio? –preguntó él.
.-Me lo ha dicho tu determinación al levantarte, Syaoran. -comentó aún sin mirarle.- Pronto empezará a anochecer, no te adentres mucho.
.-Sólo iré hasta el río... –se explicó él.
.-¡Ei, chaval! –un joven moreno de expresión refunfuñona lo llamó desde la puerta de una tienda cercana.- ¿Vas al río? –Syaoran lo miró fulminándolo con la mirada-. ¡Oye, mocoso, te estoy hablando!
.-Déjalo, Touya. –un segundo chico de extraños cabellos largos, plateados y mirada azul como el hielo, salió de la tienda.- ¿Te importaría traer agua para la cena?
.-Er... -Syaoran se acercó a él y cogió las cantimploras que le estaba tendiendo con una sonrisa.- Claro...
Aquellos eran Touya Kinomoto y Yue Tsukishiro, tan opuestos como el sol y la luna, y pese a eso su amistad parecía irrompible.
.-Llévate el machete y la espada...-dijo su padre.
El solo asintió y se dirigió a una tienda algo más alejada, ya pensaba llevarse la espada... odiaba que lo trataran como a un niño pequeño, casi tenía 18 años, y solo se llevaba algunos meses con los otros dos componentes del grupo... entró en la tienda, allí estaban ellos, jugando al mentiroso con una baraja gastada de cartas.
.-Syao... ¿Te vas? –preguntó uno de ellos que lo miraba con unos ojos como dos rajitas.
Como de costumbre, él solo afirmó hiendo a su cama para sacar una espada de debajo el colchón. Era una katana, la funda de la cual era verde con dragones dorados... adoraba esa espada...
.-No me gusta que duermas con eso ahí... –objetó el otro, de cabellos y mirada azul profundo.- Es peligroso, Syao.
.-¿Para ti, o para mi? –preguntó éste colocándose la espada en el cinturón.
.-Para Yamazaki.
.-¡Eriol! –protestó el nombrado provocando la risa de los demás.
.-Por cierto Yamazaki, déjame tu machete, y tú, Eriol, dame un par de bengalas, por si acaso...
.-¿Te llevas el jeep? –Ante la silenciosa afirmación de Syaoran el ojiazul sonrió.- Detrás del asiento hay un pequeño arsenal, pilla lo que quieras.
.-Ok.
Cruzó el campamento haciendo caso omiso de lo que le decía Touya y entró en el jeep dejando las cantimploras en el asiento del copiloto, luego echó un vistazo detrás, dos cajas rebosantes de dinamita, bombas, bengalas y explosivos de lo más variado llenaban parte del suelo.
.-¿'un pequeño arsenal'? –Preguntó incrédulo.- Desde luego... Friki del TNT...
Encendió el motor y puso rumbo hacía aquella selva que se extendía en el horizonte bajo un cielo que empezaba a mostrar los primeros rasgos de un bonito atardecer.
La verdad, adoraba esa vida... el grupo estaba muy unido y coordinado, y por eso, pese a tener a la meteorología en contra, la excavación avanzaba bastante bien. Eriol Hiragizawa, el experto en dinamita y explosivos se encargaba de volar piedras y estructuras molestas; Takashi Yamazaki era el geólogo del equipo, y aunque los dos eran muy jóvenes, ponían total empeño en su trabajo... luego estaban Touya Kinomoto y Yue Tsukishiro, el primero historiador, y el segundo arqueólogo... que decir de su talento para datar las ruinas encontradas... y por fin el jefe y responsable de todo, Fujitaka Li, su padre. Un autentico especialista en arqueología, su vocación a la que dedicaba todo su empeño...
El único que no parecía encajar en aquel grupo era él... Syaoran Li... se podía decir que lo único que se le daba bien era orientarse. Su sentido de la orientación estaba tan desarrollado, que incluso en la selva virgen a la que ahora se dirigía, era capaz de saber donde estaba, más bien lo tenían como guía.
Sin darse cuenta ya había llegado al borde de la selva, donde la primera fila de árboles mostraba ya parte de su majestuosidad. Paró el motor y bajó del coche, cogiendo algún que otro explosivo, unas bengalas, provisiones, el machete y, por supuesto, llevaba su querida espada Hien.
Echó un vistazo al cielo, luego miró hacia el interior del frondoso bosque y no pudiendo ver más que un par de metros más allá, suspiró para adentrarse luego entre la vegetación.
A medida que avanzaba la maleza se iba haciendo más espesa y tupida dificultando su avance y sobretodo su visión. Con un hábil movimiento con el machete cortó algunas planteas que entorpecían su camino, un segundo después su espada era desenvainada para ayudar con su labor de despejar el camino. Poco a poco iba avanzando, había tomado un camino distinto al que utilizaba otras veces, ya que le apetecía ir algo más arriba en el curso del río.
La noche caía mientras continuaba su recorrido. Una luna creciente empezaba ha alzarse iluminando muy escasamente y haciendo que la poca visibilidad que de por si había, fuera cada vez más nula. Syaoran se percató en el pequeño detalle de que no llevaba ninguna linterna encima "En el jeep" pensó con fastidio. Ya era demasiado tarde para volver atrás. Así que se dejó llevar por su orientación e instinto comparables al de un felino cazando entre las sombras de la noche.
A medida que avanzaba el sonido lejano y amortiguado de agua correr se iba haciendo más claro y envolvía el aire en una agradable melodía del burbujeo del agua fluir, si no se equivocaba parecía que se aproximaba a una cascada. Cada vez se veía menos y el sonido del agua empezaba a ser ensordecedor, pero pese a eso no tenía miedo.
Estaba en mitad de una jungla oscura y llena de sombras y peligros detrás de cada piedra o rama, estaba solo y posiblemente muy cerca de alguna fiera salvaje que podría considerarlo a él como su cena, y por si fuera poco estaba privado no solo de vista, sino también casi de oído. Pero algo en el ambiente le daba la tranquilidad necesaria para seguir el camino que ese sonido de agua y su propio instinto le marcaban. El terreno se empezó a hacer algo inclinado pero el siguió el camino que tenía decidido seguir, así que no se desvió ni aun cuando el sonido de la cascada empezó a ser algo lejano.
No pasó mucho hasta que lo vio.
A pocos metros de él, entre la exuberante vegetación, se empezaba a vislumbrar una mayor cantidad de luz procedente de la luna que debería estar por encima suyo ya. Se estaba acercando al río y pronto llegó a la última fila de árboles.
Allí el paisaje cambió nuevamente, era un gran claro lleno de pasto verde, ninguna planta gigante ni nada de exuberante vegetación, solo pasto verde que se extendía algunos metros a cada banda del río que en esos momentos reflejaba la luna sobre su superficie.
Se acercó hasta él, caminando por entre la hierba que le llegaba un poco más debajo de la rodilla. Era una extraña sensación la que sentía ahí caminando en aquel peculiar paraje, pero le agradaba ese sentimiento.
Se arrodilló y llenó las dos cantimploras antes de beber el mismo.
Ahí, agazapado como una fiera sedienta. Casi no sobresalía de ese verde manto que lo envolvía... Entonces escuchó un crujido y entreabrió los ojos, aún sin moverse; sabía que si era algún animal, cualquier movimiento brusco podía ser fatal. Pero lo que vislumbró reflejado en el agua lo desconcertó y no pudo más que levantar la cabeza provocando que su boca se abriera, dejando escapar parte del agua que tenía en ella, sus pupilas se dilataron... tenía la cara en un rictus de tremenda sorpresa. Estaba embobado.
¿Mujeres?
No una, sino tres chicas, vestidas con peculiares trajes, caminaban por la otra banda del río.
Una de ellas, de corto cabello castaño, se adelantó unos pasos corriendo, luego dio media vuelta sobre si misma de manera un tanto infantil y encaró a las otras dos, ambas morenas con una larga melena, solo que una era completamente lisa y la otra tenía pequeñas ondulaciones. Estas suspiraron como sabiendo lo que venía ahora...
Una risa. Una tierna e infantil carcajada que provocó que el corazón de Syaoran pegara un bote.
.-Sakura, no...
Llego a decir la del pelo ondulado antes de que la chica de cabello corto girara nuevamente sobre si misma y empezara a correr río abajo.
.-¡Tonta la última! -gritó jovialmente, con una melodiosa y alegre voz antes de saltar sobre una roca en medio del río, elevarse en el aire para dar una magnifica voltereta y desaparecer por el horizonte del agua.
Tras un momento de sorpresa el chico advirtió que ahí estaba la cascada que escuchaba antes. Luego miró a las otras dos. La del pelo liso se había llevado la mano a la cara.
.-Es exasperante...- dejó ir mientras suspiraba. La otra sonrió.
.-¡Y divertido! – Grito antes de salir corriendo.
.-¡Tomoyo! –Exclamó la primera mientras ponía cara de sorpresa.
.-Vamos Mei Ling... ¡Tonta! –Se llegó a escuchar antes de que desapareciera cascada abajo.
De repente la chica que quedaba giró la cabeza hacia él. ¿Le había visto? No lo llegó a saber porque ella también siguió el mismo camino que las demás.
Syaoran parpadeó aún con la vista fija por donde habían desaparecido las chicas, luego miró el agua frente suyo, observando su reflejo.
.-¿Deliras?- le preguntó a su yo de agua antes de meter la cabeza en el río.
Sí, deberían ser alucinaciones... quizá estaba muy necesitado y su mente le jugaba malas pasadas... tanto tiempo, con tanto hombre... no podía sentarle bien. Lo que no entendía era porque, siendo una fantasía sexual suya, no era para nada obscena...
Finalmente se puso de pie y cargando con las cantimploras llenas se acercó al desnivel, luego suspiró, no sabía su mirar abajo o no.
En uno de esos alardes de curiosidad, su propia mente le traicionó dirigiendo la vista hacía abajo. Desde allí tenía una bonita panorámica del río extendiéndose por la selva y perdiéndose poco más lejos entre las copas de los árboles iluminados por la azulada luz de la luna. Y es que abajo no había prados y la selva volvía a mostrar todo su esplendor.
Su vista se fijó en la cascada que tenía al alado y que más o menos tendría unos diez o quince metros de altura. Como en la inmensa mayoría de cascadas que había visto en sus numerosos viajes, una neblina cubría la base del salto de agua provocando, así, que su visión fuera más nula de lo que ya era de por si a causa de la oscuridad.
Entonces fue cuando se dio cuenta de que no era una fantasía suya... ¡Ahí habían mujeres! Concretamente las que había visto antes saltar por donde él estaba ahora. Una de ellas, la del pelo rizado si su vista no la engañaba, nadaba indiferente a todo. Las otras dos conversaban cerca de la orilla. Parecía que donde estaban el agua era poco profunda pues le llegaba a ambas un poco más abajo de las caderas creando, así, una bonita visión. ¿Desde cuando se había vuelto un pervertido que se excitaba solo por ver a una... bueno, a tres bellezas mojadas? Aunque sus ojos solo se mantenían sobre la chica de cabello corto y que, estaba seguro, lo estaba mirando. ¿Cómo estaba tan seguro? Digamos que la luna se reflejaba en el lago e iluminaba las pupilas de la chica, aunque también estaba en hecho de que casi podía notar sus ojos penetrándole, escudriñándole, casi desnudándole.
La chica con la que estaba continuaba hablándole mientras ella asentía de manera automática, como si no le prestara atención o no le importara lo que ella le dijese. Al momento, intentando llamar la atención de su absorta amiga, se colocó detrás de ella posando las manos en sus hombros desnudos y volvió a dirigirle la mirada a Syaoran, sorprendiéndolo nuevamente. Acercó sus labios al oído de su amiga con una sonrisa pícara y empezó a susurrarle algo. Sea lo que fuere lo que le explicara, no pareció gustarle mucho a la joven de pelo corto porque, acto seguido, se giró hacia ella y le empujó como quitándola del camino, avanzando hacia la selva y adentrándose en la densa vegetación con paso firme.
Ante esto la joven que nadaba tranquilamente soltó una risita y se acercó hasta la que estaba tirada aun en el agua. Ambas se miraron, se dijeron algo mutuamente y soltaron sendas risas cómplices, luego alzaron la vista para mirarlo. Syaoran se quedó inmóvil, no sabía que hacer, pero aún lo supo menos cuando las dos chicas morenas le hicieron señas con los brazos para que bajara.
¿Qué hacer en ese momento? Las dos opciones que tenía se le cruzaron por la mente: la primera, acudir al llamado de las dos jóvenes y así, tal vez, descubrir la identidad de la tercera. La segunda, hacer caso omiso de sus llamadas y volver como si nada al campamento.
Al mirar al cielo, le pareció que la segunda opción tenía mas sentido, ya que la noche estaba bastante avanzada, pero la idea de conocer a su chica misteriosa le resultó demasiado… tentadora.
Decantándose finalmente por la primera opción, empezó a avanzar sigilosamente entre la maleza, ladera abajo. No hubo pasado ni unos segundos desde que empezara a descender cuando un ruido a espaldas suyas le provocó un sobresalto poniendo, así, todos sus sentidos alerta.
Dio la vuelta rápidamente mientras sacaba una daga, que siempre llevaba encima por si acaso, del interior de su bota. A su vista llegaron mil y una sombras del interior del bosque que lo iban acechando, aunque ninguna de ellas se dignaba a dar la cara. Pudo oír un fugaz movimiento a su derecha y luego otro más a su izquierda. ¿Qué sería¿Un tigre¿Una pantera hambrienta? Los ruidos eran tan seguidos y en lugares tan dispersos, que parecía que había más de uno. Miró a diestra y siniestra esperando escuchar un nuevo ruido, tal vez un rugido que le indicara qué tipo de bestia lo había puesto en su punto de mira, pero nada. Después de un tiempo mirando entre las sombras, a Syaoran le pareció ver un par de pupilas, sumamente curiosas pues... eran verdes. De un verde cristalino y tan profundo que le desconcertó. Al cabo de pocos segundos, esos ojos desaparecieron. El chico parpadeó intentando hallarlos de nuevo entre la vegetación, sin encontrar rastro. Finalmente suspiró y atribuyéndolo todo a su imaginación, guardó la daga, dio media vuelta y se dispuso a seguir su camino.
Como si la sombra esperase a que su presa estuviese desprevenida, se le lanzó en ese preciso instante en un ataque a traición por la espalda.
Syaoran reaccionó a tiempo girándose mientras volvía a sacar la daga de la bota, agachándose y poniéndose en posición defensiva, preparado para tomar impulso y atacar desde abajo en un veloz movimiento que desgarraría a su atacante. Pero mientras tomaba ese impulso, en apenas décimas de segundo, sus ojos vieron como la que avanzaba corriendo de manera felina y sin parar hacía él no era otra que la chica de cabello corto que andaba buscando. Su primer reacción al verla fue la de apartar la daga antes de que llegara a su cuello, el cual, unos milímetros más y hubiera sido alcanzado, pero con eso no prestó atención a sus pies y, en un mal paso, acabó perdiendo el equilibro yéndose hacía atrás.
Mientras caía pudo notar la sorpresa en esos ojos verdes ante si, y notó el ademán de la chica de cogerle para evitar su caída. El joven parpadeó también sorprendido por ello, pero al ver que ella no lograba detener la caída, sino que además se unía a esta, la estrechó en un abrazo protector para evitar el golpe que no tardo mucho en llegar, rodando, finalmente, ladera abajo.
Después de recorrer algunos metros abrazados, al fin se detuvieron cuando la pendiente se hizo más suave quedando Syaoran debajo y la chica encima, los dos medio aturdidos.
Se llevó la mano a la cabeza aferrándosela e intentando que el mareo se le pasara, pero sin mucho éxito. Aún medio atontado abrió los ojos enfocándolos en la chica que se estaba levantando de encima de su pecho, en el acto Syaoran quedó absorto contemplando cada detalle de su cuerpo. Ella se mantenía a gatas encima suyo, con las piernas y los brazos a ambos lados del chico evitando cualquier intento de fuga, aunque esa idea ni se le había pasado por la cabeza.
Él parpadeó no sabiendo que hacer o decir, el encuentro había sido demasiado fortuito, demasiado... salvaje. Pero lo que ahora le tenía completamente extasiado eran sus ojos. Eran de un verde acusador y le escrutaban de tal forma que le daba miedo que incluso pudiesen advertir sus más profundos y lascivos pensamientos que ahora le pasaban por la mente. Parecía que fuera a perder la cabeza en cualquier momento, y por la sonrisa de ella se advertía que deseaba que así fuera. Toda la inocencia e incluso carácter infantil que había visto en ella en sus ojos y en su risa antes de lanzarse al vacío por la cascada, se había desvanecido ante la imagen de aquella chica sensualmente salvaje.
.-Eh... –parpadeó y volviendo a enfocar nuevamente su vista en aquellos profundos ojos esmeraldas, sonrió.- ¿Estás bien?
Una pregunta, que la chica no esperaba. Una situación, que la desconcertaba.
To Be Continued...
Notas de las autoras:
DT: Y bien! Aquí tenéis el primer fic (medianamente serio xD) de nosotras dos Dark Tsubasa y Hikari Katsuragi unidas para pesadilla de vosotros! XDD
HK: Por una vez en mi vida me he quedado sin palabras.. y no se que decir...
DT: ...U Bueno, pues... eso XD
HK: Hay que decir, que esta paranoia a salido de un 'sueño' de una de que yo me se...
DT:
nananana...
HK: disimulada... En fin, que esto irá cogiendo
forma a medida que vayamos escribiendo, pero podéis haceros
una idea, no?
DT: Básicamente, Syao es arqueólogo... que no se sabe porque eso me suena a Tsubasa... pero bueno.. y
HK: Y... Sakura es... os enterareis en el próximo capitulo!
DT: Exacto! Que esperamos no tardemos mucho en escribir...
HK: Bueno pues.. a todo esto...
DT&HK: DEJAD REVIEEEEEEEEEEEEEEWS!
Dark Tsubasa & Hikari Katsuragi
