Como debería haber sido.
El ruido de espadas chocando era lo único que se escuchaba en la montaña. Xena y Yodoshi se movían demasiado rápido para verlos, y Gabrielle lo único que podía hacer era esperar. Le había dado a Xena el agua de la fuente para que recuperara la fuerza, y volviera a ser la guerrera que era. Xena ganaría, siempre lo hacía; ella ahora tenía otra misión que cumplir, frente ella estaba el samurái que había matado a Xena, Morimoto, el cual ahora tenía sus cenizas en su poder, cenizas que ella necesitaba para poder revivirla. Saco su espada y se preparo para luchar.
El sonido de otras espadas chocando desconcentro a Xena recibiendo un golpe de Yodoshi que la mando directo al piso, giro su cabeza y vio a Gabrielle luchando con su asesino, alguien mucho más experimentado, tenía que ayudarla.
Esa no es tu batalla guerrera, tu peleas conmigo- Yodoshi la ataco, Xena rodo esquivando el golpe que iba directo a su cabeza y de un salto se puso de pie lista para luchar. Vencería a Yodoshi e iría por ese samurai.
Gabrielle suspiro limpiándose la sangre del labio con la mano, Morimoto era bueno, demasiado para ella; bloqueaba todos sus ataques, al mismo tiempo que se los devolvía con más velocidad. Estaba cansada, había recorrido y luchado mucho, y su cuerpo le estaba pasando factura, pero tenía que resistir, las cenizas estaban ahí, solo tenía que lanzarlas a la fuente y Xena reviviría. Gabrielle se apoyo en un árbol respirando agitadamente, mientras Morimoto sonreía arrogantemente.
¿Qué pasa? ¿Ya te cansaste? Pensé que esto era importante-dijo el samurai mientras tiraba al aire la urna y la atrapaba con una sonrisa maliciosa. Gabrielle lo miro furiosa pero no contesto nada, tenía que recuperar el aire- Creo que las dos son más débiles de lo que pensé.
Gabrielle giro y vio como Xena caía al piso luego de un golpe de Yodoshi en una de sus piernas. La rubia apretó fuerte la espalda y se lanzo contra Morimoto, quien se sorprendió pero igualmente bloqueó su ataque, y rápidamente mando un golpe al cuello de la rubia, que logro esquivarlo agachándose y golpeo la pierna del samurai en un rápido movimiento, el cual cayó al piso soltando la urna. La bardo se lanzo rápidamente por ella, pero Morimoto se recupero y con una patada la mando rodando al borde de la montaña, la urna tembló un momento y ante la mirada horrorizada de Gabrielle cayo por el precipicio.
¡NOOOOO!- la rubia lo miro con furia y sacando fuerza de donde no tenia lo ataco sin piedad logrando hacerle un corte en el brazo, haciendo que suelte la espada, otro corte en la pierna para finalizar en un golpe en la cabeza que lo dejo inconsciente. Tiro la espada del samurai lejos y corrió al borde del monte Fuji, para respirar aliviada al ver la pequeña urna descansar en una de las salientes, solo tenía que bajar, agarrarla y volver a subir.
Xena volvió a caer al piso, luego de recibir un golpe en el estomago que le saco el aire que tenia. El grito de la bardo la había desconcentrado, no podía pelear bien sabiendo que su amiga estaba en peligro, por eso suspiro al ver caer inconsciente a ese guerrero, Gabrielle estaba bien, era hora de luchar de verdad. Sonrió maliciosamente y lanzando su grito de guerra se lanzo contra Yodoshi, con la espalda directa al cuerpo, el guerrero bloqueo su ataque pero Xena giro rápidamente hacia el otro lado y conecto un golpe certero en el pecho enviándolo a volar por el bosque, sin detenerse lo siguió aprovechando su fuerza y velocidad, dándole con la espalda en las piernas, brazos y abdomen.
Eres una maldita perra, y ahora lo pagaras- Yodoshi se puso de pie y abrió su boca, Xena vio con sorpresa y horror como las almas que tenía que salvar eran absorbidas curando las heridas que le había producido- Ahora si ¡vamos a pelear!
Fue tal la velocidad en la que ataco que Xena no lo vio solo sintió el impacto de la espada en un costado, por suerte cubierto por su armadura, y luego otro, otro y otro. No podía verlo, se movía demasiado rápido para ella, sintió un golpe en la espalda y cayó de rodillas al piso.
Eres débil Xena, no sé como conseguiste esa fama de invencible, porque la verdad es que eres fácil de derrotar, te mato Morimoto, y ahora yo lo hare también y luego iré por esa rubia molesta-dijo Yodoshi preparando su espada.
No te atrevas a acercarte a Gabrielle- Xena sintió la furia crecer en ella y como se renovaban sus fuerzas, bloqueo la espada de Yodoshi y se puso de pie atacándolo a su misma velocidad.
Las espadas y cuerpos chocaban con la misma fuerza y velocidad, Xena no dejaría que él ganases, no lo haría. Sintiendo que su fuerza aumentaba lo ataco sin piedad lastimándolo, hasta que desapareció. Xena se quedo quieta y cerró los ojos. Ahí en medio del monte Fuji podía escuchar, ver y sentir todo. Podía ver a Gabrielle bajar con cuidado hacia donde estaban sus cenizas, podía escuchar el movimiento de las hojas por el viento y sobretodo podía sentir a las almas dentro del cuerpo de Yodoshi. Abrió los ojos y giro hacia la derecha para bloquear el ataque y arrebatarle la espada y con un rápido movimiento atravesó el pecho del guerrero con su misma espada haciendo que cayera de rodillas mirándola sorprendido.
Nunca enfades a esta guerrera, y mucho menos te metas con Gabrielle- dijo Xena mientras agarraba la espada que le había dado Akemi y cortaba su cabeza liberando así las 40.000 almas atrapadas, al mismo tiempo que Gabrielle conseguía la urna con sus cenizas antes que cayera del monte Fuji.
¡Lo hiciste! Las almas están a salvo y tu alma también lo está. Te redimiste, lo lograste-dijo Akemi apareciendo de la nada.
Yo…- empezó diciendo Xena pero paro viendo como Gabrielle terminaba de subir con sus cenizas, y viendo como Morimoto iba directo hacia la bardo con su espada levantada, quiso advertirle pero no fue necesario, Gabrielle lanzo el chakram, el cual reboto en la rocas y con un golpe perfecto le dio en la cabeza, Morimoto cayó muerto, y Xena vio con sorpresa como la rubia agarraba el chakram sin ningún problema. La bardo lo guardó y rápidamente se dirigió a la fuente, tenía que tirar las cenizas.
Tienes que detenerla, si te revive, las 40000 almas no se salvaran y todo estará perdido-dijo con urgencia Akemi mientras la bardo se acercaba cada vez más a la fuente- Ella es fuerte, puede estar sin ti, puede sobrevivir, ya viste lo que hizo. Le has enseñado bien Xena, pero ahora tienes que dejarla ir para poder salvarnos a todos.-aclaro Akemi viendo la cara de duda en la guerrera.
Gabrielle estaba intentando abrir la urna para poder tirar las cenizas cuando sintió una mano deteniéndola, Xena estaba ahí.
Gabrielle no puedes revivirme, si lo haces las almas se perderán. Tiene que ser vengadas y es lo que hice al acabar con Yodoshi, pero yo tengo que permanecer muerta.
No me importa Xena, hemos pasado muchas cosas juntas, hemos muerto y logramos revivir las dos, no puedo no hacerlo sabiendo que hay una forma de lograrlo. No puedes pedirme eso.
Son 40000 alamas, siempre te preocuparon los demás más que vos misma y es una de las cosas que admiro y también a veces odio, porque siempre nos metió en problemas. Pero ahora necesito que seas esa persona que se preocupa y es compasiva porque son almas que necesitan encontrar la paz y la mía también la encontrara.
¿Y yo? ¿Dónde quedo yo Xena? ¿Y Eve? Que se supone que le diga a tu hija, no me importan las 40000 almas, me importa la tuya porque yo no imagino mi vida sin ti.
Sé que podrás hacerlo, eres una de las personas más fuertes que conozco, solo tienes que creer en ti. Y Eve te tendrá a ti, y yo siempre estaré ahí, con ella y contigo, acompañándolas. Y estaré ahí donde sea que mi alma quede, esperando por ti cuando llegue tu tiempo dentro de muchos años, yo estaré ahí.
Gabrielle suspiro mirando como el sol se oponía, tenía tiempo todavía, el sol no se había ido del todo. Xena la abrazaba intentando trasmitirle tranquilidad mientras la oportunidad se iba, la bardo lloraba porque estaba perdiendo a la persona más importante y no podía hacer nada, no podía evitarlo; aunque en realidad si podía.
Lo siento, lo siento- y en un rápido movimiento abrió la vasija y las cenizas cayeron en la fuente al mismo tiempo que el sol desaparecía en el horizonte. Un silencio reino en el lugar y Gabrielle cayó de rodillas llorando con fuerza- Fue demasiado tarde. Lo siento Xena.
No, no lo fue- Gabrielle levanto la cabeza y ahí estaba ella, con su traje, su espada y su cabeza en su lugar. Estaba viva, lo había logrado. Había tenido miedo, y por primera vez había perdido la esperanza de volver a tener a la guerrera a su lado, había sentido como si le arrancaran el corazón simplemente con pensar que no la volvería a ver nunca más.
¡XENA!-y se lanzo a abrazarla con fuerza, comprobando que en verdad estaba ahí, sana y salva, pero no le estaba devolviendo el abrazo- lo siento yo…
Akemi- Gabrielle giro para ver como la mujer del kimono rojo empezaba a desaparecer.
¿Cómo pudiste Xena? Las almas se quedaran vagando para siempre y sufriendo, solo porque tu amiga no podía ¿perderte? Pensé que la habías entrenado mejor.
Akemi yo no… No pensé que Gabrielle lo haría, lo siento, debe haber algo que se pueda hacer.
No es tan simple, no se puede hacer nada, tenias que permanecer muerta y- pero paro de hablar la mitad de su cuerpo ya había desaparecido- ¿Qué está pasando? ¿Xena?
¡Akemi!-la guerrera intento tocarla pero sus dedos solo agarraron aire, ya no quedaba nada de Akemi ni de las 40000 almas.- ¿Cómo pudiste ser tan egoísta Gabrielle? Condenaste 40000 almas por no dejarme ir. Te pedí que me dejaras muerta ¿Por qué nunca haces caso?
¿Te parece bien pedirme eso? Xena te moriste, tuve que buscar tu cuerpo, tuve que pelear para recuperar tu cabeza, pasear por todo el maldito Japón, hablando con fantasmas, buscando la forma de traerte de vuelta, y cuando lo consigo ¿esperabas que te deje morir?
Sí, porque era lo correcto. Siempre hablas de hacer lo correcto y eso lo era, dejarme morir para salvar a esas almas y también salvarme a mí.
Lo siento pero no podía dejarte muerta.
¿Y las 40000 almas qué?
¡No me importan las malditas almas Xena!-grito Gabrielle sin entender lo que pasaba. Xena debería estar feliz, estaba viva, estaban vivas las dos.
No deberías haberme salvado, no lo merecía, habría encontrado la paz ahí y ahora has condenado a las almas y a la tuya también- Xena bajo la mirada totalmente derrotada- es lo que siempre quise evitar, que corrompieras tu alma por mí y no he podido evitarlo.
Vos no hiciste nada, fue mi decisión. Te salve porque quise, porque somos un equipo, estamos juntas en esto quieras o no. No podía dejarte morir. Y además no veo ni siento ningún alma ¿Cómo sabes que no están en paz?
Akemi dijo que debía permanecer muerta para salvarlas.
O solo debías vencer a Yodoshi y con eso era suficiente. ¿Por qué te enoja estar viva Xena?- la guerrera simplemente miro para otro lado, sin intención de responder- ¿Por qué? Y quiero la verdad.
Porque arriesgaste 40000 almas por mí y me asusta pensar que sos capaz de hacer por mí.
Tú hubieras hecho lo mismo.
Sí, pero yo ya estoy condenada, tú podías salvarte.
Tal vez no quería salvarme-murmuro Gabrielle provocando que Xena la mirara interrogante.
¿Qué quieres decir con eso?
Nada, esto es tuyo-dijo dándole el chakram- vamos a casa.
¿Vamos a casa? ¿Así nada más?
Si, es un viaje largo, estamos en Japón y hay que volver a Grecia-y empezó a caminar, pero Xena la detuvo del brazo.
Prométeme que cuando te pida algo serio lo cumplirás.
Xena…lo siento pero no puedo prometerlo, no si tu vida está en juego-dijo la rubia con voz firme.
Gabrielle, no quiero que te arrepientas después, o te quedes con culpa.
No me arrepentiré, lo haría una y otra vez porque vos mereces vivir, ya has pagado por los errores del pasado, no tienes que seguir haciéndolo.
Tu no decides eso, y no puedes ser tan obstinada, si te pido que hagas algo es por tu bien.
¿Por mi bien? ¿Qué pensabas que iba a pasar si te hubiera dejado morir, que iría por la vida tirando el chakram y haciéndome llamar la bardo guerrera? - pregunto Gabrielle sarcásticamente.
No así, pero hubieras seguido adelante, se que lo hubieras hecho, y yo hubiera estado a tu lado.
¿A mi lado? En forma de fantasma, así el mundo también pensaba que estaba loca, no gracias.
Gabrielle-empezó a decir Xena pero la bardo la corto.
¿No entiendes nada no?
¿Entender qué?
Te amo Xena, tu eres mi vida; no hubiera podido salir adelante porque no habría sabido cómo, sin vos a mi lado…tan solo de pensarlo me consume un dolor insoportable- Gabrielle suspiro y mirando a los ojos de su guerrera dijo- estoy enamorada de ti Xena desde hace tanto tiempo y nunca te lo dije por miedo, porque pensaba que te ibas a ir y no volver, pero después de esto, de estar tan cerca de perderte no puedo seguir callándolo. Hubieras muerto sin saber lo que sentía por ti. Por eso te salve, porque para mí tu eres más importante que 40.000 desconocidos, eres el amor de mi vida Xena; y si quizás fui egoísta, pero no me arrepiento, no puedo hacerlo cuando estas viva delante mío, lo siento pero no puedo-un par de lagrimas cayeron por sus mejillas mientras Xena la seguía mirando en silencio- necesito una respuesta por favor.
Gabrielle yo…
