Especial
La mira a lo lejos. El pelo rubio y lacio, largo, muy largo. La sonrisa pintada en el rostro y destellando en sus ojos. Un estomago abultado, pues la pequeña Bella está ahí (es una pequeña niña y aún no puede creer que va a ser padre).
La mera imagen de Renée lo hace sonreír a él también, porque verla feliz es sentirse feliz. Y es una felicidad que desborda de su ser, es avasallante y extrema. Cree que nunca jamás se volverá a sentir así, aunque es conciente de que el día en que tenga a una Bella recién nacida entre sus manos todo lo demás va a dejar de existir, pero por ahora quiere centrarse en Renée y en su amor, sólo en eso.
Y no lo puede evitar, las ganas de besarla son inmensas y lo hace. Suave, tierno, sincero. Ella responde, por supuesto, pero Renée es fuego y lo besa con pasión. Y, luego, lo mira de una manera que lo hace sentir especial.
Y a su lado él quiere creer que es especial. Porque nadie entiende como él Charlie Swan, el niño correcto, el hijo del Oficial, terminó con Renée Dwyer, la hippie revoltosa que pinta símbolos de amor y paz en las paredes y lleva el pelo largo, rubio y desprolijo hasta la cintura. Nadie, nadie menos él. Porque cada vez que la tiene a su lado sabe que no podría ser de otra manera. Ella es su otra mitad y su todo, y sin Renée, él sabe que estaría perdido.
Pequeño regalo navideño para Hizz, espero que te guste linda :) Y estos dos juntos van a dominar el mundo
