La doncella ensangrentada

Caminaba por las calles angostas que serpenteaban y se pegaban unas a otras, cada construcción en el camino estaba tan unida a la anterior que seguramente ni siquiera un pequeño niño podría atravesar entre ellas, continúo caminando mientras me maldecía una y otra vez por no haberle hecho caso al sentido común y ponerme algo mas abrigador que el delgado Jersey azul y los pantalones de mezclilla.

A lo lejos podía escuchar el ruido cada vez mas tenue del Hina Matsuri, la festividad de las muñecas, en esta celebración la gente suele rezar por el bienestar de las niñas pequeñas –Excepto él- pronuncio levemente.

Continúo caminando entre las angostas calles luego doy vuelta en una de las esquinas y el olor me golpea de frente, esa mezcla de olor a tierra mojada, moho y podredrumbe llenaba mis fosas nasales, sabía que él estaba cerca. Continue ligeramente agazapada mi camino y lo divisé a lo lejos, una alta figura vestido con un enorme abrigo negro estaba parado al frente de un viejo portal.

Me acerque a a él sonriendo, a medida que me acercaba podía sentir el penetrante aroma cada vez mas fuerte, a pesar de los años, esa rara mezcla aún me causa naúseas, me acerco lo suficiente y bueno aquí van las clases de actuación; me acerco a la figura del portal fingiendo estar perdida.

-Hola- ¿de casualidad sabes como puedo llegar al festival? Estás calles me parecen interminables- pregunto sonriendo a la figura en el portal

El hombre me brinda una sonrisa desagradable, mostrando sus amarillos dientes de viejo- Claro, preciosa, si quieres te llevo, ya sabes, para que no te pierdas- Sonrió.

-Gracias, le miró aparentando calma-

-Ven preciosa, es por aquí-

Voy siguiendo a mi presa, estoy preparada, la sangre fluye cada vez mas rápido por mis extremidades, tengo las manos dispuestas, una preparada para defenderme y la otra fuertemente anclada a mi "aganai hito" el cuchillo que me fuera entregado para la misión, único en su tipo. Mi respiración se acelera.

-¿Este no es el camino verdad?-

El hombre me mira con deseo y satisfacción, me brinda la misma desagradable sonrisa que antes y arremete contra mi.

De forma ágil espero hasta el último momento para esquivar las grandes y toscas manos de aquel hombre, tomo una de ellas y con un giro rápido lo tiro al piso, el duro y continuo entrenamiento me permitía luchar con seres mas grandes que yo.

El hombre cayó y se escucho un crujido satisfactorio para Natsuki, pero aún no era suficiente, el causo mucho daño a seres inocentes, sus brazos y piernas estaban llenos de energía, su aliento era pronfundo y jadeante, sus ojos habían cambiado de verde claro a un verde intenso nublado por la ira al tiempo que con su puño lo golpeaba en la cara repetidas veces. El hombre emitio un gruñido, muy semejante a un perro iracundo y rabioso y tiró uno de sus brazos hacia Natsuki, ella bloqueo el ataque del hombre y utilizo el empuje del mismo para asestar otro golpe a la sorprendida cara del tipo bajo ella. Entonces el mundo se alento, en movimientos que parecían hechos en cámara lenta, Natsuki empuño su cuchillo y de pronto dejo de parecer algo ajeno a ella. El cuchillo le brindaba ese sosiego que tanto necesitaba en cada combate, la combinación del acero y madera del árbol de abraham*1. Esa sensación familiar le brindo la calma necesaria para asestar el golpe final en el lugar preciso mientras su atacante le miraba perplejo nunca nadie lo había enfrentado como ella.

-Violaste y asesinaste a muchas jóvenes en vida- sentenció Natsuki –Muchas mas en la muerte, pero ya no podrás lastimar a ninguna más-

Su atacante continuaba paralizado, después sintió un agudo dolor en su garganta, pego el alarido propio de un animal lastimado y luego el silencio, el atacante de Natsuki desaparecía entre líquido negro y espeso.

-Maldito, esperaba poder causarte mas dolor pero fuiste igual de débil que los otros fantasmas y además ensuciaste mi chaqueta favorita-

Lo siguiente a un día (o noche de cacería) es la purificación del cuchillo, despúes de cada muerto enviado al otro lado, tengo que seguir el rito de purificación, por suerte para mi tengo a mi fiel amiga Mikoto, una bruja blanca en ciernes que me ayuda con la misión.

La llegada a casa siempre es igual, Mikoto, tiene listo el aceite consagrado con albahaca y hierba santa, el gran plato con agua mineral purificada y sal de grano. Primero limpio el cuchillo con delicadeza con un pañuelo blanco quitando toda la sangre del fantasma asesinado, despues lo limpio con el aceite, para finalmente dejarlo en el platón hasta la siguiente cacería.

-Lograste terminar con él-

Escucho una voz dirigirse a mi. –Por supuesto Mikoto, que esperabas, solo es uno más-

Lanza un gran y profundo bostezo mientras se talla los ojos –Bien, porque no podemos quedarnos por mas tiempo, te llego otra carta, te la daré mañana, pero duchate, apestas a muerto-

-A que mas podría oler Mikoto, descansa, yo también estoy agotada-

Siento el cuerpo entumecido por el frío y la pequeña batalla de está noche, había pasado varios días de cacería buscandolo, recorriendo las frías calles hasta que tuve suerte. El cansancio empieza a vencerme así que me decido por una reparadora siesta.

El olor a café y hierbas sagrada me despierta poco a poco, aún me duele un poco los brazos, resultados de los golpes repetitivos que tuve que darle al maldito, pero me siento feliz, un fatasmal mounstruo mas enviado a… donde sea que vayan.

-Buenos días Mikoto-

-Lavate, ya está el desayuno- me dice

A veces, Mikoto parece una pequeña madre, pero no la culpo, cuando la orden la encontró era una pequeña de no mas de 9 años y estaba a cargo de otro hermano tan pequeño como ella, desafortunadamente el pequeño Hiro no logro sobrevivir, huérfanos por el abandono de quién les diera vida, encontró en la orden un hogar para vivir, como todos nosotros.

-Y bien, ¿Cómo estuvo está vez?- Me pregunta con sus alegres ojos dorados

-Osamu Akayama- Un violador de mujeres que se suicidó cuando lo atraparon, lleva cerca de 12 años muerto y unos 9 apareciendo jovenes muertas en el festival de las muñecas

-O vaya- eso es muy triste, es la festividad de la protección a las niñas y el la escogió para sus fechorías-

-Bueno, ya sabes, los muertos no "escogen" ese fue el día que finalmente lo atraparon.

-Bueno ya cambiemos de tema que estoy comiendo- ¿Que harás esta mañana?

Revisar la correspondencia- Sonreí-

Una nueva mudanza se prepara, lo hemos hecho tantas veces que ya resulta rápido, Mikoto resignada se despide del que fue nuestro hogar los últimos meses mientras me preparaba para cazar a Osamu, nos subimos a la enorme suburban la orden nos dio para facilitarnos las contínuas mudanzas a la que nos vemos sometidas.

-Y bien atrás de quién vas esta vez- me pregunta mientras mantiene la mirada fijada en el camino.

Saco de mi chaqueta una carta negra escrita con letras góticas y rojas "Shizuru", en mi oficio de enviar fantasmas al otro lado, una llega a conocer a todo tipo de gente, tengo un par de informantes confiables que me avisan de fantasmas asesinos y el viejo Yamada, uno de ellos me ha enviado la carta, siempre es así, una carta y una ciudad nueva, no necesito mas datos.

-Shizuru Fujino- le digo a mi Mikoto- una joven asesinada a los 15 años, aparentemente su fantasma a asesinado a muchas personas en forma sádica y cruel-

-Suena peligrosa-

-A Yamada siempre le encanta engrandecer las cosas, lo mismo dijo del viejo Osamu y no me duró mucho en la pelea-

-Nunca, Natsuki, Nunca, subestimes a un fantasma-

Me dijo con ese aire de preocupación que acompaña su voz cada vez que me dice "cuídate" cuando salgo a cazar, se que le preocupa, pero también se que lo entiende, llevo haciendo esto desde hace 3 años, cuando la orden me salvo del "Señor Kokuyouseki"el fantasma que asesino a mi familia. Cualquiera diría que a mis 17 años es una enorme carga, pero en definitiva, lo disfruto, es como estar cerca de mi familia y continuar su memoria.

-No lo hago Mikoto- te lo prometo.

El camino continua en silencio, hasta que avistamos las primeras casas de Okutama una ciudad en los límites de Tokio. Mikoto conecta el GPS y la ya familiar voz, va dando las indicaciones de lo que será nuestra residencia temporal los siguientes días.

Mikoto empieza con el viejo ritual de protección de la casa, a ella le encantan las velas aromáticas y coloridas, por lo que ha decidido venderlas por internet y le ha ido muy bien, eso aunado a su natural carisma y alegría le ayudan a hacer amigos por donde quiera que vaya.

Mientras bajo las cajas una a una escucho el maullido de Ibuki-chan que se encuentra en su viejo transportador, también el se ha acostumbrado a los viajes constantes y Mikoto lo adora, dice que los gatos son seres mágicos capaces de ver presencias. Esa es la razón por la que solemos soltarlo rápidamente y dejarle echar un vistazo por la casa antes que nosotros.

Ibuki-chan deambula por la casa, pasea por todos los cuartos hasta finalmente encontrar un rincón cómodo para él y se hecha nuevamente.

La lluvia empieza ligeramente a caer, por fortuna estoy terminando de bajar las cajas de la camioneta, así que no hay mayor problema. Mientras Mikoto ha terminado su hechizo y nos disponemos a cenar.

-¿Ya estás lista para tu nueva escuela?- Me dice mientras se lleva un sandwich la boca

-Ya, ya tengo todo listo, seré un lobo blanco- Hago un gesto de aullido aludiendo a la mascota de la escuela a la que asistiré.

-Oh, te verás adorable- Ríe alegremente –Espero que te adaptes a tu nuevo entorno rápidamente y por favor, al menos haz alguna amiga, una novia, quizás-

-Si, si, si… ya sabes que la escuela es solo parte del trabajo, además, amigos para que, no estaremos mucho tiempo aquí, solo vengo por ella-

-Trabajo siempre trabajo, ojala pudieramos ser un poco mas normales- Ríe alegremente; a veces, creo que ella no desea estar en la orden tanto como yo, las circunstancias de la vida la han traído aquí y se ha adaptado, pero si pudiera escoger, seguramente "La orden" no sería su opción.

-Esto es lo más normal que puede ser mi vida, si dejara de hacerlo sería anormal- pronuncio y sólo puedo ver su sonrisa ensombrecida por la angustia, después de todo, soy todo lo que tiene, hemos formado una pequeña familia ella, ibuki-chan y yo.

La mañana siguiente transcurre como cada vez, papeleo, papeleo y más papeleo, finalmente me entregan mi horario de clases y ya puedo empezar a investigar. Preguntar entre los estudiantes siempre te llenan de historias misteriosas, pero hay que saber a quién preguntar. Hay que buscar a la más popular, la "abeja reina", ella siempre está rodeada de gente y por supuesto de información. Nunca me ha sido dificil socializar quizá ese aire misterioso que me rodea al ser la recien llegada, quizá mi belleza física, que afortunadamente herede de mi madre, o quizá sea solo suerte, no lo sé pero siempre me resulta sencillo. A lo lejos diviso a mi "abeja" es muy fácil de detectar, sentada en el centro del comedor rodeada de gente sonriente, es bonita, siempre lo son. La miro y al sentirse observada se gira y sus ojos se encuentran con los mios, sonrío y es cuando la veo acercarse.

-Hola, ¿Eres nueva? Nunca te había visto-

-Si lo soy, me llamo Natsuki Kruger, que hay de ti- Ya de cerca puedo observarla mejor, lleva la falda escolar color marrón oscuro y la camisola azul claro, sus facciones son bonitas y tiene unos bellos ojos color violeta, es hermosa, sin duda lo es.

-Mai, Tokiha Mai-

-Un placer conocerte Mai, quizá tuvieras tiempo de mostrarme mis clases, no quiero perderme en el campus y deambular sin sentido-

-Claro, será un placer Natsuki-

Apenas iniciabamos el intercambio de palabras cuando se atraviesa entre nosotras un tipo alto y moreno, acompañado de otros 2 tipos igual de altos, no me agrada su actitud y la mirada desafiante que me lanza.

-Mai, cariño- la abraza por los hombros –¿hasta cuando vas a contestar mis mensajes y llamadas?, porque no te animas y nos vamos por ahí a pasar el rato-

Mai se aleja del abrazo del tipo, creo que es algún exnovio o algo así lo deduzco por la actitud posesiva hacia Mai y la cara de disgusto de ella al sentir su tacto.

-Reito Kanzaki- dice Mai – Es el capitán del equipo de Kendo y estos que están aquí detrás de él son Takeda y Tate miembros del equipo también-

-Hola Reito, Takeda y Tate, soy Natsuki Kruger-

-Aja, Mai cariño irás con nosotros a "ya sabes dónde"- Dice Reito ignorandome por completo.

-No Reito, tengo mucho que estudiar y esas fiestas terminan muy tarde-

-Vamos, no es todos los días-

Esa plática me da el motivo perfecto para empezar a indagar sobre Shizuru, así que aprovecho la oportunidad.

-Así es como se divierten aquí ¿Son buenas fiestas?

-Es el carnaval de la luna roja, la celebramos a las afueras de la ciudad en diferentes sitios para evitar a los policías- Responde Tate

-Te gustaría ir Natsuki, puedo pasar por ti está noche- Dice Mai mientras me toma del brazo alejandome de trío de bravucones.

-Por supuesto Mai- anoto mi dirección en una pequeña hoja y se la entrego.

-A las 10 paso por ti Natsuki-

Las horas pasan rapidamente, finalmente llega la hora en que Mai pasará por mi, llevo un pantalón de mezclilla negro acompañado de una camisa blanca y encima, mi chaqueta azul oscuro, escondido en mi chaqueta va mi "aganai hito" nunca salgo sin el. Aunque mi unica intención es recolectar información, no está de más ir protegida.

Mai llega puntual, así que me subo a su coche, un descapotable color dorado naranja casi del mismo tono que su cabello, me lleva a través de sinuosos caminos hasta llegar al lago Okutama lugar de la fiesta. Tiene lo que todo adolescente quiere, cerveza, comida, ruidosa musica, un bello paisaje y privacidad. Mai me lleva con sus compañeras y la fiesta transcurre sin mas.

Llevo un par de horas, aún no encuentro la ocasión de buscar información sobre Shizuru y francamente me estoy aburriendo. Creo que Mai se ha dado cuenta porque la veo acercarse a mi.

-¿Aburrida?-

-Solo quiero un poco de aire, la música me ha causado un pequeño dolor de cabeza-

-Ven, caminemos, por aquí hay una vereda que da al lago, tiene una hermosa vista del lago-

La sigo y cuando llegamos al lago, escucho un ruido detrás de nosotras.

-BUUUU, grita Reito-

Mai pega un pequeño grito, yo por fortuna lo vi venir, si no, ya hubiera sacado mi cuchillo y atacado al idiota de Reito, cada momento que conozco a este tipo me cae mucho peor que el anterior.

-Te asusté cariño- dice a Mai

-Por supuesto que si, pedazo de idiota-

-Y a ti- se dirige a mi

-No- digo con tranquilidad- Es dificil que algo me asuste-

En ese momento aparecen Takeda y Tate, al parecer el "trío amazonas" siempre va junto. Es molesto, yo quería preguntarle a Mai sobre Shizuru aprovechando el momento a solas.

-Así que nada te asusta- Dice Tate –Aquí en Okutama tenemos nuestras leyendas tenebrosas-

-¿Así?- Al fin, no tengo necesidad de preguntar, la suerte me ha sonreído mejor de lo que esperaba.

-Si, tenemos a Shizuru Fujino, o como mejor la conocemos "La doncella ensangrentada"-

-Vaya suena interesante, amo las historias de fantasmas, ¿Cuál es la de ella?

-No se dice mucho, se sabe que tenía 15 años cuando fue asesinada, la leyenda dice que murió usando un vestido de color blanco, lo usaría en su boda, mismo que cuando la asesinaron se mancho tanto de su sangre que el vestido cambio de color y por eso la llamaron así, algunos dicen que fue un amante, otros que solo tuvo mala suerte y se cruzo con la persona equivocada, su casa está a las afueras en la zona de Himura, dicen que todo el que vaya allí se enfrenta a una muerte cruel y segura-

-Interesante-digo

-¿Quieres ver la casa?-exclama Reito

Esto no podría ser mas perfecto, no solo tengo la historia de Shizuru y ahora sabre donde está localizada su residencia.

-Por supuesto-

Vamos todos juntos divididos, conducimos al menos unos 40 minutos en veredas tenebrosas, árboles y senderos, atravesamos la zona montañosa de Okutama, cada parte del camino me parece ver a una que otra alma condenada, pero por hoy, solo pensaré en ella. Finalmente después del largo trayecto llegamos a la residencia Himura, lugar de muerte de Shizuru. Nos preparamos para entrar, apenas doy unos pasos dentro y ya puedo sentir la energía fluyendo en la casa y empiezo a plantearme si esta bien entrar así nada mas.

-Camina pelinegra- Dice Reito

-En serio van a entrar- dice una asustada Mai

-Quedate si quieres- responde Takeda

-No, no quiero quedarme sola-

Vamos entrando uno a uno, yo al frente por supuesto, esa es la idea de Reito, Takeda y Tate van a mis costados, Reito atrás y Mai a un lado suyo. Empezamos a caminar por la residencia, explorando poco a poco las distintas habitaciones, finalmente llegamos a la sala principal.

-¡Hey! Shizuru, ven te estoy hablando mocosa roja- Grita Reito –Aparecete- grita mientras arremete contra una caja de madera que hay en el polvoriento piso, rompiendola en varias partes.

-Vamos arriba- propone

Yo aún no logro ver nada así que la idea me agrada, empiezo a subir las escaleras al segundo piso, detrás mio va Reito y los demás, de pronto, a lo lejos empiezo a divisar una sombra, intento concentrarme cuando de la nada, un dolor agudo me ataca en la cabeza, caigo de frente sobre mis manos y rodillas, logro girarme para ver a Reito con una vara de madera en la mano, el ímbecil me ha golpeado.

-No te metas con mi chica, espero que esto te sirva de lección-

-Reito!- Grita Mai que sube aprisa por las escaleras del segundo piso- eres un idiota, tu y yo no somos nada, no tenías porque lastimarla, Natsuki es solo una amiga-

El dolor del golpe me impide enfocar adecuadamente, pero puedo ver la sombra acercarse cada vez mas, me llevo las manos a la cabeza tratando de que deje de moverse el piso, estoy segura que es ella, intento reunir las fuerzas para poder sacar el cuchillo de mi chaqueta, pero el mareo me lo impide, miro al piso buscando un punto de enfoque.

El grito agudo de Mai, me hace girarme nuevamente y allí esta ella. Flota en el aire, lleva un vestido ceremonial color blanco y su cabello castaño ondea en mechones como si estuviera en el agua, puedo ver sus ojos, rojos, como llamas infernales adornando su pálido rostro, todos se han quedado quietos del miedo. Yo intento una y otra vez de incorporarme, pero el golpe fue muy duro.

La veo acercarse a nosotros y mirarnos con esos rubíes infernales, entonces, su cuerpo empieza a estremecerse, lleva su kimono ceremonial color blanco, adornado con flores y cintas color lavanda que caen alrededor, su cuerpo flotante se llena de sangre, rojo oscuro, parecería sangre viva, todo su cuerpo se ha manchado de sangre, hace honor a su mote "la doncella ensangrentada".

-Entraron a mi casa- dice en una voz grave y profunda

Nadie se mueve

-¡Vayanse!- Grita y su expresión ligeramente seria se transforma en una muesca horrible, sus labios se vuelven negros, no puedo ver sus brazos y sus ojos… Dios sus ojos, se han puesto rojo vino, como la sangre en su vestido. Casi puedo escuchar la sangre goteando de su cuerpo.

Reito, toma la vara con la que me ha golpeado e intenta golpear a Shizuru, pero esta accion solo logra enfurecerla aún mas, una de las cintas de su vestido se enreda en el cuello de Reito y lo estampa en la pared, Mai, Tate y Takeda están inmóviles. Yo por mas que lo intento no logro ponerme en pie.

La veo lentamenten acercarse a Reito las cintas que se extienden de su vestido se enredan en su brazo y lo arranca, los gritos de dolor de Reito, hacen reaccionar al trío asustado al otro lado del cuarto, que entre tropiezos logran salir de la casa, apenas escucho a Mai gritando mi nombre, pero estoy muda, la escena que se desarrolla frente a mi es espantosa, poco a poco Shizuru va arrancando cada una de las extremidades de Reito, hasta finalmente, cercenar su garganta, Mai y los demás se han ido, solo quedo yo. La veo acercarse, no hallo la empuñadura de mi aganai hito, empiezo a deslizarme hacia atrás hasta que mi espalda toca la pared, mi hora a llegado, esta justo frente mio, mi corazón late a mil por hora, la sangre me golpea las sienes y me provoca una gigantesca jaqueca, mi respiración se entre corta, siento su mirada esta fija en la mia y entonces todo a mi alrededor se oscurece.