¡Hola, fandom! Okay, vengo saliendo de un bloqueo y me disculpo por todos los errores locochones que eso pueda traer a la trama/narración.
ADVERTENCIAS: OoC justificado, Universo Alterno, Dark!Fic, Muerte de ersonaje en capítulos posteriores, Slash, Incesto.
Aclaraciones: Voy a tomar algunos hechos del canon y torcerlos. Como podrán notar, el origen/capacidades/existencia de los personajes puede variar o no. Esto es TimKon aunque no se note.
Esto es un minific, así que no espero que me de para mucho más que cinco/siente capítulos.
DISCLAIMER: YA SABEN QUE NADA ME PERTENECE.
I
Janet y Jack Drake fallecieron un nueve de noviembre en un viaje negocios, dejando atrás un pequeño de cinco años. Y ese mismo día, Lex Luthor recibió una llamada del abogado de Janet —una que estuvo esperando desde que leyó el periódico en la mañana— avisando que el niño quedaba bajo su cuidado.
Y allí comenzó su aventura, cuando, un par de horas después, habiendo firmado papeles y dejado a su secretaria seguir con el registro, la nana de los Drake tocó a su puerta y le entregó a un niño pequeño —bajito y regordete, pálido y con ojos azules— con una lista de cosas importantes y una maletita.
"Buena suerte" Le había deseado la señora, Luthor no pensó necesitarla. ¿Él? Si ya estaba planeando por completo la vida para su hijo. Tendría estudio en casa y se sometería a pruebas dignas de su apellido; temía que el tiempo con los Drake le hubiese pegado mañas, pero con seguridad y tiempo el niño aprendería buenas maneras, para ser un digno heredero.
Lex estaba seguro, en ese primer día, de poder controlar la paternidad como cualquier otra situación —no permitiría ningún tipo de berrinches, nada de sentimentalismos patéticos y, por supuesto, encontraría un buen uso para su nueva adquisición.
(Y en definitiva no iba a aceptar que cuando miró a esos ojos grandes y se presentó como su padre, algo en su interior tuvo el impulso de entregarle todas las estrellas del cielo)
II
Lex tardó varios días en comprender que intentar controlar a un niño de cinco años es como luchar contra la marea con un palito. Inútil, estúpido. Sin embargo, no era una molestia por completo —sí, cambiaba los planes que ya tenía trazados en su cabeza, pero no era… Malo.
El niño parecía un fantasma. Lex había limpiado su agenda del mes —una acción casi imposible, pero con un poco de arrogancia y poder el tiempo libre fue dado—, para dedicarlo a Timothy y adecuar a su hijo a las nuevas reglas de la casa. Sin embargo, cualquier cosa que esperaba del pequeño, no era obediencia. El primer día, luego de presentarse y ayudarle a acomodar su maletita en la habitación de invitados que pronto sería suya, le explicó lo que, Lex creía, eran normas acordes sobre el comportamiento en su casa.
No eran demasiado estrictas —no rayar paredes, no gritos, dormir a las ocho, nada de correr, nada de country—, pero él hubiera entendido si había problemas adaptándose a ellas, estaba listo para ello.
Sólo que no los hubo. Timothy estaba durmiendo para el momento en que Lex revisaba su habitación a las ocho en punto, ni siquiera tocó los marcadores en su mesa de noche y sus pasos por la mansión Luthor eran pequeños, mesurados. No hablaba más que lo necesario, para preguntar por el baño y excusarse, o decir "Sí, señor" a cualquier orden dada. Nada como un niño de su edad —y en secreto, Lex estaba aliviado.
Si no fuese por la sensación que le cosquilleaba en las entrañas cada vez que Timothy le miraba directo a los ojos, como si pudiera leer su alma.
III
Lex no iba a ser un padre ausente. Eso lo tuvo claro desde aquel nueve de noviembre: sin importar que el niño no supiese de su existencia durante los primeros años de su vida —todo porque Janet Drake pensaba que su esposo no debía saber del desliz que tuvo con Lex y que terminó metiéndola en un problema que tenía cara y piernas—, él iba a educar a su hijo, nadie más.
Siendo así, incluso después de su mes trabajando en casa, se las arregló para pasar tiempo con él o llevarlo a LexCorp —porque era un niño bien portado, tomaba en serio sus clases de modales y usualmente se sentaba en sus piernas a observar sin interrumpir. Su hijo, Lex llegó a comprender, tenía un talento especial en pasar desapercibido, tan extraño y ajeno que debió ser herencia de Janet.
Poco a poco, también entendió que su ex-amante había entrenado a Timothy para serlo. Para saberse ajeno a este plano, dueño de nada y sin dueño; algo demasiado frío para un niño —incluso un niño como Tim, que ostentaba una madurez mucho mayor que cualquiera a aquella edad.
En una de esas tardes, cuando Tim se presentó pidiendo que por favor, si no estaba ocupado, le dejara entrar a la biblioteca. Lex tuvo que suavizar un poco su corazón y explicarle que la casa era suya también, y que no debía pedir permiso para cosas tan banales. Y se dio el resto del día libre para acompañarle, para enseñarle los libros que se asemejaban a los ideales —y que su propio padre solía obligarle a leer; pero quería, fuera de la exigencia, que Tim leyera por sí mismo— que funcionaban en la familia —una familia de dos, pero ¿Importaba?
Le ofreció a Tim la oportunidad de pedir sus propios libros —y no estuvo sorprendido para nada cuando pidió cuentos infantiles— y tener un estante cercano a la ventana.
IV
Un año después de la llegada de Timothy, Lex se había hecho una rutina. Había empezado a apreciar al niño y su compañía, a buscar darle comodidad —y a consentirlo con cualquiera de sus recatados caprichos, pero no se lo admitiría en voz alta jamás—, a querer enseñarle como ser un digno heredero.
Por supuesto, logró sacar al chico de su mente e inyectarle un poco de arrogancia y autoestima, suficiente como para que, luego de tanto tiempo, Tim se sintiese seguro de compartir con él sus pensamientos e incluso sumergirse en conversaciones interesantes acerca de su trabajo. Lex, a veces, podía sentir un revoltijo de orgullo en las entrañas; sobre todo cuando Tim se sentaba a su lado en las juntas con los accionistas de LexCorp, con la espalda erguida e intentando parecer tan serio como su padre.
("Señor Luthor" diría su secretaria la primera vez "¿Es prudente dejar al niño asistir a la reunión?")
Por eso, tal vez, y porque Timothy era un espíritu solitario rondando como una sombra por los rincones de la mansión Luthor, Lex aceptó la responsabilidad de su último experimento: Un proyecto de clonación llevado a cabo en una de las ramas ocultas de LexCorp. Un niño, con una combinación del código genético de Superman y Lex Luthor, forzado a un proceso de crecimiento acelerado hasta que alcanzó la edad de seis años —Lex fue preciso en ello; en parte porque encontraba mejor manipular su nueva arma mediante la crianza, en parte porque algo de compañía para animar las tardes en que Tim estaba solo sonaba bien.
Un nuevo hijo —de nombre, porque Lex Luthor, no consideraba a la criatura parte de su familia aún.
V
Lex estuvo allí cuando los ojos del experimento se abrieron, confusos, explorando y ahogando el mundo a su alcance en el azul cobalto de sus irises. Los científicos cuestionaron si sería prudente que lo llevara en ese momento, sin siquiera haberle explicado sobre el mundo aparte de los conocimientos básicos implantados en su cerebro con anticipación. Querían hacer más pruebas; pero algo en Lex le hizo negarse. Le hizo mantener la mirada en los ojos del clon cuando se fijaron en él y sonreír —pequeño, apenas el fantasma de una sonrisa que solía usar para reconfortar a su propio hijo.
—¿Desea nombrarlo ahora, señor Luthor?
Lex lo pensó, examinando los rasgos del clon (ya haciendo planes para su crianza y preguntándose si, como con Tim, sería mejor no hacerlo), recordó el libro que a Timothy le gustaba, con su personaje favorito, un León amigable de ojos azules que brillaban en las páginas ilustradas.
—Conner Luthor. —es todo lo que dice.
VI
Una vez comprobado que el experimento- Conner, no tenía algún problema de motricidad o cognitivo, el líder del equipo científico lo sedó para el viaje. Pronto, Lex se encontró sentado en su limosina con el clon recostado en un sueño agradable a su lado.
Cuando llegó a casa, insistió en ser él mismo quien cargara a Conner dentro de la mansión —y fue complicado, porque era un niño más grande que su hijo—, y mandó a una de las señoritas del servicio a buscar a Timothy.
—¿…Quién es ese, señor Luthor? —preguntó su hijo en cuanto les vio. Lex se removió, incómodo bajo el peso sobre sus hombros. Se las arregló para sonreírle, y pedirle que acompañara hasta la nueva habitación. Había arreglado todo para organizarla de acuerdo a las nuevas necesidades, y en la cama del centro depositó a Conner.
Tim estaba tras él, sus manos removiéndose nerviosas dentro de los bolsillos de su pantaloneta; Lex pudo notar que se mordía el interior de la mejilla, pese a que su cara permaneció sin expresión.
—Él es Conner Luthor, Tim. Desde ahora, será tu hermano, mi hijo.
Timothy dejó salir el aire de golpe, como si le hubiesen golpeado el estómago. Lex lo observó debatirse, hasta que su hijo decidió acercarse a la cama también, sus ojos fijos en el bulto durmiente sobre las sábanas —ese que soltaba ronquidos de vez en vez y apretaba la cobija hasta romperla.
—¿Eso significa…? —Tim hizo una pausa, como si no confiara en sus siguientes palabras— ¿Significa que ya no estaré solo?
Entonces fue turno de Lex para suspirar.
—No, Timothy. Nunca más.
1561 palabras.
¡Okay! Espero que todo salga bien. Me gustaría decir una fecha exacta para actualizar, pero no estoy segura de que sea lo correcto, porque me conozco y no las cumpliría. Ahora, los primeros tres capítulos son fluff AF, pero juro que es un Dark!Fic.
Ojalá les agradara la idea, gracias por leer.
