Aquí les dejo una historia corta, aun no estoy muy segura de cuantos capítulos mi meta es no llegar a los diez…eso espero.

Llevo una par de meses dándome valor para publicar una historia como esta, he leído varios G!P y me dije bueno intentémoslo a ver que sale.

Aquí les dejo el resultado de unas noches sin poder dormir. Espero les guste y veremos si quieren continuación.

Ningún personaje de Once Upon a Time me pertenecen.


Capítulo 1

El miedo es como una criatura horrenda que mastica mis entrañas…

-Ella lo ama, nunca podrás compararte con él, solo serás la pesada madre de su hijo, la que tiene que soportar cuando en realidad desea desapareserla; es hora de que aceptes nunca podrás ocupar un lugar en su corazón.

Me quedo paralizada, mientras Zelena se acercaba. Su voz ronronea en mi oído.

Sus palabras son como clavos afilados que se hunden lentamente en mi carne, me duelen... duelen tanto que incluso respirar es difícil.

-En cambio yo... yo puedo darte todo- su mano baja por mi pecho, no sé en qué momento he quedado desnuda pero no me resisto a su tacto, esa parte de mí que aún razona me ordena que me aleje, pero la ignoro.

Era la hermana de la mujer que amaba, su mayor enemiga y sin embargo la dejo continuar su recorrido por mi cuerpo. Estoy muerta, este amor que siento por ella le ha dado caza a todos mis sentidos, he quedado completamente anulada, lo he estado perdiendo todo y lo único que me alimenta es el miedo de un día ya no sentir, de no ser nada en su vida. Solo soy un ser más que respira en este mundo.

Yo, no soy nadie.

Él, lo es todo.

Necesito tu tacto, solo para volver a ser alguien. Cierro los ojos deseando que fueran esas manos tan delicadas las que me exploran, que fueran sus caricias en mi entrepierna las que provocaran mis gemidos.

-Puedo darte un regalo- frota su mano en esa zona sensible.

Y me dejo hacer, porque estoy empezando a morir lentamente. Me pierdo dentro de toda esta oscuridad. Ya no me encuentro dentro de este recipiente vacío en que se está convirtiendo mi cuerpo.

-Puedo darte un enorme regalo... un heredero... un hijo nuestro.

La aparto violentamente sin contener mi fuerza lanzándola hacia el otro extremo de la habitación. Su espalda golpea contra la pared, la escucho gemir adolorida pero no me importa. He sentido sus palabras como un recio golpe en el estómago que me hace tambalear.

-Te has vuelto loc…- antes de que pueda terminar una corriente eléctrica me recorre la espina dorsal. El dolor en mi entrepierna me hace flaquear. Tiemblo, no estoy segura cual es la razón, lo hago sin poder controlarlo; paso los dedos por el interior de mi muslo deslizándolos temblorosos hacia mi intimidad; Dios, el temblor se acentúa -¿Qué… que me has hecho?

De momento, ante mi vista todo se pone blanco. Pongo toda mi voluntad para soportarlo pero me resulta tremendamente imposible soportar ese dolor que me abrazaba internamente. Esta vez mis piernas no pueden sostenerme y caigo de rodillas frente a Zelena.

-Te estoy preparando para mí.

Intento concentrarme pero mi cerebro está bloqueado por el dolor. No me da tiempo de recuperarme, su magia me empuja con fuerza y mi espalda desnuda choca contra el frio suelo, sus manos se deslizan por mi cuerpo, me remuevo furiosa pero no es suficiente. La mataré, quiero hacerlo pero mi magia no sirve por más que me concentraba nada sucedía.

-Un hijo nuestro, tanta oscuridad en una personita- no puede estar hablando en serio -será el fin de todo Storybook- esas palabras y la seguridad con que las dice me paralizan.

-No-murmuro adolorida-Voy a matarte, ¿qué me has hecho?

-Dotándote para que podamos procrear, no hay bebes mágicos querida para poder tener uno necesitamos esto-Gimo cuando su mano se cierra en la tensa erección –deberías estar agradecida por lo bien que te he dotado.

-Aléjate… de mi…no te atrevas… a tocarme- una sensación desesperante recorre todos mis órganos internos, el tórax se constriñe. Hiperventilo. Dios, debí imaginar que esta mujer retorcida tenía algún plan escocido cuando se presentó en mi casa pidiendo mi ayuda para castigar a Regina. Obviamente no tengo ningún propósito de lastimar a la mujer por la que me sacrifique. Yo, Emma Swan con todas estas repugnantes emociones sigo amándola, a pesar del rencor, rabia y esta oscuridad. Continuo a su merced, ella sigue siendo mi reina, mi dueña aunque no lo sepa.

-Shuu… tranquila, no luches- acaricia mi blanca cabellera como si consolará a una indefensa niña -Puedes ser muy poderosa pero eres una novata en esto de ser villana. Aun no conoces los límites de tu poder.

-Te mataré, juro por dios que voy arrancarte el corazón sin ninguna piedad.

-Cariño lo único que puedes hacer en este momento es estar dentro de mí.

Se despoja de su ropa interior, le pido a todo mi lado perverso que despierte; quiero su sangre en mis manos, exprimir su corazón hasta que solo queden las cenizas. Lo había intentado todo y nada. ¿Qué se puede hacer estando paralizada? Grito una y mil veces apelando a su cordura, exigiendo que se detenga pero la bruja del oeste no entiende de razones su propósito está pintado en esa mirada burlona y su risa socarrona.

El recorrido de sus dedos por toda la dilatada erección me provoco morderme los labios hasta sangrar. Maldita, mil veces maldita. Mientras Zelena intenta dominarme, cierro los ojos por increíble que parezca, yo, el oscuro el ser que era temido en los mundos mágicos, estaba indefensa, transpiraba vulnerabilidad por cada uno de mis poros. Cada caricia de Zelena me marcaba como una braza ardiente. Cierro los puños cuando la veo acercarse a mis labios.

-Seré cuidadosa, tu primera vez será inolvidable- se burla.

La miro con todo el desprecio que puedo encontrar dentro de mí, ella me devuelve una mirada como si fuera la cosa más insignificante del planeta. En el momento en que sus caderas inician un contoneo sobre mi pelvis, la rabia desaparece y el miedo toma terreno. Dios no quiero que esto suceda. Rechino los dientes odiándome en ese momento cuando esa parte de mi cuerpo reaccionaba sin mi consentimiento.

-Te mataré –grito desesperada.

Los ojos hambrientos de la bruja verde se clavan en mi rostro, se relame los labios y yo siento náuseas.

-Tu cuerpo me dice todo lo contario – acaricia mis pechos pellizcando los sensibles pezones entre su pulgar y el índice, la miro furiosa pero ella no se intimida, continua con sus movimientos; esos que son una asquerosa tortura. La odio...quiero matarla sentir su sangre entre mis dedos seria la cosa más placentera de mi vida... odio a esa maldita perra.

Basta… Basta

Suplico en mi interior, no puedo permitir ser humillada de esta manera. La odio… la odio repito una y otra vez como un mantra. La rabia que estoy llegando a sentir es como un veneno que se esparce y me destroza por dentro.

-Muévete- me ordeno con un grito desesperado.

La risa de Zelena estalla y yo la siento como una bofetada.

-Tranquila cariño yo hare el trabajo por las dos.

-Soy el oscuro- grito con tanta fuerza, con tanto odio que hasta parece que la garganta se me va a partir en dos. Al instante todo parece detenerse. Los latidos de mi corazón se hacen cada vez más lentos hasta que ya no los escucho, esa extraña sensación me lleva de vuelta a esa oscuridad y no me opongo al contrario dejo que me posea a su antojo.

Levanto la vista dejando que vea esa sonrisa que ahora pinta mis labios. Ahora es ella quien se paraliza. Se aleja de mi pero no por mucho tiempo, la atrapo en la puerta golpeando con saña su mejilla contra la madera. Ella no lo entiende, se suponía que iba a violarme y yo no podría hacer nada, estaba dispuesta demostrarle lo equivocada que estaba. Ahora soy capaz de hacer muchas cosas. Mi mano acaricia su espalda y mi sonrisa es cruel cuando la siento temblar.

No hay magia en lo que estoy haciendo, solo dolor, un dolor que se refleja en cada gemido que sale de sus labios cuando mi mano se hunde en su espalda... no hay magia solo tortura. Mis dedos se abren paso a través de su carne, músculos, huesos me dan la bienvenida hasta llegar a su corazón.

-Es delicioso estar dentro de ti querida... lo sientes- le regalo una perversa sonrisa mientras mis dedos se cierran alrededor de su corazón sin llegar a sacarlo.

Un seco y sonoro grito sale de la garganta de Zelena y es amortiguado por el golpe que le doy a su rostro contra la puesta, quiere defenderse pero atrapo fuertemente sus manos por encima de su cabeza obligándola a permanecer quieta.

-Quisiste jugar con la persona equivocada- susurro a escasos centímetros de su oído.

-Suéltame y te voy a demostrar como juego de verdad, no eres rival para mí.

-Te aseguro que lo haremos, jugaremos- musito con todo el odio empapando mis palabras -Cuando termine este jueguito te prometo que no quedara nada de ti. No sé si a ti te divierta pero yo, si lo voy a disfrutar.

Continuará…