-Tienes que poner mas de tu parte, Emilie. Te estás atrasando-.
La ojiverde puso los ojos en blanco ante el comentario de su profesora, antes de reincorporarse en su asiento y presionar nuevamente las teclas con sus manos, entonando nuevamente una hermosa melodía.
-¡Mucho mejor, querida! tu padre estará muy contento cuando te escuche tocar de esa manera-.
Eso lo sabía muy bien, si había algo que su padre y ella tenían en común, era el amor permanente que le tenían a aquel instrumento con el cual se encontraba hilando notas en construcción de una melodía., por lo que por él, y solo por él, trataba de hacerlo lo mejor posible hasta que la pieza hubiese terminado.
-Bueno, creo que ha sido todo por hoy, querida, lo hiciste muy bien-.
-Gracias, Nathalie-. respondió la joven con una dulce sonrisa ente el comentario de la asistente de su padre.
Una vez la mayor estuvo fuera, la joven se lanzó sobre su cama dejando escapar un gran suspiro. Delator de su aburrimiento infernal.
-Realmente te ves aburrida, chica, eres la viva imagen del tonto de tu padre a tu edad-. dijo un pequeño gatito posándose sobre la frente de la joven.
-Pues, a diferencia suya, yo no puedo convertirme en Chat Noir y escapar por la ventana-. dijo en tono burlón, antes de sacar un pequeño trozo de queso y lanzarlo al aire, con el único propósito de que lo atrapara.
Y lo hizo.
gatito glotón.
Emilie se levantó de su cama, para asomarse por el balcón, la gélida brisa de una noche de invierno golpeó su rostro en el momento en que salió, y desordenó vagamente su larga cabellera rubia.
-Oye Plagg...-
-¿Qué ocurre, Emilie?- dijo el gatito posandose sobre la cabeza de la rubia nuevamente.
-¿crees que papá me odie?-
-Humana tonta, Adrien te ama, eres su adoración, y antes de que si quiera lo menciones, no, el jamás te culparía de lo que pasó-.
Emilie sonrió con ternura ante lo dicho por el pequeño kwami, realmente le tenía mucho cariño., la joven apoyo sus codos en el barandal y el peso de su cabeza sobre sus manos, mientras miraba desde su habitación como las luces decoraban a la gran dama de la libertad, antes de que unos toques en su puerta captaran su atención.
-Buenas noches, princesa-.
-¿Papá?- dijo Emilie viendo la figura de Adrien Agreste apoyada contra el marco de su puerta. -¡volviste antes!-
Adrien sonrió al ver como Emilie cruzaba la habitación hacía él antes de abrazarlo con fuerza.
-¡Claro!- dijo entre risas el rubio -No podía estar más tiempo lejos de mi pequeña gatita-.
Emilie se rió suavemente al escuchar el apodo que su padre usualmente le dicedice.
-Bueno, es oficial, ya está todo listo para la mudanza, así que ¿qué te parece si vamos a comer una hamburguesas para celebrarlo?-.
La pequeña rubia asintió con una gran sonrisa en su rostro, antes de tomar su abrigo.
-Hay una gran bandeja de queso en mi escritorio, y películas en el ordenador, portate bien, Plagg-. dijo Emilie antes de depositar un beso en la pequeña cabecita de Plagg.
-No te metas en problemas-. Secundó Adrien, antes de salir con la chica por la puerta.
El pequeño Kwami de la destrucción solo se quedo observando a su portador marcharse junto a su hija para celebrar su regreso a París.
Pensó por un pequeño minuto en la última vez que vio a su amada Tikki, la última vez que Ladybug y Chat Noir estuvieron juntos.
¿realmente era una buena ideaidea regresar?
Después de lo que ocurrió con la madre de Emilie...
¡Holaaaa!¿que les puedo decir? Soy nueva escribiendo en el fandom xDespero que le den una oportunidad a ésta historia. Si les gustó, dejen un review :3
