Primera parte: ¿Sexo o chocolate?

Capítulo 1.

Tras ser despedido de su trabajo como caballero de plata por armar una pelea con Seiya, intentar ahogar a Marin, desnudarse por completo en una playa no nudista y causar una terrible alteración del orden público, Misty tuvo que buscarse otro empleo y por eso comenzó a trabajar para una famosa revista del corazón. El trabajo pagaba bien y el dinero le hacía falta para poder pagar la multa.

Su primer articulo consistía en hacer una encuesta entre los caballeros de oro y preguntarles si tuvieran que elegir si preferirían sexo o chocolate, pero sólo podían elegir una cosa. Misty tenía doce horas para llevar a cabo su "misión", o sea, hasta que se extinguieran las llamas del reloj de fuego.

Como el teletransporte entre casas era imposible en el Santuario por decreto de la diosa, no le quedaba otro remedio que ir en orden, así que el primer caballero entrevistado fue Mu de Aries, que eligió sexo y Misty, lleno de curiosidad, le preguntó el porqué de tal elección.
—Como Aries es uno de los tres signos de fuego, el chocolate se me derretiría nada más tocarlo— le contestó y añadió que Shaka se cabrearía una barbaridad porque seguro que le mancharía las sábanas—. Ya sabes lo pulcro que es y si me viera comiendo chocolate seguro que me daría un discurso sobre hábitos nutricionales.

"Demasiada información, Mu y en cuanto al sexo con Shaka... como no sea sexo tántrico..."

Misty se abstuvo de vocalizar tal pensamiento a aquel caballero que tan amablemente lo había atendido. Le dio las gracias y se despidió de él antes de salir para la casa de Tauro. Aldebarán sabía que el chico tenía prisa y dio una respuesta muy concisa pues, además, era hombre de pocas palabras.
—¡Qué cosas preguntas, Misty! —le dijo soltando una enorme carcajada—. Soy alérgico al chocolate; trabajé durante mucho tiempo en las plantaciones del Brasil y odio esas malditas plantas.

Sin embargo, en la tercera casa Misty se encontró con un panorama muy diferente porque justamente ambos gemelos estaban en residencia. Ni uno ni otro se ponían de acuerdo con sus respuestas y querían que la suya propia fuera la que Misty pusiera en su artículo. Saga y Kanon se liaron a discutir, Misty trató de arbitrar la discusión pero no hubo manera. Horas después de que Misty saliera de la tercera casa, los dos hermanos seguían a tortazo limpio.

Por suerte, el tiempo perdido lo pudo recuperar en la algo tétrica cuarta casa pues su caballero guardián dio una respuesta rapidísima y más clara que el agua.
—Sexo con o sin chocolate, ¡qué yo no tengo manías! Donde sea, como sea, cuando sea, con quien sea... ¿qué me dices Mistito?
—Gracias, Máscara, si acaso otro día. Aún me queda mucha gente por entrevistar.
—No te olvides, ¿eh? —le recordó sugestivamente mientras daba a Misty un buen pellizco en el trasero.

Misty decidió salir sin hacer comentario alguno puesto que le asustaba un poco el pensar en los gustos que podría tener el atrevido italiano y le daba miedo que le diera por la vena necromántica. El chico siguió sin percance alguno hasta la casa de Leo, cuyo caballero también le dio una respuesta muy clara.
—Sexo con Marin cubierta de chocolate.
—Aioria, sólo puedes escoger una cosa.
—¿En serio? Misty, es que necesito tomar fuerzas después de... bueno, ya sabes... —le guiñó un ojo—. Marin es agotadora.
—Chico, me estás dando demasiada información —le dijo algo incómodo. La incomodidad de Misty no se debía a la descripción que Aioria le acababa de dar sobre sus hábitos sexuales sino más bien al que nombrara a la amazona de plata a la que intentó ahogar recientemente.
—¡Qué rico estás cuando te ruborizas!, ¿de verdad que no quieres acompañarnos? —le preguntó en un tono de voz muy sugerente.
—Hombre, claro que me gustaría pero aún tengo mucho trabajo por hacer —contestó el caballero de Lacerta a modo de excusa.
—Si cambias de idea, aquí estamos...

—¡Mierda! Esto prometía— murmuró el francés mientras subía las escalinatas que llegaban hasta la sexta casa.

Al entrar se quedó maravillado al ver con que buen gusto Shaka la había decorado y especialmente le gustaron las magníficas estatuas de Buda de la entrada. Misty se adentró y vio un halo luminoso bellísimo que emanaba del sexto guardián y que le rodeaba mientras meditaba. El único sonido que se oía por parte de Shaka de Virgo era algo así como: OHMMM OHMMM OHMMM.

Shaka se puso de pie nada más notar que alguien había entrado a su casa pero como Misty mantenía una respetuosa distancia le preguntó sobre el motivo de su visita.

—Hola, Shaka, tengo una encuesta por hacer a todos los caballeros de oro— le contó un tanto nervioso.
—Está bien, suena interesante —contestó el rubio al notar que Misty no le mentía—. ¿Qué quieres saber?
—Dime, ¿qué prefieres sexo o chocolate? —le preguntó un tanto preocupado pues no sabía si Shaka se ofendería al oír una pregunta de esa índole. Era muy díficil saber a qué atenerse con un caballero que tenía la reputación de ser el más cercano a los dioses y del que también se decía que era la reencarnacion de Buda.

—Ni uno ni otro, gracias, prefiero una taza de té, a ser posible Assam —le contestó amablemente.
—Shaka, disculpa, pero es que tienes que elegir uno...

Shaka le puso una mano sobre el hombro y le hizo sentarse. Durante un buen rato le estuvo haciendo un discurso acerca de las enseñanzas de Buda y sobre los beneficios de saber controlar los impulsos naturales y las emociones. "¡Rayos y centellas! ¿de qué leches habla?" pensó el caballero de plata. Dos horas más tarde Shaka terminó de hablar.

—Gracias, Shaka. Como siempre, muy... educativo.
—De nada, Misty. OHMMMMM, OOOHHHMMMM...-dijo Shaka mientras volvía a su meditación.

"¡Por todos los dioses!, ¡qué dolor de cabeza!. ¡Necesito un cubo lleno de aspirinas!" pensó el pobre lagartito al salir de la sexta casa.