Disclaimer: Naruto no me pertenece. Probablemente nunca lo haga...
Sensaciones
Capítulo 1
Lo primero que Kakashi percibió esa mañana fue el intenso dolor proveniente de su costado derecho, caliente y punzante. Después vino el dolor del resto de su cuerpo, por supuesto, pero ese era mucho menor en comparación. Entreabrió su ojo derecho un poco, lamentando de inmediato haberlo hecho cuando la brillante luz del sol le dio de lleno en el rostro.
Fue quizá sólo una fracción de segundo el tiempo que contempló sus alrededores, pero el Copy-nin supo sin la menor duda que se encontraba en el Hospital de Konoha. La vida de un shinobi como él le había conseguido innumerables visitas a ese lugar, llevándole a jactarse de ya haber sido huésped de cada una de las habitaciones y aulas del lugar. Puede que no fuese el mayor de los logros o algo de lo cual otros se sentirían orgullosos de comentar, pero bueno, Kakashi prefería ver el vaso medio lleno.
Hizo una nota mental de hablar al respecto de su record de estadías en el hospital con Gai. Nunca estaba de más ir a molestar a su ruidoso autoproclamado eterno rival. El hombre sería capaz de lanzarse una y otra vez desde la Montaña de los Hokages con tal de vencerle.
Soltó una pequeña risa ante semejante imagen, causando una punzada en especial molesta en su costado. No pudo evitar dejar escapar de sus labios un quejido de dolor.
"¿Kakashi-sensei?"
El Jounin volteó sobresaltado hacia el lugar de donde provenía la voz, reprendiéndose internamente por no haber notado antes que alguien más estaba ahí. ¿Tan malherido estaba que comenzaba a perder noción de sus alrededores?
A su lado se encontraba Naruto, vestido en una de aquellas odiosas batas blancas que te obligan a vestir en el hospital. Intercambió miradas con el rubio en silencio, evaluando la situación. ¿Qué diantres hacía su antiguo estudiante en su cuarto? Naruto debería estar lejos, entrenando con Jiraiya como sincronizar su chakra con las criaturas invocadas por medio del Kuchiyose no Jutsu.
"¡Ah, Kakashi-sensei! ¡Pensé que jamás despertaría!" exclamó Naruto, sonriendo mientras acercaba aún más la silla en que se encontraba sentado hacia la cama. "Escuché que fue por heridas en una misión muy complicada… ¡Pero cuatro días es demasiado tiempo para estar inconsciente!"
"Bueno, no todos tenemos un Kyuubi que nos ayude, Naruto." Respondió Kakashi en tono cansado, incorporándose en la cama. "En fin, ¿qué estás haciendo…?"
"¿Aquí en el hospital?" interrumpió Naruto, riendo apenado. "Oh, nada, es culpa de las tontas ranas de Ero-sennin… cosas del entrenamiento."
"Hmm…" el Jounin continuó mirando desinteresado al rubio, quien pareció comenzar a sentirse incómodo.
"¡Vaya, ya casi es mediodía!" dijo Naruto, levantándose de la silla y avanzando en dirección a la puerta. "Veré si consigo algo de comer. ¡Nos vemos, sensei!"
El Copy-nin vio la puerta cerrarse detrás de Uzumaki. Había dicho que eran ya cuatro días los que llevaba inconsciente. ¿No era ese ya demasiado tiempo como para que Naruto no hubiese escapado del hospital? El muchacho parecía bastante saludable, además. Le habría gustado que Naruto no le interrumpiese cuando iba a preguntarle qué hacía en su habitación.
Kakashi volvió a recostarse en la cama, moviéndose con cuidado para no empeorar el dolor de su cuerpo. Cerró los ojos y soltó un suspiro. ¿Por qué tenía que ser Naruto el Ninja más impredecible de toda Konoha?
Era bueno ver que su exalumno se encontraba bien y entrenando para hacerse más fuerte. Tenía total confianza en que Jiraiya podría poner a trabajar al muchacho y sacarle su escondido potencial.
'Cosa que yo no pude hacer…'
Lamentaba haber levantado las expectativas de Naruto, hacerle pasar por tan extenuante entrenamiento, sólo para terminar con un jutsu desgastante y altamente autodestructivo. Vaya sensei había sido para Naruto…
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"¡Arriba, Kakashi-sensei!" gritó Naruto, abriendo la puerta de la habitación del Jounin con más fuerza de la necesaria. "¡Es hora de comer!"
Kakashi lo recibió con una inquisidora ceja arqueada. Permaneció en su lugar mirando a su antiguo estudiante colocar una bolsa de comida sobre la mesa junto a la cama. Cuando Naruto se había ido hace veinte minutos en busca de comida la verdad no pensó que éste regresaría con algo para él. Era bastante raro, e inusualmente… considerado.
"¡No me mire así, sensei! ¡Sé lo que está pensando!" dijo Naruto en falso tono ofendido, tomando asiento en el suelo, su espalda recargada contra la cama. "Pero no, no es ramen… a pesar de lo que piense y diga media aldea, el ramen no es mi única fuente de alimentación."
El Copy-nin sonrió ligeramente y estiró la mano para tomar el contenedor de comida de la pequeña mesa, lo colocó con cuidado sobre sus piernas y lo abrió. El aroma caliente y dulzón de asado de puerco le hizo comenzar a salivar. Naruto debía estar pasando más tiempo con Chouji.
"Puede comer con calma, sensei." dijo Naruto, abriendo también su orden de comida. Estaba sentado en el suelo de espaldas a Kakashi, con la mirada fija en la ventana. "Aspirar la comida en dos segundos como suele hacer no puede ser bueno para esa herida. Prometo no mirar…" giró el rostro un momento, ofreciéndole una sonrisa de comprensión antes de volverse de nuevo y enfocarse de lleno en el plato frente a él.
¿Qué pasaba con Naruto ese día? Kakashi no tenía la menor idea, pero no le pareció que el rubio tuviera malas intenciones, así que deslizó hacia bajó la máscara de su rostro.
'¿Dónde quedó ese niño fastidioso y necio que eras, Naruto?'.
"¡Itadakimasu!" exclamó Kakashi, su profunda voz libre por la ausencia de la máscara.
Comieron sin decir palabra. Era un silencio mutuo, cómodo. Kakashi observaba a su antiguo estudiante comer con una tranquilidad poco característica de éste. La cabeza del rubio sobrepasaba el borde de la cama, evidenciando los recientes centímetros aumentados a su estatura.
'Tal vez no sólo estás madurando físicamente…'.
"Entonces, Naruto…" dijo Kakashi, sobresaltando un poco al rubio, quien dejó de comer en señal de estar escuchando. "¿Cómo va tu entrenamiento con Jiraiya?"
"Pues…" removió la comida de su plato con desgano. "No muy bien que digamos… menos ahora que Tsunade-baachan mandó a Ero-sennin a investigar fuera de la aldea…"
'Hmm…' Kakashi dejó de lado el plato de comida ya terminado y volvió a colocarse la máscara. Jiraiya debía haberse marchado en búsqueda del Akatsuki o alguno de sus tantos escondites. Al parecer siempre tenía que ocurrir una u otra cosa que interrumpiese el entrenamiento de Naruto.
'Todo lo que ha logrado hasta ahora ha venido haciéndolo por su propia cuenta…'
Era probable que el rubio fuera el estudiante que más había sido descuidado en la aldea entera.
"Bueno, yo no soy un experto en aquello de la sincronización…" Fue una mezcla de culpa y sentido de responsabilidad hacia su ex-estudiante lo que lo impulsó a hablar. "Pero si necesitas un poco de ayuda o alguna recomendación…" Estaba inseguro de cómo terminar su frase sin hacerla sonar condescendiente o, peor aún, sentimental.
"¿Eh?" Naruto estaba de pie en un segundo, mirando anhelante al otro shinobi. "¿En verdad me entrenaría, sensei?"
Eso no era exactamente lo que Kakashi había dicho, mas cualquier posibilidad de negarse desapareció al ver los expectantes ojos azules de su antiguo alumno rogándole en silencio. Una sonrisa amenazaba con aparecer en los labios del rubio, reprimida a la espera de una respuesta por parte del Jounin. ¿Cómo podía decir que no?
"Claro." Respondió Kakashi. "Aunque seguro estaré convaleciente por algunos-" Los brazos de Naruto se encontraban de repente alrededor de su cuello. "…días más."
El Copy-nin permaneció ahí, sin moverse, demasiado sorprendido por la súbita muestra de afecto del otro ninja. Fue un abrazo firme pero suave, lo suficiente cuidadoso para no causarle molestia en su lastimado cuerpo. El cabello de Naruto le rozaba el rostro, causándole un leve cosquilleo.
"Gracias… Kakashi-sensei." Murmuró el rubio mientras se separaba del cuerpo de su maestro. "Yo… entonces…" se llevó una mano detrás del cuello, retrocediendo apenado hacia la ventana. "¡Nos vemos!" Y se había ido ya.
¿Qué diantres había sido eso? El Copy-nin aún podía sentir esa energía cálida que irradiaba el cuerpo de Naruto a su alrededor. No lograba recordar la última vez que alguien le había abrazado, que él había permitido a alguien abrazarle. Era una sensación extraña.
'Aunque no necesariamente desagradable…'.
Llevó su mano a la oreja izquierda, tocando el lugar sobre el cual el aliento de Naruto había pasado. Sacudió su cabeza para recobrarse de la situación.
'Creo…creo que necesito descansar.'.
Apenas se había recostado de nuevo cuando la puerta de su habitación volvió a abrirse, de nuevo con fuerza mayor a la necesaria. La Hokage de la aldea permaneció ahí, recargada en el umbral de la puerta con los brazos cruzados, observando al Jounin.
"Así que al fin despiertas." Dijo Tsunade, sonriendo. "Cuatro días inconsciente es bastante tiempo ¿sabes?"
"Sí, eso me han dicho…" respondió Kakashi, divertido por las similitudes entre la mujer y su antiguo estudiante.
"¿Oh?" la Hokage señaló con la cabeza hacia los restos de comida en la mesa junto a la cama de Kakashi. "Así que tuviste visitas…" entró en la habitación, avanzando luego hasta quedar junto a la cama. "Naruto debió estar aliviado de por fin verte consciente." Se dejó caer con desgano en una silla. "Por lo menos ahora dejará de molestarme cada cinco minutos para que venga a revisarte." Le dio una mirada de complicidad. "Estuvo muy preocupado por ti estos cuatro días. Incluso se rehusaba a irse a pesar de ya estar dado de alta, el muy necio."
'Así que por eso seguía aquí… ¿por mí?'.
Su instinto ninja le decía que algo fuera de lo normal estaba pasando con Naruto, algo relacionado con él. ¿Qué podía querer Naruto de él? La parte más racional de su mente le proporcionó una rápida respuesta: que lo entrene. Ahora que Jiraiya no estaba, Naruto seguro estaba buscando un suplente.
"¡Bien! A tratar esa herida, entonces." exclamó Tsunade, arrebatándole de un tirón la sábana. Colocó su mano sobre el costado de Kakashi y comenzó a aplicar su chakra. "¿Habrá algún día en que vuelvas de una misión sin terminar en la sala de emergencias, Kakashi?"
"Bueno, uno sólo puede desear." Bromeó el Jounin. "Mis misiones siempre son completadas con éxito. Que salga con vida de ellas es sólo un extra."
"Hmm…" retiró su mano del cuerpo de Kakashi. "La herida parece estar sanando sin problemas. Estarás bien." Se levantó y avanzó hacia la salida. "Puedes permanecer aquí en el hospital o irte a casa. Sólo tómatelo con calma."
En cuanto la mujer se marchó el Copy-nin abrió uno de los cajones de la mesa junto a la cama en busca de su ropa; las enfermeras estaban ya acostumbradas a dejarle sus cosas a la mano, uno de los beneficios de ser cliente frecuente del lugar. No pensaba quedarse un día más en el hospital. Nadie sabía mejor que él lo aburrido que eso podía ser.
Tardó poco en estar vestido y salir del hospital. Era una suerte que su apartamento estuviese relativamente cerca del lugar pues la herida del costado le dolía más de lo que le gustaría admitir. Atravesó las calles de Konoha sin prestar atención a las miradas de sorpresa que recibía de los transeúntes. Su único objetivo era llegar a casa, tirarse en la cama, y permanecer ahí las siguientes ocho horas como mínimo.
Transcurridos alrededor de diez minutos llegó Kakashi a su apartamento. Entró arrastrando los pies, y con ese mismo paso cansado se dirigió al baño con la intención de lavarse por lo menos el rostro antes de tirarse en la cama a descansar. Abrió la llave del lavabo, dejando el agua correr mientras se despojaba del protector que cubría su Sharingan y la máscara. Levantó la mirada, encontrándose frente a frente con su reflejo en el pequeño espejo de baño.
'No es sorpresa que me miraran así en la calle…pareciera que acabo de tener tres rounds contra Orochimaru e Itachi juntos.'.
Se mojó el rostro con el agua fría, lavando así la ligera capa de sudor acumulada durante sus días en el hospital. El personal médico sabía lo receloso que era el Jounin respecto a su rostro, así que habían optado por dejarlo en paz a menos que tuviese alguna herida ahí que necesitase tratamiento.
'Bueno… es lo que es.'.
El trabajo de un shinobi debía estar entre los menos glamorosos en el mundo entero pero alguien tenía que hacerlo. Pasó su mano derecha entre su cabello, intentando sin mucho éxito sosegar el caos que reinaba en él.
Salió del baño y se encaminó a su habitación. El lugar estaba tal como lo había dejado casi ya dos semanas atrás, uno de sus libros aún tirado en el suelo con descuido. Se desvistió despacio, haciendo sólo los movimientos necesarios para evitarle esfuerzo a sus adoloridos músculos. Su pantalón fue la única prenda que dejó sobre su cuerpo antes de recostarse en la cama.
"No hay lugar como el hogar…"
Sus palabras se perdieron en el silencio. El agotado shinobi cerró los ojos y se dejó envolver por la oscuridad una vez más.
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Esa era una de aquellas mañanas en la que se sentía invadido por un intenso sentimiento de desorientación al despertar. Pasó una mano sobre sus ojos, tratando de quitarse los restos de sueño de la cabeza. Se incorporó en la cama, sintiendo al instante el distintivo tirón de músculos desgastados. Abrió su ojo derecho, mensurando el lugar. Descubriéndose en la quietud de su apartamento los recuerdos del día anterior fueron apareciendo en su mente: la misión, el hospital… Naruto.
Dio un vistazo al reloj sobre la mesa: eran casi las diez de la mañana. Había dormido más de veinte horas.
'Supongo que estaba más cansado de lo que pensé.'.
Sin embargo, el sueño parecía haber sido reparador. Se desperezó, estirando los brazos y arqueando un poco la espalda. El dolor era considerablemente menor al día anterior. Miró el vendaje que cubría su costado derecho y se alivió al verlo libre de sangre; lo presionó un poco, obteniendo a cambio una punzada aguda.
"Bueno, no parece estar tan mal." Se levantó de la cama con pesadez. "Supongo que sobreviviré."
Ya más consciente del aquí y el ahora Kakashi comenzó a notar la inminente necesidad de comer algo. Se dirigió a la cocina a pesar de saber que no encontraría ahí mucho con lo cual calmar su creciente hambre. Siempre que iba a ausentarse por una misión larga solía hacer inventario en la cocina, lo cuál en verdad quería decir deshacerse de todo aquello que pudiera echarse a perder mientras él estuviese fuera.
Soltó un suspiro de desesperación y procedió a sentarse en una silla de su pequeño comedor. Tal vez todavía quedase un paquete de sopa instantánea por ahí. Eso le hizo recordar a Naruto. Fue con el rubio con quién compartió su última comida el día anterior. Recordó la imagen de su antiguo estudiante sentado en el suelo junto a su cama, acompañándole mientras comían en silencio. Debía aceptar que fue agradable, aunque Naruto lo hubiese hecho sólo para conseguir un maestro suplente.
Después vería cómo lidiar con el inesperado compromiso que tenía con Uzumaki. Aunque comenzaba a sentirse mejor estaba bastante lejos de poder entrenar al energético adolescente, ni se diga ayudarle a desarrollar un nuevo jutsu. Ya lo resolvería cuando se presentase la situación.
'Además, tal vez no se lo tomó tan en serio…'.
"Pues algo tengo que desayunar." Dijo Kakashi, levantándose decidido a encontrar cualquier tipo de comestible restante en la cocina. "Un shinobi debe saber lidiar con todo tipo de-" le interrumpió un leve golpeteo proveniente de la puerta principal.
Arqueó una ceja en señal de sorpresa. Era demasiado temprano para recibir visitas, claro, dejando de lado el hecho de que para él era extraño recibir visitas siempre, independientemente de la hora. Volvieron a tocar la puerta, ahora con mayor insistencia. El Jounin se resignó a ir a investigar de quién se trataba. Entró a su habitación para colocarse su máscara antes de ir a atender el llamado.
"¡Buenos días, Kakashi-sensei!" fue lo que escuchó Kakashi antes de incluso terminar de abrir la puerta. "¿Listo para nuestro primer día de entrenamiento?"
"Pues…" extendió sus brazos para hacer notar su actual estado: vestido con sólo su pantalón negro y máscara, cabello desordenado y su único ojo abierto entrecerrado de cansancio. "No, creo que no."
"Uh…" el rubio lo miró algo nervioso, al mismo tiempo que soltaba una risita apenada. "No hay problema, es bastante temprano todavía… ¡Oh!" levantó del suelo una bolsa que tenía a un lado. "¡Traje el desayuno! Entonces… ¿puedo pasar?"
Kakashi se hizo a un lado y dejó pasar al rubio al interior del apartamento. Uzumaki se abrió camino hacia la cocina sin mucho problema y comenzó a poner sobre la mesa los contenidos de la bolsa, los cuales para sorpresa de Kakashi no eran algún tipo de comida ya preparada, sino que consistían en un variado rango de vegetales y otros comestibles.
'¿Qué demonios está…? No. Es demasiado temprano para lidiar con esto.'.
"Iré a tomar una ducha." Dijo Kakashi. Naruto le respondió con un despreocupado gesto de asentimiento con la mano, demasiado absorto con los artículos sobre la mesa como para mirar a su viejo maestro.
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Cada centímetro del cuerpo de Kakashi daba gracias por la confortable sensación que el agua caliente le provocaba, relajando poco a poco sus tensionados músculos. Cerró los ojos, permitiéndose un momento de relajación. Se concentró en el vapor a su alrededor y el sonido del agua chocando en el suelo. Gradualmente sus pensamientos comenzaron a aclararse, su mente racional retomando el mando. No era hasta después de una buena ducha que Kakashi podía considerarse en verdad despierto.
Llegó a sus oídos el sonido de un animado tarareo, disminuido por el sonido del agua cayendo. Sintió curiosidad sobre qué estaba haciendo el rubio con todos aquellos ingredientes.
'Probablemente un desastre con mi cocina.'.
Apareció en sus labios una sonrisa al imaginar al adolescente lidiando con cuchillos, platos y demás utensilios de cocina.
Cerró la corriente de agua y se envolvió en una toalla. Secó su cuerpo de manera automática, pensando mientras en qué hacer con Naruto. El ruidoso muchacho no aceptaría una negativa, Kakashi lo sabía a la perfección. Cuando Uzumaki Naruto se proponía algo, ninguna acción o argumento valía para hacerle cambiar de opinión.
"Tal vez pueda darle uno o dos consejos sobre su entrenamiento." Reflexionó Kakashi al tiempo que comenzaba a vestirse, teniendo especial cuidado al ponerse la camiseta para evitar forzar su herida. "No es como si pudiese hacer mucho más aunque quisiera, estando en estas condiciones."
Salió del baño sintiéndose una persona nueva. Estaba limpio después de más días de los que le gustaría decir, ataviado con su ropa más liviana, y libre de misiones mientras estuviese convaleciente. Se encaminó hacia la cocina, donde fue recibido por el distintivo aroma de una comida hecha en casa. Naruto removía el contenido de una cacerola sobre la estufa con tan seria determinación que Kakashi no pudo contener una pequeña carcajada.
"¿Oh?" los ojos azules de Uzumaki se posaron sobre la figura del Jounin y su rostro se iluminó con una sonrisa. "¡Kakashi-sensei! ¡Hice el desayuno!" declaró Naruto, señalando la cacerola con todo el orgullo del mundo.
"Bien, bien." Concedió Kakashi, sonriendo. De pronto su día comenzaba a lucir mejor. "Disculpa mi inexpresividad hace rato. Las mañanas no son lo mío." Se acercó a la estufa, espiando los contenidos del proyecto casero de Naruto. "Luce bien…" inhaló el vapor caliente. "¿Oh? Y tiene buen olor. Hmm, aunque me pregunto si será lo mismo con el sabor…"
"¡El sabor es muchísimo mejor!" le reclamó Naruto, ofendido. Apagó el fuego de la estufa y se giró hacia Kakashi, señalando el humeante guiso. "¡Estofado de vegetales y tofu, la especialidad de Uzumaki Naruto!"
"Vaya, vaya… ¡Me sorprendes, Naruto!" Dijo Kakashi, animado. Tomó asiento en la mesa, sobre la cual estaban colocados ya dos vasos con agua. "Cualquiera pensaría que si llegabas a aprender como cocinar algún platillo tendría que ser ramen."
"Si fuera tan sencillo no gastaría lo que gasto en Ichiraku." Dijo el rubio, comenzando a servir la comida en dos platos. "Pero no es que no lo haya intentado… aprender a cocinar ramen, me refiero." Colocó con cuidado uno de los platos frente a Kakashi. "Me tomaría una vida entera llegar al nivel de Ichiraku. Ah, es un arte, el ramen… un arte…"
Kakashi vio al rubio tomar en una mano el otro plato y encaminarse hacia la mesa, para luego tomar una de las sillas y colocarla junto a la suya, sólo que mirando hacia el lado contrario.
"Itadakimasu." Dijo Naruto, tomando asiento junto al Jounin. Las sillas alineadas de manera en que los dos ninjas casi podían rozar sus hombros.
Una vez más Kakashi quedó sorprendido por la consideración de su antiguo estudiante, de la atención que había tenido para hacerle más amena la situación. Miró de reojo a Naruto, quien había comenzado a comer, el plato sostenido en su mano izquierda a falta de superficie donde apoyarse.
"Itadakimasu." Susurró Kakashi, y procedió a quitar su máscara.
Naruto no mentía, la comida en verdad sabía mejor de lo que su consistencia y aroma daban a sospechar. El Copy-nin se recargó en la silla, deslizándose hasta alcanzar una posición más cómoda. Era agradable poder compartir con alguien más una comida sin tener que preocuparse por tener su rostro expuesto. Sin embargo, no sabía qué pensar de este nuevo aire de cordialidad que le ofrecía Uzumaki.
"Entonces…" comenzó Kakashi. "Jiraiya se fue de nuevo ¿eh?"
"No es sorpresa. Sabía que tarde o temprano se iría de nuevo, fuera por una misión o no. Ero-sennin nunca ha podido pasar mucho tiempo en el mismo lugar." Respondió Naruto, hundiéndose en la silla. "Es como si estuviese siempre en busca de algo…"
"Todos buscamos algo. Constantemente…" Respondió Kakashi. Se sorprendió al notar la intensidad con que su voz había sonado. "Incluso después de que ese algo se ha perdido para siempre."
Kakashi vio a al rubio asentir con seriedad. No hubo más diálogos durante el resto de la comida.
Después de transcurridos un par de minutos ambos ninjas habían terminado de comer. Kakashi colocó los platos en el fregadero, donde seguro se acumularían con los de la hora de la comida y los de la cena. Giró hacia Naruto, quien estaba aún sentado de espaldas a él con los brazos cruzados, enfrascado en contemplar el techo. Era obvio que el rubio continuaba pensando en su breve, aunque inesperadamente significativa, conversación. Sabía que Naruto podía comprender la totalidad de sus palabras.
"Y bien, Naruto." Dijo Kakashi en tono animado, decidido a poner fin a la atmósfera de solemnidad que había tomado el momento. "¿A qué debo la sorpresa de tu visita, con todo y desayuno incluido?"
"¿Eh?" el rubio giró en la silla hacia Kakashi. Su rostro mostraba una sorpresa que casi rayaba en lo triste. "Kakashi-sensei, no habrá olvidado su promesa de ayudarme a entrenar ¿verdad? Sé que de momento está demasiado acabado como para entrenarme… ¡pero por eso el desayuno! Supuse que tendría la cocina vacía y estaría demasiado cansado como para salir a buscar algo…"
"Oh, ¿y qué te hizo suponer todo eso?" preguntó Kakashi, interesado. Sería divertido molestar un poco al adolescente. "¿Acaso me has estado espiando o algo parecido, Naruto?"
"¿Eh? ¡No!" respondió Naruto en tono defensivo. "Lo supuse… pues… ¡porque eso fue lo que usted nos dijo! Aquella vez que estuvimos fuera casi un mes en una misión: si estarán fuera más de una o dos semanas, lo más sensato es tirar lo que pueda echarse a perder. ¡Fue por eso y nada más!" se giró de nuevo, quedando otra vez de espaldas a Kakashi. "¡Cómo si fuera a perder mi tiempo en estar observándole, sensei!"
Le sorprendió que Naruto recordase aquel viejo consejo sobre la comida al estar fuera en una misión. 'Eso fue hace ya varios años, si recuerdo bien.'. Y el hecho de que pudiera deducir el predicamento en que se encontraría el Jounin al estar convaleciente era todavía más insólito. 'Definitivamente estás madurando, Naruto.'. No obstante, la facilidad con que podía molestar al otro ninja era algo que el tiempo parecía no haber cambiado. ¿Y acaso fue un sonrojo lo que alcanzó a ver en las mejillas del rubio antes de que éste se voltease?
"¡Está bien, está bien!" respondió Kakashi, divertido. "Gracias, Naruto, por el desayuno."
"No hay problema." El rubio se levantó de su asiento y fue rumbo a la salida del apartamento. Kakashi fue tras él. "Sólo siga recuperándose para que podamos entrenar pronto." Todo rastro de enfado ausente en el rostro del rubio, remplazado por una cálida sonrisa que se extendía hasta sus ojos azul cielo. Abrió la puerta para marcharse, pero en el último momento se detuvo. "Oh, casi lo olvido. Tsunade-baachan dijo que fuera a verla esta tarde. Algo sobre ver cómo va la herida, no sé. En fin… nos vemos, Kakashi-sensei."
Vio a Uzumaki alejarse del apartamento durante un par de segundos antes de cerrar la puerta. El lugar volvió a su regular silencio ahora que Kakashi se encontraba solo de nuevo. El Jounin hizo su camino hacia la habitación y se recostó en la cama, cruzando los brazos detrás de la cabeza. Liberó su rostro de la máscara; un suspiro de satisfacción salió de entre sus labios al tiempo que cerraba los ojos. Hacía ya un buen tiempo que no se sentía tan cómodo. Era un excelente comienzo para el día. Se sentía… bastante alegre, la verdad. Incluso la herida del costado parecía dolerle menos. Quién diría que una visita de su hiperactivo estudiante pudiera hacerle sentir tan bien.
Descansaría un rato y después iría a visitar a Tsunade-sama como le había dicho Naruto. 'Me pregunto cuándo habló con ella…'. En realidad no importaba mucho, pero bien podría preguntárselo a la Hokage misma más tarde para satisfacer su curiosidad.
Eran escasas las oportunidades que Kakashi tenía para holgazanear así que le sacaría el mayor provecho a la situación. Quizá no dormiría más, suficiente había tenido el día anterior, pero se tomaría un par de horas para recostarse y hacer absolutamente nada. Dejó su mente vagar sin rumbo… y ésta optó por mostrarle la imagen de aquella radiante sonrisa que le dedicó Naruto justo antes de marcharse. Sin darse cuenta, Kakashi sonrió también.
