Desperté esta mañana y encontré algo. Algo que no debería estar allí.

Era una mañana que simplemente podría ponerse más y más rara. Estaba dormido y desperté inmediatamente olvidando todo lo que pude haber o no pude haber soñado esa noche, lo cual era bastante normal para mí. Maya una vez me dijo que anotar tus sueños justo después de que despiertas te ayuda a mejorar a recordarlos, pero, para ser honestos, no estoy muy entusiasmado en recordar cada una de mis pesadillas en detalle. Abrí mis ojos y me voltee al lado solo para ver el reloj, lo cual es normal para mí. Eran las 8:07, lo que significa que desperté alrededor de las 8:00, lo cual, también, es normal para mí. Sin embargo, aquí es cuando las cosas se pusieron raras.

Mientras desviaba la mirada del reloj, ya estaba recordando si tenía algo planeado para este día, o si solo lo pasaría viendo la tele y comiendo sopa y hamburguesas con Maya, aburriéndome hasta la muerte. Lo cual es, de hecho, normal para mí. Sin embargo, mis ojos vagaron por la mesa de noche… y allí estaba.

Un distintivo de fiscal.

Un distintivo, pulcramente pulido, brillante y llamativo. Justo como el que Edgeworth tiene. Ahora que lo pienso, nunca he visto que lo tenga puesto, o a ningún otro fiscal. Aunque puedo entender porque. Viéndolo de cerca, esta cosa es horrenda…

El pensamiento que esta vista disparo fue, naturalmente, lo siguiente:

(¿…Que está haciendo un distintivo de fiscal en mi mesa de noche?)

Sentado en la cama, la primera cosa que hice fue estirarme y bostezar como siempre, pero para estirar mi mano para agarrar el distintivo, en el que mis ojos estaban puestos, y tomarlo. Me detuve un poco aunque la pregunta acerca de quién le pertenecía este distintivo cruzara mi mente. Pero no me tomo mucho tiempo decidir que, de una o de otra manera, tendría que tomarlo si quería descubrirlo. La primera cosa que note era cuan pesado era comparado con el distintivo de abogado. Pero creo que hubiera adivinado eso, se veía pesado en el primer lugar ya que era un poco más grande y tenía esa pieza de metal cruzado y esa joya y todo lo demás. Examine el diseño más de cerca. Era mucho más… "Agudo e inquietante" que mi distintivo.

(Inquietante… Edgeworth…)

Creo que aquí sonreí.

(Que apropiado.)

Aun así, podía quitar la idea que esto le pertenece ahora mismo. Edgeworth nunca pierde nada, el era muy pulcro y perfeccionista. Y si lo hiciera, el probablemente se ponga una bolsa de papel encima por la vergüenza.

También podía olvidarme de Franziska Von Karma también. Ella nunca visita mi oficina…

… Allí fue cuando note la segunda cosa extraña, la cual no era posible. De hecho era mucho más llamativo que el distintivo y seriamente me pregunto cómo pude haberlo pasado por alto. Estaba sorprendido… bueno de hecho, mas como "conmocionado", cuando finalmente lo note. Me caí sobre mi cama cuando lo note.

Esta no era mi habitación.

Si, en caso de que te lo preguntes, estoy seguro que a ese punto empecé a sudar frio. ¿Despertar en una habitación desconocida, sin tener idea de cómo llegue aquí? No me gusta lo que esto implica. No creo que nadie le guste lo que implique.

Tratando de hacer memoria de lo que paso antes esa tarde, y fallar, salte de mi no cama y empecé a pensar ideas de cómo salir de aquí, sin ser descubierto por quien sea el que viva aquí. Llegue con un método un tanto tardado de 'de puntillas- alto- escucha- de puntillas- de nuevo' cuando me di cuenta de otro problema:

Tenía puestas mis pijamas. Bueno, al menos si pudiera confiar en el espejo gigante en frente de mí. Un espejo de aspecto innecesariamente pretencioso, en mi opinión. Era como si el dueño lo hubiera comprado solo para poder gastar dinero en algo. Mire al suelo. Mis ropas no se veían. Solo me encontré con un tapete pulcro y de aspecto costoso y empecé a preguntarme si no me secuestraron de la oficina mientras estaba dormido. Al menos esa parecía ser la única explicación lógica. La única otra explicación que venía a mí cabeza era asesinada por el hecho de que estaba bastante seguro de que me conocía lo suficiente para determinar que yo definitivamente no haría eso. Aunque…

(Ok, pensemos las cosas.) Pensé (Estoy en una recamara de una casa que creo que no he visto antes, vestido en pijamas y hay un distintivo de fiscal en mi mesa de noche. No tengo idea de cómo llegue aquí ni de que hice la noche anterior. O un fiscal de métodos drásticos está tratando de deshacerse de mí, o yo- *Gulp*… dejémoslo así.)

Fue entonces que le di otra mirada al reconociblemente grande, bien amueblado cuarto con una gran, cama blanca, que para mi alivio, parecía estar diseñada para una persona a pesar de su tamaño, una almohada y una sola sabana en la que he estado debajo solo hace unos segundos confirmaron esto también, y la igualmente blanca mesa de noche. También, estaba, desde luego, este distintivo de fiscal, el cual estaba descansando en mi palma.

(No espera… eso no tiene sentido…) presione mi barbilla con dedo nerviosamente. (Un secuestrador no me encerraría en la 'suite real', ¿o sí? Además, ¿Por qué dejaría su distintivo conmigo? ¿Se le podrá haber olvidado…? ¿Pero por qué lo pondría en la mesa de noche en primer lugar? Y lo más importante… ¿tengo enemigos que de verdad me harían esto a mí?)

Reflexione acerca de estas preguntas por menos de tres segundos antes de que llegara a la conclusión "ya no más". Cada fiscal que me ha odiado me ha celebrado de alguna manera… al menos aso pensé. Simplemente no se me acurre una razón válida por la cual estoy aquí, sin importar lo mucho que lo piense. ¿Por qué alguien me secuestraria? Esto era ridículo.

Si Maya estuviera aquí, ella habría venido con teorías de conspiraciones para este entonces. Si Mia estuviera aquí, ella probablemente me habría dicho que conservara la calma y le echara un vistazo al cuarto.

(De hecho, eso es probablemente lo que debería hacer ahora, creo…)

Lentamente, me aproxime a la puerta, tratando de no hacer ningún ruido, era fácil ya que el mantel amortiguaba mis pasos. Es como si los diseñadores hubieran venido con el diseño más bueno para los ladrones que se le pudieron ocurrir. Puse mi mano sobre la manija y le di vuelta. Para mi sorpresa, la puerta se abrió. Ni siquiera tenía candado. Mi teoría del secuestro se desvanecía a cada segundo… Y si aun fuera verdad, este era el secuestrador más incompetente en la historia de los secuestradores. Aun así, estaba el viejo dicho, "Nunca alavés el día antes del anochecer", así que decidí actuar tan cuidadosamente como fuera posible.

Mis primeros pasos fuera del cuarto fueron algo lentos y detenidos, pero mientras progresaba a través de un apartamento en una casa con varios niveles en el, eso fue lo que una mirada a la ventana me dijo, se volvía más y mas aparente de que, de hecho, no hay nadie aquí excepto yo. Los otros cuartos que encontré, había una cocina un comedor, una sala, un baño, estaban todos vacios de cualquier persona que pudiera verme eventualmente. Era un apartamento de aspecto costoso. Los cuartos eran espaciosos y equipados con la clase de mueblería que solo conocía de catálogos o vistas a otras oficinas de abogados adinerados.

(Uhh… Son lugares como estos los que hace desear que mis clientes fueran un poco más… ricos. O que puedan costearse mejor.)

Continúe viendo los alrededores. Me tomo un buen tiempo encontrar la entrada, la cual podría contar como el tamaño del apartamento y la manera un tanto ilógica que todo estaba colocado… Para ser francos. Incluso con toda la mueblería costosa, el lugar estaba lejos de ser ordenado en cualquier sentido de la palabra, pero sabía que debería cerrar la boca en este sentido; Maya constantemente me recuerda que mi oficina no ganaría exactamente ningún premio por el lugar más limpio del pueblo.

(…Mi oficina)

Tengo que regresar, pronto. Colocando mi mano sobre la manija, me di cuenta que no tenía un oyó para la llave… y me di cuenta que era uno de esos cerrojos, el cual solo se cierra por un lado. Es decir: cualquiera puede salir, pero solo el dueño de la tarjeta llave entra. Puse una cara por mis dudas.

(No… no puede ser enserio. ¿Así que podía salir caminando así como así? ¿Por qué me traerían aquí en primer lugar?...

…Ok, vamos a pensar. Esto obviamente no es un secuestro. Ningún secuestrador en el mundo sería tan estúpido. Lo que significa que entre a este lugar por mi propia voluntad. Que mal que no recuerdo hacer eso… Bien, hola de nuevo, malas implicaciones.)

Suspire y retire el sudor de mi cara. Preguntándome qué razón tuve para venir aquí. Recordé que aun tenía el misterioso distintivo de fiscal en mi mano y entrado a él de nuevo.

(Mh… Este distintivo. Me pregunto a quien le pertenece… ¿Quizá vine aquí ayer en la tarde para encontrarme con un fiscal? ¿Pero entonces por qué no recuerdo haber venido aquí entonces? ¿Me drogaron? … No. ¿O…quizá? No sé. Ellos… pueden ser impredecibles algunas veces… No, espera… Ni Edgeworth, ni Franziska Von Karma tendrían razones para atraerme aquí, drogarme, dejarme aquí dormido y ni siquiera cerrar la puerta. …Y para ser honesto, no los puedo imaginar haciendo esto. Además ellos no hubieran dejado sus distintivos aquí, a mi alcance, ni por accidente. Hmm.)

La única manera de descubrir a quien le pertenece este distintivo es preguntarle a el detective Gumshoe si algún fiscal ha perdido su distintivo. Pero de nuevo, si hiciera eso, ellos sospecharía que yo, de hecho, lo robe y esa es la clase de problema que quiero evitar a no ser que sea necesario. Adicionalmente, quizá dejar el lugar en este momento no podría ser una muy buena idea, considerando que sigo en pijamas.

(Necesito ropas primero…) Decidí luego de echarme un vistazo. (De lo contrario no podre dar ni dos pasos en la calle sin arruinar mi reputación en tiempo record… Ya puedo ver los encabezados en los periódicos y no me gustan.)

Si, incluso considere caminar en las calles vestido así. Pude haber sido una perfecta carnada para reportero. Sin mencionar que hubiera sido vergonzoso. No había manera de que hiciera eso, sin importar lo mucho que quiera regresar a la oficina. Camine de arriba abajo en el departamento por un poco, hasta que recordé que había un armario en la recamara.

(Si… el armario. Si me apresuro a mi lugar, me cabio rápido y regreso lo que tome, nadie sospechara nada… No, espera. ¿Qué pasa si el que vive aquí no es de mi talla?

… ¿Qué pasa si quien vive aquí es una mujer?)

Ese momento una perturbadora imagen mental cruzo por mi mente.

Yo en las ropas de Franziska Von Karma. Casi me atraganto con el aire que estaba respirando.

(¡Gah! ¡Alguien, pase el blanqueador de cerebro, por favor!)

Ni siquiera sé, porque pensé en ella, pero puede ser por el distintivo de fiscal. Aparente mi mente se ha de haber quedado con la idea de que este apartamento le pertenece a un fiscal, la cual era la más lógica conclusión debido a que encontré este distintivo aquí.

Aun así, no tenía opción. Tenía tres opciones: el armario… esperando por el dueño del apartamento y encontrarme despierto en el… oh llevar mis pijamas puestas en la calle. Finalmente me regrese al cuarto y me aproxime al gran armario. Respire hondo.

(Toma la ropa, regresa a la oficina, cambia, regresa, pon las ropas en su lugar…) Seguí diciéndome eso (Simple no te preocupes.)

Abrí una de las puertas del armario de madera, temiendo porque clase de ropas ridículas me veré forzado a usar.

(… ¿Pero qué-?)

Estaba sorprendido al darme cuenta de algo: El dueño del apartamento tenía los mismos gustos en vestuario que yo.

El mismo traje azul, la misma corbata roja, los mismos zapatos negros.

No solo uno de cada uno. Estaban en masa. Ni siquiera sabía que tantos de estos existían. Mientras la pregunta de quien vivía aquí se estaba volviendo más urgente que de hecho se sentía que estaba empezando a atravesar mi cabeza. Empecé a cambiarme de ropas, sintiéndome familiar de una vez.

(…No puede ser… Mi talla exacta también…)

No había duda en mi cabeza: estas eran las mismas ropas… lo mismo que llevo siempre. Bueno, excepto que no tengo mi distintivo de abogado para colocarlo en el traje. Simplemente quería cerrar la puerta, pero note algo cerca de la parte de atrás del closet en el suelo.

(…Un minuto… ¡Mi portafolio!)

Rápidamente lo agarre de adentro del armario y lo abrí, echándole una mirada adentro. Mis sospechas fueron confirmadas: Encontré unas de mis pertenecías adentro, lo que aseguraba lo que esto era, de hecho, mi portafolio. Junto a mis posesiones ay una foto mía de cuando tenía 18, junto con Edgeworth y Larry Butz. Sin embargo, pronto me di cuenta de que varias cosas estaban perdidas de repente. Mi foto de la victoria en el caso Hazakura por ejemplo, o la foto de Maya y Pearls comiendo fideos conmigo en el puesto de Eldoon…

(¿Por qué alguien tomaría esas? Eso no tiene sentido… ¿Hm?)

Entre mis dedos, de repente sujete una foto mía en mi tiempo en la universidad. Iris y yo, para ser preciso.

(Iris…)

Desde luego, Iris, la hermana gemela de Dahlia Hawthorne, salió conmigo para crear la ilusión de que Dahlia y yo éramos pareja, pero eventualmente se enamoro de mí. ¿Cómo me pude olvidar de ella…?

El problema era que no recuerdo haberme tomado esta foto en particular durante mi tiempo en la universidad, y especialmente guardarla aquí en mi portafolio de esta manera. Lo que más me confundía era la locación que mostraba: La aldea Kurain.

Nunca estuve en Kurain hasta que conocí a Maya. Ni siquiera sabia de ella. ¿Entonces como podía existir una foto de mi a los veinte o a los diecinueve, visitándola? Estaba acostumbrado a lidiar con las contradicciones, pero esto solo hacía que me doliera la cabeza. Decidí apartarme de la foto misteriosa por un momento y checar mis otras pertenencias en el portafolio.

Encontré varias fotos de la primaria, muchas de ellas estoy seguro que nunca puse aquí, un celular que, por alguna razón, respondía a mi código, pero el modelo era mucho más nuevo que el mío, un modelo que no sería capaz de costearme ni en un millón de años, y mi Magatama. Lo tome y suspire.

(Bueno al menos no perdí el Magatama. Maya seguro no lo tomaría bien si lo hiciera.)

Lo que no pude encontrar fue mi distintivo de abogado. Fruncí el ceño. ¿Así que aparentemente he sido drogado y llevado a un cuarto sin cerrar en un apartamento sin cerrar por un ladrón que posee un distintivo de fiscal, que se especializa en trajes azules y corbatas rojas, Y que resulta tener mis gustos y talla? Eh trabajado en casos raros antes, pero esto era demasiado estúpido para ser verdad. Puede que no lo sea después de todo, pero simplemente no puedo pensar en una explicación mejor.

Encontré mi billetera entre mis pertenencias y mis no-pertenecías al fondo del portafolio y estaba sorprendido por lo inusualmente pesado que estaba. Así que lo abrí para encontrar… dinero. Mucho dinero. Tanto que mi billetera parecía que iba ha explotar. Me quede sin aliento.

Nunca había visto tanto dinero en un mismo lugar. Especialmente no en mi billetera.

(Ok, me rindo… ¿Por qué cualquiera me drogaría y entonces llenaría mi billetera de dinero? ¡No. Tiene. Sentido!)

Sostuve uno de los cientos de dólares de la billetera contra la luz para verificarlo. Parece real, marca de agua y todo eso…

Empecé a sudar. Tengo que descubrir que paso anoche… A cualquier costo. Mire mi reloj.

(9:15… Algo tarde. Maya se ha de preguntar dónde estoy y le preocupara… Primera parada: Mi oficina. Todo lo demás después.)

Tome el portafolio y me fui del apartamento rápidamente, agarrando el distintivo y los objetos extra conmigo. Desde luego, el pensamiento de que tomarlos conmigo del apartamento podría contar como 'robo' me llego, pero solo era evidencia de quien podría pertenecer este apartamento. No había un nombre escrito en la puerta, después de todo. Además… tenía el sentimiento de que debía tenerlos conmigo para descubrir como acabe en el apartamento en primer lugar.

Corrí por el corredor, planeando ir por las escaleras, pero me deshice de ese plan cuando vi una señal que decía 'Piso 20' enseguida del elevador. Di un giro rápido y trate de llamar a ese elevador en su lugar, pero entonces sentí algo chocar contra mí.

"¡Ohf!"

Abriendo los ojos y viendo al suelo delante de mí, encontré que el 'algo' era una niña rubia con una paleta en su boca, la cual removió con un rápido movimiento de la mano. Ella me tiro una mirada enojada tan pronto abrió los ojos.

"Eh… lo siento, no quise empujarte." Dije rápidamente. "¿Necesitas ayuda?"

La niña no respondió, pero se me quedo mirando con la misma expresión durante tres segundos hasta que se puso de pie, suspirando, paso de largo sin siquiera dándome una mirada y desapareciendo por una puerta cercana.

(Dios… ¿Qué clase de modales son esos? Le dije que lo sentía… ¡Gahh! ¡Ahora no tengo tiempo!)

Me apresure al elevador, y fui hacia abajo, y me fui del edificio. Y tome el primer taxi que encontré.

En el camino, trate de llamar a Maya, pero por alguna razón la voz en el teléfono seguía diciéndome que su número no existía. Puede que no lo recordara bien. Y ya que el otro teléfono, a pesar de usar mi código, no tenía números guardados, no tenia de otra más que dejarla esperar hasta que llegara a la oficina.

El tiempo que pase solo sentado en la parte de atrás del taxi y viendo el escenario pasar me estaba matando… Sabía que algo andaba muy mal, el sentimiento simplemente no me dejaría solo.

No tenía idea que tan correcto este sentimiento era…

El mundo de repente decidió tomar un viaje de placer por el camino de la ironía, y ha decidido no llevarme con él.