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Entraron a la casa Haruno a trompicones. La chica detuvo los movimientos del muchacho para asomarse al interior de su hogar. Debía asegurarse de que su casa estuviera sola. Entró a la cocina y encontró una nota con la letra de su madre, avisándole que llegaría hasta el anochecer.
Sakura sonrió. Mejor prevenir que lamentar.
Se giró dispuesta a ir a buscar a su novio para hacerle saber que no había moros en la costa, sin embargo, no contaba con que el muchacho ya se le había adelantado y se encontraba detrás de ella.
En cuanto se volteó, los apasionados labios del moreno se estamparon contra los suyos. Ella susurró su nombre entre suspiros mientras el muchacho se encargaba de vagar las manos por debajo de su falda escolar.
No sabía en qué momento sus manos habían ido a parar al cuello de él, resbalando por su espalda su camiseta blanca. El chico la sujetó con una mano por la cintura, pegándola a él. La otra mano se introdujo con lentitud por debajo de su blusa, tanteando con delicadeza su piel.
―¡Sasuke–kun! ―chilló cuando su mano alcanzó uno de sus senos.
El muchacho gruño sensualmente, eso bastó para que ella perdiera fuerzas de rezongar.
Sintió las piernas débiles, con las rodillas temblorosas. Sasuke también se percató de ello, por lo que la alzó unos cuantos centímetros, pasando sus manos por las piernas de ella, acomodándolas alrededor de su cintura. Sakura se aferró más a su nuca, acariciando con vehemencia sus cabellos azabaches. Sasuke mordisqueó levemente su labio inferior y ella haló su cabello.
A falta de oxígeno se separaron unos centímetros. Se miraron fijamente a los ojos por unos segundos, antes de sonreír. Ella nerviosa, él arrogante.
El peso empezaba a ganarle, así que buscó rápidamente un lugar en el cual apoyar a su novia. Su vista topó con la mesa del comedor. La condujo hasta allí y la recostó, posicionándose sobre ella.
El Uchiha volvió al ataque, pero esta vez en su cuello. Sakura se removió bajo él. Cómo besaba, cómo mordía, cómo lamía su cuello. ¡Aquello se sentía endemoniadamente bien! Pegó un respingo cuando lo sintió succionar con fuerza su piel. Aquello le dejaría marca, pero en ese momento no le importaba cómo lo escondería de sus padres, lo único que rondaba por su cabeza era lo excitante que había sido.
Sasuke se separó un poco de su piel, respirando agitadamente sobre su cuello. Eso le enviaba agradables escalofríos por todo el cuerpo a Sakura. El Uchiha subió la cabeza hasta mirar completamente su rostro. Sus brillantes ojos jade. Su cabello rosado enredado y esparcido sobre la mesa. Sus hinchados labios rosáceos.
Oh sí, definitivamente solamente él podía provocar todo eso en ella.
Solo Sasuke Uchiha iba a hacerle el amor a Sakura Haruno como él estaba a punto de hacérselo.
Bajó hasta su pecho con decisión, ansioso solamente con las ideas que surcaban su mente. Ese día no habría distracción, al fin ese día Sakura iba a ser suya en todos los aspectos.
Abrió su blusa. Sonrió con arrogancia cuando ella no profirió ninguna negación a sus acciones. Se deleitó con la vista que le daba aquel inocente sostén blanco que cubría los pechos de su novia. Lamió toda la piel que el sostén dejaba expuesta. Sakura gimió cohibida.
―Sasuke–kun…
Sopló levemente por las zonas en donde había lamido con anterioridad, provocando que ella se arqueara hacía él, haciendo chocar sus torsos. Sasuke gruñó y acarició su seno derecho sobre la tela.
―¡Sa–Sasuke–kun!
Dirigió su boca hasta el seno izquierdo, mordiendo la orilla del sostén, halándolo hacia arriba con sensualidad. La Haruno se quedo de una pieza al ver aquello. Había sido tan tremendamente excitante que cuando él volteó a verla, sintió mojarse solo con su mirada.
Por Dios, estaba tan excitada.
―Sasuke–kun ―su nombre sonó en un gemido desesperado.
El Uchiha sonrió. Ahora sí, Sakura sería por fin su mujer.
Y entonces se escuchó un ladrido.
―¡Chispita!
Y el encanto se rompió. De estar cómodamente encima de la joven de cabello rosa, pasó a estar adolorido en el suelo. Maldijo por lo bajo y buscó con la mirada a su novia.
La encontró donde deseó justamente que no se encontrara. Sakura estaba acuclillada enfrente de la puerta de la cocina, que conducía al jardín trasero. Sonreía con ternura mientras acariciaba con fervor a un pequeño y peludo perro gris.
Sasuke gruñó. Sakura debería estar acariciándolo a él, no a ese maldito chucho.
Se levantó del suelo y se dirigió hacia la muchacha con paso apresurado. La apartaría de ese perro y volvería a iniciar lo que ese estúpido animal había interrumpido. Claro que sí, el maldito chucho no arruinaría su tarde al lado de su novia.
Paró repentinamente, tres pasos antes de llegar hasta ella. Sus ojos se desorbitaron y su ceño se frunció agresivamente. Apretó los puños con fuerza y, más que nunca, deseó patear con todas su fuerzas al canino.
¿Qué había pasado?
El perro se había lanzado encima de Sakura, tirándola al suelo. Después de eso, se había subido sobre ella, lamiendo sus mejillas. El Uchiha tembló de ira. Pudo ver los ojos brillantes de su novia. Su cabello desordenado sobre el piso. Sus labios curvados en una sonrisa feliz. Y su blusa desabotonada, dejando ver sus pechos.
Salió de la casa, encolerizado.
―¡Maldito perro!
Ya no era él el único que podía causar todo eso en ella.
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Espero que sean unos cuatro o cinco capítulos. ¿Qué les parece?
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