Disclaimer: nada del potterverso me pertenece
Este fic participa en el reto "Olores de Amortentia" del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black".
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Infusión de gurdirraíz
Un ingrediente. Y luego otro. Y otro. Y otro más.
Para Luna, aquello era como una danza. Nunca se había considerado especialmente buena con las pociones, aunque su padre siempre decía que había heredado el talento de su madre. Sin embargo, Luna siempre decía que se desenvolvía bien. Y por supuesto, con aquella poción se desenvolvía muy bien.
Aquella mañana, en clase de Pociones, el profesor Slughorn les había puesto como tarea elaborar la poción de Amortentia. Como era una poción demasiado complicada de preparar, les había puesto como tarea terminar de hacerla fuera de clase. Por ello, aquella noche Luna estaba sola en la Sala Común de Ravenclaw, todavía preparando la poción, la cual ya estaba adoptando un color rosado.
Entonces, alguien entró por la puerta. Era Terry. Caminó en dirección a la escalera, hasta que reparó en Luna.
—Hola —saludó él.
—Hola, Terry.
—¿Qué haces?
—Termino mi poción de Amortentia para la clase de Pociones del profesor Slughorn.
—Ya veo. Bueno, esto... buenas noches.
—Buenas noches, Terry.
El joven se marchó, dejando a Luna sola con su poción. Según tenía ella entendido, la poción empezaría a surtir sus primeros efectos en cuanto ella notase los olores característicos de cada persona. De repente sonrió, pues un primer olor le estaba llegando. Y sonrió aún más cuando notó que ese olor era el de la infusión de gurdirraíz que a su padre le gustaba preparar y que a ella le encantaba tomar.
Inspiró una vez más. Esta vez el olor la transportó hasta su casa, hasta la cocina donde su padre preparaba la infusión mientras daba pequeños pasos de baile y pensaba en noticias de las que hablar en las páginas del Quisquilloso. El olor de la infusión impregnaba cada centímetro de la estancia. Allí estaban los pilares y pilares de revistas del Quisquilloso, el busto con la extravagante diadema de Rowena Ravenclaw que su padre trataba de emular, el misterioso símbolo de las Reliquias de la Muerte que colgaba de un clavo en la pared y que su padre se ponía en las ocasiones especiales...
El olor comenzó a remitir y Luna estaba de vuelta en su Sala Común. Se entristeció un poco, pues echaba de menos la infusión de gurdirraíz de su padre, pero sobretodo echaba de menos a su padre, que pasaba la mayor parte del tiempo sólo. Entonces, un nuevo olor comenzó a ascender por la sala. Luna estaba nuevamente preparada.
