¿Y si no nos hubiéramos conocido? ¿Qué sería de nosotros? ¿Me miraras con los mismos ojos?

Esa gran sonrisa, esa energía que emanas, tu pasión por el volley. Aquellas cosas que son tan extrañas para mí y que a la vez son las que amo de ti. Han pasado varios días desde que tuvimos el partido entre Nekoma y Karasuno, recuerdo tu reacción cuando descubriste que yo era de Nekoma, era tan divertida y cuando jugábamos me dejaste tan impresionado con tus pases, debo de admitir que cuando te vi saltar, pensé que veía un ángel volar porque eso es lo que pensé de ti. Ese día tú y yo no volvimos amigos pero para mí, ese día fue cuando me di cuenta que el volley se volvería divertido si estabas a mi lado.

Kuroo piensa que paso demasiado tiempo en mi teléfono pero él no sabe que es porque cada vez que me llamas o recibo un mensaje tuyo, no dudo en contestarlo y alegrarme por aquello. Amo poder saber de ti y escuchar tus historias sobre tu entrenamiento, debes saber que por escucharlas me motiva a seguir adelante en el mío, es por eso que hoy el quipo pudo ganar uno de sus partidos y eso es gracias a ti.

Han pasado varios días desde la última vez que te vi, te extraño, eso pensaba hasta hace una hora cuando te vi en medio de todos en aquella fiesta sorpresa que hiso el equipo y la verdad nunca espere que los chicos me hicieran algo como eso. Estabas cubierto de una gran cinta y un moño rojo en tu cabeza, así es, tú eras el regalo que mis compañeros prepararon para mí, estaba tan feliz de poder verte, tenerte con migo, poder disfrutar de tu voz y tu carisma y sobre todo estar juntos en el día de mi cumpleaños.