Anden 9 ¾, 1 septiembre de 2019
Eran las seis de la mañana cuando una pequeña pelirroja de rostro decorado por pequeñas pequitas entró con sumo cuidado a la habitación para despertar a su padre con sutileza
-Papá! – gritó la pequeña brincando sobre un señor de cabello oscuro que mientras se giraba en la cama dejaba al descubierto una cicatriz bastante peculiar en la frente. El moreno abrió un ojo con dificultad y lo cerró de inmediato pues la luz que se colaba por la ventana lastimaba su retina. Una vez mas intentó repetir la acción logrando ver con mas claridad; el reloj apenas marcaba las 6 con cinco minutos de la mañana.
-Lily, es muy temprano, aun podemos dormir un par de horas – murmuró tapando sus ojos con el antebrazo.
Harry Potter no era de esos hombres que dormían hasta tarde, tener tres hijos demasiado inquietos se lo impedía, pero después de volver tan cansado de una misión la noche anterior, eso si merecía un par de horas mas de sueño. Su esposa no estaba a su lado, lo que significaba que de seguro ya se encontraba en la cocina preparando un desayuno digno de batallón, lo que significaba comida para cinco Potter Weasley
- Pero papá! Recuerda que hoy es mi primer viaje a hogwarts! ¿Acaso quieres que pierda el tren? – preguntó la pequeña. Si su padre hubiese tenido los ojos abiertos, la habría podido ver en el momento en el que hacía una pose idéntica a Ginny Weasley, ahora potter, y a Molly, con las manos en la cadera y una mirada que daba miedo a cualquiera.
Aquellas palabras hicieron que el salvador del mundo mágico se sentara como si fuese impulsado por un resorte. ¿Cómo había podido olvidar que su princesa iría a hogwarts ese mismo día? Se sintió realmente mal por ello, por su mente ya pasaban mil y un insultos que su hija jamás podría ó a la pelirroja una vez mas y la estrechó entre sus brazos. – Todo estará bien – aseguró mientras recordaba claramente como hacía una semana le había dado a sus hijos mayores una cantidad exorbitante para un par de niños, todo con tal de que cuidaran a su hermana. James y albus no necesitaban que les dijeran que debían cuidar a Lily, sin embargo, nadie desprecia una suma de dinero tan importante. Menos aun cuando puedes costear tantos artículos de broma.
-Me estas asficciando – Susurró sin aire lily
- Lo siento – se disculpó su padre soltando un poco su agarre.
-iré a terminar de arreglar mis cosas – gritó la menor de los Potter mientras salía corriendo de los brazos de su padre.
Entre nostálgico y preocupado, Harry se sentó buscando sus pantuflas a tientas con los pies. ¿Qué haría sin su pequeña? Entró a la ducha y dejó el agua correr mientras tomaba la ropa que se pondría ese día. De solo pensar en que su pequeña estaría en Hogwarts, la piel se le erizaba. Y no es que estar en hogwarts era malo, todo lo contrario. Sus mejores años los había vivido ahí. Pero, después de todo, había pasado muchos peligros, maestros maniáticos, basiliscos , hombres lobo, dementores, torneos, guerras… cientos de cosas que la mayoría de la gente no podría llegar a si quiera imaginar. Aun que claro, también había tenido cosas maravillosas, había conseguido a los mejores amigos que podría haber deseado, tenía a el amor de su vida, y claro, una familia que lo amaba. Ademas, esas cosas solo le pasan a Harry Potter, ¿cierto?
Con ese pensamiento salió de la ducha, y mientras secaba su cuerpo con una toalla comprendió aquello que había pasado por alto minutos atrás.
Ginny cocinaba revoloteando por la cocina al ritmo de una vieja canción que tarareaba, lily ayudaba a poner la mesa coreando a su madre esperando que sus hermanos despertaran, cosa para lo cual no faltaba mas que unos minutos. Sin embargo, la tranquilidad en la que se encontraban se vio abruptamente interrumpida cuando el patriarca de la familia, llego corriendo por las escaleras, con la camisa a medio abrochar, con un calcetín e intentando abrocharse los pantalones
- Es Potter! – gritó señalando a la niña que de inmediato dio un respingo por la súbita interrupción
- ¿En serio? – preguntó su esposa fingiendo interés sin prestarle realmente la menor atención, ya estaba acostumbrada a los ataques de histeria de su marido – Menos mal que te has dado cuenta, Y solo te tomó once años saberlo! Vas progresando amor – Sonrió burlona
- No es divertido Ginny – gruñó Harry terminando de abotonar el pantalón – ¿Sabes lo que eso significa?
-¿Que es un milagro que su cabello pueda peinarse? –
-Ginevra, hablo en serio!
- Lo siento amor, pero no entiendo lo que quieres decir – dijo Ginny con voz pasiba. Lily se dedicaba a servir jugo en los vasos, estaba acostumbrada igualmente a las extrañas platicas de sus padres
- A los Potter nos persiguen los problemas, mira a James, pasa mas tiempo en el bosque prohibido que en el colegio. Y Albus! El calamar gigante es la tercera vez que lo arrastra al lago – alegó. Ginny dejó lo que estaba haciendo para mirarlo fingiendo seriedad
- Solo tú podrías creer esas escusas tan tontas que dan tus hijos para librarse de los problemas -
- Pero es verdad! – dijo Albus, quien venía entrando a la cocina acompañado de James, ambos con una sonrisa traviesa en el rostro.
- Claro, y Ron y Hermione no peleaban en hogwarts – rodó los ojos la pelirroja mayor antes de volver a su tarea.
- Lily, escuchame, alejate de los problemas, cuando escuches que hay un Trol suerlto en hogwarts… no vallas, cuando escuches voces de la nada, mandame una carta de inmediato, - iba diciendo Harry mirando a su hija quien lo veía divertida – dado que Kingsley es ministro, dudo que valla preso, pero nunca se sabe – murmuró para si mismo
- Harry James Potter! – gritó Ginny – deja de darle tontos concejos a tu hija!
- No son tontos! Si alguien me los hubiese dicho me habría ahorrado muchísimos problemas!
Ginny rodo los ojos una vez mas mientras que continuaba escuchando los consejos absurdos que daba Harry a Lily. Así transcurrieron las siguientes horas mientras que la familia Potter terminaba de arreglar sus cosas para partir al anden 9 ¾ al cual llegaron con 10 minutos de anticipación.
- Y si Dean Thomas es profesor este año, no seas muy mala con él… - llegado a este punto Ginny no soportó mas y terminó jalando la oreja a Harry
- ¿Dean profesor? – preguntó
- Uno nunca sabe Ginn – se encogió de hombros Harry
Afortunadamente, Ron y Hermione venían hacía ellos con Rose y Hugo, la primera con una sonrisa y el segundo tan nervioso que incluso se veía verde. Se saludaron mientras que la mayoría de las personas los miraban, entre ellos una familia de rubios, especialmente un pequeño que salió corriendo en dirección hacia ellos
- Por que tan nervioso, hugo? – preguntó Harry
- No quiero estar en Slytherin – susurró pero aun así james alcanzó a escucharlo
- Por favor, hugo, si Albus quedó en Gryffindor, que era el que mas pinta de serpiente tenía, obvio tu también quedarás ahí.
- James! – le riñó su madre
- Los Potter y su afición por gryffindor – el regaño de Ginny se quedó perdido por las palabras de Malfoy
- Vamos Draco, te sientes orgulloso de saber que tienes un león en la familia – bromeó Harry. Pues si, Scorpius había terminado en gryffirnor, y al ser el mejor amigo de Rose y Albus, los Potter, Weasley y Malfoy terminaron haciendo las pases, principalmente Harry y Draco, pues Ron aun no estaba muy seguro de aquello. Y eso mismo notó Albus
- Tio Ron, aun no entiendo por que miras con tan mala cara a los Malfoy – dijo haciéndose notar – Todos sabemos que a Scorp no le gusta Rose, que es a lo que tendrías miedo – todos rieron por las ocurrencias del ojiverde – Es obvio que esta enamorado de Lily! – sonrió orgulloso de dejar a su amigo al descubierto. Lily y Scorpius adquirieron un tono tan rojo con el cabello de ella, y de inmediato todos se encontraban riendo menos los padres de estos dos, sin embargo Ginny y Astoria se encontraban encantadas con la idea.
- ¡¿Que? – gritaron el moreno y el rubio confundiéndose con el pito del tren
- Wow que rápido pasa el tiempo, adiós! – dijo Scorp nervioso antes de salir corriendo con dirección al vagón que había apartado con sus amigos y ellos salieron detrás de él, excepto lily quien abrazó a su padre y susurró un pequeño – te quiero – a Harry.
El tren partía perdiéndose en el horizonte y Harry veía a tres de sus cinco tesoros (si, por que a Ted lo consideraba uno de ellos) partir hacía Hogwarts.
-ya hueles a suegro, Harry –
Como siempre, el momento sentimental se vio arruinado por nada mas ni nada menos que Ronald Weasley.
- Calla Ronald – le regañó hermione
- Pero si no tiene nada de malo! Yo digo que lily y Scorpius harían una bella pareja – comentó sonriente la señora Potter
- La primera Malfoy pelirroja en generaciones! – sonrió Astoria.
- Estan locas, locas de remate – Aseguró Draco a quien no le gustaba mucho la idea
- Mi princesa no está en edad de novios, y no lo estará hasta dentro de quince o veinte años – dijo molesto Harry.
Ninguno de ellos seis se percató de que el anden comenzaba a quedarse vacio, solo ellos seis o otros dos tipos bastante alejados de ellos.
-Es hora – dijo el mas alto.
Ambos levantaron sus varitas y apuntaron directo al grupo de adultos que charlaban. Sus cuerpos fueron desapareciendo gradualmente hasta que se perdieron de vista por completo
Hogwarts, 1 Septiembre de 1992
Los seis adultos mantenían una conversación hasta que desaparecieron, y de un momento a otro Harry y Ron se encontraban recibiendo un regaño de la profesora McGonagall
- ¿Y por qué no enviaron una carta por medio de una lechuza? Imagino que tiene alguna lechuza- dijo molesta
Los dos amigos no entendían que ocurría, se giraron para verse y mayor fue su sorpresa al ver que parecían tener doce años. Sin que tuvieran tiempo de contestar a la interrogante de la profesora McGonagall, la puerta del despacho que al parecer era de Snape en su época de profesor, se abrió dejando ante ellos a una persona que jamás pensaron volver al ver.
-Profesor Dumbledore – susurró Harry con los ojos cristalinos
Hola! es mi primer fic de Harry Potter! una idea loca que vino a mi cabeza hace unas horas y de inmediato comencé a escribir :) espero que me deren sus reviews para así saber si les gusta o no y seguir escribiendo :)
besos :)
